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Chapter 30 - 30: El hijo prodigio.

En mí turno de entrar para el examen que tomaban allí estaba en una sala con bastantes caballeros, hombres y mujeres, eran armaduras con placas que parecían ser de acero aunque eso era improbable por lo difícil de conseguir el material, probablemente llegaban aquí a hierro forjado. Avancé en la habitación hasta quedar en el medio. Una mujer de gran tamaño que tenía una cicatriz en su boca que partía su labio de izquierda a derecha me miró con desprecio. Mí cabello no era largo, pero estaba sucio, mis extremidades cubiertas por tierra y con barro en mis pies. Mí mirada subió para encontrar sus ojos.

Tener ojos de un color marrón casi negro nunca era algo de mí agrado, pero ahora me daban un aura aún peor. Era como un perro callejero entrando en un concurso de pedigrí.

"Niño. La iglesia es el otro edificio, los vagabundos no deberían poder presentarse." Su sonrisa en sus labios y sus ojos abiertos que mostraban un color amarillo como los de un gato eran para burlarse... Cómo si fuese por fin la primera vez que pudiera tratar mal a alguien en todo el día, aunque por haber visto a niños llorando al salir de aquí era únicamente otra de sus víctimas.

"Grrr... Prueba." Mí voz era algo rasposa y sí, había gruñido a una guardia desconocida. Aparentar ser un salvaje podría ser bueno, pero tampoco quería destacarme mucho, solo quería ser algo superior.

"Muy bien, pero los estándares están muy altos niño... Tienes que mínimo superar los 50k en una de las estadísticas~" Claro que ella mentía, el máximo posible para un chico de 10 eran los 1k siendo una persona ordinaria. Quizá si para una niña 50k era fácilmente alcanzable, incluso llegarían a los millones hijas con un entrenamiento estricto de la realeza, pero una campesina no superaba los 100k. La asesino que había matado era estúpidamente inferior a sus compañeras y estúpidamente joven también. Por ello fue derrotada con tanta facilidad... Eso y que no llegó a usar su habilidad.

"Aparece estadísticas."

Fuerza Física: 2,443,766

Agilidad: 2,062,005

Inteligencia: 10,168

Habilidad mágica: 76000 (2do nivel de círculo mágico)

Puntos de maná: 750000/750000

Vitalidad: 301,298/301,298

Clase: Mago

Especialización: -

Raza: Humano Frágil+

El rostro de la mujer pasó de una confianza enorme a un terror gigante. Aunque también había sorpresa de mí parte... Mis puntos de vida habían casi que desaparecido tuve un pequeño sentimiento de que fue por la categoría de 'Frágil' en mis estadísticas. Aún así, no me sentí nada frágil, en todo el viaje pude resistir algunos golpes y lanzarme desde lugares altos sin recibir nada de daño.

La guardia principal se alejó para hablar con una de sus subordinadas, quien parecía ser la segunda al mando. Pude distinguir su conversación aunque hablaron en voz baja.

"H-hey, crees qué él es..."

"Para nada, fue divisado en el norte por última vez, además se lo describió como un chico de cabello rubio. Este es... Quizá es solo un niño salvaje que puede falsear sus estadísticas."

Ambas me miraron nuevamente, estaba con la mirada perdida hacía delante. Aunque mis sentidos me advirtieron de algo, lo siguiente que sucedió fue una flecha dirigiéndose desde detrás mío hacía mí nuca y otra desde mí izquierda hacia mí. La de detrás mío la ignoré, mientras que me di la vuelta para alcanzar a agarrar la flecha de mí izquierda, y mientras que la de detrás golpeaba contra mí podría verse como la punta de metal se quebraba sin dejar ni una mínima marca.

Lo que escapó de su visión fue como con la flecha agarrada la usé como proyectil hacía el arquero que la lanzó, fue casi como si desapareció de mí mano y un agujero al lado de la cabeza de aquella arquero se hubiera manifestado. Para quien me atacó desde detrás una esfera de maná puro fue lanzado, era como una canica que al golpear su costado se expandió creando un agujero del tamaño de una pelota de voley ball. No me moví ni un centímetro de mí lugar y la mayoría de caballeras estaban apuntándome con sus espadas.

"Grrr..."

Me puse en cuatro patas para gruñir con una intensidad tal que parecía más un lobo gigante que un niño. Una de ellas intentó golpearme con su espada, que fue bloqueada por un golpe con mí pie desnudo, una patada de costado que partió a la mitad su espada como si fuese papel.

"¿Qué sucede?. ¡Guardias!" Una figura femenina saldría por una puerta que se encontraba contraria a la de ingreso. La luz que salía de esa habitación cortaba ver su rostro, pero un cabello gris y largo era fácilmente notable. Su voz era dulce y maternal, pero en mí interior sabía que esa mujer era más resistente que cualquier espada.

"¡S-señora! Este salvaje entró para tomar la prueba y..."

Los pasos de la figura se acercaban de una forma severa, al recibir más iluminación y ver su rostro noté que no era una mujer madura ni alguien de feas características. Incluso también noté que era más grande de lo que uno podía ver primero. Usaba un vestido formal y tras ella varias niñas miraban con curiosidad.

"¿Y ustedes lo atacaron? Niño... Pasa." Su voz fue firme, por lo que me levanté de mí postura similar a una bestia para avanzar un poco. Las miradas se hicieron intensas, y yo adelanté a todas para ser iluminado por el interior de un edificio lujoso.

"¿M-mamá?" Con una voz inocente me refería así a la mujer, quien murió de ternura al instante y se agachó para verme un poco mejor. Su confusión y emoción eran parejas.

"Sí... Sí pequeño, mamá está aquí." Notaba al instante unos instintos maternos saliendo de ella, quien estiró su mano para que yo la agarre. Nunca lo noté, pero mí mano estaba helada a comparación con las de ella. "Retiren a las otras participantes... Ya elegí a alguien."

"P-pero señora, ese chico es un... Y las nobles que esperan están!... No puede hacer es... Muy bien mí señora."

Las niñas que antes me miraban con un poco de desprecio y superioridad ahora eran retiradas por los guardias. Todo salió bien por un instante.