Con aquella actitud que tuvo Silvie cuando pasé su prueba pude notar que ella era un poco... temperamental. Fuera de eso era mí profesora, por lo que cuando me dió una orden de ir hacía ella caminé sin tanto cansancio, tenía que ver si el maná se recuperaba de una mejor forma siendo uno consciente de que tenía que entrar "Algo" para que vuelva a su máximo o ese "Algo" iba a entrar por si solo a la misma velocidad. Esto era más o menos complicado, como un ejemplo un poco más difícil que volverte consciente de los latidos de tu corazón. Y solo doy este ejemplo porque tiene una dificultad mayor. Darse cuenta de que está en algún lugar algo que tú no sabes que tienes y que además va moviéndose por tu cuerpo libremente.
Dí mis pasos para llegar frente a la elfo, mirando en dirección a ella por. Lo que hizo fue llamarme la atención y hacerme mirar por la grieta que yo había hecho.
"Muy bien, ¿sabes qué es lo que descubriste?"
"¿N-no? Algún templo viejo bajo tierra que me dará poder ilimitado y..."
"No, para nada. Es tu próxima prueba. Adelante."
Y con un movimiento ví qué la tierra se separaba bajo de mí, haciéndome caer hacía hacía una oscuridad que únicamente era cortada por un haz de luz que se creó por mí caída. Estaba ahora en una dungeon de un nivel desconocido con unas estadísticas... Que simplemente no pude ni revisar. Múltiples ojos me rodearon, ojos rojos y pequeños. Hice una pequeña llama para darme iluminación y eran goblins, por sus características eran todos machos y su visión parecía ser buena en la oscuridad. Tenían armas desgastadas, pero eso ya era algo que yo no tenía ni de cerca.
"Amig..." Uno de ellos lanzó una pequeña lanza en dirección a mí cabeza, conocían por lo menos puntos vitales para los humanos, igualmente, su fuerza no era mucha. Aunque me doliera decirlo eran 'machos' como yo. Por lo que me alegraba que no fuesen hembras bendecidas con el poder de destruir mí cabeza con un golpe de puño.
El silencio después de la lanza fallida fue algo que me permitió ver dónde estaba mí núcleo. Justo en la zona de mí pierna. Por la altura era un combate más o menos parejo. Igualmente, uno de ellos se lanzó hacía mí levantando una especie de garrote y fue recibido con una patada envuelta en fuego a su pierna para desequilibrarlo. Era extraño, pero por temas de elasticidad prefería mí cuerpo de 10 al de 17.
Con el goblin un poco desequilibrado me lancé hacía él para derribarlo. Sus compañeros parecían estar poniéndolo a prueba porque no hacían más que mirar. Al llegar a él agarré sus muñecas y este se lanzó a usar sus ventajas. Intentaba morderme con unos dientes filosos y fuertes, pero que se notaban no muy cuidados. Sus piernas se movían dando patadas, mientras que acercaba peligrosamente su boca a mí.
Esto no iba a terminar en nada, por lo que en uno de sus intentos de morderme le dí un cabezazo. Justo en su larga y verde nariz, que pareció aturdirlo un poco e incluso deformar un poco la misma. Quité el agarre se sus manos y este las llevó directamente a su rota nariz. Aprovechando esto con mis manitos fueron hacia su cuello, tan delgado y escuálido que si no fuese una situación de pelea lo habría dejado. Empecé a ahorcar aplicando fuerza. E incluso pensé algo que me ayudaría. Imaginé una espada de maná, diminuta, pequeña en la palma de mí mano, y cuando pensé en agrandarla 'Crack'. El sonido de un cuello siendo roto y la desesperación en los ojos del goblin que perdía poco a poco su vida. Mí respiración estaba temblando. Mis ojos querían lagrimear pero no podía. Tenía que aprovechar el combate cuerpo a cuerpo para que mí miopía no fuese tan perjudicial. Por eso también me levanté poco a poco. La sonrisa en alguno de los miembros del grupo de goblins era perturbadora, su aliado recién muerto pareció ser menos que nada.
Poco a poco tomaba de nuevo compostura, y tomé aquel garrote cuyo mango no tenía astillas por suerte.
Me sentí un poco revitalizado, una patada de fuego rápida y una hoja de maná? parecía que controlar el aire era más fácil que potenciar mí cuerpo. Así tendría que pelear con un garrote como ellos mientras que recuperaba la magia que había gastado.