"Aparece estado"
Fuerza Física: 29
Agilidad: 37
Inteligencia: 120
Puntos de maná: 80/150
Vitalidad: 150/290
Habilidades Naturales: -
Habilidades Obtenidas: Enemigo de los goblins (+10% al enfrentar un goblin)
Habilidades Legendarias: -
Clase: -
Especialización: -
Raza: Humano+ (Con potencial para más; los menos no ven tu potencial.)
"Oh, subí de... Potencial para... ¿más?" Había visto anteriormente aquel signo de más en mí raza, pero pensé que era una tontería ya que Silvie lo había ignorado totalmente. Según la descripción... quizá Silvie no tenía un más en su raza? De todos modos, preferiría tener algo que mejore mí velocidad de aprendizaje. Pensar en que hubiera tenido el doble de puntos en lugar de un "potencial" fue un poco molesto.
Mí avance por la dungeon fue lento, lento pero seguro. Los goblins estaban cada vez menos equipados, aunque estos a su vez dejaban de llevar armas para usar herramientas, cestas de comida. Iban llevando tributos algunos. Junto a eso otra cosa fue que no ví ninguna hembra de la especie y que aprendí un poco los sonidos que hacían. Lo peligroso fue encontrarme un hobgoblin y aún peor unos 30 goblins normales. Había conseguido curarme un poco y recuperar mana. Pero no estaba nada seguro de si podría vencer o mínimamente hacer frente a alguien que medía más de 1.75 con un cuerpo que le faltaban unos 55/65 cm. Igualmente, mí cuerpo se quedó helado cuando lo escuché.
"Niño... Huelo... Niño~"
Mí corazón latía rápidamente, aquella voz rota que parecía indicar una perversión absoluta y los gritos posteriores de voces más chillonas pero igualmente grotescas 'Niño! niño! carne!' gritaban mientras que reían. Me sentí perturbado por segunda vez. Hasta ahora había usado sigilo para terminar los trabajos rápido. Ahora no podía usarlo, ni escondiéndome con el olor de la sangre de goblin, por eso tomé con fuerza mis armas para salir de mí escondite, atrás de una roca, lanzando una lanza bastante primitiva hacía uno de los goblins, el cual fue empalado con bastante facilidad. Aquel cráneo extremadamente grande no era tan fuerte, por lo que se podía romper con facilidad. Aquello me revolvía el estómago.
"Así que... El niño decide salir~"
Cómo lo esperaba, el rostro del hobgoblin era más humano que el de los verdes pequeños, usando una armadura bastante mejor formada y armas ya propiamente preparadas se mostraba como un líder de un pequeño escuadrón. No sabía si habrían más. Tenía fé de que no lo habrían. Levantó su dedo, apuntando hacía mí para dar un comando simple "Devorar". Respiré suavemente mientras que preparaba las dos espadas oxidadas que eran mis armas. Cortar una piel y huesos delgados antes se me habría hecho más complicado. de vencer únicamente en un 1 vs 1 ahora pude encargarme poco a poco. Claro que lo primero que hice fue usar magia de tierra para desequilibrar a mis contrincantes y después cortar y atravesar. Hacer un terreno difícil de caminar sobre él lo hacía una total ventaja. Ya que no tenían un equilibrio increíble por sus cuerpos amorfos.
Claro que recibí cortes, golpes, y tuve que gastar maná en bolas de fuego y cosas similares. Cubierto de la sangre de sus esbirros el líder me miró y sacó su arma. Un espadón a dos manos que según podía ver hasta él tenía dificultades para manejar su peso. Se lanzó acercándose e intentando darme un corte vertical totalmente recto, algo que si tuviera una altura mayor probablemente me hubiera golpeado, su movimiento era rápido pero imprimir tanta fuerza en bajar aquella arma lo hizo muy muy evidente. Llegaría a esquivar por su izquierda, mientras que me miraba con enojo por disminuir sus tropas a cero lancé dos cortes horizontales a su pecho con las espadas. No hicieron nada por una razón muy simple. Falta de filo y que aquel enorme hijo de perra usaba una armadura de metal. Su sonrisa fue grotesca, colmillos y dientes blancos como tiburón que mostraban su dentadura mientras que logró quitar su arma del suelo.
Ahora hizo un barrido horizontal que nuevamente lo llevó y casi que arrastró consigo. Por cómo lo veía tenía que esforzarse no solo por blandir el arma, si no por ser eficiente usándola, ya que por su peso la misma casi que se escapaba de sus manos. Los ataques eran fáciles de esquivar, ya que cuando él los efectuaba no podía detenerse o redirigir los. Por eso todavía no tenía ningún golpe. Pero él tampoco. Su armadura era mucho más resistente de lo que yo podía hacer con mis cortes. Aunque eso me dio una pequeña idea.
Nuevamente se lanzó hacía mí buscando un corte vertical, yo también avancé hacía el, aunque dejando mis armas a otro lado, mis palmas tomaban un color amarillo con un aura que las cubría. Logré esquivar a último momento. Por la cercanía no me costó mucho darme la vuelta, en nuestra corrida había concentrado maná de fuego para calentar mis manos. Di un saltó y agarré su rostro. Sentí un dolor intenso en una de mis manos mientras que empezaba a escucharlos gritos del goblin, quien abandonó su espadón para agarrar mis manos para intentar soltarme. Lo que yo hice fue meter mis dedos en sus ojos y agarrarme desde allí. El griterío fue major y mayor, mientras que me tuve que agarrar con todo el cuerpo mientras que él se levantó e intentaba aplastarme contra una pared. Poco a poco ambos empezamos a desistir y él perdió el conocimiento mientras que yo notaba algo que verdaderamente me molestó... No podía mover mí dedo meñique y anular de la mano izquierda. Mejor dicho... No tenía esos dedos en mí mano izquierda. Lo siguiente que escuché fueron voces, voces más suaves y sentí como era cargado y llevado a algún lugar, el sangrado de mis dedos era nulo por la magia de fuego que usé, que cauterizó las heridas al instante.