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Chapter 6 - Primer beso

Un dulce domingo había iniciado, las diez de la mañana en punto, Morgan estaba molesta el sol pegaba directo a su cara, y eso la hizo despertar, quería seguir disfrutando de su deliciosa cama. Se revolvió incomoda y busco ropa fresca, ya no tenía su closet lleno de lindos vestidos y camisetas de colores alegres, durante sus catorce años pidió dinero a sus padres para compararse ropa, allí cambió los vestidos por camisetas blancas y negras, algunos jeans de color gris y negro, ropa de un estilo formal, y el resto de su ropa era lindos conjuntos de trajes a su medida, regalo de su madre, pues le recordaba como vestía Morgan, y su hija tenía el mismo estilo, formal y elegante que les quedaba perfecto.

Busco una camiseta blanca y nos shorts viejos que casi nunca usaba, junto con sus converse, busco en su cajón y saco un pequeño brasier (su pecho no era grande) , se lo colocó junto a su demás ropa y salió de su habitación. Relajada se dirigió a la cafetería, al ser fin de semana podías comprar alguna merienda preparada y comer libremente afuera o quedarte dentro de la cafetería, solo compró un par de sandwiches y un jugo de durazno, igual que el viernes fue al mismo árbol para tomar la sombra y disfrutar su comida con tranquilidad.

Comía lentamente sentada mirando en cualquier dirección, observando algo interesante pero no había nada, solo sus compañeros y los mismos árboles de siempre, suspiró y tomó un sorbo a su jugo, iba por su segundo sandwich cuando lo vio, Daniel caminaba hasta donde estaba ella, cruzaron miradas y el sonrió.

— No te encontraba en la cafetería o la biblioteca, pero aquí estas Morgan —. Sonrió mientras le dio beso su mejilla y se sento a su lado, vio el sandwich en sus manos y le dio una mordida.

— Oye idiota es mi comida —. Solo suspiró y siguió comiendo..

— Jaja más tarde te compraré unas galletas.

— Vale —. El podría gustarle pero seguía manteniendo su actitud fría.

— Sabes hay algo que quiero contarte, eres una chica así que dame algún consejo —. Dudosa lo miro.

— ¿Si? ¿Qué pasa?

— Me gusta una chica... Pero ella es fría, y quiero saber si le gusto.

— Enserio eres idiota, sabes que no convivo con chicas, así que no se que responder —. Sabía muy bien que tipo de persona era Daniel , pero eso no evitó que sintiera su corazón doler un poco.

— Cierto, per —. No siguió la frase ella lo interrumpió.

— Solo escribe una carta, especialmente para ella.

— No es una mala idea, vaya como siempre lo he pensado eres una chica muy inteligente —. Volvió a besar su mejilla.

Siguieron hablando, pero su tema cambió a los libros que habían leído recientemente, ambos estaban recostados tranquilos, su atmósfera era muy buena, era notable su química, un buen contraste ella era muy callada pero en cambio él era animado, juntos tenían una buena mezcla, alfa y omega de élite. Varios chicos se daban cuenta de lo que podría pasar con ese par, tenían una diferencia de edad pero se conocían muchos matrimonios arreglados con las misma o mayor diferencia de edad, muchos alfas estaban consientes de la bonita omega que era ella, pero sabían que no podían competir con él, una pareja perfecta, en los ojos de los demás aún era un rumor pero que pronto podría volverse realidad.

***

El sol se estaba ocultando. Dentro de su habitación Morgan estaba muy concentrada escribiendo la carta, en realidad sólo tenía la fecha escrita, tenía muchas que decir pero no sabía por dónde empezar, su límite estaba llegando y el enojo seguía aumentado, golpeó su cabeza contra el escritorio, murmurando algunas maldiciones. Toc toc, tocaron su puerta suavemente.

— Adelante.

— Hola Morgan soy Viktor —. Canturreo alegre el gemelo — ¿Qué estas haciendo? —. Despreocupado se recostó en su cama.

— Estoy escribiendo una carta...

— ¿Carta? ¿De verdad de te vas a confesar? —. Habló con sonrisa juguetona.

— Si... Pero aún no se que escribir, solo tengo la fecha —. Volvió a golpear su cabeza contra el escritorio.

El gemelo no contuvo su risa, pero quería ayudar a su mejor amiga.

— Se que es para el idiota de Daniel, así que puedo ayudar a mi linda mejor amiga.

— ¿puedes?

— ¡Claro!, toma una hoja de papel y escribe tes palabras, por ejemplo; Amor, Primavera y sonri—. Ella terminó la frase —.

— Libros.

— ¿Libros?

— Lo conocí en la biblioteca, por eso elegí esa palabra, gracias, ya tengo una idea de que escribiré.

– Ven, antes de que comiences vamos a bañarnos y vayamos por la cena.

Ella no se negó y juntos tomaron el baño, ambos eran omegas pero aún así él no la veía con deseo, evitaba mirararla directamente como la mayoría de los que estaban allí, desde que llegó era así, la respetaban así como ella lo hacía con los chicos, en los últimos años ellos se habían vuelto muy unidos, Vincent y Pether estaban saliendo así que pasaban menos timepo los cuatro. Después de salir de las regaderas, ambos fueron por su cena.

— ¿Qué quieres? —. Viktor le preguntó.

— Un café y un bollo de canela —. El asintió y se fue a comprar su cena.

Morgan busco con la mirada al castaño, pero no lo vio por ningún lado. En cambio vio un albino acercarse, Viktor estaba de vuelta con la cena de ambos, mientras ella bebía su café el robo el bollo de canela, y le dio una mordida, ella sonrió y se le arrebató. Terminaron y ambos se fueron a su habitación, animadamente iban hablando pero al llegar el albino se metió dentro de la habitación de Morgan, la razón, un aroma a feromanas se estaba haciendo presente. Morgan también sintió el aroma, y llegó Daniel con una bolita de color azul en sus manos.

— ¿Qué es eso?

— Te dije que te compraría galletas —. Se las extendió y ella las tomó, mientras ligeramente llegó a tocar su mano del chico.

— Oye Morgan —. Ella lo miró.

Daniel tomó su mano, y la jalo hacia él, se agachó a su altura y con sus grandes manos tomó el rostro de la joven y unió sus labios en un beso lento y tierno. El se alejo con cuidado, del ya sonrojado rostro de ella.

— Mañana ven a la biblioteca a las 4.00 pm, tengo algo que darte, buenas noches Morgan—. Sonrió como siempre y se fue.

Cuando ya no se escuchaban sus pisadas, la puerta de su habitación se abrió ruidosamente, Viktor lo había escuchado todo, quería llenarla de preguntas y burlarse de su cara roja pero pronto darían las rondas nocturnas, solo le dio las buenas noches con una sonrisa burlona y se fue corriendo a sus habitación.

Ella estaba muy feliz y confundida, toco sus labios, y tomó la pluma para comenzar a escribir su carta, las palabras estaban claras y ya sabía exactamente que plasmaría, no quería una respuesta pero tenía que decirle como se sentía de una vez por todas.