El amor es una serie de sensaciones, sentimientos y emociones dentro cada persona, es una sensación un tanto agridulce, porque puedes probar de toda la dulzura del amor, la dulzura del sexo, todos los vicios que quieras los puedes tener con una persona en especial, pero luego la relación termina y todas esas sensaciones dulces se vuelven agrias, el amargo sabor del alcohol, el cigarro, la falta de sexo... Es una mierda, pero llega un punto donde solo es una sensación agridulce, solo son besos, solo son caricias simples, solo sexo y nada más.
Morgan estaba disfrutando lo maravilloso que podía ser la primera etapa de su enamoramiento, la etapa *dulce*, disfrutaba cada vez más el sabor de los labios de su novio, el olor de su perfume, sus grandes manos recorriendo su pequeño cuerpo. Era cada vez más adicta a él, embriagada de amor por él, joven e inocente probando por primera vez esos sentimientos tan fuertes que cada vez se estaban apoderando de su razón.
Pero la realidad era totalmente distinta, Daniel sabía que era su primer amor, el primero en su vida, al igual que sabía que sus feromonas la afectaban de una manera que el disfrutaba, como omega ella debía obedecerle, pero prefería usar su feromonas dominantes para someter poco a poco la voluntad de la joven, haciendo que en cada uno de sus encuentros o citas, el liberará sus feromonas intencionalmente, en muy pequeñas cantidades pues la última vez que dejó fluir sus feromonas demasiado intenso ella tuvo efectos secundarios, sin embargo era notorio el cambia que hacía en ella, en menos de un mes, su omega como el la llamaba, se estaba transformando en una perfecta sumisa para su dominante que era él.
Pero había algo que le seguía molestando al castaño, a pesar de ser una omega diminante, no tenía el carácter de uno, no era sumisa como la mayoría de los omegas masculinos de allí, creía que era culpa por juntarse demasiado con uno de los gemelos omegas, pero descartó la posibilidad cuando la vio actuar de manera violenta sin que ninguno de sus amigos estuviera cerca, << Tal vez vez ella también pierde la paciencia >> pensó, no era un gran problema después de todo, con él era muy diferente.
***
Morgan estaba concentrada leyendo un libro en su habitación, su lectura fue interrumpida por una llamada, era Selene, quien le pidió que la viera de inmediato pues tenía algo que decirle. Ella dejó su libro en su mesita de noche, para ver a su tía, se encontraron en el jardín, y tomaron asiento en una banca que estaba allí.
— ¿Sabes Masha me llamó?
— ¿ Mi madre? ¿Por qué?
— Al parecer se enteró que estoy aquí, me pidió que te llevara de compras para tu cumpleaños, o que saliéramos de vez en cuando.
— ¿ Enserio dijo eso?
— ¡Si! Increíble verdad, sabes Morgan se que te sientes sola aquí. — Selene sabía muy bien lo que era experimentar esa sensación.
— Es difícil. Siempre veo a mis amigos y mi novio, irse con su familia, y en verdad los extraño mucho y quisiera conocer a mis hermanos. — Sus emociones que había estado reprimiendo salieron en forma de llanto.
Selene la abrazo, su llanto era más fuerte que antes, el dolor de estar sola lo conocía bien, el sufrimiento de sentir un vacío y querer llenarlo buscando amor en cualquier lugar donde sintieras la calidez de ser amada. Su pequeña había estado sintiendo todo eso, tenía amor de sobra en su familia, pero sólo tenía la sensación agridulce de saber que tenía una familia que la amaba más no sabía realmente cómo se sentía formar parte de una.
A pesar de que Selene sabía que tenía una pareja y al principio ella dio su apoyo, pero desde que tenían ensayos, el aroma de la omega era distinto, no era su típico aroma tenue a melocotón en cambio había un rastro de otras feromonas más fuertes, un delta como ella no era afectada por las feromonas en cambio si podía distinguirlas, también no pasó por alto el comportamiento de ella con Daniel, pareciera que recibía órdenes y ella las recibía, como si fuera un perro. Daniel era un alfa dominate, y los rumores eran claros respecto a él, era un mujeriego pero más allá de eso, su familia era una de las conservadoras, que trataban a los omegas como simples objetos que servían para tener a sus hijos, eso realmente le preocupaba pero al no tener pruebas, no podía hacer nada.
Cuando por fin se calmó la joven la llevó a la cafetería, a comprarle un postre, era su dulce Morgan a quien quería mucho.