El espesor de la vegetación no era tan denso y pudieron caminar cómodamente mientras Aris abrazaba el brazo de Ethan.
—¿Por donde deberíamos ir?—preguntó Ethan.
—Mm....¿qué tal por ahí?—dijo señalando hacia la izquierda.
—De acuerdo—contestó sonriendo.
Aris lo miró y le dio un beso en la mejilla.
Ethan tenía la guardia baja, y cuando sintió los helados labios de Aris se sobresaltó, rápidamente tocó con sus dedos el lugar donde Aris le dio el beso y lo miró a los ojos sorprendido.
—Antes me habías dicho que podía besar tus hoyuelos— dijo mirándolo a los ojos y diciendo lo último con un tono suave y lento—cuando quisiera.
—¿Y-Yo dije eso?—preguntó asombrado.
—Si, te pregunté si podía y dijiste que si— respondió felizmente.
—Oh—dijo simplemente en contestación.
En ese momento Ethan recordó la pregunta que se le ocurrió esa mañana, lo inquietaba un poco ya que tenía curiosidad por la respuesta. Pero aún así no se atrevía a preguntar.
Aris al ver la extraña mirada en los ojos de Ethan preguntó:
—¿Qué ocurre?
—N-Nada, no es nada...—dijo en voz baja, pero Aris no le creyó, vio en sus ojos que estaba mintiendo.
—¿Ethan?—interrogó alzando una ceja y lo miró con intensidad a los ojos.
—Yo...—Ethan se sintió presionado y mas nervioso con esa mirada— si sigues mirándome así...yo...no podré decirlo...
—Esta bien— dijo mirando hacia el frente— no voy a mirarte, pero tienes que decirme en que estabas pensando.
—D-De acuerdo— y tragando saliva sacó a la fuerza lo que quería decir— yo...hoy en la mañana, m-me preguntaba...si...¿en donde te gusta estar? ¿arriba o...abajo?
Y diciendo esa última pregunta sus mejillas se enrojecieron y se sintió avergonzado.
—¿A que te refieres?—preguntó desconcertado.
¡Ethan no quería ser más específico!
"¿En serio quiere que lo pregunte directamente?"
—A-Anoche, no lo hicimos...entonces me preguntaba si...te gustaba estar...—Ethan trató de continuar pero no pudo.
Aunque Aris no entendió la parte de "no lo hicimos" enseguida captó un poco la idea y dijo:
—Ohh, te refieres a que si me gusta estar sobre ti o debajo de ti cuando...
—Si, ha eso me refiero—dijo interrumpiendo a Aris.
—Mm—Aris meditó la pregunta un momento.
"¿Por qué es tan importante? Que más da si me gusta estar debajo o encima de Ethan, ¿Acaso sólo se puede una de las dos? ¿Por qué no ambas? ¿Es tan importante el dónde están los humanos cuando se acarician y se besan?"
—Me es difícil elegir, ya que me gustan ambas, cuando estoy arriba y abajo...las dos formas son agradables.
—...—la expresión de Ethan fue memorable.
"¿Es decir que...él esta arriba...y abajo también...? ¿¿¿ambas???"
—¿Y tú? ¿cuál te gusta más?—preguntó Aris casualmente.
—Yo...no lo sé, ¿cómo era antes?—preguntó muy desconcertado e impactado.
—Nunca dijiste nada, al menos que yo recuerde.
"Eso quieres decir que...¿no me importaba?"
—¿Por qué preocuparse por eso? lo que importa es si lo disfrutamos o no.
"¿Qué importa como estemos cuando queramos besarnos y eso?"
—T-Tienes razón—musitó Ethan y sentía que sus mejillas estaban en llamas.
Pobre Ethan, su mente iba a explotar. Aris no sabía que Ethan se refería a si él era el pasivo o el activo, el que da o el que recibe.... Ni se imaginaba qué era lo que ocultaba esa clase de pregunta, ya que Aris no tenía idea de que el sexo existía.
Porque la manera en la que se conciben y nacen las sirenas y tritones es un poco...rara.
Continuaron caminando en silencio, Aris tratando de entender porque era tan importante el elegir si arriba o abajo, y Ethan haciéndose la idea de que a ambos les gustaban las dos formas.
Y se avergonzaba más de sí mismo porque las dos maneras, en su imaginación y a su parecer, eran igual de excitantes.
"Soy un..."
Tratando de olvidar el tema se puso a decir los nombres de todas las flores de las que se acordaba.
Y justo cuando había contado y mencionado tantas que perdió la cuenta Aris dijo:
—Mira—y señaló hacia la izquierda en una parte mas escondida.
—¿Qué es? No veo nada—dijo intentando ver más allá.
—Eso—exclamó y jaló del brazo de Ethan y lo arrastró hacia el lugar.
Una vista muy hermosa se presentó ante ellos.
Un enorme campo de "dientes de león".
Pequeños fragmentos se desprendían y flotaban con la suave brisa mientras se alejaban con lentitud por el cielo azul, perdiéndose en la lejanía.
—Jamás había visto un campo tan grande sólo de dientes de león— exclamó Ethan olvidándose de sus vergonzosos pensamientos.
Ambos se acercaron e inmediatamente se agacharon al borde del prado. Ethan tocó con sus dedos uno de ellos, eran tan suaves y blancos...
—Tampoco había visto unos tan suaves y blancos, simplemente fascinante— y dejando todo a un lado sacó su libreta y comenzó a dibujar y a escribir.
Aris suspiró, dejó sus cosas en el césped y observó a Ethan, quien estaba tan concentrado en dibujar y escribir con mucho detalle.
Y ahí se quedó, sólo observando. El sol hacía que su rubio cabello brillara como el oro, y sus pestañas ocultaban sus ojos, que tenían la mirada baja al mirar la libreta.
Fijó sus ojos con curiosidad en los dientes de león y cortó uno, lo miró de cerca detenidamente y lentamente lo acercó a su nariz y sintió su textura.
"En verdad son suaves..."
Pensó al sentir la suavidad con el tacto de su nariz.
Ethan estaba tan absorto que se había olvidado de Aris, y al darse cuenta, apenado quitó la vista del cuaderno y miró a Aris para disculparse, pero sus palabras se congelaron al verlo.
Finos mechones de cabello caían con elegancia en su frente y orejas mientras que con su pálida mano sostenía un diente de león, que tocaba sutilmente su nariz, con una expresión relajada y pensativa acompañada de sus finos y apacibles ojos.
¿Qué estaba pensando...?
Nada importante... Sólo recordaba el día en que vio a Ethan por primera vez...
Fue el día mas feliz de su vida...
Y aunque no fue hace mucho, ese recuerdo se sentía tan lejano y distante...
Ethan se sintió fascinado y pensó:
"En verdad en muy hermoso. Ojalá recordara el día que lo conocí, seguramente fue uno de los más felices de mi vida...."
Pasó la página y trazo líneas y garabatos que parecían al azar, pero lo que intentaba hacer era un dibujo de Aris.
Poco a poco fue tomando forma, ya tenía el cabello, el cuello, la mandíbula, sus labios, el contorno de su nariz y su mano sosteniendo el diente de león. Lo único que faltaba eran los ojos, pero no se atrevía a intentarlo.
"Dudo que pueda dibujarlos...son tan hermosos que jamás podré retratar su belleza..."
Ethan dio un leve suspiro, y al escucharlo Aris lo miró, sólo para encontrarse con la tierna mirada de Ethan.
—¿Por qué suspiras mirándome?—preguntó Aris con una alegre y cariñosa expresión, acercó la mano que sostenía el suave diente de león y acarició su mejilla con el, que al instante se desmoronó y fue llevado lentamente por el viento.
—Yo....—dijo un poco apenado—estaba dibujando, pero...no puedo hacer que me quede igual...
—Déjame ver— dijo Aris con curiosidad y se acercó para ver.
Ethan le dio la libreta y apartó la vista de Aris y miró hacia el campo.
Lo que vio Aris fue un hermoso dibujo, alguien sentado sobre el césped, sosteniendo un diente de león que tocaba la punta de su nariz, pero aunque le faltara gran parte del rostro sabía que era él mismo.
—Es lindo—dijo Aris sin dejar de mirar el dibujo.
—Mm...pero no puedo hacer tu rostro, no podré dibujar tus ojos como en verdad son— dijo decaído.
—Así está bien—respondió Aris tocando con un dedo la mano de Ethan que reposaba en su rodilla—nadie lo hubiera hecho mejor...
Y Aris le devolvió la libreta con una sonrisa, quien la recibió sin mirarlo.
Ethan continuó dibujando y Aris lo acompañaba en silencio. Los árboles se mecían con la brisa, y aunque fuera mediodía el clima era agradable y fresco...
—¿Quieres acostarte debajo de ese árbol?—preguntó Ethan señalando un gran árbol que se extendía y creaba una gran sombra.
—Claro.
Ambos se levantaron, dejaron las cosas donde estaban y se recostaron debajo del árbol.
—Ethan...—llamó luego de un rato.
—¿Mm?
—Siempre estarás a mi lado, ¿verdad?—preguntó Aris en un susurro.
—Mm...mientras esté vivo— dijo un poco avergonzado.
—¿Me amas tanto como para estar conmigo hasta la muerte?—interrogó Aris cautivado.
—Mn...sólo sé que...no podría vivir sin ti, sólo lo sé...
—Tampoco podría vivir sin ti Ethan. Tú complementas mi existencia y le das un sentido, y si tú eres feliz yo soy feliz—dijo Aris tomando la mano de Ethan.
Quien giró la cabeza y lo miró a los ojos, e instantáneamente se perdió dentro de ellos, y su ser se sintió cálido y reconfortado.
—Mi vida comenzó cuando tú llegaste...y terminará cuando te vayas de ella...
En ese momento, al escuchar esa palabras y recibir esa mirada, Ethan tuvo un sin fin de sentimientos revueltos, felicidad, tristeza, melancolía, dolor, sufrimiento... algo picaba en su corazón.
Y sin quererlo recordó aquel sueño, en donde veía a Aris tratando de quitarse la vida...
Aris percibió la extraña expresión de Ethan y le preguntó:
—¿Ocurre algo?—con un tono preocupado y se apoyó en un codo.
—Mm...es que recordé algo que no quería...— dijo evitando la mirada de Aris.
—¿Recordaste algo de...?—interrogó Aris con curiosidad.
—No...fue un sueño que tuve hoy en la madrugada y talvez parte de la noche...—interrumpió Ethan en voz baja y lo miró a los ojos— era sobre ti...
—¿De mí?—preguntó Aris sorprendido y sus cejas se arrugaron.
"¿Un sueño sobre mi que no quisiera recordar?"
—Mm, sé que sólo es un sueño pero...se sintió tan real, como si hubiera estado ahí... viéndolo...
—¿Qué viste?—quiso saber.
—...En el sueño...tú... tratabas de...morir— dijo con un tono triste.
El corazón de Aris comenzó a latir de prisa y un peso cayó sobre él.
—Eso...fue un sueño horrible—musitó y abrazó a Ethan recostándose en su pecho—pero sólo fue un sueño...
Ethan se sorprendió ante el consuelo tan serio de Aris, sonrió y acarició su cabello.
—Lo sé, si hubiera sido real no pudiera soportarlo...—dijo mirando las ramas que se mecían.
Aris no dijo nada y sólo se quedó ahí, escuchado los lentos latidos de su corazón, con un nudo en la garganta y una expresión se tristeza...
—¿Puedo quedarme así un momento?—preguntó Aris suavemente.
—Si, es lindo estar así—exclamó Ethan sin dejar de acariciar su cabello.
Luego de un largo silencio Aris dijo:
—Me gusta que hagas eso.
—¿Qué acaricie tu cabello?—preguntó riendo en voz baja.
—Si—respondió en un susurro—me hace sentir amado...
—Me alegra, porque esa es la intención—dijo y bajó aún más la voz—quiero que te sientas amado.
—....Es triste no sentirlo...—dijo Aris con un tono casi inaudible.
Ethan se sintió melancólico y conmovido, porque recordó que en algún momento de su vida el se sintió triste por no ser amado.
—Lo es...ya no nos sintamos tristes...nunca más...
—Mm...
Y luego de eso nadie habló y ambos guardaron silenció por un largo rato, sumergidos en sus propios pensamientos.