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Chapter 29 - Capítulo 29: Girasoles tristes

Pensamientos que eran un poco de todo, algunos recuerdos al azar que Ethan todavía recordaba, pero aunque no eran muy bonitos siempre trató de no darles mucha importancia.

"El pasado se queda en el pasado, y aprendes de el para que tu futuro no sea igual..."

Ethan era muy optimista, y a veces creía que lo era demasiado.

Aris...bueno, sus pensamientos eran un lío, se sentía frustrado porque no entendía la razón de que Ethan soñara con eso.

"¿Por qué Ethan también sueña conmigo?¿No se supone que sólo fuera yo quien soñara con él?"

También estaba inquieto porque aún escondía cosas, como el hecho de que él no era el "doctor" del barco y que en realidad era un tritón que conoció en la isla en la que estaban. Aunque sabía que Ethan lo amaba, aún no estaba seguro si sería correcto decir todo eso.

Además estaba el hecho de que Ethan pensaba de que ellos se conocieron en otro lugar, y cuando la tripulación lo vea y sepa que mintió...

"Creo que tendré que hechizarlos a todos"

Pero el problema se resolvería si Aris le dijera la verdad.

"Trataré de decirle la verdad hoy, así se resolvería todo...y es la manera más fácil...."

[...]

Ya había pasado quien sabe cuanto, y Ethan comenzó a sentirse somnoliento.

—Aris.

—¿Mn?

—Creo que deberíamos continuar, sólo un poco más y regresemos al barco—dijo Ethan apoyando su mano en la espalda de Aris.

—De acuerdo.

Aris se levantó un poco, su cabello caía en cascada y sus ojos eran suaves mientras miraba a Ethan.

Ethan alzó una mano y acarició la mejilla de él.

—¿Me regalas un beso?—preguntó Ethan cautivado ante el semblante de Aris, quien lo miraba desde arriba.

—Claro, te lo regalo con gusto— dijo con una leve sonrisa y posó sus labios en los suyos.

Ethan se limitó a cerrar los ojos y disfrutar del beso. Aris se retiró y dijo aún cerca de su piel:

—Pídeme los que quieras, todos son tuyos—y retirándose lentamente se sentó a su lado viéndolo desde arriba.

Con un leve rubor Ethan se sentó y dijo en voz baja:

—También los míos son tuyos.

—¿Y tus hoyuelos?—preguntó Aris sonriendo.

—También son tuyos— dijo riendo, se levantó y le ofreció una mano a Aris para ayudarlo.

Caminaron hasta sus cosas y siguieron avanzando, Aris lo estaba guiando por todos los campos de flores que habían en la isla, que a simple se veía pequeña, pero es tan inmensa que tardarías meses en recorrerla toda.

El campo de dientes de león fue el primero, también había de rosas, lirios, margaritas, tulipanes, gardenias, peonías, girasoles...

Desde que Aris supo que le gustaban las plantas y las flores quiso hacer este recorrido con él.

Caminaron tranquilamente por algunos minutos hasta que llegaron a un claro, y ahí estaba, una gran área repleta de girasoles.

—Mira—dijo Ethan muy emocionado y dejó todo en el suelo—son tan hermosos.

—Se nota que te gustan mucho—exclamó y siguió al emocionado Ethan.

—Claro que si—se acercó a una y acarició un pétalo—son mis flores favoritas desde niño.

—¿Por qué?—quiso saber.

—Porque me recuerdan a mi madre— dijo sonriendo— ella amaba tanto las flores, era muy buena botánica y me enseñó todo lo que sé.

—Oh, tu madre se escucha como alguien muy buena— dijo Aris muy aliviado.

Ya que había leído que las madres normalmente eran muy cariñosas con sus hijos, y se alegraba que la madre de Ethan lo fue con él.

—Lo era—dijo con un tono melancólico—lastimosamente no recuerdo que le sucedió, pero sé con certeza que ella falleció hace mucho.

—Lamento oír eso—dijo Aris en voz baja.

—No hay porque estar triste—dijo Ethan al ver un poco decaído a Aris—son cosas que le pueden pasar a cualquiera, además...los pocos recuerdos que aún tengo de ella son muy bellos. No sé si antes tenía mas pero...—dijo y se encogió de hombros.

—Oh—dijo Aris aliviado—¿y por qué te recuerdan de ella?—preguntó señalando los girasoles.

—Porque era su flor favorita, y también se volvió la mía...

—...

—Una vez encontré uno muy hermoso, jamás había visto uno igual, así que lo corté y se lo llevé. Pero me tarde mucho y el girasol comenzó a ponerse decaído, y cuando se lo di ella me dijo con su tono amable que siempre usaba:

"Es un girasol hermoso, pero lo fuera más si no estuviera triste. La próxima vez iremos juntos y cortaremos muchos, pero habrá que darnos prisa, antes de que sean girasoles tristes..."

A ella le entristecía cada vez que veía las flores decaer después de ser cortadas...

Ethan tuvo que interrumpir sus palabras porque un repentino mareo lo invadió, apoyó su palma en su frente y cerró los ojos.

—¿Qué ocurre?—preguntó Aris con un tono preocupado y se acercó a él.

—No es nada—dijo tratando de sonar tranquilo— sólo me sentí mareado por un segundo.

Ethan se apoyó en Aris y trató de estabilizarse, pero aún seguía sintiéndose mareado.

—Deberías sentarte un momento— propuso Aris en voz baja.

A lo que Ethan obedeció con su ayuda y se sentó en el césped aún con la mano en su frente. Pero su cabeza aún seguía dándole vueltas.

«Ethan»

De repente escuchó una suave voz que lo llamaba, lo que hizo que se sintiera confundido.

«Parece que no lo recuerdas Ethan...déjame ayudarte...»

Y al instante él recordó.

....

—¿Aún te sientes mareado?— preguntó Aris con suavidad y apoyó su mano en su espalda.

Ethan levantó la mirada, su expresión era triste mientras dos lágrimas rodaban por sus mejillas.

—¿Qué sucede Ethan? ¿Te duele algo?— preguntó Aris con mucha preocupación.

—Aris...ella...la mataron Aris...ahora lo recuerdo—dijo Ethan viendo hacia adelante con ojos vacíos.

—¿Acabas de recordar algo?—preguntó Aris tratando de mantener la calma.

—Yo...lo vi...ella...fue asesinada, frente a mi— y sin soportarlo más las lágrimas cayeron sin cesar.

—....—Aris estaba confundido y sorprendido, no sabía que decirle a Ethan.

—Por mi culpa...— dijo en voz baja y sus manos temblaban.

—Trata de calmarte Ethan, eso...

—¿Por qué?— se lamentó sosteniendo su cabeza con ambas manos y cerrando los ojos tan fuerte que temblaban— ¿fue él quien lo hizo? Él nunca haría algo así...¿por qué la mataría?

Ethan balbuceaba y cada vez se encontraba mas alterado. Aris lo tomó de los hombros y le dijo con firmeza:

—Mírame Ethan—y aunque estaba nervioso y asustado trató de actuar calmado frente a Ethan.

Quien al mirarlo a los ojos paró de balbucear y se centró en ellos. Dos océanos de azul profundo que eran fríos y serenos, y poco a poco se fue calmando y se dejó llevar por la hipnotizante sensación y la tranquilidad que sentía al mirarlos.

«Oh Ethan...¿por qué te es agradable ver sus ojos? si son los mismo ojos que vieron morir a tu madre con deleite y fascinación...»

Y en ese momento Ethan vio una escena, en la que Aris sostenía una espada y la enterraba en el cuerpo de su madre, que estaba tirada en el suelo con una expresión aterradora y desahuciada.

Al instante Ethan alejó a Aris y se arrastró lejos de él con miedo.

—Fuiste tú Aris—dijo Ethan entre lágrimas—¿por qué lo hiciste? ¿no se supone que me amas?

—Yo...¿de que hablas Ethan? Yo te amo...

—¿Entonces por que la mataste?—reclamó con voz temblorosa, y cuando vio que Aris quiso acercar su mano exclamó con miedo—Aléjate de mí.

Aris se quedó congelado, pero obedeció y se alejó de Ethan.

"Alguien está manipulando la mente Ethan"

Pensó con ira.

—Yo no la he matado, jamás haría algo que te hiciera daño— dijo con un tono tranquilo—tienes que creerme Ethan...

—¡Cállate!—dijo tapándose los oídos—yo te vi, ¡yo te vi! Tú...—justo cuando estaba entrando en crisis tuvo un momento de lucidez y dijo en voz baja mirando a Aris con una expresión de súplica:

—No la mataste Aris, lo sé pero...repítelo por favor, dímelo hasta que lo crea...—rogó con desesperación.

Aris vio lo asustado que estaba Ethan y casi no pudo soportarlo, escondiendo su ira trató de deshacer el nudo de su garganta y dijo:

—Yo no la maté Ethan, no lo hice...

«No le creas Ethan, él está mintiendo. ¿Acaso necesitas verlo más claramente?»

En ese momento Ethan vió con claridad la expresión de maldad de Aris, junto con una retorcida sonrisa mientras apuñalaba a su madre sin cesar.

—¡No! Es mentira....¿por qué lo hiciste?—dijo mirando con dolor y terror a Aris—no te he hecho nada, ¿entonces por qué la mataste? Si en verdad te hice algo me hubieras matado a mí en vez de a ella...—exclamó ahogándose en su sollozo sin poder controlar el temblor de su cuerpo.

Ethan estaba a punto de volverse loco, su cabeza era un caos, y no paraba de oír la voz que le decía cosas, cosas que no quería oír.

Aris no podía soportarlo más, su corazón dolía incesantemente al mirar el estado de Ethan, con miedo se acercó a él y lo sujetó de las muñecas.

—Perdóname Ethan...—dijo en voz baja.

"Tendré que ponerlo a dormir, si sigue así..."

Pensó con desesperación, no sabía que estaba pasando con Ethan exactamente y por más que pensara no se le ocurrió que clase de hechizo pudiera modificar sus...

"Modificar..."

Cuando esa palabra apareció en su mente recordó que si existe uno que puede modificar los recuerdos, en especial los más traumáticos y tristes de la víctima, volviéndolos mas horribles.

"El caracol del sueño"

Pero era un hechizo prohibido y el precio a pagar por usarlo no era nada agradable.

"Maldito Elderloth, tenías que usar eso en Ethan, voy a matarte...lamentarás tanto el día en que tomaste la decisión de lastimarlo..."

Pensó con ira y con sed de venganza.

Aris aún lo sujetaba de las muñecas, con fuerza pero sin causarle daño, Ethan no podía librarse por mas que lo intentara, el miedo y la desesperación lo invadían cada vez más y empeoró cuando vio el rostro de Aris, quien sin darse cuenta, puso una expresión fría y malévola mientras maldecía a Elderloth en su mente.

«Sólo mira esos ojos Ethan...son tan despiadados y siniestros ¿acaso no ves que intenta matarte? Sus ojos lo dicen...míralo a los ojos...»

Ethan tembló y su cuerpo se debilitó al verlo a los ojos, los cuales miraban con maldad y sed de sangre.

—Por favor...—dijo con voz temblorosa—no me mates...te lo ruego...no lo hagas— rogó asustado y las lágrimas empeoraron.

En ese instante Aris se dio cuenta que no controló su ira y la expresó en su mirada.

—No, yo no...—dijo relajando su expresión y trató de explicarse pero fue inútil.

—¡No! Suéltame, no quiero morir—gritó y jaló del agarre pero también fue inútil.

Estaba en un estado de locura, ya no sabía diferenciar entre lo real y lo falso. Sólo sabía que Aris trataba de matarlo, y sus ojos le decían que lo haría brutalmente.

Aris rápidamente trató de lanzar un hechizo para hacer que durmiera cuando....

Escuchó algo.

Rápidamente giró la cabeza hacia el sonido y vio lo que era.

Personas.

Seis en total.

—¡No me mates, suéltame!— exclamó Ethan asustado y con la mirada perdida.

En ese momento, las personas que se acercaban lo escucharon y uno de ellos dijo:

—¿No es ese el capitán?—se preguntó confundido.

—Si, es él, pero...¿Quién es el otro?—dijo uno señalando a Aris.

Y cuando alguien iba a decir algo escucharon las suplicas de Ethan:

—Suéltame, te lo ruego, no quiero morir—suplicó con desesperación.

—¡Hey tú! Te dijo que lo soltarás—rugió uno y todos corrieron hacia donde Ethan y Aris.

Aris se sentía cada vez más angustiado, los compañeros de Ethan habían llegado en él peor momento y ahora tendría que lidiar también con ellos.

—No se quien eres pero, suéltalo o verás las consecuencias—dijo, un hombre alto y robusto, el más alto de todos.

Aris lo ignoró y se apresuro a recitar en voz baja un hechizo de sueño.

—¿Acaso eres sordo maldito? Te dije que lo soltaras—y diciendo esto sacó su enorme espada y la apuntó al cuello de Aris.

El filo de la espada era tal, que cuando tocó la piel de Aris hizo un corte tan minúsculo que era difícil de ver. Pero Aris sintió el daño, y asustado vio al hombre.

Que enseguida sintió que su cuerpo ardía, asustado se retiró hacia atrás con dos pasos mientras se desmoronaba en un montículo de arena. Dejando atrás sólo su ropa.

Los otros se petrificaron sin creer lo que habían visto.

«Mira Ethan, Aris acaba de matar a uno de tus amigos...si no lo detienes va a matarlos a todos»

Ethan no sabía quienes eran las personas que acababan de llegar, pero su cerebro asimilo la información que le decía la voz y supo que eran sus amigos.

—¿También quieres matarlos Aris?—le dijo con dolor, y sus ojos que habían sido vaciados ahora estaban llenos de tristeza y desesperación—¿qué más quieres de mi? ¿no me has hecho sufrir suficiente?

Aris estaba asustado, él no quiso "matar" al compañero de Ethan, y al ver el dolor en sus ojos no pudo soportarlo más.

—Yo...no quiero verte sufrir— dijo con un nudo en la garganta y sus ojos se humedecieron—yo...no quise...—estaba tan nervioso que aflojó su agarre.

—¡Aléjate Capitán!—gritó uno al ver que Aris aflojó el agarre y lo apartó bruscamente de Aris.

Otro, al ver que Aris no quería dejarlo ir lo amenazó con su espada, Aris no quería matar a otro accidentalmente así que se alejó de la espada para no ser herido.

—No sé que le has hecho al capitán ni que hiciste para matar a Jasper, pero si nos sigues voy a matarte—dijo con rudeza sin bajar su espada.

Aris sólo lo miró con frustración, quería quitarles a Ethan e irse lejos, pero si lo lastimaban otra vez y alguien volvía a morir no podría soportar ver la expresión de dolor y el sufrimiento de Ethan.

Sintiendo impotencia y frustración sólo pudo ver con esos humanos se llevaban a Ethan, que estaba cada vez peor mientras caía en la locura, estaba confundido y no sabía porque ni a donde se lo llevaban. Su mente se sentía aliviada de estar lejos de Aris, pero su corazón dolía al no sentirlo a su lado.

Cuando ya iban bastante lejos el hombre que apuntaba con una espada a Aris lo miró con desagrado, se dio la vuelta y corrió.

Una angustia horrible se apoderó de Aris y se quedó ahí parado, sin saber que hacer, levantó su mano y se dio una fuerte cachetada.

"Contrólate..."

Respiró hondo y meditó la situación.

"Debo llevarme a Ethan lo mas lejos posible de todos, si quiero salvarlo no debo ser interrumpido por nadie"

Además le molestaba el hecho de que esos humanos se lo llevaran, desde que los vio sintió una mala vibra emanar de ellos, y sus ojos sólo reflejaban pura maldad y perversión.

Salió corriendo y quiso alcanzarlos lo más pronto posible, iba ideando un plan para que nadie pudiera lastimarlo y así ninguno moriría, cuando escuchó la voz mas desagradable que existe.

—¿Por qué te ves tan desesperado Sirilius? Deja que los humanos se vayan y volvamos— dijo con una sonrisa agradable.

Aris se detuvo, su sangre se heló de ira y sus pupilas se encogieron, de dio la vuelta y ahí estaba, recostado sobre un árbol a los lejos con una expresión relajada, lo miró con odio y pronunció su nombre con asco:

—Elderloth....

"A veces, el amor más puro y sincero florece en la adversidad y en la tragedia, volviéndolo mas hermoso..."

"Y casi siempre, entre más fuerte es la tormenta, más bello es el arco iris, al final..."