Con el ligero rose del beso Ethan pudo sentir la suavidad y frialdad de los labios de Aris, quien levantó sus manos y acarició el cabello de Ethan mientras abría levemente sus labios e intensificaba el beso.
Aris lo besaba cada vez con mas deseo y anhelo que Ethan casi no podía seguir con el ritmo, y cuando sintió su cálida lengua se estremeció. Todo este tiempo Aris estuvo conteniéndose, quería tocarlo y besarlo desde hace mucho, y ahora que al fin podía hacerlo no lo dejaría ir tan fácil.
Ethan puso sus manos en los hombros y el pecho de Aris mientras la lengua de Aris invadía lentamente su boca. La sensación era nueva y espléndida para él, apenas había dicho y corroborado los sentimientos que habían entre ambos y Aris ya lo estaba besando con tanta pasión y deseo.
"Acaso...¿ya nos habíamos besado...?"
Pensó entre el calor del beso y las caricias de Aris, su respiración era cada vez mas rápida y desigual, su mente se sentía confundida y una calidez extraña recorría todo su cuerpo.
—...Ethan...—dijo Aris en voz baja cuando sus labios se separaron por unos segundos.
Su aliento quemaba la boca de Ethan y sus dedos se deslizaban por su cabello hasta llegar a su cuello. La piel de Ethan se erizó y en ese momento Aris volvió a unir sus labios, chupaba con delicadeza y lentitud el labio inferior de Ethan mientras acariciaba su piel debajo de la camisa.
Ethan se rindió a los movimientos de Aris y se dejó llevar por él.
"Parece que...a querido hacer esto...por mucho tiempo..."
Pensó Ethan al sentir de nuevo la lengua de Aris resbaladiza y caliente, que causaba una sensación indescriptible que recorría todo su cuerpo.
Ethan levantó sus manos y con una acarició el cabello de Aris y con la otra su cuello. El beso se volvió menos intenso y mas despacio hasta que sus labios se separaron con un sonido húmedo.
Sus respiraciones eran agitadas y calientes, se miraron a los ojos aun estando tan cerca que sus narices casi se tocaban.
—...Aris...—dijo Ethan en voz baja mirándolo fijamente a los ojos.
—Ethan...yo....lo siento, creo que me excedí—dijo apenado bajando la mirada y tocando sus labios con la punta de sus dedos. Sus labios rojizos brillaban junto con el rubor de su piel.
—No...tienes porque disculparte—contestó al ver el comportamiento tan tierno y sexy de Aris.
"No puedo creer lo que acaba de pasar"
Ethan se sentía un tanto confundido, sabía y no sabía como sentirse.
—Aris...—musitó Ethan y miró hacía el exterior— mira, ya no está lloviendo.
—...Es verdad—dijo Aris levantando la mirada muy despacio.
—¿Por qué no...regresamos por hoy?—preguntó Ethan lo más calmado que pudo— tenemos mucho de que hablar ¿no es así?— dijo sonriendo.
—Si...—respondió tímido y alegre al mismo tiempo.
Tomaron sus cosas y emprendieron la caminata de regreso al barco. Ethan caminó al frente y tomó la mano de Aris para que no se retrasara o se tropezara.
—¿E-Esta bien si tomó de tu mano?—preguntó Ethan luego de haberlo hecho.
—Si, gracias—contestó Aris acomodando su mano en la de Ethan, el calor de su mano era muy notorio en la fría mano de Aris—tengo las manos heladas, tal vez logran calentarse con las tuyas.
—Si...están un poco frías—dijo en voz baja e hizo una leve presión sobre la de Aris— puedes...tomar mi mano cuando quieras...así, ya no estará fría.
—Mm—respondió en afirmación.
[...]
En el momento en que sus labios se tocaron Lucdark no se quedó mirando ni un segundo más, salió a toda prisa para informarle a Elderloth sobre lo que había pasado.
"No puedo creer que en verdad pasara esto...¿qué está pasando?"
Pensó muy inquieto, pero quién le preocupaba era su alteza, el príncipe Elderloth, quien tendría que usar el hechizo "Caracol del sueño".
Entró a una cueva pequeña y estrecha, avanzó y se sumergió en un túnel subterráneo que estaba en el suelo. Nadaba de un lugar a otro hasta que llegó a una salida, se asomó por ella y salió.
—Su alteza—dijo y se inclinó hacia Elderloth, quien estaba flotando frente a una ventana. De ella se podía apreciar una magnifica vista de todo el reino.
—¿Y bien?—dijo sin apartar la mirada de la ventana.
—A...sucedido Alteza, ellos se...besaron— dijo con voz clara pero con toques de temor e incredulidad—Pero...
—¿Pero?—interrogó con una expresión de disgusto.
—Todo me resulta extraño y no logro comprender... Ninguno de ellos esta bajo algún hechizo o siendo engañado por el otro, yo los estuve observando todo el tiempo.
—...
Elderloth guardó silencio y se giró hacia Lucdark, nadó y se colocó frente a él con una mirada helada.
—¿Estas seguro?
—Si Alteza. Totalmente—respondió rápidamente.
—Entonces no me queda de otra que aceptar lo que muestran los hechos.
Argiss y el humano en verdad están...—dijo con firmeza pero no pudo terminar la oración.
—No lo haga Alteza, se lo ruego, no use ese hechizo...—dijo con tono lamentable.
—La decisión está tomada— dijo con severidad—ya tengo todo preparado, sólo falta el último paso para que el hechizo este listo.
Cuando Lucdark escuchó esto palideció y ya no dijo nada, volvió a inclinarse y se despidió de Elderloth con angustia.
Elderloth nadó hasta una mesa donde habían muchos botes de coral llenos de sustancias e ingredientes raros, conchas, algas...
"Hay algo que no logro entender, ¿por qué Argiss uso un sello en el humano? Si en verdad el humano se ha enamorado así nada mas el sello no era necesario..."
Pensó tomando un pequeño caracol en sus manos junto con una daga hecha de coral.
"Eso no importa, sólo tengo que hacer esto y todo se resolverá"
Se dijo a sí mismo mientras nadaba hasta la puerta y se iba.
[...]
Ambos guardaban silencio mientras caminaban tomados de la mano. Se sentían un tanto nerviosos, Aris porque no sabía si iba a poder controlarse ahora que Ethan le había dicho que lo amaba, y Ethan porque no estaba seguro de como comportarse con Aris.
Apartaron unos arbusto y vieron la playa, al fin habían salido de la isla.
—Llegamos—exclamó Ethan un poco nervioso.
—¿Quieres caminar un rato en la playa?—preguntó con una sonrisa aún sin soltar la mano de Ethan.
—Claro, me encantaría— respondió lo mas calmado que pudo—pero primero dejemos todo esto en el barco.
—De acuerdo.
Caminaron hasta el barco y dejaron sus cosas cerca de la puerta de la habitación de Ethan. Aris se apoyó con una mano en el borde del barco y comenzó a quitarse los zapatos.
Ethan al verlo también se quitó las botas y las dejó a un lado. Bajaron del barco y caminaron por la playa. El clima era más cálido, la arena y el sol se sentían tibios luego de la lluvia.
—No parece que hubiera llovido—dijo Ethan al mirar la playa casi seca y el cálido clima.
—No, no lo parece—Aris tomó a Ethan del brazo y abrazándolo lo acercó mas a su cuerpo.
Sus pies se hundían en la arena húmeda y las suaves olas mojaban sus pies.
—Aris—llamó Ethan con una voz suave.
—¿Si?
—Yo...no estaba seguro si...
—¿Yo te quería también?
—Si, pero...
—¿Pero?
—También noté que eras muy atento conmigo, no me tratabas como un simple amigo, entre otras cosas...
—¿Era tan obvio?—preguntó con una risita.
—Bueno...tal vez, un poco— dijo riendo un poco apenado.
—Yo tampoco estaba seguro si debía decírtelo, no me recordabas y no sabía si ibas a tomarlo bien. No quería agregarte otra carga, ya estabas lo suficientemente confundido...
—En verdad te preocupas por mi—dijo Ethan con una sonrisa.
—...Mucho.
—Pero estoy bien. Si no te importa quisiera...que las cosas fueron como eran antes...nuestra relación.
—Me parece bien—dijo en voz baja y recostó su cabeza en el hombro de Ethan.
—Y-Y dime, ¿cómo era nuestra relación?—preguntó nervioso por el gesto de Aris
—Mm...pronto lo averiguaras—contestó Aris con una radiante sonrisa.
"¿Qué tan lejos habíamos llegado?"
Se preguntó Ethan sonrojándose, eso era una de las cosas que mas le inquietaban.
—Lo sabrás cuando volvamos al barco—dijo Aris levantando la cabeza y miró a Ethan, quien al ver ese gesto se sonrojó aun mas y su rostro se sintió calentó junto con su corazón.
"Me pregunto como le pedí que fuéramos pareja, o quizás ¿fue él quien me lo pidió?"
Se preguntó Ethan al tratar de imaginar como ocurrieron las cosas.
—De acuerdo— logró responder Ethan mirándolo a los ojos.
—Pero antes, ¿quieres que te diga como me siento?—preguntó sonriendo y entrecerrando los ojos.
—Por favor, quisiera escucharlo—respondió muy nervioso.
Ambos se detuvieron, Aris se paró frente a Ethan y lo tomó de las manos.
—Desde el primer momento que te vi supe que eras al que mas amaría en todo el mundo, que serías mi razón de existir, mi todo. El único amor que he tenido y que tendré por el resto de mi vida, jamás podré encontrar a alguien como tú, Ethan... Gracias por aparecer en mi vida y salvarme de una sin ti, llena de sufrimiento y soledad, gracias por amarme...
Sin dejar de mirar a Ethan a los ojos Aris dijo estas palabras con suavidad y dulzura. Levantó sus manos e inclinó la cabeza, posó sus labios en sus nudillos y sonrió.
Al instante sus mejillas y sus orejas se pusieron rojas y calientes, jamás le habían dicho algo tan bello y sincero.
No sabía que decir ante tal declaración.
"No puedo creer que Aris guardara todos esos sentimientos por mi..."
—No tienes que decir nada— dijo en voz baja al ver la reacción nerviosa de Ethan.
Aris volvió a tomar del brazo a Ethan y siguieron caminando, extrañamente Ethan sintió que todo lo que lo rodeaba era lo mas hermoso que había visto, que era el momento mas maravilloso que había vivido jamás. Se sintió la persona mas feliz y afortunada del mundo.
Llegaron a una parte de la playa en donde habían caracoles y conchas de diversas formas y colores.
—Que bonitos— exclamó Ethan al verlos.
Se detuvieron y se pusieron en cuclillas para observarlos mas de cerca. Ethan tomó un pequeño caracol con tonalidades blancas y con una radiante sonrisa lo miraba fascinado.
—También te amo Aris—dijo en voz baja mientras le daba el caracol.
Aris le devolvió la sonrisa en silencio y acepto el caracol.
Y así pasaron el rato, uno encontraba una concha o caracol de su agrado, se lo regalaba al otro sin decir nada y se los guardaban el los bolsillos del pantalón.
El sol se tornó dorado y el cielo naranja con rosa, la brisa era tibia y el leve sonido de las olas era agradable al oído, ambos se sentaron a la orilla a disfrutar del clima y su compañía.
Ethan sacó de su bolsillo uno de los caracoles que Aris le había regalado, era uno de los que más le habían gustado, tenía tonos suaves de color blanco y celeste.
—Me gustó mucho este—dijo admirándolo—gracias.
—No es nada—contestó tocando la mano de Ethan.
—Siempre me ha gustado escuchar el sonido de las olas dentro de los caracoles.
—¿En serio?—exclamó fascinado, a él también le gustaba escucharlas.
—Si—dijo pegando el caracol a su oído— es muy hermoso,
Se concentró y trató de escuchar el sonido escondido dentro de él, pero al escucharlo con mas atención se dio cuenta que había algo mas entre el sonido de las olas, era como...
Fin del primer volumen: La isla oculta