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Chapter 8 - Capítulo 8: Contándole una leyenda a su peor enemigo

Li Yan no sé movió ni un centímetro y permitió que Su Jian lo mantuviera contra la pared. Estaba haciendo acorralado, más no sentía ningún agravio por eso. A decir verdad, se sentía bien. Perfectamente.

Si estuviese en su cuerpo original, Su Jian hubiese causado su muerte en ese instante; su corazón latía con tanta fuerza que podía escucharlo en sus oídos. Su rostro se tornó rojo en un soplo de viento, y el rubor incluso se extendió a su cuello y orejas. Ese debía ser un espectáculo bastante vergonzoso.

Para su suerte, Su Jian no estaba mirando su rostro. La razón de esto era que él no podía lidiar con su propia vergüenza, y en su rostro sonrojado incluso brillaban gotas de sudor frio. Si no miraba el rostro de Li Yan, era solo para evitar dejarse al descubierto.

No estaba nervioso porque fuera su primera vez en esa situación, estaba nervioso porque se trataba de Li Yan; y lo mismo aplicaba en el caso del joven Li. No importaba cuanta gente los dos hubiesen conocido, besado y hasta tocado a lo largo de su vida, nada se podía comparar a su peor enemigo: un amor considerado imposible.

Su Jian y Su WuLi tenían la misma voz y, allá en su mundo, Su Jian había sido alagado muchas veces por su voz grave y tentadora. Habría sido un verdadero idiota si no usase eso a su favor.

Sus labios se acercaron a una de las orejas de Li BaoGui, rozándola y entibiándola con su propia respiración. Atrapado entre el cuerpo de Su WuLi y la pared, Li BaoGui sintió que su cuerpo temblaba.

—Según la historia del Gran rio dragón, nuestro imperio y el imperio del norte fueron una sola tierra.

Su Jian pensó, si esto no es lo suficientemente obvio, creo que no habrá oportunidad para mi amor en esta vida.

Pero Li Yan pensó, Su-ge tiene una forma extraña de contar historias, a este paso mi Yan'er se va a levantar.

Sin embargo, Li Yan no hizo ningún sonido ni se movió, temía poner sus manos en un lugar indebido 'por error'. Al sentir la voz de Su WuLi directo en su oreja, un hormigueo recorrió toda su espalda y lo hizo apretar sus labios.

—Un día, un dragón rojo cayó de los cielos. Se dice que sus escamas estaban rasgadas y caídas al punto de que sus huesos y carne eran visibles, la sangre brotaba de sus heridas mojando la tierra. —Su Jian hablaba pausadamente.

Él quería asegurarse de que cada palabra que saliera de su boca se escuchase fuerte y clara, quería que Li Yan siguiera temblando a centímetros de su cuerpo.

—El dragón rugió y lloró sin explicación alguna, y su enorme figura golpeó la tierra mientras se retorcía, devastando todas las ciudades y bosques cercanos. ¿Qué le sucedía? Nadie lo supo, solo sabían que debía estar sumergido en un profundo dolor.

¿Dolor? ¿llanto? La historia que Su Jian contaba era triste, pero Li Yan no podía concentrarse en sus palabras. Sus ojos almendrados miraban hacia el frente y aun así no veían nada, su cerebro estaba hirviendo bajo el sonido de esa voz.

—Cuando la tierra llegó al punto de dividirse en dos, y formó múltiples grietas gracias a sus golpes y su peso, un inmortal descendió. Y sometió al dragón hasta obligarlo a convertirse en una serpiente roja, la cual se deslizó rumbo al norte. Fue el inmortal quien dijo que Jiang Shui debía ser adorada en ambos imperios, ya que así se apaciguaría al dragón. Las grietas se llenaron de agua por voluntad de los cielos, formando el Gran rio dragón y el Cola de dragón que pasa por nuestro condado.

A simple vista, parecía una escena de acoso de parte de un matón a un chico inocente y, cuando Li Yan ponía esa idea en la cima de su mente acalorada, se sentía satisfecho. Estaba más que seguro de que su tipo eran los malos.

—Jiang Shui es la Señora de las buenas cosechas, pero también protege los pueblos de las inundaciones y se puede rezar a ella pidiendo reencontrarse con seres queridos. Ella no pisotea al dragón. Ella pertenece al dragón, y el dragón también pertenece a ella. Son dos amantes que se han reencontrado. Hay algunos pueblos que dejaron de rezar a ella, pero eso ya es otro asunto. —Su WuLi tomó una pausa y luego preguntó—. ¿Qué te parece la historia?

Si Li Yan hubiese podido contestar, su respuesta hubiese sido lo mismo que pensó, ¿cuál historia?

Su mente estaba perdida ante la idea de ser un chico bonito atrapado en las garras de un lobo, no logró entender ni siquiera la mitad de la historia. Su vientre le brindaba una nueva sensación de hormigueo, similar a la que sintió al ver los fuertes brazos de Su Jian al cortar la leña… Li BaoGui apretó sus piernas instintivamente, tratando de contener las reacciones de su parte baja. Ese cuerpo tenía un 'regalo celestial' que se sentía más como una maldición.

Su WuLi no sabía lo mucho que Li Yan estaba sufriendo, solo sabía que estar de esa manera con él era adictivo. No quiso separarse incluso cuando la historia ya había sido contada; quería seguir respirando el aroma fresco de Li BaoGui, quería seguir viendo ese cuello blanco y fino, respirar sobre esa pequeña oreja coloreada por el rojo.

Desde su posición podía dar un breve vistazo a la parte posterior del cuello ajeno, donde residía la marca que señalaba una diferencia entre los hombres. Era como si Li BaoGui tuviera una flor de durazno tatuada en la piel, sin embargo, era una marca de nacimiento; la marca de nacimiento que lo delataba como un hombre fértil, un hombre capaz de quedar embarazado.

Su Jian sabía, mediante recuerdos de Su WuLi, que aquella marca realmente olía como las flores de durazno. Y que Li BaoGui hacía sonidos vergonzosos si era tocado justo ahí.

La tentación lo golpeó como un rayo caído del cielo.

En una escena que, desde la perspectiva de Li Yan, parecía salida de una película porno de temática cuestionable, Su WuLi se pegó al cuerpo de Li BaoGui y se abalanzó sobre esa marca. Li BaoGui se encogió como si tratase de resistirse, pero su acción fue tan pobre que era obvio que fingía.

La nariz de Su WuLi se acercó a ese lugar, aspirando el dulce aroma de las frutas y flores de durazno. Era exquisito y embriagante. No pudo evitar querer más. Sus labios tocaron la suave piel, y besaron la marca rosa en forma de flor de durazno.

Justo como en los recuerdos de Su WuLi, el cuerpo de Li BaoGui se estremeció y un sonido enternecedor salió de sus labios.

Entonces, como un trueno en el cielo despejado, Li XuDan gritó desde afuera.

—¡Shushu!

Cuando Li XuDan entró a la cocina, ambos hombres estaban de pie junto a la olla hirviente. El ambiente era extraño al igual que sus sonrisas rígidas, y se volvía más raro para la joven cuando respiraba.

—En… Shushu, creo que tu medicina esta quemándose.

En efecto, la medicina se quemó.

Su Jian se sirvió una taza de agua mientras su esposo-enemigo y su sobrina hablaban y decocian más medicina. Tomó un sorbo y luego miró su reflejo en el agua clara, ¿qué vio? Un imbécil.

Su intención era coquetear de forma abierta y notable, pero termino luciendo como un ladrón de flores*. Habiendo llegado a ese punto, le sorprendía que sus antepasados no se presentaran en sus sueños para atormentarlo.

Bebió el resto del agua y dejó la taza en el mismo lugar donde la había encontrado. Se dio vuelta y salió de la cocina con la intención de ir a cumplir con su labor, sin embargo, Li BaoGui lo siguió hasta el exterior para entregarle una canasta para llevar comida.

—No olvides el tangyuan.

En el pasado, cuando Su Jian olvidaba algo, debía regresar a su hogar corriendo por su cuenta.

—Gracias. —Su WuLi recibió la canasta.

Su WuLi quería abrir su boca y preguntar sobre lo que sucedió, más no necesitó hacerlo. Li BaoGui dijo:

—La próxima vez, deberías decirme que quieres tocar la marca antes de hacerlo. Pero no estoy enojado, no te preocupes.

El otro asintió con expresión vacía y salió del patio.

Su WuLi ocultó su abatimiento hasta que salió a la calle, ahí fue donde agacho su rostro y lloró amargamente un par de lágrimas.

¡Li Yan, hombre sin corazón!

Sin embargo, se recompuso a sí mismo en el camino a sus tierras. Ya había roto los calderos y hundido los barcos*, debía seguir adelante con su pobre estrategia. Sin embargo, divagó en sus pensamientos.

Si tuviera internet justo ahora podría buscar algo de ayuda.

¿Cómo se supone que conquiste a alguien que, en teoría, ya debería haber conquistado? ¡Su WuLi, tú malnacido, ¿como un hombre tan terrible como tú puede tener más suerte que yo?!

El día anterior, los primos de Su WuLi lo habían visto inyectado con sangre de pollo* y eso era extraño. Ahora, al día siguiente, lo vieron triste y decaído como un hombre que acaba de perder a su padre.

¿Acaso el joven de la familia Li había despertado y notado su estupidez? ¿habría sacado ya a esa sanguijuela de su vida?

Los primos de Su WuLi quisieron reír y, de hecho, rieron. Pero Su Jian no entendió de que se reían, por lo que siguió trabajando

Cuando regresó a casa, tomó un baño caliente en la tina que Li BaoGui había preparado para él. Dado que ahora ambos dormían en la misma recamara, Su WuLi quiso esperar a su esposo-enemigo.

Al final, se quedó dormido en la cama debido al cansancio.

Li BaoGui regresó tras beber una ultima taza de té en compañía de su sobrina, y entró a la habitación en silencio al ver el cuerpo de su némesis tendido sobre la cama.

Mientras colocaba su ropa en el lugar adecuado, notó, bajo la luz de las velas, que la canasta que usó para enviar el tangyuan estaba sobre la mesa.

Sé acercó para distinguir las formas, y resultó que la canasta había sido rellenada con crisantemos rojos. Li BaoGui sonrió, sentándose a la mesa para tomarse el tiempo de ver las flores. Según sus recuerdos se había casado con Su WuLi en esa época del año, cuando los crisantemos florecían por todo el condado y el olor a osmanthus abundaba en el aire.

Su corazón revoloteó al pensar que Su Jian los había escogido por esa misma razón.

Li Yan suspiró sosteniendo una flor en sus manos, si tan solo Su Jian fuera más fácil de comprender. Miró a la cama por un momento y la sonrisa en su rostro desapareció.

¿Qué había hecho mal para que su querido Su-ge lo odiara?

Si lo supiera… Quizás no lo habría arreglado. En su mente, se odiaba por ello, pero también lo consideró lo mejor en su vida pasada.

Su Jian había perdido a mucha gente a lo largo de su infancia, si Li Yan hubiese sido más egoísta de lo que era, y hubiese sido más terco en la decisión de ser su novio; tarde o temprano se convertiría en otra grieta en el corazón de Su Jian.

Tarde o temprano su corazón hubiese cedido de igual forma, y solo le causaría más dolor.

No quería hacer eso, así que, había decidido que se aseguraría de curase primero. Luego de eso, cuando estuviera seguro de que sobreviviría como Li BaoGui, haría lo posible por conquistar a Su Jian.

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1. Un ladrón de flores.

Violador.

2. Roto los calderos y hundido los barcos.

(pòfǔchénzhōu)Un modismo chino originado en la Batalla de Julu. Utilizado de manera similar a 'no hay marcha atrás'.

3. Inyectado con sangre de pollo.

(dǎjīxuè). Muy emocionado o enérgico.