En las novelas que Li Yan solía leer, después de que los personajes principales aclaraban sus sentimientos, debía seguir una escena para adultos en la que unieran sus cuerpos.
Su Jian había comprado aceite y un par de pepinos, así que Li Yan pensó que todas sus fantasías se harían realidad.
Li BaoGui se alejó un poco de él, interrumpiendo su abrazo, y le dijo con algo de vergüenza:
—¿Usaremos el aceite?
Su WuLi levantó un poco las cejas, nunca le había mencionado esa compra a Li BaoGui, así que Mo Zhan debía ser quien lo hizo. Su Jian no le dio importancia alguna, era solo un aceite para masajes, ¿no? No había razón para no compartirlo.
—Claro, claro. Solo debes decirme en qué lugar lo quieres. —Su WuLi recogió los pepinos que había dejado en la cama, y fue hacia el estante en que colocó el frasco de aceite.
Li Yan parecía tener una cara delgada y ser tímido, pero tenía una mente sucia. En el fondo estaba ansioso por acostarse con Su Jian, tanto que su cuerpo tembló al escuchar esas palabras y confundirlas con una solicitud bastante indecente.
Ah, pero Su Jian realmente pensaba que Li Yan quería un masaje.
Mientras Su WuLi tomaba el frasco de aceite, Li BaoGui se levantó de la cama y dejó caer al suelo la túnica exterior que cubría su cuerpo. Ahora solo tenía su túnica interior blanca, la cual llegaba unos centímetros por debajo de sus muslos.
Su WuLi se dio vuelta.
Vista desde otro ángulo, la escena no era muy diferente a un exhibicionista que abría su gabardina frente a un inocente joven.
La túnica interior era de algodón y no creaba demasiada transparencia, los ojos de Su WuLi se deslizaron hacía abajo, mirando la cadera ajena y siguiendo su camino hasta las piernas delgadas y pálidas de Li BaoGui.
Su garganta se sintió seca, pero no entendió porque Li Yan encontró necesario desvestirse hasta tal punto, ni siquiera tenía pantalones.
Por su lado, Li Yan no entendió porque Su Jian parecía tan confundido. ¿Acaso no iban a consumar su amor?
Ninguno de los dos se movió, nadie quería hacer el primer movimiento.
—Bueno… ¿En qué lugar quiere Li Yan que este gege le dé un masaje? ¿también te duelen las piernas?
Li BaoGui se cubrió el rostro con las manos, su cuerpo comenzó a temblar por la vergüenza.
—¡Su-ge eso no es un aceite para masajes! ¡es lubricante!
La realización golpeó a Su Jian como un rayo. Se dijo a sí mismo: De hecho, tiene sentido. Tiene sentido.
Su WuLi compró lubricante como si nada, y paseó con ello por la calle sin esconderlo demasiado. Incluso preguntó a Hua Zhang donde conseguirlo. La noticia se había extendido a Li BaoGui gracias a Mo Zhan, lo que significaba que Lu Zhi también sabía.
Su Jian recordó las palabras del Señor Qu.
'—No, Joven maestro, por favor, tenga consideración. No creo que quiera causar algo escandaloso, estropearía su plan. Si va a hacerlo, tenga cuidado y moderación. ¿Está bien? Una vez y con cuidado, y ambos estarán satisfechos por ahora.'
Su Jian se maldijo a sí mismo de todas las maneras posibles: Maestr Qu, Maestro Qu, ¿por qué me dejó arruinarme de tal manera? ¿no se dio cuenta que soy tonto?Usar la fuerza, ¿eh? Masajear con cuidado, ¿eh? Lo siento, abuelo, debí comprar un cerebro.
—¿P-para que compraste pepinos? —Li BaoGui seguía ocultando su rostro.
—Quería una ensalada.
Al ver la reacción afligida de Li Yan, Su WuLi comprendió y solo pudo decir:
—… Que lascivo…
¿Era un insulto o un alago? Nadie lo sabía.
—¡No lo digas, lárgate! —Li Yan estaba lleno de vergüenza.
Su WuLi no sabía muy bien que hacer, se acercó a la mesa de la habitación rápidamente y dejó los pepinos y el aceite allí. Li BaoGui se dio vuelta para evitar mirar a Su WuLi y quiso subir a la cama para esconderse, pero el resultado fue fatal.
Al mismo tiempo que Su Jian se dio vuelta, Li BaoGui se inclinó para subir a la cama; la corta extensión de tela blanca que cubría su cuerpo se levantó, dejando a la vista dos montículos carnosos de piel pálida. Tomaba tiempo describir la escena, pero sucedió en un solo segundo.
Li BaoGui sintió la brisa fría en su trasero y de inmediato usó sus manos para cubrirse. Entonces hubo un ruido sordo. Cuando Li BaoGui miró hacia atrás, encontró a Su WuLi tendido en el suelo con sangre en la frente y en la nariz. Se desmayó y se golpeó contra el borde de la mesa.
Li Yan se levantó de inmediato y corrió hacía él, arrodillándose a su lado. El golpe no parecía ser grave, Su WuLi incluso tenía una sonrisa y un aspecto renovado en su rostro. Parecía haber alcanzado la iluminación, Buda le había sonreído.
—Su-ge, ¿estás bien? ¡iré por ayuda!
Su Jian respondió en su mente: Muy bien, muy bien. Soy el hombre más afortunado del mundo.
Cuando la Señora Mo y su hijo mayor salieron de sus residencias, de verdad querían saber porque Li BaoGui estaba corriendo semidesnudo por su hogar, y en medio de la noche.
Lo que se encontraron llenó sus rostros de desaprobación. Ayudaron a Su WuLi, sí, pero nunca dejarían de pensar en porque había un frasco de aceite, dos pepinos y un Li BaoGui semidesnudo en una sola habitación.
No preguntaron, no querían saber la verdad. De todas maneras, ya no podían ver al pequeño Li BaoGui como un loto blanco.
Todos regresaron a dormir, incluso Li BaoGui, con su reputación manchada, se acostó junto a su esposo y lo abrazó mientras aguardaba a que despertase.
Su WuLi no despertó sino hasta la mañana siguiente, y Jian'er también despertó junto a él; había soñado toda la noche con lo último que vio, no podía evitar ser un hombre de carne débil.
—Su-ge. —Li BaoGui se incorporó a su lado en la cama, y se inclinó junto a él para ver la herida en su frente—. ¿Te sientes bien?
—Nunca había estado mejor.
Las mejillas de Li BaoGui se calentaron ante la mirada y la sonrisa de Su WuLi, tenía un toque de burla que le recordaba lo sucedido.
—Tuve que pedir ayuda a mi madre y mi hermano barato.
—Está bien… —Su Jian se alarmó de repente—. ¿Vieron el aceite y los pepinos?
Li BaoGui asintió en silencio, y luego Su WuLi cerró los ojos una vez más. Su imagen debió caer aun más bajo en la familia Li, tendría mejores resultados si fingía su muerte.
—Su-ge, mi imagen también terminó siendo manchada.
—La familia Li siempre te dará algo de cara, yo ni siquiera tengo una cara que perder. —Su Jian se rio sin ganas.
Li BaoGui se movió para subirse sobre él, queriendo abrazarlo y besarlo, pero Su WuLi seguía teniendo al Jian'er despierto y duro entre sus piernas, definitivamente no estaba listo para dejar que Li Yan lo tocara.
Li Yan había sido la distante luz de la luna para él hasta el día anterior, ahora era su esposo y nunca más su enemigo. Se había desmayado con solo ver sus nalgas, debía pensar un poco antes de llegar más lejos.
Sin entendimiento tácito alguno, ambos se movieron al mismo tiempo con diferentes intenciones. Al final, Li BaoGui terminó cayendo de la cama y se golpeó contra el suelo.
Su WuLi se levantó de inmediato, pero Li BaoGui también y su rostro terminó justo frente a la entrepierna de su esposo. Jian'er le dio los buenos días con gran ánimo.
Li BaoGui se echó para atrás y volvió a caer, ahora de espaldas al suelo y golpeó su cabeza. Su WuLi no sabía si reír o llorar, y se apresuró a ayudarlo a levantarse.
—Su-ge, duele. —Se quejó Li Yan.
—Está bien, ya está bien.
Su WuLi lo sostuvo en sus brazos y acarició con cuidado su cabeza, tratando de consolarlo. Li BaoGui, a quien no le dolía la conciencia y en realidad no estaba herido, movió sus manos y 'accidentalmente' tocó al firme Jian'er.
—Que grande. —dijo sin pensarlo.
—¿Solo piensas en eso? —Su Jian, muy en el fondo, ya sabía cómo era Li Yan.
—¿Es muy temprano para mi desayuno?
Pensó: que sucio, Li Yan, que sucio. Sin saberlo, Su Jian parecía haber abierto una puerta prohibida.
Para bien o para mal, pequeños pasos se escucharon desde afuera, y el pequeño Li Huan llegó hasta la puerta de sus padres junto a BaiBai.
—Yimu, yifu. ¡Regrese!
Li BaoGui y Su WuLi se movieron tan rápido como el rayo para arreglarse, ponerse túnicas exteriores, y sentarse al borde de la cama, sonrientes y serenos como si no hubiera sucedido nada. Li Huan entró a la recamara y caminó hasta ellos, seguido por la pequeña cabra, en sus manos sostenía un rollo de pintura.
Su Jian iba a regañarlo por dejar entrar a un animal a la habitación, pero se contuvo para evitar que la conversación se alargase.
—Laoye me dejó hacer una pintura, ¡la traje para que yifu y yimu puedan tenerla!
—Genial. —Li BaoGui le dedicó una mirada llena de cariño—. Voy a preparar algunos pasteles, y entonces Huan'er puede mostrarnos su pintura y contarnos sobre su viaje. ¿Está bien?
Li Huan asintió con una gran sonrisa dibujada en su rostro, entonces notó la venda alrededor de la cabeza de su padre.
—¿Yifu está herido?
—No es nada grave, en la tarde estaré como nuevo. —Su WuLi lo tranquilizó.
Li BaoGui abandonó su lugar en la cama, y se acercó a su pequeño hijo mientras hablaba.
—Tu padre se golpeó un poco, será mejor dejarlo descansar por un momento. Me daré un baño y cocinaremos juntos, ¿qué te parece?
Li Huan tomó la mano que Li BaoGui extendió hacía él, y ambos caminaron hasta la salida de la habitación sonriendo. BaiBai miró a Su WuLi con los ojos entrecerrados, y se fue con ellos tras soltar un resoplido.
Li Yan miró hacia atrás antes de salir, sus ojos y los ojos de Su Jian se encontraron desde lejos. Su WuLi se congeló por un segundo, y después obtuvo el valor para decir dos palabras.
—Te amo.
Li BaoGui sintió su corazón revolotear en su pecho, y respondió:
—Yo también te amo.
Li Huan estuvo tan feliz como ellos dos, incluso BaiBai parecía satisfecha.
A partir de ese momento, Su Jian encontró la familia que nunca había podido tener.