Su WuLi fue a la cocina tras dejar a Li BaoGui en su recamara. Ya se había acostumbrado a preparar la medicina, y había memorizado los ingredientes necesarios. Gracias a esto fue que se dio cuenta de algo importante; algo sobraba.
Envuelto en hojas de papel, amarrado con cuidado, y relleno con un polvo que Su Jian no identificaba. Tenía vagos recuerdos de Su WuLi poniendo aquello en la medicina de Li BaoGui, pero no aparecía en la receta, por ende, decidió no volver a ponerlo.
La medicina que le daba a su esposo-enemigo requería de plantas y otras cosas molidas, y su conocimiento de medio pelo no le permitía reconocer ninguna de esas cosas. Pensó, estúpidamente, que ese otro elemento desconocido podía ser para agregar algún sabor. Aun así, no quiso arriesgarse.
Al terminar, tomó el cuenco caliente y lo llevó hasta Li BaoGui, quien estaba recostado en la cama. Se veía bastante débil, lo que le hizo a Su Jian recordar que, durante su niñez, vio a Li Yan pasar por malos momentos gracias a su enfermedad.
Esta vez solo es temporal, eso es bueno.
Li BaoGui se incorporó en la cama para beber su medicina en silencio, Su WuLi no encontró otro tema de conversación mejor que el de la muerte.
—Como llegaste aquí después de mí, eso significa que yo morí primero. ¿Wang Lu sobrevivió?
Sin dejar de tomar su medicina, Li BaoGui negó con la cabeza.
—Muy bien, se lo tiene merecido. ¿Quién diablos conduce borracho? Yo también lo merezco, que vergüenza.
Li BaoGui asintió.
—Sin embargo, es extraño que tú estés aquí y no él. —Concluyó Su Jian.
De repente hubo cierto desánimo en el rostro de Li BaoGui, quien alejo el cuenco de sus labios.
—Pero es un alivio, lo mataría yo mismo una vez más. —Su WuLi no sabía muy bien porque de repente su némesis parecía triste, y quiso cambiar las cosas con unas pocas palabras—. Es mejor tenerte aquí conmigo…
Li BaoGui lo miró y un ligero color rosa bañó sus mejillas, pero su expresión no tuvo ningún otro cambio. Su WuLi pensó que hubiera sido mejor idea ir a colgarse de un árbol en el bosque, ¿había ofendido a su amado Li Yan?
—¿Sucede algo? —Su WuLi cuestionó con un tono áspero, tratando de actuar como si nada.
—La medicina esta agría estos últimos días. Tengo recuerdos del Li BaoGui original, y antes tenía un sabor dulce.
Su Jian sintió que su IQ estaba desplomándose con cada día que pasaba. Li Yan continuó:
—Su WuLi original había dicho que usaría algo para que no fuera tan amargo. —Li Yan agregó mirando su medicina.
Al ver ese puchero infantil en el rostro de su amado, Su Jian sintió una fuerte necesidad de arrodillarse y rogar perdón por su incompetencia. Si tuviera solo unas gotas más de confianza, se habría lanzado al suelo adorar y besar los pies de Li BaoGui en forma de disculpa.
Sí, ese era el tipo de hombre que él era. Un idiota atrapado en el cuerpo de un hombre adulto de aspecto peligroso.
Allá en su mundo y en su adolescencia, Su Jian y Li Yan parecían mantener las espadas desenvainadas y los arcos doblados*. Che XuDan y Qu Yuan incluso juraban que ese par ya no podía vivir bajo el mismo cielo.
Pero Su Jian era solo un tigre de papel*, él era débil ante la belleza y la personalidad tranquila de Li Yan.
Si nunca se hubiesen separado por sus disputas durante su juventud, no; incluso si nunca hubieran logrado reconciliarse, y Su Jian hubiese tenido el valor suficiente de seguir junto a Li Yan, le habría dedicado su vida.
Su Jian era alguien humilde, nunca había sido un niño de familia adinerada como lo era Li Yan, así que no podría costear de forma fácil los medicamentos requeridos. Pero habría trabajado por ello hasta la muerte de ser necesario.
Por ello, por su gran amor y aprecio, se negaba rotundamente a poner cosas desconocidas en la medicina de Li Yan. Ni siquiera confiaba en el Su WuLi original. Sin embargo, en su intento por expresar todo aquello dijo:
—¿Vas a llorar por ello?
Li BaoGui en realidad lo pensó, y luego negó con un movimiento de su cabeza.
—No sé sobre hierbas y desconozco la medicina de la época. Sé fuerte y bébelo para que puedas mejorar, el invierno va a ser difícil sin calefacción.
—Está bien. —concluyó Li BaoGui sin mucho problema.
Su WuLi observó a su esposo-enemigo terminar de beber el brebaje, y realizó una pregunta que vagaba por su mente.
—¿Tuve un funeral decente?
—No estoy seguro. Si hicieron uno, no logré estar ahí. Pero escuché que los padres de Wang Lu querían ayudar a Qu Yuan con ese asunto, después de todo, le dejaste tu dinero.
—Oh, entonces todo esta bien.
—¿No temes que lo malgaste?
—Ya he muerto. Qu Yuan podría gastar el dinero en un casino, y yo seguiré estando muerto.
Li BaoGui le dio la razón de forma silenciosa, sin agregar nada más. Su WuLi se levantó y se fue llevándose el cuenco vacío, si Li Yan no iba a hablar de su muerte entonces era mejor dejarlo descansar.
De igual forma, con un corazón débil como el del joven Li, su muerte era un poco obvia.
Más tarde, Li BaoGui se levantó con más energía y entró a la cocina para cumplir la promesa que había hecho a su hijo.
Su WuLi estaba sentado afuera, pensando en las tareas que debía realizar al día siguiente. Li Huan estuvo con él por un momento para almorzar y luego regresó con la familia Li, así que el patio estaba silencioso y aburrido.
—Ojalá tuviera un reloj. —Se quejó Su Jian.
Li BaoGui se asomó a través de la puerta de la cocina, las mangas de sus túnicas estaban recogidas al igual que su cabello, y el delantal blanco le daba una apariencia que Su Jian consideraba tierna.
Él miró al cielo y luego barrió el patio con la mirada, respondió con seguridad:
—La cabra.*
Li BaoGui volvió a entrar a la cocina, y Su Jian se levantó desconcertado y salió sin mediar palabras.
Mientras no hubiera una buena comunicación entre ellos, no podrían entenderse mejor. Porque Li Yan asumía algunas cosas, y Su Jian suponía otras.
Después del tiempo que tarda una varilla de incienso en arder, Su WuLi regresó con una pequeña cabra atada a una soga. Se paró fuera de la cocina y ató la soga alrededor de una columna.
—He regresado.
Li BaoGui respondió con un 'bien' desde el interior, y continuó con su trabajo en la cocina. Ni siquiera sabía a que se había ido Su Jian y la verdad no tenía curiosidad al respecto, no al menos hasta que escuchó el cercano balar de una cabra.
Salió a ver, y se encontró con Su WuLi alimentando con pasto al joven animal.
—Es una de las cabras que venían con el dote, ¿por qué la has traído? —Li BaoGui miró a su enemigo y a la cabra.
—¿No querías una cabra? Lo dijiste hace un momento.
—No lo hice.
—Dijiste 'la cabra', así que fue a traerte una cabra. —Su WuLi estaba confundido.
—Me refería a la hora de la cabra.
Hubo un silencio bastante incomodo, tanto que ni siquiera el animal en cuestión se atrevió a hacer un sonido.
Cuando se trataba de Li Yan, el cerebro de Su Jian parecía haber sido pateado por un burro.
—En caso… —Su WuLi rompió el silencio—. La he traído hasta aquí bajo la vista de muchas personas, quizá sería bueno cocinarla para que no sea en vano.
Li BaoGui regresó a la cocina y luego volvió a salir con un gran cuchillo en sus manos. Le entregó el arma a su 'enemigo jurado'. Ambos miraron a la pobre cabra. Aun era pequeña y su pelaje blanco era suave, provocaba cierto aire de ternura.
Ella los miró de regreso con sus ojos redondos y puros, como si conociera las intenciones de la pareja.
—¿Sabes hacerlo? —preguntó Li BaoGui.
—No, ¿tu sabes?
—Solo se preparar carne, nunca he matado un animal. —Li BaoGui no mentía.
—Los insectos hacen parte del reino animal.
—Mamá mataba las cucarachas y las arañas por mí. —Confirmó Li Yan haciendo alarde de su escasa valentía—. Nunca he matado un animal.
—¿Hormigas y mosquitos?
—Dejaba que me picaran.
Cualquier habría tomado a Li Yan como un tonto, pero Su Jian pensó en el como alguien a quien los monjes envidiarían. Un alma pura y llena de compasión.
Volvieron su atención a la cabra, que seguía mirándolos con ojos suplicantes. Al final, ninguno de los dos tuvo la resolución de matarla. Su WuLi bajó el cuchillo, y la cabra movió su cabeza para mirarlo con desdén; en esos ojos rastreros y llenos de engaño estaba gravada la palabra 'cobarde'.
—¡Tú! —Su Jian de inmediato volvió a levantar el cuchillo, había sido engañado.
Para la suerte de aquella intrépida cabra, Li Huan entró a través de la abertura en la pared y entró al patio.
Li BaoGui, quien dejó de prestar atención a la cabra desde hacía mucho, extendió sus brazos al ver a su amado hijo regresar. Su WuLi volvió a bajar el cuchillo y lo escondió tras su espalda.
Si bien Li Huan nunca fue maltratado por la pareja original, tampoco fue mimado o tratado con cariño abiertamente. El Li BaoGui original era sumiso y callado dentro de casa, y el antiguo Su WuLi era un hombre distante.
Otra vez se sintió desconcertado al verlos tan felices, como si hubieran esperado su regreso con ansias. Pero su corazón se sintió muy feliz, por lo que corrió a los brazos de Li BaoGui.
—Huan'er. —Li BaoGui lo apretó en sus brazos con fuerza. Como si este nuevo cuerpo tuviera una especie de sexto sentido, sintió la necesidad de soltar a su hijo y revisar las mangas de su ropa. Justo se encontró con un montón de manchas de tinta.
—Laoye* dijo que tengo que volverme más cuidadoso.
—No es demasiado problema, Hua Zhang puede lavarlo. —Su Jian estaba feliz al recordar que la familia Li tenía sirvientas.
Sus padres se habían vuelto sentimentales y laxos de la noche a la mañana y, al igual que cualquier niño, Li Huan estaba agradecido al saber que no sería regañado o castigado.
De repente la cabra baló y les recordó su presencia. Li Huan se acercó al animal de inmediato, con sus ojos llenos de brillo, y la acarició.
—¡Yifu, has traído a BaiBai!
Ah, ¿qué sucede con mi suerte? ¿oriné en una tumba y fui maldecido?
—Huan'er tenía un largo tiempo sin verla, así que la he traído para que puedan jugar. —Su Jian sabía de plantar y cultivar, pero no de animales.
¿Cómo iba a poder diferenciar a la amada 'mascota' de su hijo de las demás cabras? ¡si la hubiera matado y hubiera hecho a llorar a Li Huan, ¿con que rostro iría al inframundo y exigiría reencarnar como humano?!
Esa cabra lo sabía, y miraba a Su WuLi de forma acusadora.
Li BaoGui no estaba enterado de nada, así que fue a la puerta de la cocina y habló a su esposo e hijo antes de entrar.
—Huan'er, ve a lavarte las manos, puedes jugar con BaiBai más tarde. He preparado los pasteles.
El niño le dio un ultimo abrazo a su cabra y asintió ante la orden. Corrió a buscar agua para lavar sus manos, dejando de lado a su padre.
Su WuLi se agachó junto a BaiBai:
—Mira, fue mi error. Considérame ciego por no reconocerte. Te pondré una campana y ya no volveré a agraviarte de esta manera, ¿está bien?
La cabra baló y volteó su rostro, sus gestos eran demasiado arrogantes como para tratarse de un animal de granja.
—¿Quién diablos te crees, pequeña bastarda?
BaiBai ni siquiera le dio una pequeña gota de atención y le dio la espalda.
Su WuLi tiró de la cuerda para seguir discutiendo con ella, pero una voz estridente llamó desde la abertura de la pared de aquel patio.
—¡¿Shushu*?!
• • • • • • • • • • •
1. Las espadas desenvainadas y los arcos doblados.
Un estado de hostilidad mutua.
2. Tigre de papel.
Algo que parece feroz/amenazante, pero en realidad es mucho más débil de lo que parece.
3. La cabra.
Li Yan se refería a la hora de la cabra, que es entre 1 p.m. y 3 p.m.
4. Laoye.
Abuelo materno. Li Huan lo usa para referirse al padre de Li BaoGui.
5. Shushu.
Tío/Hermano menor del padre.