Después de desayunar, Li BaoGui entregó monedas a su hijo y lo envió a estudiar. La familia Li era una familia de académicos, y una de las familias 'adineradas' del pequeño condado donde vivían. Otras de las familias eran los Mo y los Lu.
Li Yan ahora tenía recuerdos de su predecesor, que era amigo de algunos de los jóvenes de estos hogares, y sabía que tanto los Mo como los Lu se dedicaban al negocio de las telas. De hecho, su madre era parte de la familia Mo antes de casarse, todos decían que de ahí había heredado su belleza.
La familia Li, como la familia de eruditos que era, se dedicaba a la educación y dirigían la única escuela del condado. Naturalmente, los niños de esta misma familia estudiaban desde que eran pequeños, ya que ellos serían los futuros maestros y eruditos. Li Huan no debía ir muy lejos para aprender, tenía la educación en su propia casa, con su familia adoptiva. Y, según recordaba Li Yan, su hijo barato no era tonto.
Su WuLi y Li BaoGui despidieron a su hijo desde la entrada de la cocina. A pesar de que Li Huan ya tenía nueve años, esta era la primera vez que Su Jian y Li Yan veían a 'su' hijo irse a estudiar, la emoción los tenía al borde de las lágrimas. ¡No importaba que hubieran llegado hace poco a ese mundo, ese era su preciado primer hijo!
—Huan'er, ten cuidado y pórtate bien. No hagas enfadar a tu abuelo, ni a tus tíos tampoco. —Li BaoGui limpió su rostro con sus mangas, secando las lagrimas que escapaban de sus ojos—. No olvides pedir permiso para ir al baño. Tu padre y yo estaremos esperando que vuelvas.
Por su lado, Su Jian apenas y podía hablar entre sus mocos y lágrimas. La escena le había hecho recordar a su temprana infancia, cuando su abuelo lo arrastró, entre maldiciones y empujones, a su primer día en la escuela primaria.
—Si algún niño te molesta, dímelo, ¡yo mismo iré a golpearlo con un palo!
Li Huan no entendía nada, pero el ver a sus padres tan emocionados lo hizo emocionarse también.
—Yifu, yimu, no necesitan preocuparse. Huan'er será bueno. —El niño se despidió con esas últimas palabras, y atravesó la abertura en la pared que llevaba a los otros patios de la residencia Li.
Los dos padres primerizos se apoyaron el uno al otro y lloraron por su hijo, apenas lo conocían y ya se estaba yendo de sus manos para estudiar los cuatro libros y los cinco clásicos*.
Casi un minuto después de la partida de Li Huan, una chica joven atravesó la abertura en la pared y entró al patio de la pareja. Detuvo sus pasos al ver que lloraban, y esperó en silencio mientras sostenía una canasta de bambú llena de ropa limpia.
Les tomó algo de tiempo a los dos tontos ver que había llegado alguien, pero se secaron las lágrimas apenas vieron a la joven y fingieron expresiones serías.
Según los recuerdos de sus predecesores, esa muchacha con el cabello recogido en un par de trenzas era Hua Zhang. La familia tenía el dinero suficiente para contratar sirvientas, así que tareas como lavar la ropa y limpiar podían ser delegadas a otras personas. También se les podía exigir que cocinaran, pero el Li BaoGui original prefería hacer eso por su cuenta.
—Puedes dejar la ropa adentro, yo la ordenare más tarde. —Li Yan trató de sonar lo más firme posible.
La chica los miró a ambos, pero prefirió no preguntar y siguió con su trabajo.
Cuando ella entró, Su WuLi y Li BaoGui entraron a un silencio incómodo. Ninguno sabía que decir después de haber llorado por tal cosa, se notaba a miles de li de distancia que eran unos inexpertos en lo que respectaba a criar niños.
Hua Zhang terminó con su trabajo en unos minutos, y salió para presenciar el silencio mortal de la pareja. Se despidió sin hacer ruido y se fue, ese par era cada día más extraño, sin embargo, la sirvienta sabía que a la Señora Mo le gustaría saber lo que ella había visto.
Dentro del patio, Li BaoGui rompió el silencio:
—Quiero ir afuera. Debe ser interesante, como estar en un drama histórico.
—No olvides que ese cuerpo aún está enfermo, quizá sea mejor que no te esfuerces.
—Será solo un pequeño paseo… Pero llevaré dinero, necesito comprar algunas cosas.
—Incluso en esta vida sigues siendo un niño rico. —Su WuLi se cruzó de brazos, y justo después dijo—. Pero, como todos saben que eres una persona casada, saldré contigo.
Su Jian sabía que, si deseaba continuar su matrimonio y hacer que Li Yan se enamorase de él, debía alagarlo y portarse de manera romántica.
Esperó a que su esposo terminara de 'arreglarse' mientras pensaba en un plan, sin embargo, sus pensamientos se diluyeron una vez lo vio salir de su hogar con una canasta en las manos.
El Li BaoGui original no era de una familia precisamente humilde, así que contaba con ropas tan elegantes como suaves y bien hechas. Tocó la suave tela de sus túnicas, repasando los bordados mientras caminaba hacia la salida. No era como los que había comprado en su vida anterior, era hecho en esa época a la que pertenecía y eso lo hacía aún más valioso para él.
Su piel normalmente rosada y tierna se había tornado pálida debido a la enfermedad, pero el azul y el blanco podían darle un poco más de vida a su apariencia. Li Yan pensaba que se veía aceptable, desconocía por completo los pensamientos de Su Jian.
Levantó su cabeza para mirarlo, y se encontró con un gesto extraño; Su WuLi tenía los ojos puestos en Li BaoGui, y a la vez no parecía estar mirando hacia ningún lugar, su boca estaba abierta y su rostro alternaba entre su color natural y el rojo.
Desde el punto de vista de Su Jian, un inmortal había bajado de los cielos para aparecer frente a él. Las túnicas eran holgadas y de manga ancha, sin embargo, la faja colocada sobre ellas permitía apreciar esa figura magnífica, la visión que Su Jian apreció desde su adolescencia; la cintura de Li Yan. La faja apretaba lo justo para sostener la ropa, pero lograba acentuar la cintura gruesa que el joven Li siempre había tenido.
A muchos hombres les gustaban las cinturas delgadas, más Su Jian poseía una debilidad por la figura de su supuesto némesis. Mientras su cerebro hacía cortocircuito y la saliva casi desbordaba de su boca, Su WuLi recitó unas palabras es su mente como un mantra.
Cintura gruesa, caderas anchas. Cintura gruesa, caderas anchas...
Li BaoGui movió un poco la horquilla plateada que sostenía su cabello, y luego detalló más a Su WuLi. A decir verdad, la ropa que Su WuLi tenía seguía siendo un poco rustica, incluso cuando se había casado con Li BaoGui no dejó de lucir como un simple campesino.
El problema era que, Su WuLi y Su Jian eran iguales, ambos tenían rostro de matón. Con esas cejas de espada sobre sus ojos feroces, el hombre frente a él parecía un rufián.
Con razón Li Yan tenía esos recuerdos de la Señora Mo gritando que Su WuLi había robado la castidad de su hijo, la pareja lucía como un secuestrador y una pobre dama de buena familia. De solo pensarlo, su corazón saltaba de emoción, Li Yan y Li BaoGui compartían su amor por los chicos rudos.
—¿Ya has ido afuera antes? —Li BaoGui preguntó, y no recibió respuesta porque Su WuLi siguió mirándolo como un fantasma hambriento a un trozo de carne.
Las intenciones eran claras en esa mirada, pero Li Yan a veces era tan ciego como denso.
Su WuLi sacudió su cabeza y controló sus pensamientos. Entonces se dijo a sí mismo: Debo alagarlo, decir un par de cosas bastara. ¿Debería mencionar su cabello? ¿o debo alagar la forma en la que sus túnicas se ven bien en él? ¿o hablar de su cintura? Su ropa, mejor digo algo sobre su ropa. Ah, Li Yan es lo más hermoso que estos ojos humildes han visto.
Lo que Su Jian al final dijo fue:
—Mis malditos ojos están ciegos ahora.
Li BaoGui no comprendió a que venía el comentario, pero claramente sonaba como un insulto.
—¿Debería utilizar otra cosa? ¿me veo demasiado enfermo? —Retrocedió unos pasos atrás, pensando en ir a cambiarse.
—¡No te atrevas a quitártelo!
—¿Pero no cegué tus ojos?
—Lo hiciste… Pero no es la primera vez, ha sido… Desde que nos conocimos. —Su WuLi esperaba aclarar todo al agregar esas palabras.
De repente, la expresión de Li BaoGui se tornó algo triste.
—Siempre pensé que era atractivo. —Sostuvo su rostro con sus propias manos—. Fui por ahí con esta cara toda mi vida, incluso estará en mi funeral.
—¡No estaba hablando de eso! No hay nada de malo con tu cara.
Su Jian se hartó y salió de su patio, Li Yan fue caminando junto a él. Tuvieron que atravesar parte de la residencia Li para llegar a la salida, y ambos estaban maravillados con la estética tan tradicional y modesta; era como estar dentro de una novela histórica, y, de hecho, lo estaban.
Y ni hablar de cuando salieron a la calle, los ojos de Li Yan brillaron con total emoción. Era tan hermoso como un sueño, ¡se estaba cumpliendo la fantasía de un otaku de lo tradicional!
Las calles sin asfalto, el aire libre de contaminación, los campos verdes y las casas antiguas. El ruido de la ciudad tampoco existía, no había ruidos de motores o maquinas, solo ruidos de personas y animales domésticos o de granja.
—Su WuLi, esto es tan increíble. —El joven comenzó a caminar mirando a todas partes, la emoción había disminuido hasta que volvió la expresión tranquila que siempre estaba en su rostro.
—¿Te sabes el código penal de la dinastía Rong? —Su Jian tenía preocupaciones más importantes.
Sin embargo, Li BaoGui parecía más un niño enérgico y emocionado a pesar de su enfermedad. Tenía recuerdos de su antecesor, gracias a eso sabía que camino seguir para buscar el mercado.
—Necesito comprar cosas para hacer los pasteles de Huan'er. —Li Yan dijo.
—¿Sabes comprar cosas aquí? No hay bolsas ecológicas, tampoco tenemos una nevera. Ni siquiera hay tomates.
—No hay necesidad de preocuparse, podemos vivir sin tomates. Haré pasteles de arroz.
—¿No habrá algo que puedas extrañar? ¿el agua potable? —Su WuLi se cruzó de brazos.
—… Nunca podré ver el final de One Piece.
Su Jian lo recordó entonces, Li Yan seguramente no se bañaba si no tenía ningún lugar al cual ir.
—Como sea. Inventa un final en tu mente y sé feliz con eso.
Mientras caminaban por las calles, tuvieron la suerte que nadie se acercó para hablar con ellos. Hubo algunas personas que los saludaron desde la distancia y nada más, aunque Li BaoGui era quien miraba a todas partes y se fijaba en cada persona que pasaba a su lado.
Su WuLi era similar a Su Jian en ciertos aspectos, siempre caminaba por ahí mirando al frente, con una expresión poco amistosa. Para bien o mal, había crecido con la cara así. Por dentro estaba criticando los peinados de los niños que veía en la calle, nunca los entendió cuando los vio en las pinturas, y en la vida real se veían más feos para él.
—Mira. —Li BaoGui sujetó la esquina de una de las mangas ajenas, agitándola para llamar su atención—. ¿Por qué Huan'er no tiene uno de esos?
Su WuLi miró hacia donde su enemigo jurado le señalaba, y se encontró con lo que se podía considerar una joyería. Li BaoGui lo llevó hasta el objeto que había visto, un collar de longevidad*.
—Es cierto, Su WuLi nunca compro uno para Huan'er. Vaya bastardo.
—No es demasiado caro. Deberíamos comprarle uno, no importa que los 100 días hayan pasado.
Su Jian desconocía la moneda y los precios de la dinastía Rong, así que solo se convenció de que, si tenía el dinero suficiente para comprarlo sin problemas, entonces estaba bien.
Li BaoGui desató la bolsa de monedas que colgaba en su cintura, y fue a hablar con el tendero. Su WuLi lo dejó encargarse del tema, no había visto los dramas suficientes como para saber interactuar, y la verdad no le había ido muy bien en historia cuando estudiaba.
Su Jian era más un hombre de números y circuitos, incluso había escogido las asignaturas de ciencia en el gaokao* para evadir la historia. Sus ancestros y profesores podrían maldecirlo todo lo que quisieran por ser ignorante, pero él solo sabía lo que se necesitaba para no quedar como un idiota en las charlas de cultura general.
Li Yan, por el contrario, había tomado las asignaturas que el gaokao catalogaba en 'arte', porque siempre le habían interesado las cosas relacionadas a lo tradicional. Tenía una idea de como comportarse y hablar ante estas personas del pasado, y eso era una ventaja.
Tras obtener el collar de longevidad para su Huan'er, ambos siguieron su camino al mercado y Su WuLi se perdió en sus pensamientos mientras veía a Li BaoGui comprar lo necesario.
Al final, en su camino de regreso a casa, Su WuLi se negó a permitir que su esposo-enemigo cargara con algo. No obstante, pudo notar que los pasos de Li Yan se volvían más lentos y se quedaba atrás.
Su WuLi volteó a verlo, notando que el joven se había puesto más pálido de repente. El bonito rostro de Li BaoGui se había llenado de sudor, y las bolsas bajo sus ojos se volvieron pronunciadas.
—Estoy bien. —Li Yan usó una de sus mangas para secar su rostro, su cuerpo entero estaba temblando.
Su Jian se acercó hacia él y tocó su frente, estaba hirviendo. Su Jian podría no saber mucho de historia, pero sabía que la gente podía morir de una simple fiebre en aquellas épocas antiguas. Su WuLi lo contradijo:
—No estás bien. Debiste quedarte en casa.
—Pero tú no sabrías que comprar para los pasteles.
—Excusa pobre y tonta. Descansa cuando volvamos a casa, puedes cocinar los pasteles para la cena. —Su Jian contuvo su vergüenza y sus nervios, le dio la espalda a Li BaoGui y se agachó ligeramente—. Sube a mi espalda.
Aun cuando estaban en público, Li BaoGui no lo pensó dos veces antes de saltar sobre Su WuLi, aferrándose a él con cuidado. La gente a su alrededor estaba mirándolos y algunos susurraban, pero a la pareja no le podía importar menos.
Era fácil para Su WuLi cargar el peso de ambos, su cuerpo estaba acostumbrado al trabajo pesado del campo y era Li BaoGui; Su Jian podía jurar que el peso físico de Li Yan no se comparaba al peso de su amor por él. Pero, si quisiera decirlo en voz alta, lo que saldría de su boca podría terminar siendo, 'que se jodan las 18 generaciones de tu familia'.
Li BaoGui se sentía enfermo, sí, y hasta eso se le olvidaba por momentos mientras era cargado de camino a casa. Apoyó su cabeza en el hombro ajeno, el sonido de su propio corazón era tan fuerte que no podía escuchar los de Su WuLi, así que no pudo saber que ese joven estaba al borde de un paro cardiaco.
Hua Zhang, quien estaba barriendo cerca cuando ellos llegaron, los vio y su rostro también se enrojeció de igual manera. Era malditamente obvio, Su WuLi y Li BaoGui estaban rojos hasta las orejas, y sus rostros delataban su emoción, su felicidad y sus nervios.
Cualquiera podría haberlo notado, menos Su Jian y Li Yan.
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1. Los cuatro libros y los cinco clásicos.
Los Cuatro Libros del confucianismo (no debe confundirse con las cuatro grandes novelas clásicas de la literatura china), son los textos de la literatura clásica china seleccionados por Zhu Xi, en la dinastía Song, como textos de introducción al confucianismo. Los Cinco Clásicos son cinco antiguos libros chinos, anteriores a la Dinastía Qin, relacionados con parte del canon confucionista tradicional.
2. Collar de la longevidad.
También conocidos como 'long-life lock'. Es una costumbre tradicional de los chinos Han. Los candados en estos collares simbolizan la eliminación del mal y el desastre, la longevidad. Una vez que las puertas y cajas están cerradas, solo se pueden usar llaves para abrirlas. Se cree que el llevar candados equivale a cerrar las vidas de los niños y evitar enfermedades y plagas.
3. Gaokao.
El examen para ingresar a la universidad.