Su WuLi se sentó en un pequeño banco de madera junto a la puerta de la cocina, mirando hacia el patio de su nuevo hogar. Aunque había pasto verde y la tierra se veía sana, no había flores ni nada similar, solo maleza que debía ser arrancada.
—Puedo conseguir unas cuantas flores. —Se dijo a sí mismo—. Peonias, sí, peonias. ¿Qué piensa Huan'er?
—¿Yifu* quiere plantar peonias por yimu*?
Ciertamente el patio estaba lleno de maleza por arrancar, lo bueno era que Su WuLi tenía un hijo al que encargarle ese trabajo agotador.
—Este hijo mío es en verdad inteligente. Las nubes flotantes me recuerdan su ropa, y las peonías su rostro.* —Su Jian no sabía si aquel poema se habría escrito ya, o si siquiera existió o existiría una dinastía Tang, pero recitó aquello de todas maneras. Luego volvió a mirar a su hijo—. No le digas nada a tu madre, será una sorpresa.
Su Jian, o, mejor dicho, el nuevo Su WuLi, estaba conforme con la nueva vida que recibió. Los recuerdos en su mente mezclaban su vida y la de este hombre idiota en el que había transmigrado, eso le disminuía dificultad a la ardua tarea de adaptarse, pero también le dejó ciertas lagunas mentales en sus recuerdos.
Sin embargo, sentía que el cabello largo no le favorecía a su rostro, y mucho menos a la expresión normalmente molesta que siempre mostraba. Si su abuelo estuviese con vida y pudiera verlo, seguramente tomaría unas tijeras y lo cortaría cuando Su Jian estuviera dormido.
Allá en su mundo original murió de manera estúpida en un accidente de tránsito, de eso estaba más que seguro. Sin embargo, al abrir sus ojos después del choque, lo primero que vio fue la luz de la mañana entrando en esa casa antigua, y luego un hermoso rostro descansando a su lado.
Había visto las suficientes novelas como para entender una parte de su situación, y se esforzó por actuar con normalidad. Y no fue muy difícil, ¡Su Jian estaba emocionado con esa nueva vida! Tenía un hijo adoptado, el adorable y obediente Li Huan, y una esposa masculina.
Sí, una esposa masculina. Estaba seguro de que, si no se trataba de alguna novela gay trágica y barata, entonces era una realidad alternativa donde los hombres podían engendrar. Su Jian no tenía problema, no tenía ninguno con eso. Tener hijos le parecía una buena idea.
No solo no era heterosexual, su esposo era Li BaoGui y era tan hermoso como Li Yan. No, de hecho, era Li Yan en todos los aspectos. Su rostro tan fino y perfecto como el jade, y la personalidad suave que Su Jian alguna vez pensó que él poseía.
Comparado con su vida anterior como Su Jian, esta no estaba mal. No había internet, y carecía de muchas cosas que podían considerarse cruciales, como derechos humanos. Pero ya no estaba solo.
Las únicas personas a las que podía extrañar eran Qu Yuan, Li Yan y Che XuDan, porque esta última le causaba gracia en ocasiones. Su Jian fue criado solo por su abuelo, quien murió cuando él alcanzó la universidad y le dejó el dinero justo para pagar sus estudios, así que no tenía una familia a la cual extrañar.
Tampoco tenía una familia que le hiciera un funeral, o que llorase por él. Pero Qu Yuan podía tomar el dinero que quedó, de seguro le conseguiría una buena tumba y usaría el resto para comprar una PS5.
Ah, hubiera sido bueno probar la PS5 antes de morir.
Mientras veía la espalda de su hijo, Su WuLi recibió el aroma de la medicina cociéndose y se levantó para entrar a la cocina. Algo que compartían Li Yan y Li BaoGui era una salud frágil, lo bueno era que lo de su esposo era algo temporal.
¿Su Jian sabía algo de medicina? No, y ni hablar de la tradicional. Li Huan, con sus tempranos nueve años, le había ayudado a preparar ese remedio de forma correcta.
Su WuLi sirvió la medicina en un cuenco de sopa, y volvió a salir al patio.
—Huan'er, no te quedes aquí fuera mucho tiempo. Si no puedes terminar para cuando llegue el atardecer, puedes continuar mañana.
El niño asintió mientras arrancaba la maleza y la tiraba en un costado. Su WuLi sonrió, ese era su buen hijo conseguido sin esfuerzo. En su mundo original la idea de adoptar a un niño junto a su amor platónico era solo eso, una idea imposible, pero en ese mundo era real.
Su WuLi caminó hacia el interior de su dormitorio matrimonial, y se preguntó a sí mismo, ¿habré terminado en una de mis fantasías? Nunca fui muy fanático del género histórico o el WuXia.
Estaba seguro de que, si estuviera en una novela sobre cultivo, seria una miserable e inútil carne de cañón. Así que agradecía a su dinastía Rong por estar separada de ese tipo de cosas, le daba más oportunidades de sobrevivir.
—¿Cariño? —Su WuLi preguntó antes de entrar a la habitación, no hubo respuesta—. No puedes dormir tanto, debes tomar tu medicina a tiempo.
Dentro de la habitación se escucharon algunos ruidos, Su WuLi pudo saber con facilidad que Li BaoGui debía estar despierto y callado. Temiendo que su amor pudiese estar mal, Su WuLi abrió la puerta y entró sin pensarlo.
Su esposo estaba sentado en la cama, mirando a su alrededor con desconcierto. Li BaoGui lo miró con esa misma expresión confusa, así que Su WuLi dejó el cuenco de medicina en la mesa de la habitación, y se acercó a la cama.
—Cariño, ¿sucede algo? —Con toda la confianza del mundo, Su Jian tomó el rostro ajeno en sus manos de manera cuidadosa—. ¿Te sientes mal? ¿debería llamar al médico?
El rostro de Li BaoGui se volvió rojo, inclusos sus labios temblaron por el impacto que le causaban esas palabras.
Su Jian no entendió esa reacción; cuando él trató con cariño a Li BaoGui al llegar a ese mundo, este se mostró agradecido y dispuesto a recibir mimos y palabras bonitas. Después de todo, el bastardo Su WuLi original no era muy expresivo, tampoco era genuino.
—¿Mi amor? —El silencio de su esposo comenzaba a preocuparlo.
En lo personal, Su Jian detestaba a su predecesor. El Su WuLi original era un campesino insensible que solo quería el dinero de Li BaoGui, por eso había aceptado casarse con él. Pero ahora había llegado Su Jian, quien amaba locamente a su Li Yan-Li BaoGui.
Tras un silencio lleno de duda, Li BaoGui finalmente dijo un par de palabras.
—¿Su… Su Jian?
Las ilusiones del pobre, estúpido y recién difunto joven Su se hicieron añicos.
—¿Li Yan?
Li Yan, ahora llamado Li BaoGui, dejó el cuenco vacío a un lado. Él y Su Jian se habían separado tan rápido como pudieron, y se sentaron silenciosamente a casi dos metros de distancia en la acogedora habitación.
La atmosfera era incomoda, después de todo, 'cariño' y 'mi amor' no eran palabras que Li Yan estuviera preparado para escuchar. Podía sentir su corazón latiendo con fuerza, aunque ya no le dolía como antes.
Tomó el espejo de cobre que Su WuLi le había dejado sobre la cama, y miró el reflejo cobrizo que producían los espejos de la antigüedad. Seguía siendo igual a como era antes de morir, no había un solo cambio en su físico, a excepción de su cabello largo que caía sobre sus hombros y su espalda. Viéndose de esa manera, pensó que debería haberse dejado crecer el cabello cuando aun vivía, le sentaba muy bien.
Sus ojos miraron a Su WuLi de forma discreta y no pudo evitar pensar en la forma en que lo había tratado, ¿me odia a mí, pero no odia mi rostro?
Li Yan de verdad quería preguntar al respecto, pero al final no pudo vencer a su temor por la respuesta y dijo:
—Entonces, tu nombre ahora es Su WuLi. Un campesino que se casó con Li BaoGui, y ahora vive con la familia Li debido a su origen inferior.
—Sí. —Su WuLi afirmó.
—Estamos casados y yo… Puedo quedar embarazado y, de ser necesario, debo responder a títulos femeninos. Además, tenemos a Li Huan, un hijo adoptivo.
—Y vivimos en uno de los patios de la familia Li.
La mente de Li Yan aun no podía olvidar las palabras 'cariño' y 'mi amor', seguía repitiéndolas una y otra vez para su satisfacción propia. Aunque su expresión estuviera congelada en una perpetua tranquilidad, su corazón se sentía a punto de estallar.
—… ¿Quieres el divorcio? —Li Yan suponía que ambos iban a separarse otra vez, y que los rencores desconocidos de su vida anterior los seguirían en esta.
Su Jian volteó a verlo de inmediato, ¡claro que no quería divorciarse, ese era su sueño de la infancia y no quería perderlo! ¡¿cómo podía Li Yan ser tan frívolo y desalmado incluso tras haber muerto?!
—Yufu, yimu… —Li Huan se asomó a través de la puerta, sus ojos estaban llorosos—. ¿Se van a divorciar?
Su WuLi cambió de lugar en un abrir y cerrar de ojos, sentándose junto a Li BaoGui y abrazándolo por la cintura con uno de sus brazos. Con su mano libre le indicó a su hijo que se acercara.
—Claro que no, claro que no. Él solo está jugando, la medicina lo puso un poco tonto. Nunca dejaremos a Huan'er.
—No debes preocuparte por mis palabras. —dijo Li BaoGui. Aunque apenas había llegado a ese mundo, Li Yan pudo sentir que Su Jian apreciaba mucho a ese niño.
Li Huan corrió hacia sus padres y se abrazó a ambos con fuerza, incapaz de notar la incomodidad que crecía tan alta como los cielos. Era solo un niño y no podía captar algunas cosas todavía, no obstante, estaba seguro de que no quería perder a estos padres que el destino le había regalado.
—Estos padres tuyos no van a abandonarte. Mejor ve a lavar tus manos, ayúdame a preparar comida para tu madre mientras él descansa, ¿bien? —Su Jian cambió la situación rápidamente.
—¡Yendo! —Habiendo levantado su animo una vez más, el niño salió de la habitación a buscar agua para lavar la tierra de sus manos.
Sus padres respiraron y borraron sus sonrisas, hasta que escucharon que los pequeños pasos regresaban y se detenían frente a la su habitación una vez más. Li BaoGui y Su WuLi volvieron a sus sonrisas falsas, tan exageradas y rígidas que sus mejillas dolieron. Li Huan preguntó inocentemente:
—Si yimu está bien mañana, ¿puede cocinar los pasteles que prometió?
Viendo la luz de esperanza en los ojos de su nuevo hijo barato, Li Yan no dudó en responder con toda su amabilidad.
—Claro que sí.
Aquella noche, Su WuLi decidió dormir en otra habitación a pesar de lo mucho que deseaba seguir junto a Li BaoGui. Pasó gran parte de la noche pensando en una solución, pues no quería perder la oportunidad de esa segunda vida.
Al final terminó quedándose dormido, así que, al llegar el amanecer del día siguiente, no tenía ningún plan.
Cocinó un desayuno medianamente 'decente'. A decir verdad, la comida que preparaba Su WuLi era bastante ordinaria, era obvio que no estaba familiarizado con el tipo de cocina antigua.
—Más tarde cocinare yo. —Li Yan tenía un paladar exigente, la comida tan rustica no le gustaba en absoluto. Sin embargo, era algo que Su Jian había preparado, naturalmente, se lo comería sin quejarse si estuviese solo.
Li Yan ya no podía darse el lujo de permitir cualquier basura en la mesa, ahora tenía un hijo al cual cuidar. Li Huan estaba sentado a la mesa junto a él, comiendo obedientemente sin decir una sola palabra. Li BaoGui comentó:
—Le daré a Huan'er unas monedas antes de que vaya a la escuela, para que pueda comprarse algo de comer.
Su Jian era consciente de que, si no sabía cocinar bien en su mundo original, menos podría hacer un desayuno rescatable en un lugar que ni siquiera tenía energía eléctrica. ¿Cómo podían sus ancestros sobrevivir sin ramen instantáneo?
Además, sabía que Li Yan era quisquilloso con la comida, y eso lo hizo sentir vergüenza; se había atrevido a agraviar el paladar de su amor de la infancia-enemigo-esposo. Tenía todas las intenciones de disculparse de forma genuina, y las palabras que salieron de su boca fueron:
—No es lo suficientemente bueno para ti, ¿hmm? —En la mente de Su Jian, esas palabras debían sonar dulces.
—No lo es. —Li BaoGui respondió con sinceridad, su rostro seguía tranquilo—. Huan'er necesita comer sano y balanceado, así podrá sobrevivir.
Solo hacía falta estudiar algo de historia para saber que, en aquella época antigua, la muerte era muy fácil de encontrar, sobre todo cuando aún se era joven.
Su Jian ni siquiera respondió, sabía que Li Yan era frívolo y desalmado por naturaleza.
—De todas maneras, gracias por la comida. —Por otro lado, Li Yan sabía que su amor de la infancia no era bueno con las palabras.
—Como sea. —Su WuLi le dio la espalda para esconder el rubor en su rostro.
Li Huan era muy buen niño, así que puso muy poca atención a lo que decían sus padres. Incluso si ambos hubieran estado discutiendo al punto de llegar a los puños, su hijo no se habría dado cuenta en un buen tiempo.
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1. Yifu.
Padre adoptivo.
2. Yimu.
Madre adoptiva.
3. Las nubes flotantes me recuerdan su ropa, y las peonías su rostro.
Línea del poema (The Quiet, Peaceful Melody) de Li Bai, en el cual usa las flores de peonía para describir a la Consorte Yang/Yang Guifei. Su Jian lo dijo para referirse a que Li Yan es tan hermoso como la Consorte Yang, una de las cuatro grandes bellezas de la historia china.