Lucía se encontraba en su hogar, estaba sentada en su cama. La chica tenía un pequeño mueble de madera junto a la misma, encima de él había un listón de color azul.
La chica se quedó mirando el listón mientras los recuerdos la invadían. Eran imágenes vagas de su madre, quien la golpeaba y culpaba a diario de algo. La chica se levantó y tomó el listón.
—Es una pena que ya no tenga el cabello largo, me encantaría usar el listón que... que... que me regaló mi papá—pensó la chica mientras las lágrimas brotaban de sus ojos y la tristeza hacia estremecer un poco su cuerpo.
De un momento a otro la energía desapareció de toda la casa, todo aparato eléctrico de la misma dejó de funcionar inmediatamente.
—No otra vez—dijo Lucía con tono harto.
Afuera de su casa, en la parte de atrás, había una pequeña construcción cuadrada y metálica con dos enormes tubos de escape que apuntaban al cielo.
La chica se dirigió a ese lugar y entró.
—¡Gah! Le falta una limpieza a este lugar, bueno será en otra ocasión—pensó al ver el lugar lleno de hollín.
Bajó un interruptor enorme que estaba conectado a una máquina aún más grande, con su archés hizo brillar un contenedor que tenía un líquido viscoso y transparente, se dispuso a levantarlo, de repente sintió un mareo muy fuerte, el mundo ante sus ojos comenzó a dar vueltas sin cesar. La chica, para evitar caer al cochambroso suelo se sostuvo de la pared, su mano quedó embarrada de la mugre negra del lugar.
—¡Gah! ¡Qué asco!
La chica se recuperó lo más rápido que pudo, se acercó al contenedor y lo tomó con ambas manos, lo preparó para cerrarlo en aquella máquina, la cual no tenía tapa en su tanque, una vez echo activó la enorme maquinaria, un sonido fuerte provenía de la misma la misma, el humo negro comenzó a salir de los tubos de escape que tenía y a la vez el lugar comenzó a llenarse de humo por una fuga que el sistema de escape tenía.
Lucía salió porteando la puerta, no paraba de toser y su aura de archés no se veía tan brillante. La energía volvió a la casa.
No sé veía muy bien, se notaba algo enferma y no dejaba de toser, su aura lentamente disminuyó, pero no desapareció.
Al entrar a su casa se lavó las manos y la cara en la cocina, su celular sonó de repente en la sala, estaba sobre una mesa de madera, era un mensaje de Adria. La chica lo tomó y se dispuso a leerlo.
—¡Lucía! No tengo comida y a mi mamá no le pagan hasta dentro de tres días, por favor, ¡invítame a comer a tu casa!
Lucía puso una cara sorprendida al leer su mensaje y revisó su refrigerador, en el sólo habían dos huevos y un pan viejo.
La chica respondió el mensaje de Adria con mucha vergüenza.
—Sólo tengo un par de huevos, tampoco tengo comida.
—Entonces vamos a casa de Iris, seguro ella tiene algo de comer—respondió la chica casi inmediatamente.
—No lo sé, creo que debo avisarle primero—respondió Lucía.
—Sí, avísale y me mandas mensaje para saber si vamos las dos...
Lucía avisó a Iris que iría con Adria y ella accedió con alegría. La chica se preparó para salir de su casa, antes de salir miró el listón azul y pensó en algo especial para hacer con él. La chica salió de su casa dejando todo asegurado y se dirigió a casa de Iris. Repentinamente recibió un mensaje de Adria, Lucía hizo aparecer su celular con un pequeño brillo azul y lo leyó.
—Oye no puedo ir a casa de Iris está fallando el sistema de seguridad de mi hogar...
—No importa, veré qué puedo hacer respondió Lucía, la señal de mi moden pronto dejará de alcanzar ni celular, apenas esté en casa de Iris te mandaré mensaje...
—Ok—respondió Adria.
Lucía caminó por varias calles hacia adelante, luego giró a la derecha, camino un par de calles más hasta llegar a un parque. Todo se veía desolado, las fábricas no dejaban de trabajar se notaba por todo el humo negro que las chimeneas arrojaban sin descanso.
En aquel parque, no había árboles, ni maleza ni ningún tipo de yerba, era una placa de concreto gigante que tenía en su interior varios purificadores de aire, unas máquinas cúbicas que filtraban el mismo y lo vertían como líquido negro por un canal destapado en el cual, se veía su trayecto hasta una coladera, todas las máquinas trabajaban gracias a unos motores que se encontraban en los extremos de la placa de concreto, los cuales funcionaban con combustible y también tenían su propio sistema de escape para dejar salir el humo que generaban. Las calles aledañas al parque tenían una neblina negra de combustible quemado, solo el parque parecía tener en su interior el aire ligeramente más limpio.
Lucía tenía que pasar por el parque si quería recortar camino, a pesar de tener su aura protectora, podía sentir los malos olores que la invadían. La chica tomó algo de aire mientras cubría su rostro con ambas manos, y sostuvo la respiración mientras se adentraba en la neblina de combustible quemado.
La chica continuó su camino atravesando el parque y llegó hasta la esquina, donde camino dos calles más, pronto llegó al paradero de autobuses donde abordaba el transporte todos los días con Iris. Ella vivía en la calle de atrás y había que pase por una fila de fábricas que trabajaban día y noche sin descanso. Pronto Lucía llegó a casa de Iris.
—Iris estoy afuera de tu casa—escribió por su celular Lucía.
—En un momento te abro—respondió Iris.
El hogar tenía activado el campo magenta y un par de purificadores de aire que estaban a los costados de la casa. Algunas casas que compartían la línea con la de Iris estaban abandonadas y otras tenían activo su campo magenta.
Iris desactivo el campo de su hogar y le abrió la puerta a la chica.
—¿Qué bueno que vinie...?—dijo Iris, pero al ver únicamente a Lucía se extrañó por Adria—. ¿Dónde está Adria?
—No pudo venir, la seguridad de su casa está fallando.
—¡Oh! Ya veo... —dijo la chica—. Pasa rápido, antes de que mi casa de llene de humo—añadió mientras le daba paso.
En unos minutos Lucía le explicó a Iris más detalladamente sobre la condición de Adria, le ofreció ir a verla a su casa con algo de comida. Iris accedió y decidieron salir a casa de su amiga.
Antes de prepararse para salir, Iris se percató del listón azul que lucía traía entre manos. La chica preguntó por él.
—¡Ah! ¿Este?... es un listón que me dio mi papá cuando tenía cuatro años y… y… y como ya no tengo mi cabello largo, estaba pensando en… en dártelo a ti.
—¿A mí?—dijo Iris sorprendida ante la propuesta de Lucía.
—Sí, te quedaría bien, digo… quiero dártelo, porque, sé que perdiste el relicario de tu padre y…
—Nada sustituirá el relicario de mi padre…
—¡Ya sé!, pero… pero quiero dártelo y que lo aceptes… no sé, mi intención era que te sintieras mejor…
—Entiendo…—dijo Iris algo triste—. Está bien, me lo pondré—respondió la chica con alegría a su amiga.
Iris se colocó el listón, Lucía al verla con él, se sonrojó.
—¿Me veo bien?—preguntó Iris con un poco de vergüenza.
—S… sí…—tartamudeó Lucía.
—Je… vamos entonces a casa de Adria, empaco la comida en unos minutos y salimos.
Iris se acercó a una pequeña caja metálica que estaba conectada a una toma de corriente, la desconectó y la activó para usar. Todo estaba sobre una mesa cerca del comedor.
—¿Por qué desconectaste el generador de orbs?
—Porque no lo puedo utilizar mientras se está cargando. Es que no es su cargador original y se pone loca esta cosa cuando lo uso mientras se carga.
—Ah, entiendo…
Iris desplegó un menú de la cajita metálica y de allí apretó opciones para hacerla funcionar, la cajita despidió una luz dorada y de allí salió una bola de luz azul.
—Esto lo usaré para llevarle la comida a Adria—dijo Iris. Mientras la empaco, ¿quieres comer algo? —añadió la chica mientras miraba a Lucía.
—No así estoy bien—respondió la chica, inmediatamente su estómago rugió.
—Je, yo creo que sí quieres…—dijo Iris. Ambas se quedaron un rato a comer en su casa.
Al poco tiempo se prepararon para salir con dirección a casa de Adria. Iris se llevó consigo flotando el orb, la comida ya estaba en su interior.
Las chicas recorrieron la enorme calle al salir de casa de Iris, llegaron al podrido paradero de camiones dónde esperarían el transporte unos momentos. De allí tomaron el autobús y en poco tiempo se bajaron en una esquina, se adentraron a la calle para ir a casa de Adria. Mientras caminaban platicaban de muchas cosas, se veían muy felices.
No había nadie en la acera ni en la calle, sólo ellas platicando mientras caminaban, casi todas las casas de la redonda no tenían activado su campo magenta y estaban deteriorándose por la contaminación de las fábricas. La calle no era muy diferente de las demás, siempre había una enorme fábrica seguida de una línea que iba de dos a tres casas.
Las chicas estaban tranquilamente con dirección a casa de Adria cuando de repente un sujeto encapuchado apareció en la acera de enfrente. Se dirigió caminando lentamente hasta donde estaban las chicas.
—Esto no se ve bien—pensó Lucía, preparó su celular para llamar a la estación de ayuda por los G.M.P.C. y avisar a Adria, pero por alguna razón, el primero estaba fuera de servicio.
Aquel encapuchado se quedó a media calle observando a las chicas. Sus ojos de serpiente enfocaron a Iris. Una atmósfera pesada dominaba el lugar y todos hicieron silencio, hasta que el sujeto rompió el hielo.
—Mmh… así que tú eres la deámferro que ha estado causando problemas ¿eh?... o ¿me equivoco?
Iris no contestó sólo expresó enojo y miedo al verlo. Lucía le tomó el hombro y le dijo susurrando:
—Vámonos de aquí…
—¡No irán a ninguna parte!—dijo el encapuchado y levantó su mano derecha, de allí aparecieron una serie de letras y símbolos de color púrpura que se tornaron en un círculo mágico que se posó delante de él.
—¡Un hechizo de materialización xenoarchés!—gritó Iris con terror.
—¡Así es niña! Pero no es cualquier hechizo de materialización, es uno personalizado por mí… prepárense, su fin ha llegado… ¡Mandrácanis-Xenoarchés! ¡Aparece y acaba con la deámferro!, ¡te lo ordeno mi bestia sagrada!—gritó el sujeto con mucha ira.
El círculo de invocación cambió inmediatamente al recibir la orden, este ahora rezaba "Morphosómatis-Xenoarchés = Mandrácanis-Xenoarchés" [♂ Morfoso´matis-Xenoark῾e´s ♂ = ♂ Mandra´kanis-Xenoark῾e´s ♂] y se tornó carmesí con un portal púrpura en su centro.
—Esto no se ve bien—dijo Iris.
Lucía estaba desesperada porque Adria no respondía su teléfono celular, decidió enviarle otro mensaje. Ambas chicas comenzaron a huir.
Mientras tanto Adria estaba en el segundo piso de su hogar, la chica estaba acostada en su cama.
—¡Ah!... me estoy muriendo de hambre… ¿qué pasa con esas dos que no vienen?... mmh… espero no les haya pasad… oh, dejé mi celular en la sala—dijo y su estómago rugió—. ¡Oah!... no me quiero mover…—dijo y se echó en la cama. Su celular sonó fuerte en la planta baja, ella no tuvo más opción que ir a ver qué sucedía.
La chica tomó su celular y lo revisó. Al leer el mensaje la duda se dibujó en su rostro.
—Códi… codígo "Ni-rojo"… ¿Ni-rojo?... código ¡Ni-rojo?, estoy segura que eso lo vimos en alguna clase… ¡ah! Ya me acordé…—dijo e inmediatamente el miedo desfiguró su rostro—. ¡Código Ni-rojo! ¡Un necrotecnís está atacándolas!—dijo y se preparó para salir corriendo de su hogar sin importarle la seguridad del mismo.
La chica comenzó a correr y llamó a los Guardianes policiacos, pero estaban fuera de servicio. Le llamó a Lucía, contestó, pero había demasiada estática.
—¡Adria!… ¡Cof! ¡Cof! Consigue ayu… ayuda por favor…—dijo Lucía con tono débil, la llamada se cortó inmediatamente.
—¡Lucía! ¡Lucía! ¡Maldición!—dijo la chica preocupada y asustada mientras iba en su ayuda y le insistía a los guardianes.
El necrotecnís estaba parado sobre una plataforma púrpura que flotaba por encima de un campo carmesí con un selló mágico que rezaba "Xenoarchés Crimson-field" [♂Xenoark῾e´s-Kri´mson Field♂]. Adentro estaban las chicas luchando contra algo monstruoso que no dejaba de producir veneno.
—¿Qué sucede Aline? Ya hubieras destruido ambos campos con mucha facilidad, vamos, si no te expresas tu contenedor morirá… y yo estaré listo para exorcizarte si eso llegase a pasar.
Por dentro del campo había una bestia enorme y negra con un brillo verdoso desagradable, como si fuese una planta impregnada de rocío, su cuerpo estaba sobre cuatro patas, era como un perro enorme, su hocico estaba lleno de dientes afilados y sus orejas eran cortas, poseía la mirada era de un asesino sanguinario. En los costados de su lomo cargaba dos manos gigantes con la textura de una raíz, cada palma de su mano tenía un relieve enorme y detallado de una cabeza similar a la de un bebé arrugado con el rostro triste, las puntas de cada dedo poseía bocas con labios tan verdes que parecían negros y dientes amarillos que no dejaban de salivar y escupir veneno de un color verde muy oscuro, su cola era una enredadera gigante con frutos parecidos a una manzana, verdes y con los mismos labios y dientes que escupían veneno verde, cada manzana estaba coronada con una flor blanca que también realizaba exhalaciones tóxicas. Una neblina espesa se había formado y no tardó en llenar el campo rápidamente. Las chicas estaban protegidas por su aura de archés.
—¿Qué haremos Iris? Esa cosa va a matarnos.
—No me digas, no se me ocurre nad…—respondió la chica pero el animal rugió y se preparó para atacar.
—¡Ya sé! ¡Distráelo con la comida mientras intento romper el campo!—dijo Lucía.
—Sí.
Iris tomó el orb, sacó uno de los pequeños sándwiches y comenzó a llamar al perro. Inmediatamente este respondió. Iris le tiró el sándwich pero el animal atacó la esfera de luz y la devoró por completo. Al verlo mantuvo su distancia.
—Muy bien, se me acabaron las opciones… debo buscar como distraerlo—dijo Iris.
—Oye… oye…—llamó la voz de una chica en la mente de Iris.
—¿Tú otra vez?
—Sí. No debiste dejar que esa chica fuer a romper el campo magenta, su archés está peligrosamente bajo y el tuyo ha comenzado a disminuir.
—¿Qué? ¿El archés de Lucía? ¿Peligrosamente bajo? Debe ser por el veneno de esta cosa—respondió Iris, el animal se lanzó un zarpazo y ella lo esquivó con agilidad.
—No. No es el veneno de este monstruo, ya estaba muy bajo desde que entró a tu hogar, es más, desde la primera vez que la vi noté que siempre lo tiene tan bajo que parece que morirá en cualquier momento.
—¿Qué? ¿Es en serio lo que dices?
—Sí, no tengo intenciones de mentirte… Uh oh, tu amiga acaba de caer al suelo…—dijo la voz e inmediatamente Iris volteó a ver a Lucía, ella estaba de rodilla s tosiendo. No le hizo ni un solo rasguño al campo—. ¡Cuidado!—gritó la voz al ver el zarpazo del monstruo, Iris se cubrió con un escudo de archés azul pero la fuerza fue tal que terminó azotada contra el campo de fuerza.
—El veneno ya comenzó a afectarme—pensó Iris mientras tosía.
—Déjame tomar el control de tu cuerpo, yo te sacaré de aquí.
—Tómalo rápido y salva a Lucía.
—Bien. He visto que eres fuerte, así que confiaré una parte más grande mi poder que la de la otra vez.
Iris en ese momento se desmayó. Lucía la vio caer al suelo, inmediatamente se levantó y fue a socorrer a su amiga. El monstruo arremetió contra la chica que estaba en el suelo, Lucía se acercó más rápido y formó un campo de archés azul para protegerla.
Iris en ese momento despertó, sus ojos se tornaron rojos y un círculo mágico se formó debajo de ella, era el círculo de Aline.
Lucía estaba protegiendo con su aura, al verlo la chica aumentó el poder de su aura y la transformó en un aura rosa. Lucía al ver que ella podía contener los golpes de la bestia calló al suelo y se echó a toser sangre.
—¡Maldita sea! Tu archés está muy bajo—dijo furiosa Iris, pero con un tono de voz diferente.
—¿Iris?—inquirió Lucía extrañada al escuchar su tono de voz diferente. Alzó la mirada para verle el rostro.
—Es el veneno de esta cosa, le está haciendo mucho daño—dijo Iris en su mente al verla con la boca llena de sangre.
—Bueno, eso no importa, voy a curar a tu amiga ya acabar con ese monstruo horroroso…
Iris chasqueó los dedos y un círculo mágico se formó debajo de Lucía, este era de color verde, era un hechizo de archés curativo.
—Bien, vamos por el monst…
—Espera… tú… tú no eres Iris… ¿verdad?—dijo Lucía preocupada.
—No. Mi nombre es Aline y estoy aquí para ayudarte—dijo la chica mientras formaba su espada de archés rosa y se transformaba con su sello de archés hasta conseguir el cabello blanco con el mechón y las puntas rosadas.
La chica atravesó el campo de fuerza para entablar combate contra el monstruo, este estaba golpeando el campo de fuerza con mucha fuerza y locura. Aline saltó para acabar detrás de la criatura y llamó su atención.
—¡Hey monstruo! ¡Veamos que ofreces!—dijo la chica y entabló posición de combate con su espada.
La criatura al verla rugió despiadadamente, y los bebes abrieron los ojos casi al mismo tiempo.
—Aline… Aline… Aline…—repetían las cabezas de los bebes con una voz chillona y espectral, luego su expresión cambió a una llena de odio abrieron sus bocas y se prepararon para gritar, no sin antes abrir un círculo mágico verde oscuro que decía "Xenoarchés-Resonator" [♂♂Y Xenoark῾es-R῾esonator Y♂♂].
La criatura lanzó un gritó espectral que rechinó por todo el campo. Aline inmediatamente creó un escudo de archés rosa pero este fue demolido por la fuerza de su grito y estrelló a la chica contra el campo magenta.
—¿Un hechizo resonador?… ¡Cof! ¡Cof! el veneno me está afectando…—dijo la chica y se echó a toser, luego activó su hechizo purificador de aire, pero este no funcionó—. Maldición, ¿qué sucede?...—añadió preocupada y siguió tosiendo mientras la neblina verdosa la envolvía.
De un momento a otro, todo quedó en silencio. No había sonido alguno que delatase que la bestia seguía enfrente de Aline.
Una voz se hizo entre la oscuridad y los vapores venenosos que envolvían a la chica.
—Ella es… es muy heromsa—dijo una mujer.
—Es hija de una diosa, es normal que sea muy hermosa…—respondió otra voz femenina.
Aline al escuchar eso dispersó el veneno abanicando con sus manos y con mucha prisa salió de las cortinas de humo pronunciando dos voces con mucha duda.
—¿Arime? ¡Claribel?
En ese momento la chica se topó con la oscuridad absoluta, pero otra voz detrás hizo que voltease inmediatamente, allí había tres chicas arrodilladas, una con el cabello plateado y un mechón rosado que caía en su frente, era ella, tenía una armadura rosada con adornos y bordes rojos en ella, a su lado izquierdo había otra chica, con el cabello verde y algo corto que tenía dos mechones verdes que se dirigían hacia atrás de sus oídos, acompañando la porción de su cabello que era verde, su armadura era del mimo color con adornos y bordes negros en ella, y a su derecha había otra chica, tenía el cabello dorado y algo largo, con tres mechones azules, uno que caía en su frente y otro que estaban detrás de sus orejas, acompañando parte de su cabello azul, su armadura era del mismo color con adornos y bordes blancos. Las tres estaban de rodillas, parecían esperar la bendición de un caballero de armadura carmesí, quien desenvainó su espada para tocarles el hombro.
—Racestrong Aline, Racestrong Velisse y por último Racestrong Lummins. Hijas de…
—¿Qué es esto?—dijo Aline al ver que estaba presenciando un recuerdo muy antiguo.
—Ustedes, mis mejores guerreras, son las encargadas de cuidar el templo y la armadura de nuestro señor Racestrong Kirábalza quien es hermano de Racestrong…
—No es posible, ¿qué demonios está pasado aquí!—gritó al chica con desesperación. Al mirar nuevamente a su alrededor, todo estaba en silencio nuevamente.
Un sonido hizo que todo se paralizara a la percepción de ella, sonó como si alguien hubiera vomitado y el líquido pesado hubiera impactado contra el suelo, alguien estaba jadeando y comenzó a decir su nombre repetidamente.
—Aline… Aline… seas quién seas despierta por favor…—dijo, tosió y vomitó nuevamente—. No sé quién seas… pero ya no lo resistiré más…—con desesperación hablaba aquella voz, parecía que había comenzado a llorar.
Mientras tanto afuera del campo el necrotecnís esperaba aburrido a que Mandrácanis terminara su trabajo.
—Vaya que ya tardaron, lo más probable es que ya hayan muerto iré a revi…—dijo el ser y casi estuvo a punto de preparar una especie de hechizo, pero algo lo detuvo. Era Adria había lanzado un ataque por un costado del encapuchado, pero este fue repelido y relanzado por un escudo reflector de xenoarchés, el ataque rebotó y se devolvió contra ella, quien lo esquivó con mucha habilidad.
—¡Guau! Sí que tienes reflejos—dijo la chica asombrada.
—No necesito reflejos, mi poder está activo todo el tiempo—respondió de manera arrogante el necrotecnís.
—¡Ja! Entonces ya debes estar cansado, ¿no es así?—dijo Adria y entabló posición de combate.
La chica se lanzó con su espada al ataque, su contrincante activó un escudo contra su golpe para repelerla, la inercia del golpe hizo que la chica perdiera un poco su defensa, cosa que rápidamente notó su contrincante. Él estiró su antebrazo para tomarla del cuello a Adria.
—De verdad que eres una chica muy molesta—dijo mientras la estrangulaba.
—Ah… no permiti… no permitiré… que… le hagas daño… a mis… ¡amigas!—exclamó Adria y al unísono intentó clavarle la hoja de su espada en su antebrazo. El escudo del necrotecnís se activó inmediatamente y repelió el golpe de Adria.
—No, simplemente no funciona—dijo el ser y aplicó más fuerza contra el cuello de Adria.
La chica soltó sus armas, cayeron al suelo y desaparecieron. Comenzó a sollozar por aire. El encapuchado la presionó aún más fuerte y la azotó contra la carretera del lugar un sin fin de veces hasta hacer un cráter en ella, y después la arrojó contra un enorme portón que le pertenecía a una fábrica que estaba enfrente, rebotó y cayó al suelo. Se quedó inmóvil mientras se formaba un charco de sangre. La fábrica al recibir el golpe activó un sistema de seguridad silencioso.
Una ranura se abrió en una esquina de la fábrica, de allí salió una pequeña cámara de seguridad inalámbrica, era como una esfera metálica con un ojo robótico en su centro, al enfocar al necrotecnís se hizo invisible.
La computadora de la cámara comenzó registrar la situación. Su panel de comandos alertaban la presencia de un necrotecnís. Los trabajadores que estaban adentro de la fábrica al ver la puerta abollada quisieron salir a ver qué ocurría, pero la misma tecnología de la fábrica activó un campo magenta con medida en las paredes del lugar atrapando a los trabajadores allí mismo.
—Código "Ni-rojo", trabajadores protegidos, llamando a autoridades correspondientes… fallo en la conexión, buscando fallo en conexión, error encontrado, error "xenoarchés"… limpiando señal… señal recibida…—eran todos los comandos que la computadora de la cámara activaba.
El encapuchado miró a Adria, quien se encontraba en el suelo desangrándose.
—Demasiado fácil—con tono arrogante se mofó de la chica—. Volvamos a lo nuestro, a tomar el poder de Al…
—No… no irás a ninguna parte… ¡Cof!—dijo Adria con mucha dificultad, estaba de pie y bañada en su propia sangre—. Aún… no… he terminado… contigo…¡Cof! ¡Cof! —añadió con tono débil, su aura de archés se veía bastante débil.
Al escuchar esas palabras el necrotecnís se dirigió a Adria.
—Vaya que eres insistente. Bueno, Mandrácanis se encargará de traer el cuerpo sin vida de tu amiga, divirtámonos un rato…—dijo y luego chasqueó los dedos. Dos portales se abrieron a los costados de la chica y de allí salieron dos monstruos de labios negros que escupieron veneno púrpura en gas contra ella. Inmediatamente comenzó a toser al recibir el humo.
El necrotecnís estiró su antebrazo nuevamente y tomó a Adria de las piernas, este comenzó a azotarla contra la acera, luego la mandó a volar contra una casa que parecía abandonada, la chica chocó contra la pared, ya no podía continuar, no se movía. A él no le importó y la tomó de la cabeza.
—¡Ja ja ja! ¿Qué ocurre? No me digas que ya te moriste.
En ese momento un selló de color blanco dentro del campo carmesí de formó y se extendió hasta salir de él. Inmediatamente los dos campos xenoarchés, el magenta y el carmesí, reventaron y de allí salió mucho humo rosado muy claro que comenzó a desvanecerse lentamente en el aire. Aline salió de aquel lugar dando un salto, tenía su armadura rosada con una espada de hoja de diamante que tenías las insignias grabadas en oro "Aline Archgladius" [♀Aline A´rk῾gladius ♀] y empuñadura de oro con adornos de rubí, poseía un par de alas extremadamente blancas y sobre su cabeza y entre las dos alas había un círculo mágico que rezaba "Aline Archwings" [♀Aline Ark῾ϝings♀], cargaba un escudo del color de la armadura con bordes y enmarcado de oro y un relieve del mismo material del símbolo de venus con los brazos levantados [] estaba en él.
—¡Imposible! El veneno de mandrácanis debió…—dijo el encapuchado, en ese momento el enorme monstruo lanzó un débil llanto de agonía, estaba entre las cortinas de humo rosa con el vientre abierto, la cola cortada y las cabezas de bebé desfiguradas.
—Tú eres el siguiente—amenazó Aline al mismo tiempo que empuñaba su espada y apuntaba al necrotecnís.
Los ojos de serpiente del sujeto miraron con miedo la figura heroica al momento de escuchar sus palabras. El sudor frío lo invadió. Aline se lanzó al ataque a gran velocidad con la punta de la espada hoja de la espada mirando al frente. Al verla caer de picada, inmediatamente puso el cuerpo de Adria delante, para evitar el golpe de la espada de Aline. Se detuvo a unos milímetros de atravesar a Adria.
Aline se quedó viendo a la chica, había despertado entre tanto problema y jadeaba con una respiración un tanto agitada.
—¡Adria!—gritó Iris dentro de la mente de Aline.
Al ver que había detenido el ataque el malévolo ser comenzó a carcajear como un lunático.
—Oye oye… ¿acaso no habías dicho que era mi turno? ¿Qué sucede? ¿Por qué no me atraviesas con la hoja de tu sable?... oh, ¿tienes miedo de matarla?—mofó la criatura.
Aline desapareció con un movimiento rápido y reapareció detrás del monstruo y trató de encestar un golpe, pero de nuevo antepuso a Adria.
—¡Jooh! No funcionará...
Aline lanzó una mirada de odio e impotencia contra el necrotecnís. El bastardo sonrió y le contestó.
—¡Oye oye! Cálmate… te preocupas demasiado por… esta insignificante mortal…—dijo y después sacó un larga lengua que comenzó el rostro de Adria y lentamente descendió y se metió en su blusa azul para acariciarle un pecho.
En ese instante Lucía entró en combate y trató de encertar un golpe con su espada, el necrotecnís formó su escudo para repelerla, pero cometió un error, descuido a Aline, inmediatamente la chica lo atravesó con su espada. Vomitó sangre por el impacto del golpe. Inmediatamente soltó a Adria. Se le cayó la capucha durante la batalla.
Su rostro era gris, su cabello era negro con las puntas verdes oscuras y con una enorme nariz aguileña. El sujeto estiró su brazo e intentó tomar a Lucía como venganza, pero Aline bajó la espada hasta su entrepierna y la subió rápidamente hasta la punta de su cabeza. Lo partió por la mitad.
Parecía que todo había terminado. Aline quemó el cuerpo con una flama roja que hizo para evitar problemas, curó las heridas de ambas chicas. Una vez hecho su trabajo, la chica regresó a ser Iris.
—Qué bueno que todo salió bien al final.
—Sí. Lo mal es que no comí nada…
—Jaja, bueno, entonces tendremos que…—dijo lucía a Adria, pero notó que Iris estaba algo mareada—. Iris, ¿te encuentras bien?—añadió preocupada.
Iris se desmayó y cayó en brazos de Adria. Las dos chicas comenzaron a preocuparse y revisaron si se encontraba bien.
—Aún respira ¿qué raro? ¿Se quedó dormida?…
—¿Dormida!—sorprendida dijo la chic al escuchar las palabras de Adria. En ese preciso instante una voz retumbó.
—Eso era lo que estaba esperando, una deámferro que guarda en su interior a una diosa tan poderosa, no puede mantener el hechizo de archés vinculado por mucho tiempo.
—¿Dónde estás? ¡Muéstrate ahora!—gritó Lucía mientras desenvainaba su espada.
—¿Dónde estoy? ¡Jajaja!...—mofó la voz.
Un círculo mágico se dibujó repentinamente debajo de las chicas este rezaba "Xenoarchés-Purple field" [♂ Xenoarke῾s-Purple-field ♂]. Inmediatamente quedaron atrapadas en un campo púrpura. Seis portales se abrieron alrededor del campo y de salieron unos monstruos de labios grandes aparecieron, pero estos eran carmesí y escupieron veneno en gas del mismo color.
—Maldición… ¿por qué siempre usan la misma estrategia?—dijo Lucía y su aura de archés comenzó a disminuir rápidamente.
—¡Cof! ¡Cof! No… no puedo respirar…—dijo Adria sofocada.
—Debemos salir de aquí, asegúrate que Iris no respire el veneno ¡Cof! ¡Cof! ¡Cof!... ¡Rompe el campo!
—Eso intento intenté, pero mi archés no responde…—dijo Adria ante las palabras de Lucía.
Mientras tanto otro sujeto encapuchado apareció en la acera, se acercó caminando lentamente.
—Sencillo…
En ese instante los G.P.M.C. aparecieron y comenzaron a dispararle al necrotecnís con sus armas de grueso calibre, pero este activó su reflector y les devolvió el ataque con el doble de fuerza, todas las computadoras cayeron ante su poder.
—Demasiado fácil—dijo el ser mientras se aproximaba al campo. En ese instante. Se detuvo.
La hoja afilada de una catana lo había atravesado en un parpadeo. Su sangre estaba goteando en la punta de la mima.
—Demasiado fácil—mofó la voz de una mujer.
—Bl… Black… sh… shawl… ni siqui… ni quiera pude… activar mi reflector para… def… defenderme…
—Al parecer soy más rápida que una bala—dijo la mujer y con un solo movimiento de su catana despedazó el cuerpo del necrotecnís—. Lástima que eras otro cuerpo falso—añadió la mujer.
El cuerpo del necrotecnís se convirtió en una nube venenosa negra que la envolvió rápidamente y parecía que no la dejaría escapar. La mujer al ver la espesa y pesada neblina que amenazaba con asfixiarla, simplemente respiró profundamente y suspiró con tonó aburrido:
—¡Oh! Veneno… ¿y qué más?, ¿es todo lo que tienes?—dijo mientras exhalaba el humo negro en cada palabra a través de sus labios rojos—. ¿Qué sigue?, ¿me debo sentir irritada hasta ponerme a toser?, ¿mareos?, ¿náuseas?, ¿sensación de asfixia y parálisis corporal?, ¿disminución de mi archés?… y por último ¿vomitar sangre y derramarla por todos los orificios de mi cuerpo mientras espero una muerte segura?… meh… no siento nada, es más debería haber un sabor de cigarrillos con esto, sabe a un dulce muy fuerte, pero se puede suavizar y quedaría rico... ¡sé que me estás escuchando!, es más, sé que me estás viendo las tetas mientras el humo me abraza, ¿y qué hago?, ¿me pongo a bailar en la neblina?… ¿Por qué no vienes y me follas como el hombre que eres?... ah no, porque sabes que te voy a follar con mi espada primero… ¿verdad?, ja ja ja… cobarde… sólo puedes atacando a tres pubertas indefensas…—añadió la mujer. Nadie le respondió en ese momento. La neblina había desaparecido. Se la fumó completa.
La chica alzó el rostro y resopló lo que quedaba del humo negro que la envolvía luego escupió contra la carretera y dijo:
—Cuando llegue a casa me voy a lavar los dientes.
Resonando sus tacones se acercó al campo de fuerza que envolvía a las chicas, lo tocó con la punta de su dedo índice y el campo reventó automáticamente. Cuando la neblina carmesí se dispersó, la mujer encontró a dos de las tres chicas desmayadas. Lucía estaba esforzándose por mantener un aura de archés a sus amigas, estaba a punto de desmayarse.
—¡Uy! Casi no llego.
—A… Abi…—dijo Lucía mientras miraba a la mujer y se desmayó.
—Casi—exclamó mientras levantaba su ceja derecha.