Era un día como cualquier otro en la academia, han pasado dos semanas desde el ataque que sufrieron las tres chicas.
Todo comenzó con Adria la jefa de grupo, quien llegó a la oficina a Abigaíl, ya que la había llamado desde hace tres días atrás para preparar la lista de alumnos y la de los exámenes que se aproximan, al mismo tiempo, también para informarle sobre el cambio de profesora, el cual debió ser la semana pasada.
Adria tocó la puerta de la oficina de Abigaíl.
—Adelante—gritó la mujer con un tono de voz harto.
—Buen día profesora Abigaíl.
—¿"Buen día profesora Abigaíl"? ¿Sabes tú cuántos errores tiene esa frase que acabas de decir? —dijo la pelirroja mientras le daba la espalda a la chica, estaba viendo por la ventana la enorme cantidad de salones de clase que había cerca y alrededor de su oficina.
—¿Perdón?—exclamó Adria confundida.
—Te perdono—respondió la mujer con sarcasmo mientras abría un portal para sacar un cigarrillo de aquel.
—¿Ah?
—¡Bah! Si ya no tienes nada interesante que decir pues puedes retirarte—dijo la mujer y después encendió su cigarrillo.
—No, es decir, como una de las máximas autoridades de la escuela, usted debe firmar las listas de alumnos y de exámenes que se presentarán en mi grupo.
—Ah, sí es verdad, lo había olvidado por un momento—dijo la mujer y luego chasqueó los dedos.
Las hojas de los exámenes comenzaron a brillar con pequeñas estrellas blancas que hicieron aparecer la firma de la pelirroja automáticamente en todas las hojas.
—Listo ya puedes irte.
—¡Guau! ¿Cómo hizo eso? ¿En algún momento de mi vida escolar me enseñarán a hacer eso? Sería súper útil.
—¡Oh! Pequeña, no me vas a creer, pero esa técnica es sumamente per...—dijo la pelirroja mientras se daba la vuelta, al ver que se trata de Adria cambió repentinamente su expresión, parecía mostrar más interés hacia ella—. Uh, espera un segundo eres una de las amigas de... Iris, ¿cierto? —añadió mientras se acercaba a la chica resonando sus tacones.
—S… sí—respondió algo temblorosa.
Abigaíl, una vez estando cerca de ella resopló humo hacia su rostro, Adria hizo un gesto de asco en repuesta.
—Supongo que vives cerca de su hogar...
—¡Cof! No...
—Bueno, al menos estás en el mismo salón que ella, ¿No?
—No.
—¿Te gustaría estar en el mismo salón que ella?—curioseo Abigaíl.
—Sí—respondió con alegría la chica.
Abigaíl se acercó a ella luego de sorber humo y le susurró al oído mientras exhalaba.
—Bien, primero pero debes hacerme un favor...
Adria tuvo una sensación sumamente desagradable al sentir su respiración caliente y mal oliente encima y respondió un poco incomodada.
—¡Cof! ¿De qué se trata?
—Mmh... Ya lo verás...—respondió la pelirroja mientras veía a la chica a los ojos.
La mañana continuó su curso normal, en cuarto módulo de clases, empezando las once de la mañana, un mensaje alertó al grupo de Iris. Se trataba de Abigaíl, estaba anunciando el cambio de salón de Adria hacia el grupo de Iris, el tercer grado de educación secundaria sección C.
—¿Qué? ¿Adria en nuestro grupo?—dijo Lucía sorprendida.
—¡Bien! ¡Estaremos las tres reunidas!—dijo Iris con felicidad.
—¡Sí! Vamos a poder irnos las tres a casa a la misma hora, ya podremos platicar entre clases...—dijo Lucía con alegría.
La pelirroja presentó a Adria al grupo y anunció que sería la nueva jefa de grupo, sustituyendo a la original que era Jennifer, al mismo tiempo la misma estaría en un cambio de grupo para ocupar el lugar que Adria dejó vacío.
—No... ya no estaré con Clarisse—pensó la chica con enojo.
El día continuó su curso normal. Hasta que llegó la hora de la salida. Abigaíl regresó a dar un mensaje al grupo.
—Espero que el mantenimiento del equipo de comunicación acabe pronto y restablezcan la conexión ¡ya!, eso de estarme sacando de mi oficina todo el maldito tiempo no es de mi agrado. ¡Me oyes Aloney! ¡No soy tu maldita mandadera! Ah, no puedes escucharme ¿verdad?... claro, ¡porque tu mugroso sistema de comunicación está en mantenimiento!—dijo la pelirroja enojada. Los chicos la miraron con vergüenza ajena, la mujer les devolvió la una mirada furiosa—. ¡Mocosos!—añadió gritando contra los alumnos
Adria en ese instante se puso de pie y dio una orden al grupo completo.
—¡Atención!
Todos los alumnos se pusieron de pie y firmes al escuchar a Adria. La pelirroja suspiró y al exhalar lo hizo con humo entre sus labios y volvió a fumar de su cigarrillo. Se dirigió con más calma a los jóvenes.
—Bien. Como ustedes ya saben una profesora nueva está por entrar a la academia y... debido a los recientes ataques de éxhumus y morphos y demás cosas… se le pondrá a prueba… eh… mmh… una semana... semana en la que ustedes serán sus vigilantes.
—¡Eh?—se sorprendieron todos los alumnos. El murmulló comenzó a formarse y creció lentamente hasta volverse un barullo.
—¡Mocosos!—gritó enojada Abigaíl.
—¡Atención!—ordenó Adria.
—Bien. No pueden dudar cuando se les da una orden, esta academia… aunque no lo parezca… es militar como cualquiera que hay en el mundo, y como tal, deben tomar en cuenta que entrenamos soldados obligatorios hasta la educación secundaria, por ende, ustedes, como parte de un sistema que aún los obliga a seguir órdenes, ¡deben seguir las putas órdenes! ¡Entendido?
—¡Sí señora!—contestó todo el grupo claramente.
—¡Cómo que "señora"? ¡Hijos de su madre! ¡No estoy tan vieja!
Todos los alumnos sudaron la gota gorda y algunos comenzaron a murmurarse cosa entre sí. En ese momento Adria alzó la voz y saludó a Abigaíl como una superiora.
—¡Sí señorita!—todos los alumnos se miraron entre sí con duda y se decidieron a seguir a Adria.
—¡Sí! ¡Señorita!—dijeron todos firmemente.
—Bien. Entonces procederé a retirarme para que comience su segunda hora de clases.
—¡Atención! ¡Descanso!—ordenó Adria al escuchar las palabras de la pelirroja.
Abigaíl salió del salón de clases, justo cuando cerró la puerta Adria quedó tendida en su lugar.
—Gah… odio tener el control del grupo, es mucho trabajo—dijo con pereza.
Mientras tanto Abigaíl estaba recorriendo el pasillo de la escuela con dirección hacia su oficina.
—Ni siquiera sé cómo ser una maldita militar—pensó.
El día continuó su curso normal, después de dos módulos de clase, llegó la hora de descanso. Las tres chicas bajaron a la cafetería escolar.
Era un lugar enorme y gris, algunos letreros de puestos de comida estaban descuidados y gastados. Todos los productos con los que contaban estaban empaquetados, no existía nada cocinado, salvo algunos puestos que lanzaban promociones de comida hecha para determinados. Todos los puestos y tiendas estaban bajo un lugar techado por los salones de cómputo y rodeaban una enorme terraza dónde estaban las mesas y bancas de metal adosadas al suelo. Las chicas estaban en una de las tantas mesas cerca de las puertas de entrada.
—Es un asco la comida de la cafetería—dijo Adria mientras un pequeño sándwich de paté corte triangular.
—¡Oh! ¿Quieres la mitad de mi espagueti?—preguntó Lucía mientras le ofrecía un poco de su comida que tenía en su tupper azul.
—N… es decir… no lo sé, es que… es tu comida…
—No te preocupes, yo también te daré un poco, es que hoy me levanté temprano e hice un poco de espagueti, te hubiera traído también de haber sabido con anticipación que te cambiarían de grupo, además siempre estás ocupada por ser la jefa—dijo iris mientras le ofrecía de su comida también.
—Bueno… ya que insisten creo que sí quiero—exclamó Adria muy contenta.
Nadie se había dado cuenta que Abigaíl estaba del otro lado de la terraza en la zona de fumadores, sentada vigilando a las tres chicas. En ese momento llegó Nosori para hablar con ella.
—Sabes, eres la única persona en toda la escuela que está fumando, creo que no han cerrado esta sección de la cafetería sólo por ti.
—Ah, qué lindos. Hasta que hacen algo bien… para variar—respondió la mujer con tono harto y fumó un poco de su cigarrillo.
Nosori tomó asiento justo enfrente de Abigaíl tapando toda probabilidad de que siguiera vigilando a las tres chicas.
—Tengo algo importante que decirte.
Ella sorbió humo y se escupió directo al rostro a la joven.
—¡Qué quieres?—preguntó harta Abigaíl. Nosori tosió un poco por el humo que estaba en su rostro.
—E… eres una mujer repugnante.
—¡Oh! Me alagas, y tú eres toda una primor, ¿me regalas un beso?—dijo en son de burla y después hizo tronar sus labios en pequeños besos contra la chica. Nosori guardó silencio y su rostro se desdibujó en tristeza como si estuviera a punto de llorar—. Uy, parece algo serio. ¿Qué ocurre?—preguntó Abigaíl algo más tranquila y un poco preocupada.
En ese momento Lucía se percató que Abigaíl estaba hablando con Nosori.
—¿Qué rayos estarán hablando?—preguntó al aire la chica.
—¿Uh? No lo sé—respondió Iris.
En ese momento Abigaíl se levantó se su lugar y Nosori inmediatamente le siguió. La chica estaba llorando.
—No… ¿Nosori está llorando?—inquirió Lucía.
—¿Qué!—se sorprendió Iris.
—Mmh… tal vez está en sus días—dijo Adria y se metió un bocado de espagueti.
—¡Eh?—exclamó Iris ruborizada.
—¡Ush! ¡Qué grosera eres Adria!—gritó Lucía enojada y sonrojada por la vergüenza.
—¡Ah?... sí es verdad, inclusive yo lloro mucho en mis días—Iris y Lucía respondieron de manera indiferente a sus palabras.
Lucía devolvió la vista hacia donde estaban Abigaíl y Nosori, al ver que se encontraban muy lejos, rápidamente se levantó y comenzó a seguirlas
—¡Oah! Espera Lucía—dijo Iris, antes de seguirle el paso hizo desaparecer su tupper de comida vacío y el de ella.
—¡Oh! Yo no he terminado de…
—Espera—gritó Jennifer a Adria, la chica le dijo que había junta de jefes de grupo. Iris le siguió el paso a Lucía.
Ambas chicas siguieron sigilosamente a Abigaíl y a Nosori manteniendo una distancia enorme. Todas llegaron a la puerta de la oficina de Abigaíl. Iris y Lucía estaban detrás de una ventana de la mayor observando que pasaba.
—¡Guau! Su oficina queda bastante lejos, eso explica por qué estaba tan molesta hoy en la mañana—dijo Iris—. Lucía creo que debemos irnos, el descansó terminó hace tres minutos—añadió preocupada. No recibió respuesta, Lucía estaba más preocupada por saber que le pasaba a Nosori.
—Mira…—le dijo Lucía a Iris. Ambas asomaron su cabeza por la ventana para ver mejor—. Nosori está llorando mucho, debió haber sido algo muy grave.
—No recuerdo que te preocupase tanto Nosori. Aunque tienes razón… ¿y si no es Nosori? ¿Y si la cambiaron por alguien más y la verdadera está muerta?
—Iris no digas estupideces y baja la voz o nos descubrirán.
Mientras tanto Abigaíl estaba escuchando a Nosori, la chica seguía llorando desconsoladamente.
—Po… por… por esa razón te hablé… por qué ya no puedo mantenerme curada con mi archés…
—Está bien, ya veo—dijo Abigaíl e hizo brillar sus manos de color verde. Se acercó a Nosori y la abrazó, pronto ella quedó cubierta con la misma luz.
—¿Archés curativo?—dijo Lucía al ver la luz verde. Nosori comenzó a sentirse mejor.
—¿Era necesario que me abrazarás así?—dijo Nosori. Abigaíl sacó un cigarrillo de un portal que había formado.
—No. Simplemente tenía ganas de hacerlo, me gustas—respondió la pelirroja mientras encendía su cigarrillo.
—Jaja… qué graciosa, pero sólo te veo como amiga.
—¡Uy! No me hagas esto primor—respondió la pelirroja mientras apreciaba sus uñas pintadas.
Entre tanto afuera de la escuela estaban dos guardias de seguridad platicando entre sí, cuando de repente un portal se abrió enfrente de ellos, tenía alrededor un círculo mágico de "Morphosómatis-Xenoarchés", una tenaza negra apareció enfrente del guardia de seguridad, la enorme tenaza poseía una boca llena de dientes afilados entre sus pinzas, inmediatamente se mostró escupió una nube de humo negra, el soldado comenzó a asfixiarse en la neblina, disparaba para defenderse pero las balas no le hacían nada al monstruo. Termino aplastado por las enormes pinzas del animal.
El otro guardia activó el sistema de seguridad de la escuela y en pocos segundos la enorme tenaza lo alcanzó, sufrió el mismo destino.
Entre tanto. Nosori estaba seria pero agradecida por la ayuda que le había dado Abigaíl, le respondió con una sonrisa mientras esta no la veía. Justo cuando intentó dar un paso hacia la puerta para salir, inmediatamente la chica comenzó a sentirse mal, cayó de rodillas al suelo tosiendo. Un círculo mágico brillante y negro apareció alrededor de ella, este tenía una única marca escrita en él, "Stigma" [Ϛ]. El círculo incrementó su brillo, Nosori comenzó a toser más fuerte, en unos momentos empezó a vomitar sangre disparada como proyectil.
—¡Uy!, es más fuerte de lo que pensaba—dijo Abigaíl con algo de indiferencia.
Iris y Lucía quedaron impresionadas al ver a Nosori en el suelo agonizando. Inmediatamente se agacharon para evitar ser descubiertas.
—¿Qué demonios le pasa a Nosori?—inquirió Iris asustada.
—No lo sé, pero será mejor que nos vayamos de aquí aho...—dijo Lucía la interrumpió una alarma. Un éxhumus había entrado a la escuela.
Era el mismo que había atacado con anterioridad y estaba acompañado de su necrotecnís, un encapuchado que poseía en la rente de su capa negra un ojo de bordes dorados.
—¿Dónde está la guerrera que me derrotó la última vez? ¡Hoy! ¡Hoy estoy listo para humillarla!
—Basta—habló el necrotecnís.
—Pe… pero… Lord-Férsula, comprenda mi dolor.
—Yo también fui derrotado por una chica, pero no estamos aquí por venganza y lo sabes.
Los dos estaban en el centro de la escuela, habían aplastado la seguridad tecnológica de la misma y mataron a todos los guardias que se les opusieron, no había nadie en esa zona de la academia, todos habían huido al escuchar la alarma a otras zonas del lugar. Estaban acompañados por dos enormes escorpiones que poseían tres colas, mismas que impedían que se los guerreros se acercasen por la cantidad de humo venenoso que producían.
—Sóblim—dijo el necrotecnís.
—¿Sí señor?—respondió el éxhumus inmediatamente.
—Aquí tienes un poco de mi xenoarchés, invoca a tu dead-body y busca a Aline ¡ahora!—ordenó el sujeto mientras formaba una piedra preciosa y negra la cual le fue entregada al espectro.
—¡Sí señor!
Inmediata el sujeto abrió su círculo mágico "Xenoarchés-Call-of-the -dead". [♂ Xenoark῾e´s-Kall-of-t῾e-dead ♂] y comenzó a recitar su malévolo verso:
—Ánimas que el mundo de los muertos habitan,
cuya vida se ha quedado extin… ¡gah!
Un golpe rápido se hizo y partió en diagonal el pecho del espectro, su brazo quedó colgando de un tirón de su cuerpo. Una chica encestó ese golpe letal con la cuchilla de una lanza. Se trataba de Lissandra, se alejó con un saltó que la dejó caer de pie sobre los barandales del segundo de la escuela.
—No permitiré que le hagan más daño a la escuela ni a ningún compañero más.
—Ah, ya veo, esta es la chica que te derrotó anteriormente… mmh… pues sí, es un poco fuerte—mofó el necrotecnís al ver a su éxhumus agonizando.
—No. No fui yo, fue mi hermana, Nosori. Mi nombre es Kellenher Lissandra—dijo y preparó de entre sus manos una serie de balines negros que arrojó contra el éxhumus y el necrotecnís. Los balines explotaron y una enorme nube de humo blanco se formó alrededor de ellos. El xenoarchés del éxhumus comenzó a disminuir rápidamente, no podía curar su herida.
—¡Mmh! Buen truco—dijo el necrotecnís. No sentía nada al estar en la nube blanca—. Pero… simplemente no es suficiente.
Una mano enorme salió de la nube blanca, el sujeto se había estirado hasta alcanzar a Lissandra, la tomó y la arrastró a la nube blanca. La chica comenzó a toser al estar enfrente del necrotecnís, le costaba respirar entre tanto humo. Su archés comenzó a disminuir paulatinamente.
—¿Qué sucede? ¿No puedes respirar?, ¿necesitas aire?, oh, pobrecilla, creí que eras más fuerte—dijo y comenzó a azotarla contra el piso metálico del lugar.
—¡Liss!—gritó Adria, estaba bajando por las escaleras del lugar, al ver que no iba a llegar a tiempo para salvarla saltó desde el barandal del lugar.
—¿Adria qué haces?—gritó uno de sus compañeros, se taraba de Isaac, un chico de cabello castaño oscuro y ojos de miel, no pudo detenerla y también saltó por el barandal para seguirle el paso.
—¡Idiotas! ¡Vuelvan!—gritó Tobías, el también saltó por el barandal, pero no corría tan rápido como los otros dos.
Adria llegó rápidamente al campo de batalla y sin importarle se metió entre las cortinas de humo blanco para defender a Lissandra, intentó golpear el antebrazo del necrotecnís, pero este tenía un escudo de xenoarchés que evitó su golpe.
—¡Oh! ¿Pero qué tenemos aquí? Seguramente no me recuerdas, pero yo a ti sí pequeña—dijo y estiró una mano que creó a partir de su antebrazo estirado. Adria fue sujetada inmediatamente por el monstruoso ser.
—¡Adria!—gritó Isaac y trató de encestar un golpe, fue repelido rápidamente. Una tercera mano se ramificó del antebrazo que sostenía a Adria y atrapó a Isaac.
—¡Jaja! Tres moscas cayeron en la red de la araña—dijo y comenzó a azotar contra con el suelo a los tres chicos hasta comenzaron a desangrarse—. ¿Eso es todo? Bah, no hicieron absolutamente nada, en fin… tengo algo especial para ustedes—dijo y levantó su mano derecha un portal se abrió a un costado de él—. ¡Mandracanis-Xenoarchés!—gritó el ser.
—N… no… no puede ser…—dijo Adria con dificultad, se estaba ahogando en su propia sangre.
El monstruoso perro gigante apareció nuevamente, lo acompañaba su cortina de humo, verde y venenosa.
—Qué… ¡Cof!… ¿qué es esa cosa?—inquirió Lissandra con dificultad.
—¡Jaja! Prepárense que su fin ha llegado.
—Pero… Lord-Férsula, ¿por qué llamó a Mandracanis?—preguntó Sóblim extrañado.
—Mmh… sencillo, lo utilizarás para arrasar la escuela y traer a Aline… viva o muerta—respondió Férsula—. Claro, mientras yo me divierto con mis nuevos juguetes—dijo y chasqueó los dedos. Inmediatamente un círculo mágico se dibujó debajo de sus pies y rápidamente se expandió más allá de los chicos heridos
—Un… un campo carmesí—dijo Isaac con miedo y dificultad por sus heridas graves.
—No te dejaré—gritó Tobías. El enemigo lo empujó con una simple ventisca fuera del círculo mágico.
—¡Patrañas!—expresó el tipo mientras se encerraba con los chicos en el campo carmesí.
—¡Maldición!—respondió Tobías intentó abrir el campo pero le fue imposible.
—¡Hey! Si quieres divertirte, puedo ser tu compañero de juegos—dijo Sóblim.
La neblina blanca comenzó a dispersarse lentamente dando origen a la inmensa criatura. Sóblim estaba unido a su cabeza, controlándola. Tobías miró con terror aquella cosa monstruosa, el enorme animal lanzó un rugido amenazador.
—¡Jefes de grupo! ¡Formación! ¡Ya!—gritó un chico al tiempo que levantaba su espada.
—Marco…—susurró Tobías y al escucharlo retrocedió ágilmente hasta alcanzarlo. El chico levantó también su espada y unieron sus puntas.
—¿Dónde está Isaac?—preguntó Marco, un muchacho pelirrojo y de ojos cafés claros.
—Está en el campo carmesí, pero tenemos un problema más grande…—respondió Tobías con miedo.
—Ya lo vi—dijo Marco divisando a la criatura que sólo se estaba riendo mientras controlaba al enorme perro—. ¡Preparen!—ordenó y Tobías inmediatamente hizo brillar su espada de dorado—. Apunten…
Justo en el momento en que el círculo mágico se abrió enfrente de los chicos, una chica apareció, su piel era morena oscura, los ojos oscuros y el cabello negro y largo.
—Para poder ejecutar esa técnica necesitan de tres concentradores de archés. ¡Permiso para entrar al círculo de disparo!—dijo la chica decidida.
—Gina—se sorprendió Tobías al verla.
—¡Permiso concedido! ¡Vamos!—ordenó Marco.
Los tres se prepararon para disparar, en ese momento Mandracanis se lanzó al ataque contra ellos.
—¡No se los permitiré! ¡Mandracanis acaba con ellos!
—¡Dispérsense!—gritó Marco y todos los chicos saltaron al barandal del segundo piso.
—Esto no está bien es demasiado grande para enfrentarlo cuerpo a cuerpo—dijo Gina. Marco no contestó simplemente estaba pensando en cómo sacar a Isaac del campo de fuerza.
—Mi misión es buscar a Aline, pero no creo que Lord-Férsula se enoje conmigo por jugar con ustedes, es más, creo que servirán de carnada para traerla a este lugar.
—¿Carnada?—pensó Marco.
—Es más su archés es tan ridículamente débil que pelearé sin necesidad de modificar el campo de batalla a mi favor. ¡Mandracanis-Xenoarchés! ¡Acaba con esos tres mocosos ahora!—el perro se lanzó contra el edificio destruyendo por completo los salones de clase.
Entre tanto el necrotecnis había creado varios portales con monstruos labio que llenaron rápidamente el campo de fuerza con veneno púrpura. Había golpeado a los chicos de salvajemente contra el suelo hasta haber hecho un cráter en él.
—¡Gah! No puedo respirar…—dijo Isaac. Al mirar a Adria y a Lissandra notó que no se movían y su aura de archés había desaparecido—. No puede ser… ¡Adria! ¡Liss!—gritó el joven con miedo.
—¡Ah Ja ja ja! No soportaron mi veneno las pobres princesas, oh, pobrecillas—con tono burlesco dijo el necrotecnís y los arrojó a los tres contra el campo carmesí—. Bien, les daré una oportunidad para divertirme, tienes 30 segundos para curar a tus amigas y regresar a combatir.
—¡Qué?¡Estás demente! Yo…
—Veintinueve… veintiocho…
Isaac con mucha dificulta se acercó a Adria para curarla.
—¡Vamos Adria responde! ¡Tú puedes! —decía el chico mientras concentraba su archés para curarla. Pronto la chica despertó, su aura de archés se activó inmediatamente con la ayuda de Isaac—. ¡Bien!—añadió el chico con alegría.
—Veintidós… veintiuno…
—¿Isaac? ¡Isaac! Voy a…—dijo la chica mientras preparaba ambas manos para curarlo.
—Diecinueve… dieciocho… diecisiete…
—¡No! Cura a Liss hasta que despierte y nos dé un antídoto contra el veneno del necrotecnís, yo me puedo curarme sólo.
—Quince… catorce… trece…
—Sí. ¡Lo haré!—respondió Adria, inmediatamente se lanzó a curar a Lissandra. Isaac comenzó a curar sus heridas.
—Diez… nueve… ocho…
—¡Liss!, ¡Liss! ¡Despierta Liss!—gritaba Adria desesperadamente.
—Cinco… cuatro… tres…
—¿Uh?...—despertó Lissandra.
—Cero…
El enemigo se preparó para atacar, los dedos de su mano derecha se habían ensanchado y alargado hasta tomar la forma similar de una espada. Isaac aún estaba curando sus heridas, miró con terror lo que estaba pasando.
—Es hora de divertirnos—dijo el monstruo mientras enfocaba a los tres con sus ojos de serpiente. Su mano se estiró para matarlos tres con sus cinco dedos de espada. Isaac entró rápidamente en acción con un escudo de su archés azul.
—¡Liss! ¿Tienes un antídoto contra el veneno del necrotecnís?
—No hay antídoto—gritó la chica.
—¿Qué! ¿Qué quieres decir con que no hay antídoto!—inquirió Adria asustada.
—¡Ah! Es que hay cosas que no les enseñan en la educación básica, no hay antídoto para ninguna de las criaturas que nos atacan, todo lo medicinal es meramente para curar los síntomas, ¿Nunca se han preguntado por qué siempre atacan del mismo modo estos monstruos?
—¡Liss! ¡No hay tiempo para eso!—gritó Isaac.
El monstruo continuó golpeando el campo de archés del chico con su enorme mano monstruosa, pronto este comenzó a transparentarse más cada vez que recibía un golpe de sus espadas.
—¿Qué sucede? ¿No pelearán? ¡No se puede ganar un combate sólo defendiéndose!—gritó el ser.
Adria y Lissandra se acercaron inmediatamente a aumentar el brillo del escudo de Isaac.
—Es… estas cosas ejecutan esta estrategia porque la acción del veneno es hacer que exhales tu archés cada vez que lo inhalas, por eso es tan irritante…—dijo y tosió un par de veces—… a… además… esa es la razón por la cual él no pierde fuerza dentro del campo, nos está succionando el archés.
—Eso significa que…—dijo Adria asustada.
—Así es… debemos salir del campo carmesí antes de que el veneno devore todo nuestro archés y comience a consumir nuestra vidas…
Entre tanto, Mandracanis continuaba destruyendo la escuela. Los chicos no bajaban d elos barandales del segundo piso. Ninguno era capaz de enfrentarlo.
—¿No van a bajar granujas? ¡Vamos! ¡Vengan y vamos a divertirnos!—gritó y mandó a Mandracanis a estrellarse contra otro edificio.
En ese momento llegó Nosori. La chica esta sobre un barandal del tercer piso de uno de un edificio.
—¡Hery! ¡Perro!—gritó la chica. Sóblim reconoció la voz inmediatamente inmediatamente.
—¡Tú! ¿Dónde de estás! ¡Sal de tu escondite mocosa!
La chica se movió con una velocidad increíble y bajó hasta el centro de la plaza escolar, en donde encaró al monstruoso perro.
—¡Tú! ¡Voy a matarte personalmente!—dijo el éxhumus y estiró su brazo fantasmal para tomar a la chica. Nosori simplemente sonrió al verlo.
El silencio gobernó en el campo de batalla unos segundos. El brazo de Sóblim cayó al suelo como si fuera tangible y rebanado en varias partes por la catana de Nosori.
—¡Esto es imposible! ¡La última vez no podías tócame con esta forma!—dijo con ira y al verla fijamente se percató de algo que lo dejó helado—. T… tu archés… está brillando, ¡está brillando mucho!—añadió mientras regeneraba su brazo rebanado.
—¡Sí! ¡Y es para acabar contigo!—dijo Nosori mientras señalaba con la punta de su catana a Sóblim
—¡Acabar conmigo! ¡Ja! ¡No digas estupideces mocosa!—dijo el fantasma y se preparó para atacar—. ¡Mandracanis-Xenoarchés! ¡Acabala ahora!—gritó, el animal abrió las bocas de las cabezas deformes de bebés, se preparó para gritar.
La chica desapareció de la vista de la vista de Sóblim en un parpadeo y simultáneamente apareció detrás de él. Nosori no lo pensó dos veces, atravesó el pecho del monstruo desde su espalda con su catana.
—Esto fue demasiado fácil.
—Jejeje… ¿En serio crees que has acabado conmigo?—respondió el monstruo al escuchar las palabras de Nosori—. ¡Estás muy equivocada si crees que con eso acabarás conmigo!—gritó Sóblim mientras torcía su cuello hacia atrás, su rostro se había transformado en un monstruo labio el cual, escupió una nube de humo púrpura contra la chica. Nosori contuvo la respiración al ver la nube y se retiró de allí inmediatamente con un salto.
—¡Je! ¿Eso es todo lo que tienes?
—¡No! ¡Aún hay más! ¡Mandracanis-Xenoarchés! ¡Ataca ya!
El perro se preparó nuevamente para gritar, está vez logró realizar su ataque. El sonido estridente de las cabezas de bebé deformes abarcó toda la escuela. Los demás chicos que estaban comenzaron a sentir los estragos del grito de Mandracanis.
—¡Gah! ¡Qué es esto?—quejó Tobías.
—Es un hechizo sonoro, ¡cúbranse con un aura de archés reforzada los oídos! ¡ya!—ordenó Marco.
El enorme perro monstruoso amplificó su poder sonoro con varios círculos mágicos que comenzaron a salir uno enfrente de otro haciéndose cada vez más grandes. Nosori tenía tapados sus oídos con ambas manos, la espada cayó al suelo y desapareció.
Las ventanas de los edificios del lugar comenzaron a cuartearse lentamente, en cuestión de unos segundos. Pronto cedieron al poder de Mandracanis y empezaron a estallar los cristales uno a uno. Los soldados que luchaban contra los escorpiones comenzaron a sentir sus oídos heridos, muchos de ellos intentaron protegerse con sus auras de archés de tan inmenso que era el poder del monstruoso perro, inclusive los escorpiones gigantes estaban aturdidos por tanto ruido.
Marco estaba aturdido, miró a su alrededor y encontró a Gina de rodillas esforzándose para mantener tapados sus oídos y no escuchar el grito de la enorme bestia, cuando de repente, notó que su aura de archés estaba rajada como si se tratase de un cristal.
—¡Oh! No—pensó Marco—. Debemos irnos de aquí ¡ahora!—gritó Marco.
—¿Qué ocurre?—inquirió a gritos Tobías.
—Debemos irnos, toma a Gina y larguémonos esta cosa puede romper auras de archés con su grito, por eso debemos irnos. ¡Tobáis! ¡Toma a Gina!
Tobías al escuchar con mucho trabajo sus palabras, cargó a la chica que estaba arrodillada y se prepararon para irse lo más rápido que pudiera. En ese momento, el aura verde de Nosori comenzó a opacarse, lentamente se cuarteó hasta romperse por completo.
Al mismo tiempo. Abigaíl estaba en su oficina, se encontraba pintándose las uñas mientras fumaba su cigarrillo, la chica besó su cigarrillo y luego sopló hacia su mano delicadamente para secar el esmalte, quedó cubierta por la cortina de humo que había hecho.
—Mmh… qué bonito color—dijo la chica mientras admiraba sus uñas pintadas.
De repente, las ventanas de su oficina comenzaron a ceder lentamente hasta que estallaron por el poderoso grito de la bestia. Abigaíl ni siquiera se inmutó con tanto ruido. El poderoso ruido terminó disminuyendo paulatinamente su volumen hasta desaparecer.
Abigaíl fumó por última vez su cigarrillo y lo bajó hasta acabarlo. Aplastó la colilla contra un cenicero mientras suspiraba con el humo.
—Ah… creo que me necesitan—dijo la chica con tono harto.
El grito de Mandracanis había terminado, todos quedaron aturdidos por tanto ruido. Nosori notó que su aura había desaparecido.
—Mi… mi aura… ¡No!
—¡Ah ja ja ja ja! Una de las habilidades de Mandracanis es que puede romper cualquier protección de archés con sólo gritar, ahora que ya no tienes ese extraño archés curativo brillante ya eres mía—exclamó Sóblim.
El monstruo estiró los brazos para tomarla chica. Nosori al verlo esquivó su primer intento haciendo que este impactara contra el suelo metálico de la escuela, luego esquivó otro y después otro intento. Por alguna razón, estaba comenzando a cansarse. Su respiración se tornó sumamente agitada. La chica se puso de rodillas, se esforzó por respirar correctamente.
—¿Qué sucede? ¿Ya no puedes luchar? Oh, ¿la gatita ya no puede pelear contra el perro malo? ¡Pues qué pena!—mofó el monstro—. ¡Voy a matarte!—gritó Sóblim.
—¡Nosori!—gritó Marco al ver a su líder en el suelo.
Los brazos e ser volvieron a estirarse para tomar a la chica, pero un campo de archés rosa lo detuvo. Terminó estrellando las manos en aquel.
—¿Qué demonios!
—Tú otra vez. Creí que ya estabas muerto—dijo la voz de una chica contra Sóblim. Mandracanis reconoció la voz inmediatamente y se dirigió con ojos furiosos hacia donde había salido la voz. Era Aline, estaba acompañada por Lucía—. Vaya el perrito me recuerda—dijo la chica de cabello blanco y rosa mientras hacía brillar su cuerpo para vestirlo con su armadura rosada.
—¡Aline!—dijo Sóblim con ira.
—Oh, es… esa es… ¿Iris?—dijo Tobías desde lo alto del lugar.
—No puede ser, se ve…. se ve…—dijo Gina impresionada.
—Se ve muy diferente—completó Marco su frase con seriedad.
—¡Je! ¡Vamos a divertirnos!
Lucía miró por todo el lugar el desastre que había dejado Sóblim. En poco tiempo notó que Nosori necesitaba ayuda. La chica estaba de rodillas, había comenzado a toser muy fuerte, tanto que escupió algo de sangre, la chica intentó ponerse de pie pero no pudo, se sentía mareada.
—Nosori—pensó Lucía y salió corriendo en su ayuda. En ese momento Sóblim la vio.
—¿A dónde crees que vas?—gritó el monstruo y estiró su brazo contra Lucía, en ese instante Aline lo cortó con su espada rápidamente. Lucía ni se impresionó mucho, el miedo la invadió unos segundos.
—No. Tu pelea es conmigo—respondió la chica de cabello blanco y rosa.
—Maldita. Me las pagarás—dijo la criatura mientras intentaba regenerarse, pero en ese momento, tanto en el antebrazo cortado como en su brazo, apareció un sello mágico de cancelación que impidió que se recuperase de la herida.
—¡Ja! ¿Qué sucede no puedes curarte?—mofó Aline.
—¡Maldita!—gritó Sóblim. Mandracanis hizo un potente rugido. En ese instante la chica se lanzó al ataque.
Mientras la bestia y la chica peleaban. Lucía se acercó a Nosori. La chica no dejaba de toser, pronto comenzó a vomitar sangre.
—¡Vamos Nosori! Te sacaré de aquí—dijo Lucía mientras se preparaba para levantar a la chica.
—¡No!... ¡Cof! ¡Cof! T… Todavía… puedo pelear—respondió la chica mientras intentaba ponerse de pie.
—¡No puedes pelear! ¿No ves tu estado? ¡Acabas de vomitar sangre! Eso significa que te ha afectado algo del morpho xenoarchés—respondió Lucía preocupada. Se dispuso a curar a la chica.
—¡Qué haces? —preguntó Nosori enojada y débil.
—¡Estoy curándote necia!
—N… no… no necesito tu ayuda… yo… puedo luchar por mi… propia cuen… ¡ah!
—¡Nosori!—gritó Lucía al verla retorciéndose de dolor.
Repentinamente la chica comenzó a gemir adolorida en el piso mientras se encogía temblorosamente, el dolor se tornó tan fuerte que comenzó a gritar y a llorar. Lucía al verla comenzó a curarla con su archés, pero esta no mejoraba, pronto volvió a aparecer el extraño círculo mágico alrededor de dónde estaba recostada.
Entre tanto, Aline se encontraba luchando contra Mandracanis, el enorme monstruo soltó un zarpazo contra la contra la chica, al verlo lo esquivó rápidamente y encestó un golpe contra la pata de la bestia. El monstruo lanzó un alarido de dolor y su pata cayó al suelo. Sóblim intentó curar a Mandracanis restaurando su zarpa cortada, pero un sello de cancelación lo detuvo.
—¡Vamos! No puedo creer que no puedas mantener un combate sin intentar curarte.
—¡Eres una tramposa! ¡Lo único que haces es cancelar todas mis técnicas y eliminarme con ataques físicos! Es imposible derrotarte con la habilidad de batalla que posees en este momento.
—¡Mmh! Acabas de darte cuenta, ¡ja! Nunca tuviste oportunidad contra mí—dijo la chica mientras señalaba al monstruo con su espada.
—¡Oh! Y ahora… ¿qué será de mí? Creo que… me rendiré…
—¿En serio? Bueno, eso hará más fácil mi trabajo de acabar contigo—respondió la chica ante las burlas del ser.
Aline empuñó su espada y se lanzó al ataque sin pensarlo. En ese momento Sóblim la recibió con un enorme campo gris muy opaco que poseía el símbolo de mercurio en su centro [☿].
—¿Crees que otro de tus trucos baratos me detendrá?—dijo la chica, en ese instante apareció un símbolo de cancelación. Este no funcionó.
El enorme escudo repelió a la chica y la hizo retroceder con la vibración de su propio golpe. Ella estaba sorprendida, no pudo romper el escudo de Sóblim
—¿"Trucos baratos"? Esto no es ni la mitad de lo que te espera.
El lomo del enorme perro y los dorsos de sus gigantescas manos aparecieron sellos mágicos, esos mismos tenían la inscripción de Saturno [♄] en su centro y a su alrededor el hechizo rezaba "dissociation" [♂♂♂ Dissoki¨ation ♂♂♂]. En las zonas donde aparecieron los sellos comenzó a formarse una maquinaria enorme, era parecido a un motor de combustión interna con un engranaje que tenía las letras "alfa", "beta", "delta", "gamma" y "omega" movían los engranajes, poseía un contenedor de un cristal sumamente grueso que estaba lleno de un líquido gris opaco.
—Es…esto no se ve bien…—dijo Iris dentro de la mente de Aline.
—¡Debemos detenerlo ya!—gritó la chica y se lanzó contra Mandracanis. Nuevamente el escudo del perro apareció y repelió su ataque.
—¡Ja ja ja! ¿Qué sucede? Vamos, rompe el campo con tu mejor técnica.
Aline regresó de un sólo saltó, su espada de hoja de diamante brilló dorado y golpeó el campo. Ambos poderes al chocar comenzaron a oponer resistencia, la espada intentó romper el escudo del éxhumus, las chicas y el calor estaban presentes por la magnitud del poder presente. El ataque de Aline fue resistido por el éxhumus y salió disparada al ser repelido. Cayó al suelo por el impacto que recibió.
—Bien, entonces creo que es hora de acabar con esto de una vez por todas—dijo el ser, el enorme perro lanzó un rugido amenazador.
Los motores que se habían formado comenzaron a echar una cantidad de humo enorme por sus tubos de escape, todo el lugar se llenó de una espesa neblina gris. Aline comenzó a toser atragantara por el hedor que asaltó su rostro en cuanto la nube la había atrapado.
—¡Marco! ¡Debemos bajar a ayudar a Iris!—gritó Gina al ver que no podía luchar. El chico se veía asustado, pero trataba de no perder la calma ni la seriedad. La neblina no los había alcanzado, puesto que habían subido al quinto piso del enorme edificio.
—Bien. Equipo bajaremos en ayuda de Iris, Lucía y Nosori. Aumenten el poder de sus auras de archés protector, no sé qué tipo de veneno estará usando esa cosa. Tobías; tú te encargarás de ayudar a Lucía y a Nosori, Gina; tú de ayudar a Iris. ¡Entendido?
—¡Entendido!—respondieron al unísono los chicos.
—¡Adelante!—gritó Marco. Se prepararon para bajar a rescatar a Iris y a sus amigas.
La chica estaba tosiendo en medio de la pantalla de humo que habían hecho los motores de Mandracanis. La armadura rosa que cubría a la chica brilló y desapareció, dejando al descubierto el uniforme que vestía originalmente.
—¿Qué demonios?—dijo Aline sorprendida y asustada.
—¿Qué sucede? ¿Por qué perdimos la armadura?—habló Iris dentro de la mente de Aline.
—No… ¡Cof! ¡Cof! ¡Cof!... no lo sé… pe… pero… estoy segura que… tiene que ver con el hechizo y la neblina de esa cosa…—respondió Aline y se echó a toser, más humo se aproximó a ella y la cubrió por completo.
El escudo que protegía a Lucía y a Nosori se desvaneció lentamente. Pronto las chicas quedaron expuestas al veneno. Lucía estaba curando a Nosori, en cuanto vio que ya no tenían protección comenzó a sentir miedo.
—Que… ¿Qué ocurre?...—dijo Lucía y en cuanto el humo las cubrió ambas empezaron a toser.
—Maldición… me… cuesta respirar…—dijo Aline mientras tosía, en ese momento un mareo terrible invadió a la chica. Un brillo rosado se hizo entre las cortinas, al desaparecer el resplandor, su apariencia había cambiado. Iris volvió a la normalidad.
—¡Gah!... Qué… ¿qué ocurrió?... ¡Cof! ¡Cof!—dijo Iris mientras se asfixiaba en la neblina gris.
—No lo sé, no sé qué pasó, de repente me sentí mareada y… ya… no sé qué ocurre—respondió Aline en la mente de Iris.
—¡Perfecto! ¡Lord Férsula tenía razón! ¡El hechizo de disociación funcionó! Es hora de tomar el poder y cobrar venganza—dijo Sóblim mientras curaba sus heridas.
Una vez que logró regenerarse, Sóblim estiro ambos brazos contra Iris y Nosori. Un enorme campo azul y brillante se hizo, mismo que repelió del monstruo.
—¡Qué!—gritó Sóblim enojado.
—¡Equipo! ¡Rápido! ¡Tomen a las chicas y váyanse!—ordenó Marco. Él había hecho el enorme campo que evitó el golpe de Sóblim
—¡Mandracanis-Xenoarchés! ¡Rompe ese campo ahora!
El enorme perro monstruo lanzó un zarpazo, el impacto fue tan fuerte que el escudo de Marco estalló. Todos los presentes salieron volando por la fuerza de la explosión. Gina y Tobías impactaron contra la pared del edificio. Quedaron inconscientes al instante.
El humo del lugar comenzó a dispersarse un poco, entre las cortinas que aún quedaban estaba Marco de pie.
—¿Qué? Es increíble… ¡Nadie soporta el impacto d la garra de Mandracanis! ¡Cómo es esto posible?—gritó Sóblim impresionado.
—Y… yo… aún… puedo p… pe… pelear…—dijo Marco débilmente. Levantó su espada y con su cuerpo tembloroso intentó entablar posición de combate, pero le fue imposible, el chico terminó desmayándose.
—¡Ja! Lo sabía. Nadie… nadie soporta el impacto de la garra de Mandracanis ¡Nadie!—gritó Sóblim.
Iris estaba en el suelo, consiente, pero no podía moverse. Nosori se encontraba a unos metros de la chica, agonizando de dolor. Sóblim se separó de Mandracanis. Comenzó a estirar sus brazos lentamente con dirección a las chicas.
—Bien, como iba diciendo tomaré el poder de Aline y cobraré mi venganza.
Las manos atraparon a Iris ya Nosori, estrujó a ambas chicas, ambas gimieron de dolor.
—Creo que el poder de Aline puede esperar, por el contrario… creo que a ti te daré un "trato especial"—se dirigió a Nosori y comenzó a estrujarla con más fuerza. La chica comenzó a llorar y a gritar de dolor mientras el ser presionaba con más fuerza. En ese momento el círculo mágico debajo de la chica comenzó a brillar con más intensidad.
Mientras tanto, el necrotecnís Férsula había derrotado a los tres chicos. Adria e Isaac estaban bocabajo inconscientes y en un charco de su propia sangre. Lissandra aún continuaba de pie con todo el cuerpo herido y sostenida de su lanza.
—Vaya que eres fuerte, eso debo felicitarlo… y mucho—dijo el nectrotecnís al ver a la chica aún de pie.
Lissandra no pudo más, se dejó caer por el cansancio y el dolor. La chica cubrió su boca para toser, al ver su mano notó que había sangre en ella. Su respiración era agitada y su visión era doble. Estaba totalmente acabada.
—Bueno, fue… fue una gran pelea, claro, una que desde el principio ya tenían perdida. En fin, es hora de terminar con ustedes—dijo el monstruo mientras transformaba su mano derecha en una afilada espada. En ese momento sintió una sensación extraña que lo hizo retroceder en un instante de su decisión—. ¿Qué? Esa sensación… eh… eso es… ¿podrá ser?... es imposible…—dijo y se dispuso a abrir el campo carmesí.
Nosori estaba gritando de dolor mientras el éxhunmus la estrujaba. Pronto la chica comenzó a ahogarse en su propia sangre.
—¡Ja ja ja! ¿Dónde quedó tu fuerza guerrera? Dime ¡eh! ¡Dime!
—Sóblim basta—gritó Férsula.
—¿Qué?... Lo… Lord Férsula…—dijo asustado, inmediatamente dejó de presionar a Nosori.
—¿Qué demonios crees que estás haciendo Sóblim? Baja a esa chica ahora.
—Pe… pero señor, ella es de quién le hable, es de quién quería vengarm…
—¡Bájala ahora! ¡Y con delicadeza!
Sóblim no tuvo de otra que bajar lentamente a la chica. Nosori quedó recostada en el suelo entre el humo gris, intentaba respirar pero le era imposible, comenzó a toser muy fuerte mientras a la par que inhalaba las nubes de humo.
Férsula caminó hacia donde estaba Nosori. Una vez junto a ella, su rostro cambió, parecía estar feliz.
—¡Oh corazón! Qué bella eres…—dijo el sujeto mientras se quitaba la capucha para verla mejor.
Su rostro era liso y gris como toda su piel, sus ojos tenían el iris afilado, como si fuera la mirada de una serpiente con la esclerótica negra. Su cabello era largo y negro, tenía las orejas puntiagudas y los dientes amarillos con las encías y la lengua roja.
Hizo levitar el cuerpo débil y adolorido de Nosori hacia él, una vez que la tenía enfrente notó el círculo mágico que tenía por debajo.
—Oh… qué bien, una marca de contrato sin sellar. Entonces eso significa que podrías llegar a ser una de nosotros—dijo el necrotecnís mientras la acercaba a sus brazos.
—Señor… esa chica es muy peligrosa, recomiendo acabar con ella en lugar de…
—¡Cállate Sóblim! No puedo creer que hayas tratado de esa forma a uno de los nuestros
—Pe… pero señor…
—¡Cállate! ¡Sólo encárgate de tomar el poder de Aline y vayámonos de aquí!
—Sí… ¡Sí señor!
Nosori no dejaba de respirar agitadamente. El necrotecnís la sostuvo entre sus brazos, sus rostros quedaron cerca.
—Ah… qué bella eres—dijo el monstruo mientras exhalaba humo negro. Nosori comenzó a toser al respirar su fétido vaho—. Dime… ¿Cómo te llamas princesa?
—Q… qué… qué te importa…
—¡Oh! "Qué te importa" Qué nombre tan… tan peculiar.
Nosori le lanzó una mirada furiosa y le escupió la cara. La sangre con saliva de la chica chorreó por la mejilla izquierda del necrotecnís, él sacó su larga lengua y lamió la sangre.
—Mmh… atrevida… me agradas—respondió el necrotecnís hablándole cerca de su cuello y echándole más humo, la chica hizo un pequeño gemido e hizo a un lado su rostro de la nube negra para poder respirar.
El necrotecnís sonrió, y abrió una especie de panel u hoja holográfica, en dónde había un texto completo y una línea para firmar.
—Bien, no sé coómo es que tienes una invitación de contrato a ser una de nosotros, pero bueno, vamos a cerrarlo. Sólo debes dejar una muestra de tu archés sobre la línea y verás que estarás mejor.
—No…
—¿Qué? Oh, no no no no… no… vamos, acepta el trato, inclusive te dejará de doler todo el cuerpo… y… quien sabe, tal vez nos volvamos aliados.
—Nun… nunca… seré una de ustedes… pri… primero muerta…—dijo la chica y comenzó a toser, estaba rebozando de vómito de sangre.
—Lord Férsula, el poder de Aline ya casi lo tengo, se está ocultando muy bien en esta chica. No sé por qué me está costando tanto trabajo.
—Bah, haz lo que tengas que hacer déjame en paz—respondió Férsula. Sóblim regresó la mirada a la chica inconsciente.
Sóblim continuó con su labor de extraer el poder de Aline del cuerpo de Iris. De repente su enorme brazo cayó al suelo. Alguien lo había cortado a una velocidad impresionante.
—¡Gah!
—¡Qué?—gritó Férsula al ver la herida de Sóblim.
—Mmh…—expresó una mujer entre las cortinas de humo grises. Un círculo mágico apareció debajo de sus y se extendió por todo el lugar, "Air-Purification" [♀ Air-Purifikation ♀].
El humo gris comenzó a dispersarse revelando la destrucción del campo de batalla. Entre el humo que se desvanecía lentamente, apareció la imagen de una mujer, era bella de rostro con facciones finas y la nariz pequeña, su cabello era ardía en un rojo fluorescente. Poseía una catana sumamente afilada en su mano izquierda. La mirada afilada y clara como un cielo despejado se posó con rudeza sobre el necrotecnís. El humo se despejó de ella con suavidad.
—Blacksha…espera… T… tú no eres Blackshawl. ¡Sóblim! ¡Acaba con esa mujer ahora!—gritó el necrotecnís mientras ocultaba el holograma del contrato y mantenía cautiva a Nosori entre sus brazos.
Sóblim recuperó su brazo herido inmediatamente y lanzó un ataque con ambas manos contra la pelirroja, la chica esquivó todos sus ataques con gala y cortó ambos brazos del monstruo con su catana. Luego se acercó a Sóblim hasta quedar cerca de su cara.
—¡Uh! ¡Baby! No eres nada sorprendente—dijo y descuartizó a Sóblim con su catana.
—¡Mujer estúpida! ¡Mandracanis-xenoarchés elimínala ahora!—gritó Férsula.
El enorme perro activó los motores de su espalda para llenar de nuevo el lugar de humo. La chica dio un salto hasta llegar al barandal del tercer piso del edificio.
—¡Oh! ¡Por favor! Es lo único que saber hac…—dijo la chica, pero al ver brillar la neblina se sorprendió un poco— Oh no…—abajo Mandracanis se estaba preparando para gritar con las cabezas de bebé deformes.
La chica a gran velocidad cayó de picada contra Mandracanis y clavó su espada en el motor que se encontraba en el lomo del perro, con un movimiento ágil destruyó el motor, luego repitió el mismo movimiento para para encestar un golpe con su catana en el mismo lugar. Los gritos de agonía de Mandracanis no tardaron en aparecer.
El perro se agitaba como un potro salvaje intentando quitarse a la mujer de su espalda, no lo logró, la chica despedazó el lomo del perro y luego las manos gigantes que sostenían las cabezas de bebé deformes, finalmente mató al animal decapitándolo con su espada.
La mujer dio un salto ágilmente y terminó a unos cuantos metros del necrotecnís.
—Dos y falta uno—dijo la chica mientras amenazaba a Férsula señalándolo con la punta de su catana.
El necrotecnís se estiró para alcanzar a la mujer y azotarla contra el suelo. Se preparó para encestar un golpe en el brazo estirado del sujeto, Férsula activó su escudo de xenoarchés para evitarlo, pero en un parpadeo la chica estaba detrás de él.
—Muy lento—dijo la chica. Le abrió la espalda al monstruo de sólo golpe de su catana.
Nosori cayó al suelo, inmediatamente se puso posición fetal mientras lloraba del dolor que estremecía su cuerpo.
Férsula estaba furioso. Inmediatamente giró contra la chica, estiró su mano nuevamente para tomarla, pero lo esquivó, muchas manos aparecieron en el mismo brazo que había estirado, pero le fue imposible agarrarla. La mujer ágilmente le cortó hizo un corte con su catana, rebanando el brazo del monstro hasta su hombro, dio un salto y terminó en el barandal del segundo piso de uno de los edificios.
—Has perdido nene. Mejor huye, ve a casa y llórale a mami que te han derrotado—mofó la pelirroja.
Férsulalanzó un rugido furioso e insistió una vez más contra mujer, esta desapareció inmediatamente y reapareció detrás de él.
—¡Bum! Nena…—dijo la chica detrás del ser. Inmediatamente se dio la vuelta para atraparla, pero no lo consiguió, la mujer quedó nuevamente detrás de él—. Muy lento.
Férsula rabioso insistió nuevamente, pero al darse la vuelta la mujer esquivó su ataque y cortó con su catana su pecho. El monstruo cayó al suelo noqueado.
—Guau, fue difícil vencerte… nah, es una broma… mejor dicho… eres una broma.
El monstruo al escuchar sus palabras comenzó a reírse, lentamente subió el tono hasta que convirtió su risa en una carcajada que se escuchó en casi todos los rincones de la escuela.
—¿Qué? ¿Pero qué se te hace tan gracioso?—preguntó la chica extrañada.
—Ja… es… to…
Inmediatamente su cuerpo se convirtió en humo negro muy espeso, la colosal nube se abalanzó contra la mujer. Comenzó a toser atragantada mientras la neblina amenazaba con asfixiarla.
En ese momento Iris despertó. Al ver a la chica atragantándose con la cortina negra se transformó en Aline, su cabello cambió y sus ojos cambiaron. Se lanzó a sacar a la pelirroja de ese lugar, inmediatamente purificó el aire con su sello mágico y el humo se dispersó para no volver más.
—¡Cof! ¡Cof!... Guau… qué asombrosa eres…—dijo la chica mientras estaba en los brazos de Iris. La chica se sonrojó un poco en respuesta.
Aline al ver a todos los chicos en el suelo derrotados decidió activar en todos su archés curativo, los cuerpos de todos los chicos comenzaron a brillar de color verde.
—Bien. Ahora sólo falta busca r a Lucía—dijo Aline. Luego de buscar un poco con su vista, la encontró. Estaba poniéndose de pie cerca de una pared de un edificio escolar. Iris se acercó a paso lento hasta alcanzarla.
—¡Oh! ¡Iris!—dijo Lucía con tono jovial y alegre.
—¡Je! Qué bueno que te encuentras bien, no estás lastimada ni nada ¿verdad?—preguntó Aline preocupada.
—No, no tengo nada.
—Excelente—dijo la chica. Regresó repentinamente a la normalidad. Se desmayó enfrente de su amiga, ella no la dejó caer al suelo.
Nosori pronto comenzó a sentirse mejor, lentamente iba recuperándose, vio que la pelirroja estaba ayudando a los demás fortificando las auras de archés que Aline había creado. Pronto la pelirroja se acercó a Nosori para ayudarla a recuperarse.
—¿Abigaíl?—preguntó extrañada mientras se sentaba en el piso. Justo en ese instante Abigaíl apareció entre los escombros al fondo de todo el lugar destruido.
—¡Uy! Llegué tarde.
Abigaíl avanzó unos cuantos pasos resonando sus tacones y fumando su cigarrillo sin ninguna preocupación ni molestia a pesar del polvo que sobraba a la redonda.
—Mmh… ¿pero qué rayos pa…—dijo, pero al ver a la pelirroja su expresión cambió. Se veía furiosa. Al mismo tiempo la otra pelirroja volteó a verla.
—¡Tú aquí! ¡Qué demonios estás haciendo aquí? ¡Yo te pregunte primero! ¡Responde! ¡Ah no! ¡Yo te pregunté primero! ¡Ergh!—gritaron al mismo tiempo las pelirrojas.
Adria comenzó a levantarse lentamente. Isaac se había puesto de pie primero y ayudó a su compañera a levantarse. Lissandra ya estaba de pie y corrió para ayudar a Nosori.
Al poco tiempo todos ya estaban bien y curados de sus heridas. Las pelirrojas estaban hablando entre sí.
—Mmh… Isa, veo que, no has cambiado nada primor. Me agrada el estilo que tienes, es… es tan cómo el mío—dijo la chica y resopló humo al rostro de la mujer.
—¡Cof! ¡Cof! ¡Oah! Veo que tampoco has cambiado nada, sigues siendo la misma mujer molesta que vi la primera vez en mi vida.
—¡Oh! Me alagas primor, ¿qué tal si me das un beso como saludo?—burló Abigaíl y luego hizo tronar sus labios en pequeños besos contra la chica.
—¿Qué tal si te doy una bofetada?
—¿Qué tal si te doy una nalgada?
—¡Qué tal si te parto el hocico?
—¡Qué tal si te amo con el poder de dos de mis dedos?
La expresión de ambas chicas cambió repentinamente y comenzaron a mirarse con odio.
—¡Alto! ¡Alto!—gritó Nosori. Todo el mundo hizo silencio en ese momento—. Bien. No sé qué demonios ocurre aquí, pero no estaba enterada que tenías una hermana gemela.
—¡Hermana gemela! ¡Cómo te atreves a buscarme parentesco con este adefesio!—gritaron ambas mujeres al mismo tiempo—. ¡Cállate estúpida! ¡Cállate!—volvieron a gritar.
—¡Muy bien! ¡Ya!—detuvo Nosori la pelea—. Es que es difícil identificarlas si son sumamente iguales.
—Pues yo veo fumando a la mayor Abigaíl, y a la otra mujer no—dijo Lissandra.
—¡Oh! Es verdad, ¿Tú quién eres?—preguntó Nosori confundida a la pelirroja.
—Mi nombre es Marcrusis Isabell. Vine a esta escuela en busca del empleo de profesora, ya que había un lugar vacante. Todo estaba muy bien hasta que…
—Hasta que te topaste con alguien más hermosa que tú—interrumpió Abigaíl
—¡Ush! ¡Eres muy molesta! ¡En serio no has cambiado nada!—gritó Isabell furiosa.
—¡Uh! Tranquila gatita, aráñame todo lo que quieras pero en privado. Vas a poner celosas a mis favoritas—dijo Abigaíl mientras le clavaba una mirada pecaminosa a Nosori y a Lissandra.
—¡Eres una cerda!—gritó Nosori ruborizada.
—¡No le hables así a tu superiora!—gritaron las dos pelirrojas contra la chica.
—En fin. Vamos a mi oficina, allí tomaré tus papeles para el contrato—dijo Abigaíl. Intentó irse a paso lento mientras resonaba sus tacones. Nosori la detuvo.
—Espera… llegas tarde y te vas como si nada. ¡Te necesitábamos y no apareciste! ¿No te disculparás por eso?
Abigaíl caló humo de su cigarrillo y se lo sopló en el rostro a Nosori. La chica comenzó a toser atragantada.
—No. Es más, denle las gracias a Isabell por haberlas salvado, mientras limpio el desastre de mi oficina—respondió la pelirroja, luego se dirigió a Isabell—. Cuando termines de jugar con las niñas ven a verme a mi oficina lo más pronto posible. Nosori y Lissandra te escoltarán hasta ella.
—¡Qué? Oye pero…—quejó Nosori.
—¡Sí señora!—interrumpió Lissandra con tono alegre.
—¿"Señora"?—reprochó Abigaíl enojada.
—Se… señorita—corrigió Lissandra un poco nerviosa.
—Bien. Allí las quiero—dijo la mujer y se fue.
Tres días después, la escuela fue reparada en todo aspecto y sin dejar ni un solo rastro del ataque de Mandracanis. Adria se encontraba tocando la puerta de la oficina de Abigaíl, quien se encontraba haciendo anillos del humo que fumaba de su cigarrillo.
—Adelante—respondió con tono harto mientras el humo la rodeaba.
—¿De… deseaba verme… mayor?—dijo Adria un poco nerviosa.
—Sí, pasa y cierra la puerta al entrar. Tengo que hablar contigo seriamente—dijo Abigail mientras le clavaba la mirada a la chica a través de todo el humo que la rodeaba.