Chereads / Magical girl Aline / Chapter 8 - Ángel guardián [Parte 1-2]

Chapter 8 - Ángel guardián [Parte 1-2]

Era una mañana deslucida como de costumbre. Ha pasado un mes desde el ataque de Mandracanis a la academia. Iris estaba en el segundo piso de su hogar tosiendo, por alguna razón el campo magenta desapareció durante la noche y la contaminación invadió todo el hogar en su interior.

La chica salió de su habitación, había tomado una blusa limpia de su armario para usarla como una mascarilla, la cual encantó para poder respirar a través de ella.

—¡Santos cielos! ¿Qué sucedió aquí?, ¿qué es esto? ¿Es humo! ¡Qué demonios se está quemando?¡Hay un incendio! ¡Fuego! ¡Fuego!—gritó la voz Aline con desesperación dentro de los pensamientos de Iris.

—No. No hay ningún incendio—respondió la chica con un pensamiento a la voz que estaba en su mente.

—¿Entonces qué sucede aquí?

—Bueno… es… es muy difícil de explicar…—pensó Iris mientras bajaba por las escaleras.

—Pues estoy dispuesta a escuchar.

—Está bien, sólo dame unos segundos, es que no vi cuanto combustible tenía la máquina, espero que por eso hayan fallado los aparatos de la casa y no por otras razones.

Iris ya estaba en el comedor de su hogar, notó que no tenía su aura de archés, se concentró lo mejor que pudo y comenzó a brillar de color blanco y procedió a dirigirse a la cocina, para poder salir al patio trasero.

—¡Combustible? ¡Máquina? No entiendo lo que está pasando—dijo Aline confundida mientras Iris salía del hogar.

—Bueno… pues… es esta… y sí, no está encendida—dijo Iris al ver el cuarto metálico enorme.

—¿Qué es eso y cómo sabes que no está funcionando?

—Bueno… yo… eh… ¿ves los dos tubos metálicos que están allí?—preguntó Iris a Aline en su mente mientras veía la enorme maquinaria.

—Sí.

—Bueno… de… deberían estar echando humo como esos de allá—dijo mientras señalaba la casa vecina y veía la columna de humo negro que hacía la máquina.

—¡Eh? ¿Más humo?... digo, ¿para qué quieres que esa cosa haga humo? ¿No te basta con el que hay en dentro de tu casa?

—¡No! ¡No es eso!—gritó Iris—. Es que… es que… si no está echando humo significa que no está quemando combustible y por eso por eso no tiene energía la casa—respondió con un pensamiento la chica.

En ese momento un fantasma salió de la espalda de Iris, la mitad de su cintura hacia abajo se quedó conectada en su espalda, era una chica aparentemente de la misma edad que ella, transparente y rosada completamente.

—"Quemando combustible"… hace un momento me dijiste que no se estaba quemando nada.

—Sí… pe… pero… ah…

—Bueno… ya veo, entonces tú, ¿tú le vas a poner combustible a esa cosa para que encienda y funcionen los aparatos de la casa?

—Sí—dijo Iris mientras abría la puerta de la maquinaria para entrar a ella.

La chica una vez adentro se aproximó hacia donde estaban unos tanques de plástico grandes y transparentes que contenían un líquido transparente, estaban acomodados junto a la pared eran seis y sólo cuatro de ellos estaban completos.

—¡Este lugar es horrible!—gritó Aline al ver el cuarto metálico.

—Je… y si supieras como huele lo odiarías más.

—Créeme, siento el hedor por estar conectada a ti y me da asco, me provoca una repugnancia horrible, si pudiera me estaría vomitando por todo el cuarto con este hedor tan terrible, es más, me sorprende que no estés vomitando por esto.

—No me hables sobre vómito ahora y menos aquí, en serio… voy a vomitar si me sigues provocando.

—Lo siento.

La chica procedió a llenar de combustible la máquina, una vez hecho regresó a la casa a verificar que todos los electrodomésticos trabajaban y así fue. Sólo quedaba activar el campo magenta del hogar. Iris activó el control del hogar que estaba cerca de la puerta de entrada y notó algo terrible.

—¡Uh oh! Tenemos problemas, y serios… muy serios—dijo Iris.

—¿Qué ocurre?—inquirió Aline.

—Los filtros de aire no funcionan y por eso no puedo activar el campo magenta de la casa.

—¿Y eso?

—Ah, tengo que limpiar los filtros… no, ¿por qué ahora?

—No entiendo.

—La seguridad del hogar sólo puede activarse si todos los sistemas funcionan bien y aquí dice que los filtros del purificador de aire están saturados… tendré que ir a limpiarlos—dijo Iris con tono harto mientras le mostraba el menú holográfico de la computadora a la fantasma.

La chica fue hasta el fondo de un pasillo de la casa que estaba junto a las escaleras y vio una pequeña cajita metálica que estaba conectada a una toma de corriente, tenía tres diminutos focos uno rojo, seguido de otro amarillo y de ultimo uno verde, el amarillo estaba encendido.

—Creo que con eso de carga me basta, no debería necesitar más—dijo la chica, desconectó y tomó la cajita.

La chica salió hasta dónde estaban los filtros de aire de su hogar, estos se encontraban en un pequeño pasillo antes de la reja y cerca de los costados de la puerta. Iris abrió la cajita metálica y de allí apareció un menú holográfico flotante con varias opciones, de allí eligió una pequeña escoba, un paño desechable para limpiar, y una máscara de plástico para evitar el polvo.

La máquina era un cilindro enorme que estaba completamente cubierto de hollín negro. La chica se colocó la máscara contra polvo, encantó el paño y se dispuso a limpiar a la máquina por fuera.

—Déjame ver si entendí, tú, fuiste a ponerle combustible a esa horrenda y apestosa máquina que hace humo, porque nada funciona sin ella, para que funcionaran los aparatos que limpian el horrendo y apestoso humo de tu casa. Eso no me parece muy lógico, ¿no crees que sería mejor apagar todas las máquinas que hacen humo?—dijo Aline. Iris suspiró al escuchar su respuesta.

—Esas máquinas convierten en energía el combustible que queman y el humo es su desecho—respondió Iris.

—¿Desecho?… Eso no suena bien.

—Sí, ya sé que no suena bien, pero no podemos hacer nada, aunque apagáramos todas las más maquinas que aportan energía a los hogares todavía faltarían más cosas por solucionar y que no tienen solución, es como… es como una especie de "mal necesario".

—No te entiendo con eso de "mal necesario", ¿a qué te refieres?

—Mira, ves ese edificio de enfrente—señaló Iris a la fábrica que estaba justo enfrente de su hogar.

—Sí.

—A ese edificio se le llama fábrica.

—¡Oh!...

—Mira hacia arriba—señaló hacia una chimenea de las tantas que tenía la fábrica—. ¿Ves cuanto humo hace esa cosa?—por eso usamos los purificadores de aire.

—Oh, entonces la fábrica es la fuente más grande de humo. ¡Vamos a detenerlo!—dijo Aline decidida.

—¡Ah? No, ¡claro que no!—dijo Iris algo molesta y con un poco de vergüenza.

—¡Eh? ¿Cómo qué no? Si la detenemos ya no hará humo, si ya no hace humo, las casas ya no necesitarán de las máquinas que hacen humo para que activen sus limpiadores de humo y todo estará normal—dijo la chica.

Iris se entristeció al escuchar las palabras del fantasma, dejó de limpiar el purificador, aseguró su casa con el seguro de la puerta y salió.

—Ven a ver esto—dijo la chica mientras caminaba. Ambas llegaron a la esquina que estaba una casa después de la de Iris—. ¿Ves ese edificio de allá?—dijo Iris al fantasma.

—Sí.

—Esa es otra fábrica, y allí hay otra, y allí otra y detrás de cada una de ellas hay otra fábrica—dijo Iris.

—¡Eh?

Al ver que había demasiadas fábricas a la redonda decidió separarse de Iris, dejando una pequeña cola transparente dónde deberían estar sus piernas y flotó hasta alcanzar las nubes griseases.

—¿Qué raro? Las nubes no deberían estar aquí, deberían estar más alt…—dijo la chica, pero quedó horrorizada al ver a la redonda que había kilómetros y kilómetros de chimeneas, todas arrojando humo negro al cielo—. Ah, estas nubes… son… estas nubes son de esas cosas…—dijo algo consternada. La chica regreso para conectarse a Iris. Ambas regresaron a limpiar las máquinas purificadoras de aire.

Iris continuó limpiando la primera máquina por fuera y luego terminó por dentro, a los pocos segundos pasó a limpiar la segunda. La chica tenía algo del hollín encima.

—No entiendo. ¿Por qué tienen tantas de esas cosas?—al escuchar sus palabras, Iris dio un largo suspiró.

—Porque "esas cosas" hacen "cosas" que necesitamos.

—¿Ah sí? ¿Cómo cuáles?

—El celular sale de allí, el cargador de mi celular sale de allí, la escobetilla sale de allí, la tela de limpiar sale de allí, el material del que está hecha la casa, la caja de herramientas, la reja de la casa, las ventanas, las cosas de mi cuarto como el escritorio; mis libretas; plumas; lápices… el refrigerador de la comida, los purificadores…

—Ok ok… ok… ¡ya entendí!…—dijo Aline asustada. Volteó para ver la enorme chimenea de la fábrica de enfrente.

—Pero, tantas fábricas así para las cosas que tienes… es decir, tantas fábricas echando humo en un solo lugar… ¿no es peligroso?

—Bueno, esta es una de las zonas con menor polución… digo, hay lugares peores que este…

—¡Eh?... ¿En serio? ¿Y cómo son?

—Bu… bueno… al… algunas zonas están tan contaminadas o tienen tanta polución que dicen que allí no puedes respirar ni siquiera con tu aura de archés activa, algunos dicen que hay vapores y humo que pueden llegarle a quitarle la piel a la gente cuando pasan junto a una nube muy concentrada… no lo sé, mi abuelo me ha contado historias así por lo que ha visto, aunque no creo que sean historias reales, no creo que hayan lugares así de peligrosos…

—Oh, eso también quería preguntarte… ¿Dónde está tu abuelo?

—Está trabajando, y no lo volveremos a ver hasta dentro de seis meses y sólo por dos semanas.

—¿Por qué?

—Porque es cuando le dan vacaciones. Sólo en esos momentos puede venir a visitarme. Él trabaja en la zona de extracción de crudo, que es nuestra principal fuente de combustible y energía… y de polución…

—Mmh… ya veo… oye, y de ser reales las historias que cuenta tu abuelo sobre el "humo come carne" y la "polución que asfixia", ¿él no estaría en peligro también?

—Tus preguntas ya comenzaron a ponerme nerviosa.

Iris continuó limpiando la máquina por fuera luego procedió a abrir su compuerta para limpiarla por dentro con la escobetilla, luego de mover algo del hollín de la máquina está soltó un enorme montón de polvo negro que cayó sobre el rostro de la chica y la ensució por completo.

—¡Iug! ¡Qué asco!—exclamó la chica.

—¿Uh? ¿Te encuentras bien?—preguntó Aline preocupada mientras Iris salía de entre una nube de polvo que el aire parecía no poder deshacer.

—Sí no te preocupes por mí, estoy bien—respondió la chica mientras se quitaba con ambas manos el hollín de su rostro.

La fantasma se acercó a Iris para ayudarla a limpiarse, justo cuando pasó sus manos por encima de la chica para retirar el polvo negro de su cabello, su archés reaccionó a él. En sus manos cubiertas de mugre, comenzaron a aparecer y desaparecer por milisegundos, diminutos y casi invisibles círculos mágicos de cancelación.

—Mmh… ¿Qué raro?... si mi archés está respondiendo así, entonces eso significa que… oh no, ¡Iris!—pensó la fantasma—. ¡Estás en problemas!—gritó con desesperación mientras abría un enorme sello mágico de purificación del aire.

—¿Uh? ¿Por qué lo dices? ¡Espera no hagas eso!

—¡Ah?... ¿Por qué no? ¡Estás en peligro! ¡Esto es un xenoarchés!—gritó la fantasma enojada mientras desaparecía el enorme círculo mágico.

—No, esto no es… bueno, en teoría sí es un xenoarchés, pero no es un xenoarchés como tal—respondió la chica—. Esto… esto es contaminación, es… es polución… es… es normal que dañe al archés…—dijo la chica, entre cada palabra bajó su tono hasta casi susurrar la última frase.

—Ah… entonces… entonces esto es parte de lo que me dijiste "un mal necesario"… ¿no?—dijo Aline un tanto confundida.

—Sí…—afirmó la chica algo triste.

Al poco tiempo Iris logró terminar su labor, hizo funcionar el sistema de seguridad de la casa y regresó todo lo utilizado en su lugar. Una vez terminados todos sus deberes procedió a bañarse.

—Vaya que te gusta trabajar. Cuando estaba viva… viva físicamente, yo era la más floja de mis hermanas. Pero tú, guau, ni siquiera has desayunado. Bueno, con la hora que es no creo que vayas a desayunar.

—No he desayunado porque no tengo comida—gritó Iris desde dentro del baño.

—¿Eh? ¿Cómo que no tienes comida?—preguntó Aline preocupada.

—Así es—respondió Iris, abrió la puerta del baño, estaba cubierta con dos toallas, una que tapaba su cuerpo y otra con la que estaba secando su largo cabello—. No tengo comida. Nada, absolutamente nada de comida.

—¿Ah? ¿Y qué harás? ¡Morirás de hambre! ¡Peor! ¡Tú archés se debilitará si no tienes qué comer!—gritó la fantasma desesperada.

Iris se rio al escuchar a la fantasma mientras se aproximaba a su cama, donde ella previamente había preparado un uniforme escolar limpio.

—Tranquila. Saliendo de la escuela iré a ver si mi abuelo me ha depositado dinero para comprar más. No pasa nada—dijo Iris con una sonrisa.

—¿"Depositado"? ¿"Dinero"?

—Sí, necesito el dinero para comprar la comida, el dinero me da de comer no hay de otra—respondió Iris mientras se vestía.

—No entiendo.

—Ah… mira, nosotros tenemos un sistema en donde usamos papel como este que se llama billete y monedas como esta para canjearlas por "cosas" y comida.

—¿"Cosas"?

—Sí, es como… es como un trueque, yo les doy el papel o las monedas a los comerciantes o tienda y ellos me dan las "cosas" o la comida que quiero o necesito.

—¡Ah! ¡Piezas!—dijo la chica fantasma.

—¿Piezas?—respondió confundida.

—Sí. Cuando yo… vivía físicamente, se utilizaban las piezas para regular el comercio y a los vendedores. Había de cobre, oro, diamante y las más caras eran de aleaciones de metales preciosos como el platino. ¡Ah! ¡Esas monedas eran mis favoritas! Eran las más vistosas, brillantes y hermosas. ¿Tienes billetes o monedas brillantes?—dijo con emoción Aline.

—Eh… no…—respondió Iris un tanto avergonzada.

—Oh… bueno, no import… espera un momento, me dijiste que lo cambias por comida y por "cosas"… ¿no es así?…—inquirió Aline.

—Sí—respondió Iris mientras se ponía sus altos medias negras.

—Son las mismas "cosas" que hacen las fábricas… ¡verdad?

—Em… eh… sí…—respondió Iris mientras ponía el broche de su zapato derecho.

—Si estás monedas y papeles funcionan como reguladores de la economía, la cual se basa en un intercambio por "cosas" y comida, eso quiere decir que tú, prácticamente estás sosteniendo a las fábricas que están por todo el poblado… ¿no es así?

—S… sí…—respondió Iris entristecida. Mientras metía varios objetos como su celular y una libreta de apuntes en una caja enorme que estaba en la esquina de su habitación.

—Mmh… Sabes, estoy comenzando a pensar que… que te gusta levantarte con tos y dolor de garganta todos los días.

—¡Eh? ¿Por qué dices eso?

—Sólo un idiota mantendría un negocio que le hace daño.

—Uh, mejor guarda silencio—respondió Iris con tono bajo y algo enojada.

La chica una vez lista para salir tomo una mochila enorme, en donde había un uniforme de educación física limpio y una libreta, se dispuso a salir de su hogar una vez que lo aseguró. En unos instantes ya se encontraba caminando hacia el paradero.

—Oye… he visto que todos los días vas a la escuela, ¿no tienes días de descanso?

—No. Voy de lunes a domingo y sólo descanso una semana de vacaciones por cada 4 meses de estudio—respondió la chica.

—Oh. Oye… ¿qué hora es?

—¡Oh!...—respondió harta de sus preguntas Iris. Hizo aparecer su celular en su mano—. Son las siete treintaicinco de la mañana—respondió Iris.

—¡Oh!... y… ¿dónde está el sol?

—Supongo que detrás de las nubes—respondió Iris mientras miraba al cielo.

—Ah, pero… ¿detrás de las nubes del cielo o detrás de las nubes de humo de las fábricas?

—No lo sé…—respondió Iris avergonzada.

—Bueno… ¿y los pajaritos?

—¿Pajaritos?

—Sí, pajaritos, pequeños animales voladores, bonitos, que cantan alegre y son de colores vivos y brillantes, esas cositas tiernas que viven sobre los árb… ¡Oh! Es verdad, ¿dónde están los árboles? No puede haber pajaritos sin árboles. ¡Quiero ver pajaritos! ¡Me gustan los pajaritos!

—Eh… no hay árboles en la zona alfa de Egestatem… oh, ese nombre está prohibido decirlo aquí, espero que nadie ni nada de seguridad lo haya escuchado… y…. eh… uh… un… un animal como un pajarito… eh… moriría asfix… asfixiado en unos segundos con… con… con todo… con todo el humo de este lugar…—dijo la chica. La tristeza comenzó a estremecer su respiración.

—Iris… ¿estás llorando?

—No… me entró una basurita en mi ojo—dijo la chica mientras la angustia retorcía su voz. Pronto comenzó a sollozar desconsoladamente.

—Iris… no… no llores…no… fue mi intención hacerte sentir mal—dijo la fantasma al ver tan afligida a Iris.

—No fuiste tú… fui yo… en… en Deneb… hay un tipo de árbol gigante que está presente en todas partes, el árbol de Ygra… es… es enorme… y… y…

—"Y sus raíces y ramas son tan grandes que puedes utilizarlas como un mueble para sentarte en ellas"…—dijo Aline con tristeza—. Sí los conozco…

—Allí me… me gustaba… me gustaba mucho sentarme con mi abuela mientras comía espagueti… ella me contaba historias de princesas y caballeros… tengo vagos recuerdos de haber estado en un árbol así con mi papá… y a… ah… allí había pajaritos, muchos pajaritos…—dijo Iris mientras lloraba.

—Iris…—dijo Aline triste y se acercó a abrazarla. Ella estaba respirando de modo agitado mientras continuaba llorando, había tirado su bulto para cubrir su rostro con ambas manos.

—Lo siento… lo siento mucho… es… es que a mí también me gustan los pajaritos…

Pronto llegaron a la escuela. La chica se cambió de uniforme y se preparó para la clase de deportes.

Su primer ejercicio era encertar una canasta con la pelota de basquetbol. Era el turno de Iris, Adria y Lucía estaban cerca de las gradas secándose el sudor con sus pequeñas toallas.

—¡Vamos Iris! ¡Tú puedes!—animó Lucía a la chica.

—¡Sí te apoyamos Iris! ¡Uhu!—contribuyó Adria para animar a la chica.

—¡Ja! Por favor, ella, pfff… es mega torpe, no creo ni siquiera que pueda anotar un punto—dijo Jennifer con sorna.

—¡Ah! Sí, pues yo apuesto a que Iris puede anotar los dos puntos que vale esta canasta—dijo Lucía con seguridad.

—Bien, ya que te gusta perder, entonces acepto tu apuesta, si Iris logra hacer los dos puntos que vale este tiro, las invitaré lo que quieran en la cafetería.

—¡Sí!—gritó Aria con alegría al escuchar el primer término de la apuesta.

—Pero, de fallarlo…—dijo Jennifer, en ese momento Adria comenzó a dudar un poco—. Entonces ustedes deberán invitarme a mí a comer.

—¡Esta bien! ¡Acepto la apuesta!—dijo Lucía con decisión—. ¡Vamos Adria!—añadió la chica con el mismo entusiasmo.

—Eh… p… paso…—respondió con una sonrisa nerviosa.

—¿Qué? ¡Oye Adria qué mala amiga eres!—regañó Lucía a la chica.

Un silbatazo se hizo, era el maestro de deporte, estaba señalando el siguiente turno. Iris se preparó para tirar.

—¡Vamos Iris! ¡Tú puedes!—gritó Lucía.

Otro silbatazo sonó. Iris lanzó la pelota hacia la canasta, esta rebotó contra el cuadro y cayó en la orilla de la argolla, giró alrededor de la misma y luego cayó en su centro. El maestro lanzó u silbatazo nuevamente.

—Señorita Robelion, no está permitido usar el poder del archés durante la clase de deporte—dijo el profesor enojado.

—Eh… yo…

—¡Vuelva a tirar sin usar su archés!

La chica se preparó para lanzar la pelota nuevamente. Se concentró lo mejor que pudo y al hacerlo logró encestar exactamente en el anillo.

—¡Bien! ¡Lo lograste!—gritó Lucía emocionada.

—Iris estaba muy feliz al haber logrado ese tiro.

El profesor al ver que sí lo había hecho dio otro silbatazo y una señal para reunir a todos los alumnos en el centro de la cancha.

—¡Bien! El calentamiento terminó, es hora de que elijan entre ustedes quienes serán los equipos para enfrentarse entre sí…

Mientras el maestro de deporte daba instrucciones para los chicos de educación física. Iris se sintió un poco mareada e repente, Lucía notó que algo no andaba bien.

—¿Iris? ¿Te encuentras bien?

—Oh... n… sí…só… sólo… necesito ir al baño.

Iris comenzó a dirigirse al baño con paso errático. Pronto se arrodilló porque los mareos comenzaron a afectarle. Al verlo Lucía se preocupó y se acercó a la chica.

—¡Iris! ¿Iris qué tienes?

—No lo sé… me siento mareada.

—Tu archés está algo bajo y tu cuerpo parece estar algo débil. No sé qué ocurre, pero no me agrada nada esto—dijo Aline dentro de su mente.

El maestro al ver lo que le pasaba a Irise se acercó rápidamente a socorrerla con su archés curativo.

—Mmh, parece no ser nada grave, Iris, ¿cómo te sientes?—preguntó el profesor con seriedad.

—Bien… creo—respondió la chica, su estómago emitió un rugido muy fuerte. Tenía mucha hambre.

—Oh, ¿Iris?—dijo Lucía.

—Meh… creo que tengo hambre.

—Pero, para que te hayas mareado así…— respondió Lucía preocupada.

—Señorita Robelion vaya a la enfermería a ver qué le sucede y tome un descanso. No quiero accidentes aquí.

—Profesor, ¿puedo acompañarla a la enfermería?—preguntó Lucía.

—Profe, yo también quiero acompañarla—dijo Adria con una sonrisa.

—Sí, sí, vayan las dos y asegúrense que se encuentre bien.

Las tres chicas se decidieron a ir a la enfermería, tenían que salir de la cancha de basquetbol y pasar por la enorme plaza central, para luego llegar por un pasillo de los tantos del primer piso, y allí encontrarían su camino a la enfermería.

Recorrieron todo el camino a la plaza grande, Iris se veía algo cansada, sus amigas intentaron reanimarla, debían pasar por un pasillo entre los edificios de los salones que los conducirían a la plaza principal, al llegar se toparon con Nosori, tenía un paquete entre manos.

—Mmh…—expresó Nosori despectivamente.

—No… Nosori…—dijo Adria nerviosa.

—¿Qué no drían estar en educación física?—preguntó Nosori con indiferencia.

—Eh… sí, pero no… bueno, eh…—tartamudeó Adria.

—Lo que Adria quiso decir es que, Iris se sentía mal y debíamos ir a la enfermería, para ver qué le ocurría.

—Oh, ya veo—respondió Nosori y miró el paquete que tenía entre manos—. Abi me dijo que te diera esto—dijo mientras le daba el paquete a Iris.

—¿Eh? ¿Para mí?

—Sí y también me dijo que debes abrirlo en el salón de clases a la hora de descanso, después de educación física, pero ya se escaparon, así que… bah… ya saben qué hacer.

—Je, gracias—respondió Iris muy contenta pero con tono algo débil.

—No me des las gracias, yo sólo estoy cumpliendo órdenes de mi superiora. ¡Ush! ¡Esa loca cree que soy mandadera! ¡La odio!—dijo furiosa, hizo su hechizo de pink cloud y se fue a toda velocidad dejando una espesa nube de humo rosa sobre las chicas.

—¡Cof! ¡Cof! ¡Cof!... ¿Por qué hizo esto? ¡Es un asco!—quejó Adria mientras tosía atragantada por el humo.

—¡Cof! ¡Cof!... Lo hizo apropósito… ¡cof ¡cof!... tenlo por seguro—dijo Iris.

—¡Gah! ¡Cof! ¡Cof!... Se desquitó con nosotras lo que le hizo Abigaíl…—expresó Lucía.

Luego de su desagradable encuentro con Nosori las chicas se dirigieron a su salón de clases y se dispusieron a ver que contenía el paquete que les había dejado Nosori.

—¿Qué será?—inquirió Lucía con curiosidad mientras Iris rasgaba el papel del paquete.

—¿Y si es una bomba?—dijo Adria asustada.

—¿De parte de Abigaíl? No creo… o bueno, al menos espero que no lo sea—le respondió Lucía.

Iris terminó de abrir el papel del paquete, era una caja de cartón, la cual se dispuso a abirr la chica.

—Son rollitos de fresa—dijo la chica sorprendida al ver los empaques. No pudo evitar que sus ojos brillaran de felicidad al ver la comida—. Y cada paquete tiene una nota; "Para Adria", "Para Lucía" y este tiene mi nombre—añadió desconcertada la chica.

—¿Ah? ¿Rollitos de fresa?—inquirió Adria—. ¿Por qué Abigaíl nos daría rollitos de fresa?—mencionó la chica e inmediatamente su estómago rugió.

—¡Je! Creo que por eso…—expresó Lucía y su estómago también rugió de hambre.

—Veo que no soy la única que casi se desmaya de hambre…—Iris se ruborizó un poco al escucharlas con tanta hambre.

—¡Jo! No he probado bocado alguno desde ayer en la tarde y hoy debo ir a ver si ya depositaron a mi mamá.

—Yo… yo no desayuné…—expresó Lucía con vergüenza.

—Veo que no soy la única que está en problemas… bueno, qué más da, si ya no los dio, vamos a comérnoslos—dijo Iris con una sonrisa y se dispuso a repartir los paquetes con los rollitos de fresa.

La chica abrió el empaque y se dispuso a comer uno delos rollitos en ese momento la voz de Aline resonó en su cabeza.

—Esa cosa está repleta de archés curativo.

—¿Archés curativo!—repitió Iris en voz alta.

—¿Mmh? ¿Sucede algo Iris?—preguntó Adria extrañada.

—Yo… yo…—tartamudeó la chica.

—Te habló Aline… ¿verdad? ¿Fue ella?—preguntó Lucía extrañada.

—Sí. Me dijo que la comida tiene archés curativo.

—¿Eh? ¿Comida encantada?—exclamó Adria—. Espera un momento… ¿quién es "Aline"?

—Eh… bue…—dijo Iris.

—Es una chica fantasma que tiene poseída a Iris. Es genial y muy fuerte, por eso cuando se enoja cambia el color de su cabello.

—¿Ah?

—Eh, A… Adria, es muy difícil de explicar…

—¿Pero en qué momento pasó?

—¿Recuerdas el día que fuimos a ver qué le ocurría a Nosori?—se dirigió Lucía a Adria.

—Sí, yo no pude ir porque me hablaron, yo quería saber qué le pasaba…

—Bueno, ese día, Iris y yo fuimos a ver qué le ocurría y… por miedo a qué nos viera Abigaíl, nos fuimos de ese lugar y…

—… y ya estando guardadas en el baño, le conté sobre lo que me había pasado…—completó las palabras de Lucía, Iris.

—¡Ah? No entiendo nada—dijo Adria confundida.

—Aline… muéstrate ante ella…—dijo Iris al aire.

La chica fantasma se dejó ver ante las tres. Adria al verlo sintió miedo y no pudo evitar gritar.

—¡Un fantasma!

—¿Por qué todo el mundo se asusta cuando me ve?—dijo Aline con ojos cristalino—. ¿Soy fea verdad? ¡Díganlo!...—lloró la chica.

—No… no eres fea…—dijo Iris intentando animarla.

— Cálmate tranquila…—acompañó Lucía en su consuelo.

—¿Eh?—expresó Adria confundida.

Las chicas le explicaron a Adria sobre porque el fantasma acompañaba a Iris. Inmediatamente la chica le tomó confianza. Al poco tiempo de haber acabado su comida salieron del salón de clases para tirar los empaques vacíos al bote de basura. Mientras continuaron platicando sobre el tema.

—Mi nombre es Aline… la… lamento haberte asustado, bueno, creo que es normal, soy el espíritu de una diosa antigua—se presentó la chica.

—Aún no logró entender cómo un fantasma llegó a poseerte así—dijo Adria con algo de confusión.

—Qué no soy un fantasma… Soy el espíritu de una diosa antigua—respondió Aline un poco enojada.

—Bueno, pero igualmente eres transparente y no tienes pies, sino... esa extraña cola...—dijo Lucía mientras le agarraba la cola a Aline.

—¡Eh! Tal vez sea un "genio"—dijo Adria emocionada.

—No… no soy un "genio"—respondió Aline avergonzada.

—Los "Genios" también tienen esa extraña cola—dijo Iris.

—¡Ah! ¡Tal vez sea un "fantasma genial" y nos cumpla un deseo! —exclamó emocionada Adria.

—¡No! ¡No soy un "genio"! ¡No cumplo deseos! ¡Y menos un "fantasma genial"!—dijo Aline molesta—. Bueno, aunque "genial" sí soy, y mucho—recapacitó la chica.

—Bueno qué más da… lo que me extraña es ¿qué pasaría si otra persona te ve en este momento?—preguntó Adria mientars se apoyaba en el barandal.

—Es verdad, deberías ocultarte, para… evitarnos problemas—con preocupación se dirigió Lucía a Aline.

—Para tu información yo decido quién puede verme y quien no, así que deberías considerarte al afortunada por poder ver el espíritu de una diosa tan importante como yo.

—Ja... ja... y por esa habilidad tuya casi me toma de loca Lucía.

Lucía al escuchar esas palabras de parte de Iris, soltó una pequeña risita pícara y la abrazó.

—Aunque te hubiera tomado a loca, siempre serás mi loquita favorita—dijo Lucía mientras pegaba su mejilla con la de Iris.

—¡Ah!... sí... es bueno saberlo... creo-dijo Iris mientras sostenía una sonrisa fingida.

—¡Ajá! ¡Monstruo!—dijo un chico.

—¿Eh?—exclamó Adria mientras giraba por dónde la voz sonó.

Estaba parado de cabeza en el techo del pasillo donde estaban las chicas, esto lo logro gracias a que sus pies estaban cubiertos de archés azul que los sostenían. Estaba enmascarado, los visores verdes de la máscara blanca no le quitaban la vista de encima a la chica, la misma tenía una enorme "V" en su frente, tenía un pantalón negro con unos tenis rosjos, la chaqueta de su uniforme lo estaba usando como una capa, dejando al descubierto su playera blanca.

—¿Mmh? Eh… ¿ese es un chico de educación primaria?—inquirió Lucía.

—Sí. Eso parece…—respondió Adria

—Si es un chico de primaria… ¿por qué tiene una cangurera de jefe de sector?—preguntó Iris confundida.

—¡Ah? Oye niño, bájate de allí o te vas a lastimar y devuelve esa cosa a donde pertenece—Adria se dirigió al chico.

—Mi nombre es "V-ranking: el héroe definitivo" y he venido a detener a ese monstruo—dijo mientras señalaba a Iris.

—¿A mí?... espera, ¿monstruo?—exclamó Iris.

—¡Oye! ¡Que tenga el cabello feo no te da el derecho a decirle monstruo a mi amiga!—gritó Lucía furiosa.

—¿Eh? Oye… ¿mi cabello es feo?…—dijo Iris algo avergonzada.

—¡Hey! ¡Que sus dientes estén chuecos no te da derecho a decirle monstruo a mi monstruo—exclamó Adria.

—¿Chuecos?—dijo Iris mientras se cubría la boca con ambas manos—. Espera… ¿qué?—añadió confundida.

—¡Nos la vas a pagar mocoso!—dijo Lucía furiosa.

—No permitiremos que le digas eso a nuestra amiga—exclamó Adria mientras señalaba al chico

—Con amigas como ustedes… ¿para qué quiero enemigas?…—dijo Iris con ojos cristalinos, y muy ruborizada.

—¡No se olviden de mí!—dijo la voz de otro chico.

Un círculo mágico se abrió en el techo al otro lado de las chicas, este decía "Teleport" [♂ Teleport ♂], de su centro Salió otro muchacho enmascarado, esta también era blanca tenía los visores rojos y una enorme "S" en el centro de su frente.

—Mi nombre es "S-ranking: el héroe enmascarado" y compañero del "héroe definitivo". ¡He venido a detenerte monstruos!

—Puedo ver que… que la escuela está llena de idiotas—dijo Aline.

—No me digas—respondió Iris en voz alta.

—¡Sí te digo! ¡Monstruo!—dijo el chico mirando fijamente a la chica creyendo que le respondieron a él.

Ambos muchachos hicieron aparecer un círculo mágico brillante y gris alrededor de la cangurera, este decía "Activate" [♂ Aktib῾ate ♂].

—¡Uh oh!... parece que sí lo saben utilizar—dijo Adria preocupada.

—¡Ah! No me digas—respondió Lucía.

—Creo que estamos en problemas—exclamó Iris.

Ambos chicos activaron un círculo mágico gris y brillante alrededor de las cangureras el cual decía "Copy-Archés Copy-bomb" [♂Kopi-Arke´s Kopi-Bomb♂], luego hicieron aparecer entre los dedos de ambas manos muchos balines negros y con un movimiento rápido los arrojaron contra las chicas. Adria contuvo la respiración inmediatamente. Los balines explotaron, una enorme y densa nube de humo blanca rodeó todo el pasillo rápidamente, Adria estaba intentando abrir la puerta del salón de clases mientras evitaba respirar el humo del lugar. Una vez que logró abrir la puerta entró y se metió hasta casi llegar al fondo del mismo.

—¡Chicas entren al salón! ¡No respiren el humo de la pócima!—gritó Adria preocupada, no recibió respuesta, únicamente escuchó a las otras dos tosiendo dentro de la gruesa nube blanca—. ¡Maldición!—exclamó la chica mientras hacía un aura de color verde para protegerse del veneno, tomó una bocanada de aire y se adentró a la nube para salvar a sus amigas.

Los dos chicos se lanzaron a la nube, el "chico V" golpeó a Iris, inmediatamente la chica respondió cubriéndose con ambos antebrazos, los cuales estaban brillando de color azul, el otro chico se puso como un bulto detrás de ella para estorbar su paso mientras se defendía de los golpes de su compañero, Iris tropezó y el chico V aprovechó para darle una patada voladora en su vientre. Iris cayó al suelo, intentó ponerse de pie, pero le fue imposible.

—La pócima de los superiores está muy concentrada… ¡Cof! ¡Cof!...

—Iris, este humo está disminuyendo tu archés muy rápido, creo que necesitas mi ayuda—dijo Aline preocupada.

—No, puedo vencerlos yo sola—contestó con un pensamiento—. Son niños de primaria, sí puedo ganarles—dijo en voz alta y muy furiosa la chica.

—¡Ah! ¡Eso es lo que crees? ¡Eh! ¡Monstruo!—dijo el "chico V". Ambos se lanzaron de nuevo contra la chica.

Adria al salir del salón de clases tomó la mano de Lucía, quien se encontraba tosiendo cerca de la ventana, la chica salió corriendo lo más rápido que pudo hasta alcanzar casi el final del pasillo, cerca de las escaleras, dónde la nube de humo ya no llegaba.

—¡Cof! ¡Cof! Gracias…—dijo Lucía.

—No hay de qué. Ahora debemos buscar la forma de sacar a Iris de allí.

—Adria, esos chicos se ven fuertes, pero bueno, vamos a intentarlo. ¡Hay que salvar a Iris!—dijo Lucía con determinación mientras construía un aura de archés verde.

—¡Hagámoslo!—gritó Adria. Ambas chicas contuvieron la respiración y se lanzaron a toda velocidad a pelear contra los dos chicos.

Mientras tanto. Iris volvió a caer derrotada al suelo. Ya no podía continuar peleando.

—¿Qué sucede monstruo? ¿Por qué ya no peleas?—exclamó el chico V. Iris no respondió, se quedó en el suelo tosiendo.

—Dami, esto no se ve bien—dijo el "chico S".

—¡Ush! ¡Te dije que no me llames por mi nombre! Soy "V-ranking" ¿recuerdas? Además, estoy completamente seguro de que eso es una trampa—dijo Dami. Iris empezó a toser más fuerte.

—No lo sé V-ranking, es… es que… mírala, está sufriendo por la pócima de los superiores.

—Te digo que es una trampa, observa…—dijo V-ranking—. Muy bien monstruo, ¡basta de juegos! Activa tu aura de heno…

—¿Heno?—dijo extrañado el S-ranker

—Leno… keno… beno—dijo confundido V-ranking.

—Ah… "xeno"—le dijo S-ranker al chico.

—¿Xeno?... ah sí, xeno sí sí… xeno… ok, como iba diciendo, ¡monstruo! ¡Basta de juegos! ¡Activa tu aura de xenoarchés y pelea!

—¿Ni siquiera sabías como se decía xenoarchés?...—dijo Iris débilmente y se echó a toser.

Justo en ese momento Adria dio un golpe con sus manos brillando de color rojo y sin previo aviso contra los chicos.

—¡Dami cuidado!—gritó S-ranker mientras lo empujaba, e intentaba esquivar al mismo tiempo el golpe. La chica falló al intentar darles.

Lucía saltó desde detrás de Adria y entabló combate con ambos chicos, sus golpes y patadas, a pesar de ser rápidos, fallaron todo intento de herirlos. S-ranker abrió un portal de tele transportación hacia el cuarto piso desde el techo, tomó a V-ranking y atravesaron el portal.

—¡Dami! No vamos a poder ganarles, son muy fuertes, además, creo que sí lastimamos seriamente a esa pobre niña…

—Cállate Alb, entiende, ella es un monstruo, debemos volver y acabar con ella—dijo y se lanzó desde el barandal del cuarto piso hacia a la nube de humo.

—¡Espera! ¡Argh!—exclamó Alb mientras seguía a Dami.

Entre tanto, las chicas se dispusieron a sacar a Iris de ese lugar. Lucía ya no podía contener más tiempo el aire, se le notaba mucho por las muecas que hacía y las veces que presionaba su nariz y boca con su mano para evitar respirar la neblina.

Los chicos entraron al campo de batalla nuevamente, al verlo, Adria le hizo una seña a Lucía para que sacara a Iris de la neblina. La chica entabló posición de combate para recibir a los chicos.

—¡Oah! ¡Se está escapando! ¿Qué haremos V-ranking!

—¡S-ranker! Devolverla a este lugar y derrotarla.

Adria al escucharlos se enojó mucho y se lanzó a atacar a los chicos. Hizo brillar sus manos de color rojo e intentó golpear a V-ranking, pero este lo esquivó, al chica golpeó el barandal doblándolo por competo.

—¡V-ranking! ¡Acabas de ver eso?¡Es muy fuerte!

—¡No te asustes S-ranker! Buscaremos una forma de vencerlo—los dos chicos cayeron de cabeza contra el techó y se pararon en él.

—¡Maldición! Necesito respirar…—pensó Adria mientras se cubría la nariz y boca con ambas manos. Cayó de rodillas.

—Mira está débil, ¿qué hacemos V-ranking?

—¡No lo sé! ¡Tírale bombas! ¡Tírale bombas!—gritó el chico mientras preparaba más balines para tirarle a Adria, lo mismo hizo S-ranker. La chica sintió terror al ver que no tenía posibilidad de ganarles.

Mientras tanto, Lucía logró salir del lugar. Una vez afuera la chica recostó a Iris en el suelo. Ambas no dejaban de toser.

—Iris… ¡Cof!... ¿Estás bien?

—Sí… ¡Cof! ¡Cof!... ¡Debemos sacar a Adria de allí!

—Sí… entraremos en cuanto la neblina se disperse…—respondió Lucía.

—No lo hará—habló una tercera voz.

—¿Uh?

Iris y Lucía voltearon a ver por donde escucharon la voz. Era Isaac, estaba subiendo las escaleras, se encontraba acompañada por una niña que estaba llorando.

—¿Eh? ¿Por qué dices que no desaparecerá la niebla?—preguntó Lucía.

—Porque simplemente no lo hará, el poseedor de la canguera es quién decide sobre las armas que porta, básicamente, ellos deciden si desaparecer la neblina o no. A menos que...

—¿A menos que qué? mi amiga está adentro atragantándose entre todo ese humo—dijo lucía molesta.

—A menos que entre a ayudar… por supuesto—respondió el chico.

—Mmh… lo que no entiendo es, ¿Cómo le hacen ellos para soportar estar tanto tiempo en la neblina de la pócima?—preguntó Iris extrañada.

—… mod… modificaron sus máscaras… pa… para poder respirar dentro de la neblina—respondió la pequeña mientras lloraba.

—Oh… Serena, deja de llorar, ya te dije que no te van a castigar, confía en mí—dijo Isaac con tono dulce a la chica.

—Pe… pero… ¿y a Damián y a Albert?—preguntó preocupada la pequeña mientras veía con sus ojos azules y llorosos al chico.

—A nadie van a castigar, tranquila yo te lo prometo.

Mientras tanto los chicos intentaban ver que había ocurrido con Adria ya que, en unos instantes dejó de toser. Estaban algo asustados.

—Dami… creo que no debimos hacer eso, me… mejor salgamos de aquí, además… hay tanto humo que no puedo ver nada.

—¡Rayos! ¡Se me escapó el monstruo!—dijo Damián sin prestarle atención a Albert.

—¡Dami!—dijo preocupado el chico.

—Tienes razón, salgamos de aquí—dijo Damián al escuchar a su amigo.

—¡Oh! Pero… ¿qué haremos con ella?—preguntó Albert mientras se acercaba hacia donde estaba Adria.

—Déjala allí—respondió sin preocupación el chico.

—No podemos dejarla aquí, podría pasarle algo… digo, esto no se ve muy seg… ¡ah!—dijo Albert, el chico se asustó al ver que Adria lo tomó de su pierna.

—Ust… ustedes ganan…sá… sáquenme de aquí… ¡Cof! ¡Cof!... por favor… no… no puedo respirar…—dijo la chica. Dejó de toser y de hacer ruido.

—Dami… Dam… creo que murió… está muerta… ¡está muerta! ¡La hemos matado! —gritó Albert.

—¿Qué!—gritó Damián asustado.

—¡Te lo dije! ¡Te lo dije! Usar estas cosas sería peligroso, pero no me escuchaste…

—Pero yo creí que lo resistiría, se supone que es una ayudante del monstruo que atrae monstruos… ¡debió haber sido más fuerte!

—¡Oah! Sí que hicieron un desastre, oigan, esto se podría tornar un poquito peligroso ¿saben?, esto no sólo afecta al archés, de hecho tanto de esta cosa podría dañarles también—dijo una voz.

—¡Capitán Mattwin!—gritaron los chicos al unísono con miedo.

Una luz blanca se hizo, era Isaac, había hecho un hechizo de aire fresco para retirar el humo del lugar, este comenzó a bajar gradualmente. Una vez que logró disipar una buena parte de la espesa capa de neblina, inmediatamente notó a la rubia en el suelo.

—¡Adria!—gritó el chico con terror en la mirada.

—¡No fue nuestra culpa! ¡No fue nuestra culpa! ¡No fue nuestra culpa!...—repitieron los chicos con miedo al verlo.

Isaac socorrió a Adria tan rápido como pudo, el chico activó un hechizo de archés curativo, pero este no servía. Se dispuso a reanimarla presionando su pecho repetidas y entre ello le dio respiración boca a boca.

—¡Vamos Adria! ¡Respira! ¡Respira!—repetía el chico mientras presionaba su pecho, volvió a darle respiración boca a boca. La chica despertó tosiendo—. Qué alegría que estés bien—dijo Isaac con alivio y ojos cristalinos. Adria le dio una cachetada.

—¡No vuelvas a besarme nunca en tu vida! ¡Me oíste!—gritó enojada y roja de vergüenza contra Isaac.

—Sí… qué alegría que estés bien…

Adria miró a su alrededor, luego miró hacia sus manos. La chica se extrañó rápidamente.

—No tengo mi aura de archés—dijo la chica preocupada.

Isaac al escucharla sonrió y le tomó ambas manos, estaba compartiendo su aura de archés con ella, pronto comenzó a generarse la luz verde que la cubriría también.

—Tranquila, yo te daré de mi archés para que te sientas mejor, y… también el antídoto de la poción de los superiores—dijo el chico mientras soltaba sus manos para buscar en su cangurera el antídoto—. Ten—le ofreció un pequeño frasco de cristal al poco tiempo. Adria lo tomó. Estaba ruborizada.

—Gracias—respondió la chica.

—De nada—dijo Isaac con una sonrisa cálida—. Bien entonces veré que haré con ustedes, ya que…—dijo el chico pero Adria le interrumpió.

—Oye Isaac—habló la chica.

—¿Sí?—respondió. Ambos se quedaron viendo a los ojos mutuamente unos segundos.

—Gra… gracias por… gr… gracias por salvarme la vida…—dijo Adria mientras se encogía entre hombros.

—Oh… no… no hay de qué… no hay de qué—dijo el chico, se había puesto algo nervioso.

Iris, Lucía y Serena llegaron en donde se encontraban los chicos. Serena no lo pudo soportar y se acercó corriendo a abrazar a Damián.

—¡Hermanito!—gritó la pequeña.

—Oah… Serena…—dijo Damián. Serena se separó de él un momento.

—¡Hermanito!—volvió a gritar mientras se acercaba a abrazar también a Albert.

—Oh… je…

—Me alegra que todo haya terminado bien y que no haya pasado a mayores proble…—dijo el chico, su expresión cambió a una muy aterrada—. No no no no… No… ¡Nosori!

Todos voltearon a ver hacia donde lanzó su expresión Isaac. Nosori estaba encima de su nube rosada, flotando por delante de todos los chicos, en medio de los edificios escolares y no se veía muy contenta.

—Alguien dejó abierta la gaveta del armamento escolar de los superiores y faltan dos cangureras cargadas con quince bombas copia. ¿Dónde están?

—Eh… jeje… bueno, es… es una larga historia…—dijo Isaac con miedo.

—Pues no estoy dispuesta a escucharla. ¡Entrégame las cangureras!—respondió al chico de modo imperante, al ver a los dos chicos enmascarados, se extrañó por un momento y encarnó ambas cejas con furia—. ¿Por qué esos dos estudiantes no autorizados tienen las cangureras?

Nosori bajó al pasillo donde se encontraban todos los chicos. Caminó hacia donde estaban los dos chicos asustados. Isaac le interrumpió el paso colocándose enfrente de ella.

—Escucha Nosori… yo… yo puedo explicarlo, pero… pero tienes que escucharme—la chica se quedó mirando fijamente a Isaac.

—Quitate—dijo la chica seriamente.

—Pe… pero… No…

Nosori golpeó al chico con la mano que poseía el guante con nudillos dorados. Inmediatamente cayó contra la pared. La chica continuó su paso hacia los enmascarados. Adria la detuvo hablándole desde atrás, mientras se ponía de pie.

—¡Oye Nosori! No puedes tratar así a tu igual, estás muy agresiva… más que de costumbre…

—¿Igual? Por favor, no me hagas reír—respondió con sorna y continuó su camino.

—¡V-ranking! ¡Vamos a hacer!—gritó Albert.

—¡Ya no tiene caso que me llames así!... bah, estoy pensando, estoy pensando…—dijo con miedo Damián.

Nosori logró acercarse a Albert, el chico con la máscara "S", lo tomó del cuello de su playera blanca y comenzó a sacudirlo mientras lo regañaba.

—¿Por qué tomaste las cangureras de los superiores! ¡Crees que esto es un juguete?

—¡Damián! ¡Ayúdame!—gritó Albert.

—¡Tírale bombas! ¡Tírale bombas!—gritó Damián mientras preparaba una serie de balines en sus manos.

—¡Qué?—exclamó Nosori al escucharlo.

Damián le arrojó todas las bombas que pudo a la chica, inmediatamente el pasillo volvió a quedar lleno de la misma espesa neblina.

—¿Otra vez? ¡No!...—gritó Iris y se echó a toser al momento que respiró el humo.

—¡Iris!... Debemos… sacar a la niña de aquí…—dijo Lucía mientras tosía.

—Entendido—respondió la chica.

Iris y Lucía se dispusieron a sacar Serena del lugar. Isaac se puso de pie un poco aturdido por el golpe que le había propinado Nosori, el chico vio a a Adria toser entre el humo que había hecho Damián y se acercó a ayudarla.

—Adria, no te preocupes fortaleceré tu aura de archés para que no disminuya.

—¿Cómo es posible que puedes soportar este ambiente tan pesado?... ¡Cof! ¡Cof!—preguntó Adria.

—Je… cuando alcances mi grado de escolaridad sabrás por qué—respondió el chico, saco un frascos de vidrio de la cangurera y se lo dio—. Esto es para Serena por si llegase a sentirse mal por la pócima, dáselo en cuanto la veas—dijo el chico mientras veía a los ojos.

—¿Espera, y tú no saldrás de aquí?—preguntó Adria preocupada.

En ese momento entre el denso humo se hizo un brillo azul, era Nosori, había atrapado a Albert con un hechizo que rezaba "Chained restrict" [♀ K῾ained R῾estrikt ♀], era como un listón ancho y brillante que ató de brazos y piernas al chico, luego lo tiró al suelo y se fue contra Damián.

—No. Debo detener a Nosori o va a matar a esos dos idiotas—dijo Isaac. Le dio la espalda a Adria y se dispuso a retirarse.

—Espera… Isaaac—dijo Adria mientras caminaba hacia él. En cuanto se dio la vuelta para saber que deseaba. Lo besó.

El tiempo parecía que transcurría más lento para Isaac. Adria tenía los ojos cerrados mientras tomaba con sus labios los labios del muchacho, se acercó más para abrazarlo mientras continuaba besándolo. Isaac tenía los ojos abiertos y simplemente se quedó paralizado mientras Adria hacia todo el trabajo.

Al terminar de besarlo, la chica lo miró a los ojos por unos segundos que parecían una eternidad. El humo estaba alrededor de su rostro y todo su cuerpo además, danzaba por la respiración lenta de Adria. Isaac quedó estupefacto y no sabía qué decir. Un ruido detuvo el momento íntimo de los chicos. Era Nosori.

La chica pisó la espalda de Albert mientras estaba atado, Damián tenía miedo y no podía moverse.

—¿Qué ocurre pequeño "héroe"? ¿No vas a rescatar a tu amigo?—se dirigió Nosori al chico de la máscara de "V".

—¡Damián! ¡Ayúdame!—gritaba Albert en el suelo. Isaac se quedó viendo la pequeña escena de los chicos.

—Debo irme, ya sabes qué hacer con el antídoto—dijo Isaac.

—Sí—respondió Adria muy contenta.

Entre tanto. Iris y Lucía lograron salir del lugar junto con Serena, la pequeña respiraba de modo agitado y su aura de archés comenzó a disminuir su brillo.

—Maldición… está muy afectada por la pócima de los superiores—dijo Lucía. La pequeña empezó a toser.

—Isaac debe tener el antídoto, hay que volver para pedírselo—dijo Iris preocupada.

—No es necesario. Yo lo tengo—respondió Adria. La chica estaba saliendo de la espesa neblina concentrada, entre manos tenía el antídoto que necesitaban las chicas.

Por arriba de ellas alguien las estaba observando detenidamente. Era Isabell. La mujer estaba en el séptimo piso y parecía ver todo con claridad desde lo alto, a pesar de estar muy lejos.

Mientras la mujer los observaba desde el barandal, el sonido de pasos comenzó a resonar por el lugar, eran tacones.

—Sabes… mi oficina está dos pisos más arriba, justo antes de llegar al último piso superior. Si necesitas algo… yo… puedo ayudarte con gusto—burló la voz.

—Abigaíl, siempre apareces en los momentos menos indicados—respondió Isabell.

—Oh…—sopló humo la mujer, estaba fumando como siempre—. Lo tomaré como un cumplido—dijo mientras se acercaba a paso lento hacia Isabell.

—Era un cumplido—dijo la pelirroja de ojos azules.

—¿Qué es lo que estás… viendo?—preguntó Abigaíl mientras le arrojaba humo al rostro a Isabell.

—A los chicos jugando…—respondió un tanto incomodada por el humo de Abigaíl, abanicó con su mano algo del mismo.

—Mmh… interesante… bueno aprovechando que estamos a solas, ¿por qué no me dices tus intenciones? Digo, para variar el caso y evitarnos problemas—dijo la mujer y se metió el cigarrillo entre los labios.

—Mis intenciones son nobles y lo sabes Abi…—respondió Isabell.

—Mmh—expresó la mujer mientras exhalaba el humo por la nariz contra Isabell—. Revivir a Li…

—No digas más—respondió la chica. Respiró profundamente el humo que le dejó Abigaíl cerca del rostro y se lo sopló a diestra y siniestra a la cara—. Nadie me asegura que no tengas las intenciones de revivir a Ki…

—¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!—interrumpió Abigaíl—. Me conoces bien, pero bueno, no es la primera vez que me encierran dos veces en un mismo espacio, tiempo y mundo, pero sí la primera vez que diré esto—dijo y caló humo de su cigarrillo.

—¿Qué cosa?—preguntó extrañada Isabell.

—Únete a mí, vamos, somos… somos casi hermanas, juntas podríamos hacer más cosas que… separadas—dijo Abigaíl mientras le acercaba la boquilla de su cigarrillo a Isabell. Mientras escuchaba la respuesta de Abigaíl, besó la boquilla y sorbió un poco de humo.

—"Casi"... je… No gracias—respondió Isabell arrojando el humo contra el rostro de Abigaíl. Se encontraban muy cerca la una de la otra.

Abigaíl sorbió o que quedaba de su cigarrillo y tiró la colilla al suelo y la pisó.

—¡Oh!—sopló el humo contra Isabell—. Vamos primor, si te unes a mí nos divertiremos… te lo prometo.

—No, gracias—dijo Isabell y le dio la espalda a Abigaíl. Procedió a retirarse, pero antes se volvió a dirigir a ella—. Bueno, tal vez lo piense un poco—dijo y giró para ver a Abigaíl—. Si no me dejabas con la palabra en la boca no ibas a estar feliz… ¿verdad?—pensó furiosa Isabell, al ver que ya no estaba.