Damián comenzó a correr por el pasillo. Nosori estaba detrás de él como un toro furioso. Isaac estaba siguiendo a Nosori con el deber de detenerla. Llegaron hasta donde se encontraban Iris, Adria, Lucía y Serena. Las chicas esquivaron a Damián al verlo pasar, luego esquivaron a Nosori.
—Díganme que fueron todos—dijo Adria asustada.
—¡Cuidado Adria!—gritaron Iris y Lucía al mismo tiempo.
Isaac intentó esquivar a Adria pero cayó encima de ella. Rápidamente se levantó para seguirle el paso a la persecución.
—Ah… me dolió—dijo Adria estando en el suelo.
Damián corrió y bajó por las escaleras. Nosori hizo lo mismo. El chico corrió por el pasillo hasta casi alcanzar las siguientes escaleras. Nosori hizo lo mismo detrás de él. Antes de llegar por las escaleras, el chico sacó más bombas de humo y se las arrojó a Nosori lo más rápido que pudo. El humo se levantó rápidamente en el pasillo. Nosori lo atravesó sin sentir nada.
Damián con desesperación saltó contra la pared para evitar a la chica. Nosori intentó tomarlo de una pierna pero le fue imposible, Damián giró en el aire para esquivarla. El chico hizo un hechizo de tele transportación y se dirigió al edificio de enfrente, en el cuarto piso. Continuó corriendo por el pasillo en dirección contraria.
—Nunca me atrapará, nunca lo logrará, yo soy más ráp…—dijo el chico. Chocó contra Nosori. El muchacho alcanzó a ver que un hechizo de tele transportación estaba cerrándose detrás de Nosori—. Tú… tú… ¿tú también sabes tele transportarte?…
—Sí. Lo que me sorprende es que tú puedes hacerlo a pesar de tener un grado de escolaridad básica—respondió la chica. Le dio un golpe a puño cerrado en la máscara a Damián, con la mano que tenía el guante con los nudillos. El chico cayó al suelo sin la máscara.
Luego de que detuvieron a los dos "héroes", Isaac tomó el control de la situación. Nosori tenía en manos las dos cangureras negras que habían robado los chicos.
—Yo me encargaré de ellos—dijo Isaac.
—Bien, sólo espero que no vuelvas a fallar—respondió Nosori con seriedad— No puedo creer que ustedes hayan perdido contra niños de primaria—dijo la chica contra Iris, Lucía y Adria. Las tres se avergonzaron mucho por lo ocurrido. Nosori Se dispuso a retirarse.
—Oye—le dijo Damián—. ¡Eres muy fuerte! ¡Yo quiero ser como tú!
—¡Entonces entrena!—le respondió Nosori y se fue en su nube rosada.
Todo regresó a la normalidad. La hora de descanso había terminado. Luego del transcurso de la clase que duró dos módulos, la profesora Isabell, quien impartió la clase se acercó a Adria para hablar con ella.
—A partir de la próxima semana voy a comenzar a llegar tarde los lunes, por lo que no tendrán hasta las doce de la tarde… ¿queda claro?
—Sí—respondió Adria.
—Bien, comunícaselo a todos tus compañeros en cuanto puedas.
—¡Sí señorita!—respondió Adria y se dispuso a aparecer su celular para para mandar el mensaje a todos.
Ya era hora de la salida. Las tres chicas estaban en el pasillo del salón de clases. Estaban platicando mientras caminaban a paso lento.
—Sentí que el día tardó mucho—dijo lucía.
—No me digas eso… me haces sentir que tarda aún más—respondió Iris
—¡Ja!... son las seis de la tarde, ¿alguien sabe a qué hora cierran el banco de la escuela?
—A las ocho en punto— respondió Lucía.
—Será mejor que nos apuremos o…—dijo Iris. Algo la había interrumpido.
Damián se encontraba enfrente de ellas, observándolas detenidamente. Las chicas al verlo se burlaron de él.
—¿Eh? ¿Otra vez tú? Así que viniste por la revancha ¿eh?, ahora sí te daré una paliza—mientras tronaba los dedos de su mano exclamó Adria.
—Este niño no escarmienta, ¿no le bastó con que Nosori lo golpeara?—preguntó Iris extrañada.
—Bueno, algunas personas no simplemente no entienden—añadió Lucía.
Las tres chicas lo miraron detenida, notaron que el chico no respondió ante sus burlas. Lucía distinguió que tenía una canguera púrpura con el cierre negro.
—Oigan chicas, las cangureras de los superiores ¿no son totalmente negras?
—Sí, esto es muy raro—dijo Lucía.
—¡Qué más da! ¡Ahora sí estoy furiosa y voy a darle en toda su maceta!—gritó Adria.
—… Aline…—dijo Damián, pero con una voz extrañamente gruesa.
—¿Oyeron eso?—dijo Iris asustada.
—¿Estamos en problemas verdad?—exclamó Lucía.
—Uh oh…—dijo Adria.
Damián preparó una serie de balines extraños en sus manos, estos los había sacado de un círculo mágico púrpura que decía "Xenoarchés-Copy-Bomb" [♂♂Xenoarke´s-Kopi-Bomb♂♂], se los arrojó a las chicas y estos inmediatamente explotaron y soltaron una nube espesa y de color púrpura que abarcó casi todo el pasillo y las escaleras del lugar. Las chicas comenzaron a toser atragantadas por el veneno de las bombas del chico.
—¡Iris! ¡Ese niño tiene el xenoarchés de un éxhumus! ¡Necesitas mi ayuda!—dijo Aline dentro de la mente de la chica.
Damián se metió en la nube venenosa y golpeó a Adria, lo hizo tan fuerte que salió volando del lugar y terminó estampada contra padres del pasillo, la chica vomitó algo de sangre por el impacto y cayó al suelo bocabajo.
—¡Adria!—gritó Iris y se echó a toser. La siguiente en ser golpeada fue Lucía. Iris gritó su nombre e inmediatamente también fue apaleada por chico.
Las tres chicas terminaron en el suelo del lugar tosiendo por el veneno del éxhumus. Más bombas fueron arrojadas desde la neblina púrpura. Iris hizo un escudo de archés de color rosa muy brillante para protegerse de las mismas.
—¡Voy a entrar a pelear!—dijo Aline en la mente de la chica.
—Sí—respondió Iris.
El cuerpo de Iris en ese momento brilló de color rosa, paulatinamente disminuyó ese brillo hasta que apareció Aline, su cabello más largo y de color blanco y rosa delataban el cambio.
—A… Aline…—dijo Lucía casi inconsciente.
—No se preocupen chicas, las sacaré de aquí—dijo y creo un hechizo de archés curativo alrededor de ambas chicas.
Aline se dispuso a salir del campo rosa que había creado, dio un salto para salir de él y terminó en el pasillo del lugar.
—¡Hey! ¿Me buscabas?—le dijo Aline al chico enmascarados.
—¡Aline!—gritó el chico el chico mientras aparecía un círculo mágico de brillo púrpura debajo de él que decía "Xenoarchés-Force-Up" [♂♂Xenoarke´s-Fork῾e-Up♂♂].
—¡Ja! ¿Crees que con aumentar tu poder vas a ganar?—dijo Aline mientras desenvainaba su espada de archés.
—¡Espera Aline!—gritó Iris en la mente de la chica—. No lo mates, está poseído, debe haber alguna forma de sacarle al éxhumus sin hacerle daño—dijo Iris.
—Mmh… eso será difícil. Trataré de no matarlo—contestó Aline de igual modo mientras guardaba su espada de archés.
—¡Aline!—gritó Damián con una voz gruesa.
El chico preparó bombas y se las arrojó contra Aline, el humo púrpura la cubrió por completo. La chica saltó, saliendo inmediatamente, evitando la neblina, Damián apareció justo enfrente de ella y de le dio un golpe. Se cubrió inmediatamente y fue disparada hacia el otro extremo del pasillo sin despegar los pies del suelo.
—Vaya, sí que es fuerte creo que tendré que sacar…—dijo Aline.
—Aline—interrumpió Damián. Golpeó el suelo del lugar con su mano derecha que tenía un brillo gris algo opaco. Cuatro paredes holográficas aparecieron alrededor de Aline.
La chica terminó atrapada por las cuatro paredes traslucidas de color gris, todas ellas tenían el símbolo de "Mercurio" [☿] en su centro, Damián golpeó el suelo nuevamente, esta vez con su manos izquierda la cual tenía un brillo carmesí algo opaco, pronto, en el suelo, brilló otro sello, era el símbolo de "Saturno" [♄].
—¿Qué demonios es esto?—dijo Aline. Cargo sus manos con su archés rosa y comenzó a golpear las paredes grises.
Detrás de la chica se abrió un portal, el cual tenía un círculo mágico que rezaba "Morpho-Xenoarchés- Dissociation-Poison" [♂♂Mopfo-Xenoark῾e´s-Dissoki¨ation-Poison♂♂], de allí salió un monstruo labio de color gris opaco.
—¡Yajaaa!—gritó el monstruo una vez que apareció en el portal. Comenzó a hacer sonidos guturales, parecía estar a punto de vomitar.
—¿Qué es esa cosa?—gritó Iris en la mente de Aline.
—¡No lo sé! ¡Pero debemos detenerlo!—gritó Aline, rápidamente preparó su espada de archés rosa y se lanzó al ataque contra el ser.
Damián al ver hacia dónde se dirigía levantó ambas manos, y otra pared salió delante de la chica, con los dos símbolos susodichos en su centro. Aline comenzó a golpear la pared con desesperación, pero no logro romperla. El monstruo vomitó una enorme bomba púrpura dentro de la prisión de Aline.
—¡Bye! Bye!—dijo la criatura mientras volvía entrar al portal. Este se cerró.
La enorme bomba explotó y dejó escapar una inmensa cortina de humo gris espesa que rápidamente lleno el lugar, la pared protegía a Aline. Ella vio con miedo como estaba completamente llena de veneno esa zona.
—No, no no… no…—dijo Aline y se aceró a la pared que golpeó al principio, intentó librarse de su prisión pero le fue imposible.
Damián bajó ambas manos, se quedó observando a Aline, quién intentaba escapar con desesperación. La pared que mantenía el veneno separada de ella desapareció. La neblina comenzó a esparcirse por todo el lugar cerrado. Aline comenzó toser, desesperadamente intentó romper la pared a golpes para poder escapar, pero le fue imposible. Los golpes cedieron lentamente, en la pared traslúcida ya sólo se podía ver la palma de su mano insistiendo inútilmente. Damián sólo se quedó parado viendo cómo se asfixiaba la chica.
Adria y Lucía comenzaron a recuperar fuerzas. La rubia al abrir los ojos lentamente notó las paredes con el símbolo de mercurio en ellas.
—Debemos salvar a Iris…—dijo Lucía mientras se ponía de pie.
—Adelante—le respondió Adria.
Justo cuando las chicas lograron ponerse de pie, una ventisca muy fuerte hizo entre ellas. Era Albert, había regresado como un héroe enmascarado. El chico estaba corriendo a toda velocidad, con la fuerza de inercia que había hecho, dio un golpe a toda potencia contra Damián. Al verlo este se cubrió inmediatamente con sus antebrazos. El impacto de aquel no movió para nada Damián de su lugar, el piro metálico se hundió ate sus pies por el imparto.
Albert, el héroe enmascarado "S-ranker" le dio una serie de golpes que "V-ranking", este los esquivó todos, una patada baja fue propinada por "S", "R" lo saltó y dio un golpe, "S" respondió con otro golpe, ambos chocaron, luego terminaron forcejeando los dos chicos.
—¡Se suponía que éramos héroes! ¡Y que derrotaríamos a todos los monstruos juntos! ¿Por qué te volviste uno de ellos?—dijo S-ranker.
—¡El poder de Aline nos pertenece! ¡Nada detendrá nuestros planes!
—¡Damián! ¡Sé que estás allí! ¡Recuerda por lo que estás luchando! ¡Vamos Damián! ¡Reacciona! ¡Lucha contra esa!
Debajo de los pies de Damián se dibujó nuevamente el círculo mágico "Xenoarchés-Force-Up" [♂♂Xenoarke´s-Fork῾e-Up♂♂].
—Entonces esas tenemos ¿Eh? ¡Pues yo también puedo hacer lo mismo! ¡Tú me lo enseñaste recuerdas?—dijo Albert mientras un círculo mágico rojo se dibujaba debajo de sus pies, este rezaba "Archés-Force-Up" [♂Arke´s-Fork῾e-Up♂].
Mientras continuaban forcejeando, las chicas se acercaron al campo de batalla a golpear a Damián. Al verlos, un portal en la espalda del chico se abrió, era de un morpho-xenoarchés, de allí salieron un par de patas de araña enormes, cuyas puntas terminaban en una ancha espada hecha de hueso que surgía directamente de la mismas. Con ellas intentó matar a Lucía y a Adria, pero ellas se defendieron con el escudo de la academia, el cual hizo protector de archés de color azul.
—¡Nada! ¡Nada me detendrá!—gritó Damián.
El oscuro ser presionó el campo de archés de ambas chicas este comenzó a quebrarse lentamente.
—¡Maldición! Esa… cosa… es… es muy poderosa!—dijo Lucía mientras se esforzaba para mantener el campo.
—No… puedo… no puedo… contenerlo más—expresó Adria.
El monstruo logró derrotar a ambas chicas, sus campos cedieron y explotaron con tal fuerza que ambas cayeron al suelo. Inmediatamente se armó un hechizo debajo de ellas, era un hechizo de xenoarchés de campo magenta. Lucía logró saltar el sello antes de que el campo se formase, pero Adria no lo consiguió. Se quedó atrapada en el lugar.
—¡Maldición! ¡Debo salir de aquí inmediatamente!—dijo la chica al estar en un espacio tan reducido. Un círculo mágico se abrió enfrente de ella, de allí salió un monstruo labio.
—¡Muac! ¡Hola! ¡Yaja!—mofó el monstruo.
—Uh oh…—respondió Adria.
El pequeño jaló aire hacia su interior y después dejó escapar su aliento púrpura contra el rostro de la chica. Ella empezó a toser al recibir el fétido y caliente aliento del monstruo. El campo se llenó rápidamente de veneno.
—¡Adria!—gritó Lucía, de repente un fuerte mareo la atacó, se apoyó sobre la pared para evitar caerse. El mismo hechizo que atrapó a la rubia se dibujó debajo de sus pies—. No… por favor…—dijo cansada la chica mientras el campo la envolvía.
Entre tanto, los chicos seguían forcejeando entre sí. Albert había visto lo que le pasó a ambas chicas que intentaron ayudarlo.
—¡Suéltalas! ¡Ahora! ¡Esto es entre tú y yo Damián!
—No. El poder de Aline será nuestro y nada intervendrá en nuestros planes. Ya basta de juegos—respondió Damián poseído por el éxhumus al escuchar las palabras de Albert. Inmediatamente, comenzó a apretar sus manos hasta romperle los dedos desde los nudillos.
Albert comenzó a gritar muy fuerte y empezó a llorar en cuanto Damián le había roto las manos. No lo soltaba no le importaba que su mejor amigo estuviera sufriendo. En ese preciso instante las alarmas de toda la escuela comenzaron a sonar.
—Voy a matarte, claro, no sin antes absorberte todo el archés—dijo Damián poseído.
Dos portales se abrieron a los costados de los hombros de Albert, es ese instante, el chico lo soltó de golpe. Los portales se cerraron repentinamente antes de dar origen a los monstruos labio. Damián retrocedió hasta casi quedar junto a la pared traslucida. Había esquivado el golpe de la catana de Nosori, el cual, por la distancia que había entre su espada y Albert, amenazó con cortarle ambos brazos a Damián.
—¡Oh!... Vaya que eres rápido—dijo Nosori—. No te dejaré escapar monstruo de mierda—amenazó la chica mientras lo señalaba con su espada.
—Espera… no lo mates…—dijo Albert mientras curaba sus heridas, el círculo mágico que se encontraba debajo sus pies había cambiado a uno verde de archés curativo—El… es mi amigo… no puedo dejar que lo mates, debe haber alguna forma de regresarlo a la normalidad.
La criatura comenzó a carcajear, su risa fue tan fuerte que se escuchó por toda la escuela. Muchos soldados se encontraban ya en la plaza principal de la academia y se dirigían a matar al éxhumus.
—Oh jo jo—rio el monstruo—. Veo que se están acercando los refuerzos para acabar conmigo, ni siquiera llegarán a este lugar—dijo, y al mismo tiempo un portal de morphosómatis xenoarchés—. No pasaran de mi dead body.
Del portal salió un rostro gigantesco que flotaba en el aire y en su parte trasera y cuello poseía una serie de gigantescas patas de araña que poseían chuchillas hechas de hueso. Era cíclope, pero no perdía de vista a ningún soldado con su enorme ojo. El ejército se dispuso a atacar con toda la artillería pesada que tenía, los reflectores xenoarchés hicieron rebotar las balas contra ellos.
El monstruo abrió su enorme boca, de allí salió una gigantesca y poderosa mano que aplastó con su palma a varios soldados, dejando litros de sangre en el piso. Varios vehículos motorizados con forma de araña con el armazón y cañones de un tanque comenzaron a entrar a detenerlo, pero las cuchillas de las patas de araña los hacían explotar en cuanto los atravesaba desde el centro. Había algunos alumnos que intentaron escapar, entre ellos estaba Serena. La pequeña se había quedado a esperar a que su mamá la recogiera de la escuela pero no llegó a tiempo.
El gigantesco ser abrió la boca y se dispuso a escupir veneno, este era humo de color púrpura, luego hizo brillar su única mano de color magenta y activó su hechizo xenoarchés del campo del mismo color, el sello se extendió hasta las afueras de la escuela. Había encerrado toda la construcción.
Serena quien se encontraba en el pasillo de la escuela, fue inmediatamente cubierta por el vaho de la inmensa criatura. La pequeña comenzó a toser. En ese momento apareció Isaac acompañado por Marco.
—Serena… ¡Cof! ¡Cof!... Ten, usa mi capa para respirar a través de ella… ¡Cof! ¡Cof!...—dijo el chico atragantado por la fétida neblina mientras le daba a la chica su capa encantada con archés curativo. La pequeña la tomó y se cubrió su nariz y boca con ella para poder respirar.
—Debemos salir de aquí ahora—dijo Marco.
—No podemos, y aunque pudiéramos, aún falta el romper el campo magenta de esa cosa, la neblina consumirá nuestro archés antes de llegar siquiera al campo—respondió Isaac.
—Entonces… ¿qué sugieres que hagamos?... ¡Cof!—dijo Marco furioso.
—... Subir a los pisos superiores… —alegó Isaac.
—¿Subir a los pisos superiores?—repitió Marco extrañado—. ¿Estás loco o qué?
—Bueno… tengo entendido que la neblina es más densa que el aire, así que tardará en ocupar a los pisos superiores, allí podríamos recuperarnos con nuestro archés curativo y pensaríamos en como romper el campo magenta de esta cosa.
—Entonces vayamos de inmediato.
—Sí—respondió Isaac. Los tres chicos se dirigieron a las plantas más altas.
Mientras tanto Damián estaba hablándole a Nosori.
—Pronto mi veneno llegará a esta zona… voy a matarlos a todos y el poder de Aline será nuestro—amenazó aquel ser.
El color de la piel de Damián cambió a un gris azulado, las patas de araña regresaron al portal que estaba en su espalda, y de allí surgió un rostro cíclope que abrió la boca y de allí emergieron seis patas de araña con las mismas cuchillas enormes de hueso, el cuerpo el chico quedó suspendido en el aire por cuadro de las seis patas y las dos patas. Las dos patas sobrantes las mandó hacia adelante, se preparó para atacar.
—Todos ustedes morirán—dijo la voz gruesa.
Mientras tanto Iris estaba tosiendo en la neblina grisácea, la chica tosió tan fuerte que eso le provocó el vómito. Jadeó por un poco de aire limpio después de haber vomitado. En ese momento, otra chica habló, estaba cerca de ella.
—N… no puedo respirar….—dijo la voz con mucha debilidad y se echó a toser. Iris al escuchar su voz se extrañó mucho.
—A… Aline…—expresó la chica, se levantó e intentó hacer a un lado la niebla abanicándola con ambas manos.
En efecto, Aline se encontraba cerca de Iris. Se notaba que poseía la misma edad que ella, estaba desnuda, su cabello blanco era tan largo que cubría la desnudes de sus senos, la neblina vestía el resto de su cuerpo. Se encontraba tirada en el suelo jadeando y tosiendo por la vasta cantidad de humo que la rodeaba.
—I… ¡Cof! ¡Cof!… Iris…
—Voy… voy a sacarte de aquí…—dio al ver a la chica sufriendo. Se acercó a la pared traslúcida. La comenzó a golpear tan fuerte como pudo.
Nosori tuvo que mantener distancia de la enorme criatura, estaba flotando en su pink cloud, la cual era más grande, ya que Albert estaba con ella.
—Debemos a esa cosa sin herir a Damián—dijo Albert preocupado.
—Es imposible, ¡hay que matarlo!, no vez que…
—No. ¡Sí se puede vencer! ¡Es mi amigo y no puedo abandonarlo!—gritó Albert contra Nosori. La chica lo miró indiferente— Lo siento… yo… yo… no sé qué hacer.
—A veces debemos hacer cosas que no queremos para salvar a los demás, eso… eso es parte de ser un héroe—dijo Nosori con seriedad. Albert agachó su rostro enmascarado.
De repente, Nosori notó que la caja traslúcida estaba siendo golpeada.
—¿Quién rayos está atrapada entre las paredes de esa cosa? No me digas que es Iris.
—¿Iris?—preguntó extrañado Albert.
—Sí, la niña que casi muelen a golpes, cabello castaño; ojos azules; nariz pequeña...
—Iris…—dijo Albert y suspiró dentro de la máscara—. Qué bonito nombre.
Damián comenzó a trepar los barandales en busca de los dos chicos, en poco tiempo los había divisado. El monstruo en su espalada lanzó un rugido estruendoso contra los chicos.
—No es tiempo para enamorarse, hay que encontrar una forma de liberarlo del control del éxhumus—dijo Nosori.
—Sí—gritó Albert.
Mientras tanto. Iris continuó golpeando la pared hasta donde su fuerza de lo permitió. La chica había perdido su aura de archés protector y el archés rojo de sus manos. Había huellas de sangre en la pared traslúcida. Iris la había golpeado hasta quebrarse ambas manos.
—Voy… voy a…—dijo Iris y se echó a toser al suelo. Pronto quedó tendida en él. Jadeando por un poco de aire limpio.
—I… Iris—dijo Aline con mucha debilidad. Se desmayó.
—No… lo… conse…—fueron las últimas palabras de Iris antes de desmayarse. La espesa neblina gris cubrió a ambas chicas.
La enorme araña monstruosa dio un golpe con una de sus cuchillas. Albert hizo un portal para escapar y Nosori evitó el golpe con su espada y un escudo de archés azul que apareció simultáneamente. El impacto fue tan fuerte, que explotó el escudo azul al instante, la chica cayó en el edificio de enfrente. Se levantó herida por el golpe que había recibido al impactar contra la pared. Damián se dispuso a atacar nuevamente con una de las cuchillas. En ese instante la pata cayó al suelo rebanada por un corte liso y perfecto de una espada. En el edificio de enfrente de Nosori, apareció una pelirroja de espaldas con una larga catana. El monstruo lanzó un estruendoso alarido de dolor.
—Abiga…—pensó Nosori sorprendida, pero luego se dio cuenta que estaba mal lo que había creído—. No… Isabell—dijo con algo de decepción la chica al ver de quién se trataba realmente.
—Vaya, parece que necesitas algo ayuda—dijo Isabell. Desapareció su catana de entre sus manos.
Al ver los dos campos de fuerza. La mujer resonó sus tacones mientras se acercaba a uno de los campos, simplemente lo tocó y desapareció sin dejar rastro. Entre el humo púrpura que comenzó a disolverse en el aire, apareció Lucía.
—Abi… no, espera… Isa…—dijo la chica muy débil y tendida en el piso luego se echó a toser.
—Tranquila—respondió la pelirroja con una sonrisa cálida. Hizo aparecer dos círculos mágicos debajo de la chica, uno de purificación del aire y otro de archés curativo—. Respire profundo y descanse soldado. Yo terminaré esto—con una voz dulce respondió la mujer.
—¿Ah?, desapreció el campo cmagenta con sólo tocarlo, pensé que únicamente Abigaíl podía hacer eso. Es imposible que tengan la misma fuerza—pensó Nosori asustada.
La mujer se acercó lentamente al otro campo de fuerza, pero ates de tocarlo el monstruo la amenazó con un rugido potente. La criatura atacó con una de sus patas desde lo alto. Lucía se interpuso entre la profesora y el monstruo con un campo azul de archés.
—Libere a Adria, yo la protegeré—dijo Lucía mientras mantenía a raya la cuchilla del monstruo. Isabell sonrió al ver que intentaba protegerla.
La mujer tocó el campo magenta e inmediatamente desapareció. Adria salió de entre las cortinas de humo tosiendo y desesperada se dirigió al barandal por aire fresco. Allí se quedó apoyaba mientras jadeaba agitadamente.
—Listo, ya estás bien, ya pasó—dijo Isabell mientras creaba los mismos círculos mágicos debajo de Adria.
—Ab… no… Isa… gra… cias…—dijo con mucha dificultad Adria.
Isabell se acercó al campo de Lucía, el cual estaba comenzando a debilitarse, la mujer colocó su mano sobre él y lo hizo brillar intensamente.
—Bien. Ahora yo me encargaré de esa cosa—dijo con seriedad la pelirroja mientas hacía aparecer su catana nuevamente.
—No. Esperé profesora—dijo Lucía con miedo.
—¿Qué sucede?
—No lo mate, es sólo un niño… de… debe haber alguna forma de salvarlo.
—Entiendo. Haré todo lo posible.
La chica salió del campo de fuerza y se dispuso a atacar al enorme monstruo. Al mismo tiempo Albert se lanzó contra Damián.
La profesora luchó contra las monstruosas patas de araña, el chico golpeó a Damián varias veces con una combinación severa entre patadas y puños, inmediatamente logró despegar al chico del sello del monstruo.
—Lo logré, ya no está poseído, lo logré—pensó Albert. Isabell estaba peleando contra las patas de araña. Nosori se metió al combate inmediatamente.
Albert se acercó emocionado a Damián con emoción. Este se levantó, pero al acerlo entabló posición de combate.
—¿Qué? Damipan, soy yo, Albert. ¿Acaso no me reconoces?—dijo el chico se quitó la máscara para verlo mejor.
—El poder de Aline nos pertenece, ni tu ni nadie nos detendrá—dijo Damián con su voz normal.
—No…no puede ser—dijo Albert. En ese momento las palabras de Nosori retumbaron en su mente—. "A veces debemos hacer cosas que no queremos para salvar a los demás, eso… eso es parte de ser un héroe"—. Albert se colocó la máscara nuevamente y entabló posición de combate—. Si eso quieres Dami, entonces eso te daré—dijo el chico decidido. El círculo mágico de aumento de fuerza archés apareció debajo de él. Damián activo el mismo hechizo pero para su xenoarchés.
El enorme monstruo creció y abrió más la boca hasta dislocársela de allí salió un enorme músculo largo y lleno de venas y enormes labios negros con encías púrpuras y los dientes verdosos, la cual, terminaba en un ojo gigante que estaba rodeado por ocho patas de araña con la misma espada de hueso, de su pupila salió un ser semejante a una persona desde la cintura hacia arriba, con los ojos y la boca brillantes como un faro y de color amarillo, él era completamente negro como una sombra espeluznante.
—No ganarán. ¡No ganarán!—gritó esa cosa contra Nosori y la profesora. Se cubrió con una coraza hecha por las chichillas de las patas de araña.
—Nosori, debemos cortar las patas de esa cosa para que pierda protección, una vez que lo logremos deberás encontrar como golpear al fantasma.
—No te preocupes, soy especialista en eso. Le pondré un corazón mágico para poder tocarlo.
—Es… esa técnica requiere mucho archés para hacerse, ¿estás segura?—dijo Isabell sorprendida.
—Sí. Ya lo he hecho antes—dijo la chica sin preocupación.
El horrible monstruo rugió contra las chicas y lanzó las patas de araña de nuevo al ataque. Las chicas saltaron y se subieron por las patas de araña y corrieron hacia donde estaba el espectro.
Mientras tanto Damián y Albert luchaban. Lucía y Nosori se acercaron ayudar al chico. Los tres estaban atacando todo a Damián pero este era demasiado ágil, esquivó el puño de Lucía que se dirigía a su rostro, saltó la patada baja de Damián. Adria atacó de frente hacia su rostro, pero el chico atrapó su puño, giró y la azotó contra la pared traslúcida. Damián dio un pequeño salto y cayó con su codo en la boca del estómago de Adria. La chica inmediatamente vomitó al recibir el golpe.
—¡Adria!—gritó Lucía preocupada. Ella junto con Albert se lanzó al ataque.
Damián tomó a la chica del cuello de su uniforme y la arrojó contra Lucía. Lanzó un puñetazo contra Albert, quien se cubrió con sus antebrazos, inmediatamente Damián dio una contra las piernas del chico, esta fue efectiva, antes de caer al suelo Damián lo empujó y cayó sobre Adria, quien estaba sobre Lucía en el suelo.
—¡Bájense!, pesan mucho—quejó Lucía.
—Argh… alguien… alguien apuntó la matricula del camión que me atropelló—dijo Adria casi noqueada.
—Gah… es… muy fuerte—clamó Albert adolorido.
Damián al verlos a todos amontonados preparó una serie de balines entre los dedos de una mano, eran bombas copia de xenoarchés. Los arrojó contra los chicos. Adria y Lucía comenzaron a toser por la enorme nube de humo púrpura que se formó sobre ellas, por el contrario Albert salió disparado de la nube y se lanzó al ataque de nuevo contra Damián.
Alber lanzó dos puñetazos al rostro de Damián, el chico los esquivó y dio una patada baja contra Albert, este lo saltó golpeó hacia la máscara de Damián, este se aturdió un poco por el golpe que recibió. Justo ese momento aprovechó Alberta para golpearlo de nuevo, este recibió dos golpes consecutivos.
Albert se preparó para dar un tercer golpe, pero Damián se recuperó, lo esquivó y tomó de su antebrazo para arrojarlo contra el suelo. En el momento en el que Albert quedó suspendido en el aire por unas milésimas de segundos, él tomó el uniforme de Damián y lo arrojó contra la pared traslúcida.
Albert cayó de pie y se lanzó contra Damián, este respondió del mismo modo. De nuevo quedaron forcejeando el uno contra el otro.
—¡Damián! ¡Escúchame! Sal del control de esa cosa, si no lo haces la profesora y la chica del mechón púrpura te matará, ¿me escuchas? ¡Dami! ¡Dami! ¡Tienes que escucharme! ¡Damián!
Entre tanto. Nosori e Isabell lograron alcanzar a la sombra monstruosa para golpearla, esta estaba cubierta por su armazón de hueso sólido.
—¡No podemos acceder a él! ¡Esa cosa no se rompe!—gritó Nosori.
—Debe haber alguna forma, no podemos dejarlo así…
—¡Cuidado!—interrumpió gritando Nosori a Isabell. La criatura dio un golpe muy rápido contra ambas, uno que no pudieron evitar. Las dos terminaron estrelladas contra la pared de concreto, el cual no pudo soportar el impacto y cedió, dejando una gruesa nube de polvo y un agujero por donde impactaron.
Mientras tanto. Albert aún intentaba librar a Damián del control del éxhumus.
—¡Vamos Damián! ¡Reacciona!
—¿Reaccionar? ¿Qué no ves que el chico es un héroe? ¡Él está aquí para vencer a los monstruos como tú!—gritó el éxhumus.
En ese momento Serena, Isaac y Marco estaban subiendo por las escaleras de emergencia hacia el tercer piso.
—Un pispo más, vamos Serena—dijo Isaac.
—No… no puedo, ya me canse y me duelen los pies.
—Debemos seguir subiendo pronto la neblina nos alcanzará si esa cosa la sighie fabricando—dijo Marco al escuchar las palabras de Serena.
Isaac, al ver que Serena ya no continuaría, se decidió a cargarla para poder continuar.
—Vamos, sólo debemos dar una vuelta más y llegaremos al tercer piso—dirigió Marco a los chicos.
—Sí—respondió Isaac.
Al dar la vuelta para seguir avanzando se toparon con el campo de batalla cerca del salón de Iris. En ese preciso instante Marco detuvo la caminata y se ocultó, Isaac inmediatamente le siguió.
—¿Qué sucede? —susurró Isaac preocupado.
—Hay un éxhumus en esta parte de la academia. Debemos ser cautelosos.
—Debe ser el éxhumus que invocó al morpho. ¿Qué haremos?
—No lo sé, no pensé que llegaríamos tan lejos—respondió Marco ante la duda de Isaac.
En ese instante Serena se soltó de Isaac. Vio a los chicos a la distancia.
—¡Son Damián y Albert!—gritó Serena—. ¡Debo ayudarlos!—añadió mientras se dirigía al campo de batalla.
—¡Espera! ¡Serena!—gritó Isaac.
—¡Isaac no! ¡No podemos arriesgarnos así!—dijo preocupado el pelirrojo.
—¡Está en peligro! ¡No puedo dejarla sola!
—Isaac nos van a matar si no ideamos algo primero—respondió Marco a sus palabras.
—Lo siento, pero no puedo dejar que una niña de nueve años muera a manos de esa cosa, inclusive si mi vida peligra—dijo Isaac y se fue detrás de Serena.
—Te acompañaré, sólo porque eres mi amigo—dijo Marco mientras seguía a Isaac.
La niña corrió hasta alcanzar la mitad del pasillo que conectaba los edificios mientras gritaba el nombre de sus amigos. En ese momento el éxhumos los visualizó a la distancia.
—¡Más guerreros! ¡Bien! Más diversión y comida—dijo el monstruo. Estaba a punto de dirigirse contra ellos pero algo lo detuvo.
—¡Oye no permitiré que avances más!—amenazó una voz al monstruo. Se trataba de Adria. Estaba acompañada por Lucía.
—¿Ustedes otra vez? Creo que volveré a encerrarlas en el campo magenta—dijo el monstruo—. No. Se me ocurre algo mejor.
Justo en ese momento Damián se libró de Albert, hizo un portal hacia el techo para ir al cuarto piso.
—¡No puede ser!—dijo Albert e intentó seguirle el paso, pero este sólo chico contra el techo del lugar—. ¿Qué ocurre? ¡Vamos! ¡Vamos!—dijo el chico mientras señalaba con su mano el techo intentando abrir un portal. Este jamás se abrió.
Albert de un momento a otro comenzó a sentirse algo mareado, tambaleó con paso errático por unos segundos. Se dejó caer.
Lucía al verlo corrió tan rápido como pudo para atraparlo. El chico estaba totalmente cansado. La chica sintió miedo al tocarlo.
—Su archés… su archés está muy bajo—pensó con horror.
—De… debo seguir… deb… debo… salvar a mi… a mi amigo—dijo Albert mientras seguía apuntando con su mano al techo.
—Tranquilo, yo te daré un poco de mi archés para que lo logres—le dijo Lucía preocupada.
Damián una vez arriba hizo brillar sus manos de color purpura y toco el piso metálico del lugar. En ese momento una serie de portales se abrieron por encima de las cabezas de las chicas y por todo el largo del pasillo, estos tenían un círculo "Xenoarchés-Mega-Copy-Bomb" [♂♂Xenoarke´s-Mega-Kopi-Bomb♂♂], de ellos emergió una bomba gigante y circular.
—¡Uh oh!…—exclamó Lucía al ver las bombas.
En ese momento Serena corrió hacia el pasillo, pero antes de alcanzar las escaleras, las bombas explotaron y llenaron todo el lugar de humo púrpura, la niña comenzó a retroceder mientras la neblina avanzaba lentamente hacia ella. Justo en ese momento el monstruo retomó su decisión de atacar a los chicos.
—Marco, parece que no tenemos opción—dijo Isaac mientras preparaba su espada.
—Bien, entonces deberemos empezar a defendernos—añadió Marco mientras hacía lo mismo. El monstruo se estaba acercando a paso lento.
Serena al ver a los dos chicos decididos, tomó la mayor cantidad de aire posible, sostuvo la respiración y se adentró corriendo hacia la neblina.
Una vez entre el humo púrpura, la niña corrió lo más rápido que pudo, logró notar que había alguien en el fondo del pasillo. Era Damián, había derrotado a todos.
La chica al verlo corrió con todas sus fuerzas para alcanzarlo, sentía la necesidad de respirar pero lo evitó el mayor tiempo posible, al llegar abrazó a Damián. No pudo soportarlo más. Respiró dentro de la neblina púrpura.
—Da… ¡Cof!... Damián… ¡Cof!—la chica comenzó a toser agitadamente, pronto comenzó a debilitarse. Damián parecía no prestarle atención mientras ella estaba colgada de él—. Damián… ¡Cof… Dam… Damián…—dijo la chica mientras empezaba a debilitarse.
Mientras tanto Nosori estaba levantándose entre los escombros y el polvo al igual que Isabell.
—Gah, no… puede ser…—replicó Nosori.
—Vamos debemos ir a luchar otra vez y derrotar a esa cosa—dijo Isabell y s elanzó al ataque. Nosori se preparó para ir también a luchar.
Eran tres alumnos y una profesora contra un solo monstruo. Los chicos treparon por los barandales de los pisos superiores y se lanzaron a golpear con su espada el centro del enorme rostro, Nosori e Isabell lucharon contra las patas de la araña gigante. Era indetenible.
Mientras tanto, Serena intentaba despertar a Damián. El chico sólo observaba como lentamente la chica se sofocaba en la neblina púrpura que no se desvanecía. En su cabeza comenzaron a pasar pensamientos, como si su mente hablara sin que su cuerpo respondiese.
—¿Qué ocurre? ¿Por qué Serena llora?... espera un segundo, ¿Por qué está llorando Serena?
—Urgh, porque es un monstruo, no la escuches—respondió una voz, era el éxhumus que controlaba a Damián—. Lo recuerdas, yo te lo dije anteriormente, ellos tomarán las formas de tus seres queridos para intentar convencerte de que son ellos y luego te mataran cuando menos lo esperes, pero tú… tú eres un héroe, no puedes caer así de fácil.
Serena se debilitó demasiado, comenzó a toser muy fuerte y vómito algo de sangre sobre Damián, al verlo empezó a llorar mientras seguía sofocada, pero no le importaba siguió abrazado del chico esperando a que respondiera.
—Aca… ¿acaba de vomitar?... espera, si es… si es un monstruo, ¿por qué le afecta la niebla del entorno?
—Es un engaño, sólo tranquilízate, hiciste el pacto de control mental para que yo pudiera aumentar tu poder y puedas luchar contra el mal, ¿recuerdas? —dijo el éxhumus que no estaba por ninguna parte.
Serena no pudo resistirlo más comenzó a deslisarse lentamente mientras se dejaba caer ante Damián, la chica se quedó colgada de él.
—Da… Dami…—dijo y vomitó sangre de nuevo contra el chico.
—No, no puede ser en serio lo que dices, un monstruo es de sangre fría, ellos son malos, y ella está caliente, ella es caliente, ¡acaba de vomitarme caliente! ¡Santos cielos! ¡Qué ocurre? ¡Por qué no me puedo mover?
—Porque estás bajo mi control, yo te di el poder a cambio d etu cuerpo.
—No no, no…—pensó el chico—. No…—susurró con mucha dificultad. Serena lo escuchó.
—Da… mi…—dijo la chica y cayó de rodillas, pero seguía agarrada de la playera blanca del chico con una mano, mientras que utilizaba la otra para apoyarse en el suelo.
En ese momento Damián comenzó a recordar la voz de Serena, la chica y él se veían juntos comiendo helado en una calle colorida, con casas enormes y de estilo alegre, muchos árboles en el pavimento, y con esplendoroso y hermoso sol, también estaba allí Albert con ellos. Se veían muy felices.
—Esa voz la conozco, no es un monstro es…
—No, no es lo que crees, ¡te están engañando héroe!—gritó el éxhumus.
Más imágenes recorrieron su mente como la cinta de un filme, entre ellos había niños más grandes molestando a la chica, la cual se veía más infante. Un recuerdo más apreció, este era claro y vívido. Albert le sonreía con sangre en su boca al igual que él respondía con las mismas heridas, como si hubieran sido golpeados salvajemente. Serena estaba enfrente de los dos y a pesar de estar sollozando y temblando por el llanto que intentaba contener, se esforzaba por mantener una sonrisa para los chicos.
—Tranquila ya estás bien, ellos no te volverán a molestar porque hemos llegado a tiempo—dijo Damián.
—¡Ja! ¡Así es! ¡No tienes de que preocuparte!
—Te lo dije cuando te conocí y en la misma situación, y te lo repetiré una vez más y las veces que sea necesario. ¡Yo seré tu héroe!—dijo Damián con una cálida sonrisa dibujada de oído a oído.
—¡Seremos tus héroes!—corrigió Albert al chico mientras lo abrazaba y le sonreía a la pequeña.
—Da… da…—dijo la pequeña que estaba en la neblina púrpura. Se desmayó.
—Seremos tus héroes… seremos tus héroes… seremos tus héroes—pensó Damián repetidas veces—. Seremos tus héroes—susurró el chico.
—No puede ser, esa estúpida está bien marcada en su mente… ¿por qué? ¿´por qué? ¡Por qué?—dijo el éxhumus dentro de la cabeza de Damián.
—¡Argh! ¡Argh! ¡Sal de mi cabeza! ¡Sal de mi cabeza!—gritó Damián mientras se agarraba con ambas manos la cabeza, parecía tener mucho dolor.
—Da… Damián…—dijo Albert mientras se ponía de pie. Se notaba bastante agotado.
—¿Qué? ¿El chico logró soltarse?—pensó el éxhumus. Inmediatamente con una d elas patas de araña despejó a los cuatro guerreros dándoles un fuerte golpe, todos salieron volando a diferentes partes del edificio de enfrente—. Es imposible, es imposible, ¡Es imposible!—gritó el monstruo. En ese momento miró fijamente el lugar, la neblina comenzó a despejarse lentamente.
Entre lo poco que quedaba de la niebla púrpura logró ver a Serena, quien estaba tendida en el suelo.
—Tú… ¡Fuiste tú!—gritó el horripilante.
Una de las bocas del enorme músculo se abrió y de allí apareció una larga y espeluznante lengua que terminaba con la punta de un arpón hecha de hueso. Lo escupió contra la chica que yacía en el suelo con los ojos cerrados.
—¡Serena! ¡No!—gritó Albert e intentó hacer a un lado a la chica. Terminó siendo atravesado por el arpón de la criatura.
Albert comenzó a perder sangre, misma que se derramaba de la herida. El chico mir+ó con horror que seguía atravesado por el arma del monstruo. Damián terminó horrorizado al verlo. El silencio dominó unos segundos.
—Da… Da… Damián… me… me duele…—dijo Albert. La criatura lo elevó por los cielos y lo sostuvo en el aire mientras le habla al chico.
—Tú, tú… tú también estabas marcado en su mente, voy a matarte por arruinar mis planes, luego mataré a la chica, ¡y de último a ti pequeño héroe!—bramó el monstruo mientras sacudía en el aire el cuerpo de Albert para que se insertara más en el arpón. Él peleaba para que no ocurriera eso, pero estaba muy débil.
—¡Albert!—gritó Damián horrorizado. Los dolores de cabeza volvieron a él. El chico comenzó aquejarse para que el éxhumus lo soltara.
—¡Tiene a Albert!—gritó Isaac y se lanzó contra el monstruo al campo de batalla.
—Espera… ¡Isaac!—gritó Marco. Siguió al chico en su ataque.
Los dos chicos una vez en el aire cayeron de picada contra el monstruo, este los evadió con un escudo de archés y los golpeó con su pata de araña. Nosori se lanzó a luchar pero fue el mismo resultado. Isabell lo intentó de nuevo, pero fue el mismo resultado.
—Voy a matarte y será lenta y dolorosa… guh…—una sensación interrumpió al monstruo. Al mismo tiempo Albert dejó de moverse— ¡No puede ser!. ¡No puede ser!—gritó con odio la criatura.
Al mismo tiempo Abigaíl estaba creando un aura curativa sobre el director de la academia Aloney.
—No… no sé cuántas van con esta… pe… pero no se… quedará así… no será así…—dijo Aloney, estaba herido de gravedad. El monstruo gigante que estaban enfrentando estaba descuartizado en el suelo de la plaza.
—Cállese viejo idiota e inútil—respondió la pelirroja. Caló hasta bajar todo el tabaco de su cigarrillo, al mismo tiempo desapreció su catana entre pequeños destellos brillantes, la cual estaba enfundada—. Allí va el último—añadió mientras el humo salía de entre sus labios rojos en cada palabra. Tiró la colilla al suelo y la pisó con sus tacones negros.
—No… no puedo, simplemente… no puedo dejar… que… una mujer me ayude…. sin… sin que le deba nada… debo… pagarte de alguna forma—dijo el director. Sus heridas comenzaron a sanar.
—Bien. Ya que insiste, primero deberá ayudar a todos los sobrevivientes de esta misión suicida, segundo, deberá darme… mmh, unas cuantas botellas de ron, vino y licor de naranja… ah y muchas cajetillas de cigarrillos.
—¿Eh?... pero… pe... pero segura que eso…
—Sí eso será suficiente—dijo la chica y dio un saltó hacia el tercer piso de un edificio, al caer lo hizo con el peso de una pluma. Se fue resonando sus tacones.
—Co… cómo supo que… argh, ¿para qué me esfuerzo?—dijo Aloney furioso.
Entre tanto el monstruo estaba asustado. Sabía que alguien había matado a su dead body.
—Creo que aceleraré esto, voy a matarlos a todos y después iré a ver que sucedió con mi dead body. Muer…—gritó el monstruo. En ese momento una voz lo detuvo.
—Cielos. Vaya que eres muy ruidoso.
Al girar se dio cuenta de quién se trataba.
—Tú… tú… traidora… ¡Blackshawl!—gritó la criatura.
—¿Traidora? Yo… meh, nunca estuve de su lado—dijo la mujer con tono harto—. Cielos, qué ganas… en serio, qué ganas de emborracharme tengo hoy—mofó la chica contra el monstruo.
—¡Deja de burlarte de mí! ¡Quién te crees por tratarme de esa forma? ¡Eh! ¡Estás loca! ¡Soy más fuerte que antes yo…
—Licor dulce o amargo, naranja, sidra, ron… ¿vino? Sí, ceo que un buen vino toca hoy—dijo la mujer sin prestarle atención al ser.
—¡Maldita! ¡Escúchame!—grtó el monstruo mientras lanzaba u ataque con una d esus patas de araña. La pelirroja no alzó un dedo para evitarlo, en cuanto la pata estaba muy cerca de ella, inmediatamente un círculo mágico se dibujó entre el ataque del monstruo y la pata de araña, este no tenía ni un solo texto en él, simplemente tenía el "símbolo de venus con los brazos levantados" [].
En ese momento, Isabell se levantó de entre los escombros. Al mirar a Abigaíl se sorprendió mucho.
—No puede ser… ni siquiera estás ocultando que eres una "deus ex-machina"—pensó Isabell furiosa—. Al menos disimúlalo un poco mujer—añadió sin decir una palabra.
El mosntruo retrocedió un poco por la inercia del golpe. Pero se lanzó de nuevo al ataque sin pensarlo dos veces.
—¡Ya! ¡Muere!—gritó el ser mientras se lanzaba completamente. En ese momento Abigaíl hizo aparecer su espada rápidamente, simplemente la desenfundo y la volvió a enfundar. Exactamente, a unos cuantos centímetros cerca de su nariz, se detuvo el golpe de la chuchilla de esa cosa.
—Increíble, qué velocidad, apenas y pude verla—dijo Isabell mientras recordaba pasó a paso como derrotó Abigaíl a la criatura, La chica lo rodeó con su espada varias veces y cortó varios puntos vitales que el monstro había descuidado en su ataque—. Estás usando el poder de un dios de la Titanomaquia de Crónodeus, ni siquiera lo disimulas—pensó Isabell al verla en acción—. Zorra—susurró la mujer.
El monstruo se quedó quito flotando en el aire. Simplemente un baño de sangre armó en un instante, todo el enorme había sido despedazado por la catana de Abigaíl, ente los trozos del cuerpo de este se encontraba Albert, quien ya no se movía para nada. Nosori se lanzó al rescate del chico. Al tenerlo entre sus brazos se percató que había muerto.
Damián comenzó a llorar que Lucía s encoraba en el piso. Adria se acercó junto con Lucía a curar a la chica.
—No te preocupes ella está bien, sólo necesitamos darle Archés curativo y el antídoto para que deje de sentirse mal.
—Sí…—dijo Damián asustado.
En ese momento subió Nosori. Caminó en el aire para alcanzar el tercer piso.
—Yo… yo… lo siento—dijo la chica mientras lentamente bajaba el cuerpo sin vida de Albert.
—No. Él… no—dio Damián con un nudo en la gargata.
—Él… él está…
—¡No! Tiene que haber alguna solución, él no lo está vamos a curarlo, vamos a hacer algo, vamos a…—Damián comenzó a llorar a consuelo. Se acercó al cuerpo del chuco y cayó de rodillas ante él mientras seguía llorando y decía su nombre.
Nosori al verlo e recordó a ella misma llorando aun muerto. Justo en la misma posición, pero a una mujer con el vientre herido por un corte finjo lleno de sangre.
—Mamá, mamá…—lloró la pequeña ante sus ojos. Nosori sólo dobló la cara en una mueca furiosa mientras soñaba despierta.
Giró la vista por dónde estaba Abigaíl. La mujer se quedó mirando desde el alto del cuarto piso con seriedad y antipatía. Simplemente se dio la vuelta y procedió a retirarse. Nosori corrió, inclusive en el aire, para alcanzarla.
—¡Oye!—gritó enojada contra la pelirroja. Esta no contestó simplemente siguió su paso—. Espera ¡Oye!—corrió Nosori, tuvo que adelantarse y plantarse delante de Abigaíl para que se detuviese.
—¿Qué quieres?—preguntó con tono harto Abigaíl.
—¿Por qué llegaste tarde?—preguntó Nosori. La pelirroja se quedó en silencio y le lanzó una mirada llena de depreció—. Responde, ¿por qué llegaste tarde?
—Llegue al momento que tenía que llegar.
—¡Mientes! Siempre llegas tarde cuando te necesitamos, ¿por qué haces eso? Tu… tu… ¡Tu ineptitud mató a un niño!
Abigaíl no contestó, simplemente lanzó una mirada furiosa a la chica.
—Quítate de mi camino—le respondió Abigaíl.
—Eres una estúpida—dijo Nosori mientras levantaba su mano vendada para darle una bofetada a Abigaíl.
La pelirroja detuvo el golpe y aprehendió a Nosori, la estrelló contra la pared de modo violento y se apoyó sobre ella para que no pudiera moverse.
—Oh, ¿te dolió que haya muerto ese chico? ¿Desde cuando eres tan infantil y emotiva? O mejor dicho, ¿desde cuándo eres tan empática con los demás? Sabes… hace mucho que no te doy motivos para llorar de verdad, creo que te hacen falta—dijo Abigaíl mientras le quebraba el antebrazo a Nosori. La chica comenzó a llorar por el dolor que sentía—. Eh, ¿te duele la muerte de tu amigo? ¿O te duele más esto? Sabes, puedo hacer que te duela aún más—dijo la pelirroja mientras aplastaba la mano vendada de Nosori hasta quebrársela. La chica comenzó a llorar de agonía.
—¡Oye! ¡Detente!—gritó Isabell contra Abigaíl al ver tal acto de parte de esta.
—¡Oh! Otra que viene a salvar el día. ¿Qué harás? ¿Me vas a detener?—preguntó Abigaíl con tono burlesco, al tiempo que seguía girando el antebrazo de Nosori para rompérselo aún más. Luego de comprobar que Isabell no la detendría, se dirigió a la chica nuevamente—. Lo que quiero saber es por qué tú…
—¡Tú mataste a mi mamá!… tú… ¡tú mataste a mi mamá!…—gritó Nosori estremecida por mucho dolor. Abigaíl sólo encarnó la ceja con más odio.
—Eres una…—dijo la pelirroja, no se percató que Lucía había subido hacia donde se encontraban ambas chicas. En su rostro estaba dibujado el sentimiento de la decepción.
Con furia tomó a Nosori y la estampó contra los tubos de metal del barandal, su brazo estaban tan mal herido que comenzó a sangrar por las astillas que los huesos rotos habían hecho. Las ventas de su mano también se llenaron de sangre. Con paso lento y resonando sus tacones se acercó a ella, le aplastó el hombro izquierdo con la punta de su tacón. Nosori lanzó un pequeño gemido de dolor mientras continuaba llorando.
—Escúchame bien y hazlo, que sólo lo diré una vez…—dijo Abigaíl mientras lentamente subía la mirada hasta dónde estaba Parada Isabell—. Si vas a ser la heroína de este cuento, hazlo bien, no me cargues todo el trabajo a mí. ¿Quedó claro?—Isabell no respondió, simplemente lanzó una mirada llena de cólera contra Abigaíl. La pelirroja se dispuso a retirarse.
Lucía al ver que Abigaíl se iba se acercó a Nosori preocupada. La chica hizo brillar sus manos de color verde.
—Ni se te ocurra usar tu archés para curarla—le dijo Abigaíl. Estaba a cierta distancia de ambas chicas.
La pelirroja chasqueó los dedos y justo debajo de Nosori apareció un círculo mágico de archés curativo, pronto Nosori fue envuelta totalmente por el brillo verde hasta formar un aura curativa en ella. Lucía no dijo nada simplemente guardó silencio.
—¿Qué raro? No sé qué haces aquí, pensé que Iris era tu "mejor amiga"—dijo Abigaíl mientras le clavaba la mirada a Lucía. Esta no contestó, simplemente se entristeció mucho—. No te olvides de Iris—dijo la pelirroja y se fue.
Mientras tanto el escudo que mantenía cautiva a Iris desapareció lentamente. La neblina gris empezó a esparcirse por el lugar. Adria al verlo protegió a Damián, quién aún lloraba la muerte de su amigo y a Serena, que aún estaba despertando.
La chica contuvo la respiración mientras se metía entre las cortinas de humo grises. Al notar un poco que Iris estaba inconsciente gritó su nombre, por haber hecho eso respiro la neblina tóxica que la rodeaba, pero no le importó, a pesar de la asfixia y de una fuerte e incontrolable tos por la irritación del humo, se acercó a Iris para sacarla de allí. Una vez junto a ella, notó a otra chica junto a Iris. Era Aline. En ese momento Aline se transformó en una esfera rosada y brillante, lentamente se acercó a Iris y se metió en su espalda alta. Adria se sorprendió de lo que había visto, pero al notar que la neblina grisácea amenazaba con no disiparse por el aire, regresó en sí rápidamente y sacó a Iris de ese lugar.