Chereads / Magical girl Aline / Chapter 6 - Eterna amargura [Parte 2-2]

Chapter 6 - Eterna amargura [Parte 2-2]

Todo estaba sumergido en la oscuridad, el silencio era ensordecedor y a pesar de todo, no se sentía nada tranquilo a la redonda. Una voz, la voz casi susurrada de una niña derrumbó el imperio sin sonido.

—Oye niña, oye… pss… pss… ¿despierta! ¡Sé que no estás muerta! Te veo respirar.

Lucía fue cobrando consciencia lentamente. Al abrir los ojos se dio cuenta de algo grave. Ya no estaba en su casa. Estaba encerrada en una especie de calabozo frío, húmedo, pedregoso y fangoso.

—¡Ah! ¡Qué bien! despertaste—dijo la pequeña.

—¡Oh!... ¡Uh!... ¡Mi listón! ¿Dónde está mi listón?—inquirió preocupada la niña mientras revisaba su cabello despeinado, no tenía el listón que le había regalado su padre.

—¿Eso? Eso ya no importa, seguro se te cayó en el camino—respondió la chica, estaba en otra celda, su cabello era negro y muy largo, parecía tener unos 12 o 13 años.

—¿Quién eres tú?—preguntó Lucía preocupada al verla en otra celda.

—Mi nombre Karyl, y ellas son mis compañeras de celda, Priscila, Laura—dijo. Lucía se acercó a la celda para verlas a todas.

Una de las chicas estaba tirada en la cama de la celda, se veía enferma, tenía vendas en algunas partes de su cuerpo y frente, respiraba un poco agitada y tenía una pierna cercenada que alrededor tenía un círculo verde de archés curativo, la segunda chica estaba atendiéndola lo mejor que podía.

—¿Qué le pasó?—preguntó Lucía preocupada.

—Ah… verás, un clien…—dijo Karyl, pero Laura interrumpió.

—Un cliente la devolvió, dijo no estar satisfecho con el servicio, y creo que le contagió algo… pero bueno, ya logré bajarle la fiebre un poco.

—¡Tsch! Maldita sea…

—Un… ¿cliente?—inquirió Lucía con miedo.

—¡Sí! Un cliente, jugó con ella y nos devolvió a este sitio.

—¿Jugó con ella?—repitió Lucía confundida y asustada—. Pero, ¿quién jugaría así con una persona?—inquirió con miedo.

—¡Ah? ¿A caso no entiendes las indirectas niña!—gritó Karyl enojada—. ¿Cuántos años tienes?—añadió furiosa esperando una respuesta.

Lucía se asustó al escuchar su tono de voz tan fuerte y le respondió temerosa.

—Ah… seis…—dijo mientras alzaba todos los dedos de su mano derecha y el índice de su mano izquierda.

—¡Qué demonios? ¡Tienes seis años!

—¿Qué! Seis años… ¡Dios mío! ¿Pero qué clase de depravado la habrá pedido?—dijo Laura al escuchar la plática.

—E… ella… ella está… está en celda aparte, yo… yo igual estaba en… en una celda aparte cuando… cuando había llegado… ¿recuerdan?... e… eso… eso significa que ella… e… ella es… es un pedido especia…—intentó decir Priscila pero una tos muy fuerte la detuvo, inmediatamente empezó a vomitar sangre por montones.

—¡Qué está pasando allí abajo?—gritó un hombre desde el otro extremo de las cárceles.

—Oh no, es el carcelero—dijo Laura preocupada.

—Perfecto, entonces todo debe salir como lo hemos practicado—dijo Karyl con emoción—. Niña, pase lo que pase no abras la boca en cuanto venga el guardia, ¡entendido? —se dirigió a Lucía. Asintió con la cabeza.

El guardia entró a las cárceles dónde estaban y se dirigió a su posición. Se quedó viendo a Lucía mientras continuaba su camino hacia la celda vecina, dónde estaban las tres chicas.

Era horrible, tenía la piel gris y orejas puntiagudas, estaba gordo y vestido de oficial de seguridad con un uniforme gris parecido al de un policía. Era calvo, dos colmillos salían de su mandíbula inferior y se elevaban hasta la punta aguileña de su ancha nariz, sus ojos eran dos carnosidades opacas y grises.

El ser grotesco miró por la jaula de las tres chicas, notó inmediatamente que Laura estaba curando a su amiga Priscila.

—¡Hey! Está prohibido que los prisionero usen su archés aquí.

—Pero señor… debo curar a mi amiga, no se encuentra muy bien.

Al ver que Laura no se detendría inmediatamente abrió la celda, dejando las llaves puestas en la ranura del seguro.

—¡Te dije que dejes de usar tu archés!—gritó el monstruos y golpeó con su macana el vientre de la chica, esta cayó al suelo rendida y comenzó a toser por la falta de aire que le causo el golpe. Con brutalidad comenzó a patear la cabeza de la chica contra la pared y lo hizo varias veces seguidas.

Mientras el guardia estaba distraído, Karyl se acercó al seguro de la reja, hizo brillar sus manos de color gris, un pequeño círculo mágico apareció, este tenía escrito "Copy" [♀Kopi♀] en él.

—¡Vamos! ¡Vamos! ¡Date prisa!—dijo mientras el círculo mágico recorría lentamente la forma del llavero completo.

El guardia pronto se cansó de golpear a la chica, la dejó mal herida en el suelo bañada en un charco de su propia sangre, luego miró a Priscila, estaba respirando de modo agitado y con mucho trabajo.

—Me enoja… basta—dijo el guardia. La chica continuó respirando de modo agitado ignorándolo por completo.

—¡Me molesta que respires así!—gritó el guardia. No le importó que estuviese herida la tomo del cuello y la azotó contra la pared y después la arrojó contra la pared del lado contrario de la celda. La chica cayó suelo fangoso bocabajo.

Karyl para ese preciso instante había terminado de copiar las llaves del guardia. Inmediatamente se hizo a un lado de la puerta antes de que el guardia se volteara. En unos instantes caminó a paso lento y se dirigió a Karyl mirándola con odio, la chica respondió con una sonrisa nerviosa y temblores en su cuerpo, este sólo gruñó y salió de la celda volviéndolas a dejar encerradas. Antes de irse se quedó unos segundos parado enfrente de la celda de Lucía y le dijo:

—Tienes suerte…. y mucha, eres un pedido especial, me hubiera encantado suavizar tu carne a golpes para el cliente, pero no tengo permiso de hacerlo con los pedidos especiales—Lucía no respondió. Sintió terror. El enemigo se alejó de las celdas.

Al salir de la habitación de las celdas. Karyl se rio a todo volumen.

—¡Las tengo! ¡Las tengo!

—¡Cállense!—gritó el guardia.

—Hice una copia de las llaves con mi propio archés, vamos a salir aho…

—¡Prisci!—Laura al ver a su amiga bocabajo, temblando, sollozando y acrecentando un charco de sangre que amenazaba con ahogarla—. Todo va estar bien, todo… todo va a estar bien…—repetía desesperadamente mientras levantaba a su amiga para tenerla entre sus brazos.

—Ah... eh... meh... me pro... me prometiste... me prometiste que saldríamos de... de este lugar ¿recuerdas?...—dijo Priscila con tono muy débil.

—Sí... sí... ¡Sí lo recuerdo! Te... te prometí que saldríamos de aquí y que... y que regresaríamos a Altair, por eso no puedo permitir que mueras aquí...

—¿Altair?—pensó sorprendida Lucía al escuchar las palabras de Laura—. Ellas también son de Qlidí—dijo la pequeña mientras las lágrimas se derramaban de sus ojos. Karyl le tiró una mirada consternada.

—No te mueras... por favor... n... no te mueras... vamos a volver a Altair y... y nos vamos a sentar en... el árbol de ygra y... y vamos a comer fresas con crema... como cuando éramos niñas... y... y...—Laura comenzó a llorar sin consuelo alguno—... y todo va a estar bien, todo va a estar bien...

Lucía en ese instante recordó a Iris, la pequeña estaba enfrente de ella en un salón de calases.

—No te preocupes Lucía, vamos a salir de este lugar y todo estará bien.

—¿Me lo prometes?

—Te lo prometo-respondió mientras levantaba su dedo meñique esperando estrechar el suyo.

—I... Iris...—dijo la pequeña mientras comenzaba a llorar apoyada en los barrotes de su celda.

Karyl no se movía, parecía tener un problema interno. No podía quitarse de encima su rostro afligido.

Mientras tanto, Laura tenía abrazada a la chica, no vio que el brillo verde de sus manos comenzó a disminuir hasta casi desaparecer. Cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde.

—Mi arch... mi archés desapareció...

Casi inmediatamente Priscila comenzó a sentirse mal, empezó a toser muy fuerte, tanto que la llevó a vomitar sangre encima de Laura. La chica al sentir el fluido caliente se esforzó para volver a activar su archés curativo, en ese momento apareció un círculo mágico muy brillante y de color negro debajo de las chicas, con un único símbolo que ninguna de las presentes podía leer.

—No... no... ¡No!—gritó Laura al verlo.

—¿Qué es eso?—inquirió Lucía.

—No lo sé, nunca había visto un hechizo como ese—respondió Karyl.

Laura se esforzó lo más que pudo para activar su archés curativo pero este no respondía. La chica moribunda comenzó a llorar sangre y a la lanzar alaridos de agonía mientras continuaba tosiendo y vomitando sobre Laura. Lo intentó nuevamente al tener a su amiga sufriendo entre sus brazos. Sus manos volvieron a brillar y muy fuerte, la chica la tomó y la apretó con fuerza.

—Todo va a estar bien…. Todo va a estar bien… vamos a volver a Altair y… y vamos a comer otra vez fresas con crema sobre el árbol de ygra… yo… te lo prometí… todo va a estar bien…—dijo Laura. Su amiga comenzó a sentirse mejor, aun así, seguía respirando de modo agitado.

El círculo que estaba debajo de ellas no desaparecía. La chica mientras abrazaba intentó tararear una pequeña canción, pero fue interrumpida abruptamente por un diminuto ataque de tos, se cubrió con su mano derecha, al despegarla de su boca notó que habían unas cuantas gotas de sangre en ella.

—¿Te encuentras bien?—preguntó Lucía mientras al ver mal a la chica.

—Sí. No te preocupes, no tengo nada…—respondió Laura.

—Debemos salir de aquí apenas el guardia tome se duer…—dijo Karyl, fue interrumpida por Laura.

—No… yo no me voy… no me voy sin ayudar antes a Priscila—dijo la chica, se agitó un poco.

Volvió a intentar tararear su canción. Esta vez tuvo éxito. El enorme círculo mágico comenzó a perder algo de brillo mientras la chica tarareaba.

—Esa… esa es… la canción que mamá… mamá tarareaba…—dijo luego tosió muy fuerte y vomitó algo de sangre Priscila— ma… mamá tarareaba cuando llovía mucho… y teníamos miedo… n… nunca la olvidaré… nunca…

Lucía escuchó la melodía y volvió a llorar sin consuelo. La pequeña había recordado que su mamá también le tarareaba la misma canción para dormir. No podía creer que estaba sufriendo en ese lugar por su culpa.

—Esa… esa canción…—dijo Lucía—…. mi mamá… mi mamá… también me la cantaba antes de irme a dormir cuando vivíamos en Deneb—añadió la chica casi susurrando. Karyl seguía por algún motivo consternada.

Laura continuó tarareando su canción de cuna, pronto el círculo mágico ilegible, comenzó a perder brillo y a disminuir su radio.

—¿Vamos a volver a Altair?... ¿verdad?—Laura no respondió. Siguió tarareando mientras sus ojos lagrimaban y la abrazaba más fuerte.

—Sí quiero volver… no quiero morir aquí… vamos a…—dijo Priscila y tosió un poco expectorando algo de sangre—… va… vamos a volver a Altair y… vamos a comer fresas con crema… senta… sentadas en… en el árbol de ygra… sí… sí… todo va a estar bien… sí, sí saldremos de aquí… y… ¡Cof! ¡Cof!... y se… seguiremos adelante… tengo fe… t…ten… tengo fe…

El círculo mágico disminuyó su tamaño paulatinamente hasta que este desapareció. Desapareció de la vista de todas. Priscila ya se sentía un poco mejor, pero seguía con la respiración poco agitada, la chica se acomodó enfrente de Laura y le dijo.

—Vamos a… vamos a volver a Altair… y vamos a comer… vamos a comer… sobre el árbol de ygra—dijo la chica y comenzó a llorar, inmediatamente Laura la tomó y la abrazó lo más fuerte que pudo con las fuerzas que le quedaban.

—… y todo… todo va a estar bien… todo va a estar bien—completó Laura su frase mientras lloraba sobre la chica.

Karyl seguía afligida por lo que había visto, Lucía seguía llorando sobre los barrotes de su celda, en ese momento las luces se fueron repentinamente.

—¡Oah! ¿Qué pasó?—preguntó Lucía asustada.

—¡Perfecto! ¡El guardia se ha ido a dormir!—dijo Karyl y preparó la copia de las llaves que hizo con su archés. Abrió su celda y luego la de Lucía.

—No se ve nada—dijo Lucía con miedo.

—No se preocupen tengo una solución para eso—dijo Laura.

La chica hizo un pequeño círculo mágico una esfera de luz en su centro, el círculo decía "Illuminate" [♀Illuminate♀].

—Perfecto, con este orb podremos ver mejor en la oscuridad—dijo Laura mientras la esfera de luz subía a una altura adecuada para iluminarlas a todas.

—Bien, síganme y en silencio—dijo Karyl.

Las chicas comenzaron a recorrer el pasillo oscuro, Laura estaba cargando a Priscila y estaba justamente detrás de Karyl, Lucía era la última en la fila.

—Bien. Escúchenme con atención—dijo Karyl—. Hay dos habitaciones con dispositivos de seguridad de luz infrarrojos que alertaran al guardia inmediatamente toquemos uno, por lo que deberán seguir mis pasos, yo les avisaré cuando lleguemos a la primera habitación.

Todas las chicas comenzaron a seguir a Karyl mientras el orb las iluminaba, pronto llegaron a una habitación, y la chica detuvo a la fila antes de entrar.

—Cuidado. Esta zona está llena de máquinas de laser infrarrojo, si entramos y nos detecta uno sólo, encenderá todo el sistema de seguridad.

—¡Uh oh!

—¿Qué sucede Lau?

—No podré pasar por allí—dijo Laura, estaba ayudando a Priscila a seguir.

—¡Oh! Rayos…

—¿Qué haremos Karyl?—preguntó Lucía.

—Mmh… ¡Ah! ¡Tengo una idea!

Las chicas recostaron a Priscila en el suelo y la colocaron de tal modo que pudieran transportarla por debajo de los laser del sistema de seguridad.

—Bien. Esto haremos, los láseres del sistema de seguridad están puestos a una determinada altura, por lo que no alcanzaran a Priscila si la llevamos recostada, entendido.

—Sí—respondieron al unísono.

—Bien… Lu… Lucía, tú iras atrás y la tomarás desde el pie, yo estaré en el brazo derecho y tu Lau, estarás en el izquierdo, lo que yo haga ¡Síganme! ¡Entendido!

—¡Sí!—dijo Lucía. Laura comenzó a llorar.

—¿Qué pasa?—preguntó Lucía preocupada.

—… Es… es que no puedo creer… no puedo creer que encontramos a tan buena amiga, hemos pasado situaciones terribles y… y… es la única persona que nos ha ayudado de un modo tan noble…

Karyl dibujó en su rostro la tristeza, pero parecía estar mezclada con más emociones.

—Yo… yo… no sé qué decir…

—No digas nada… mira… si logramos salir de aquí podrás quedarte con nosotras y seguiremos adelante, es más, una vez afuera te juro que terminaremos de estudiar lo que nos queda y te vamos a ayudar a estudiar para el E.D.O.E. y conseguiremos todo para salir de aquí… no creo que mamá se moleste, ha ayudado antes a otras personas…

—Sí, ¡vendrás con nosotras! ¡y todo saldrá bien!—dijo Laura—. ¡Y tú también vendrás con nosotras! Todas y a toda costa volveremos a Qlidí, principalmente al país de Ptolomeo y estaremos bien!

Laura se veía decidida y muy contenta a pesar del fango en su rostro y los harapos que llevaba por ropa. Karyl estaba consternada, unas cuantas lágrimas salieron de sus ojos.

—Sí…—respondió la chica con una sonrisa mientras lloraba—. Bien, continuemos…

Las chicas emprendieron su viaje por la habitación, el orb subió por encima de sus cabezas casi tocando el techo e iluminó el camino de las chicas. Las máquinas estaban dispersas por todo el muro contrario a las chicas, eran como cámaras de seguridad, cuadradas y adosadas a la pared por un brazo metálico, su diferencia es que en su punta tenían los ojos de una mosca con una ranura en su centro, por dónde salía el rayo infrarrojo hacia determinada posición, el cuál era invisible para el ojo humano. Las chicas pasaron con éxito el primer cuarto.

—Bien, este es un problema…

—¿Qué sucede?—preguntó Laura.

—La segunda habitación es sensible a los sonidos… así… así que… Tendrás que deshacer el hechizo de iluminación en esta habitación del orb

—¿Qué dices! ¡Karyl! ¿Cómo vamos a ver en la oscuridad?

—Esa habitación es muy sensible y reacciona con cualquier sonido que hagas, y el orb, con ese pequeño sonido que hace podría activar el sistema de seguridad.

Laura tomo el orb y lo deshizo con sus manos, las chicas se prepararon para entrar a la siguiente habitación. Ya estaban junto a al pasillo de entrada.

—Muy bien—susurró Karyl—. Antes de entrar sólo quiero recordarles, por favor, no hagan ni un solo sonido. ¿Entendido?—al escuchar a la chica las tres asintieron con la cabeza.

Las chicas entraron a la habitación y recorrieron buena parte de ella. En medio de la oscuridad, Priscila comenzó a sentirse mal, su cuerpo comenzó a estremecerse. Las tres chicas intentaron no entrar en desesperación, Priscila estaba conteniendo sus ganas de toser y vomitar. Laura apretó su mano mientras avanzaban. Justo en ese instante. El círculo mágico ilegible apareció y el ruido que hizo fue tal, que el sistema de seguridad se activó.

Las alarmas no tardaron en aparecer, todo el lugar quedó iluminado por las luces de las alarmas y las sirenas sonaron por todo el lugar.

—¿Qué rayos es esa cosa?—gritó Karyl furiosa.

—¡No lo sé! Ese círculo jamás lo había visto en mi vida, apareció justo cuando el cliente terminó de jugar con ella…—las chicas comenzaron a discutir. Lucía empezó a llorar inmediatamente. Un rugido amenazador hizo que se detuvieran al instante.

—¡Oh no! ¡El guardia!—gritó Karyl.

—Lucía suelta a Prisci, yo me encargo—dijo Laura mientras tomaba a Priscila para comenzar a llevarla en sus hombros.

—¡Debemos salir de aquí ya!—gritó Karyl.

Todas las chicas se echaron a correr para buscar la salida, Karyl las estaba dirigiendo, Corrieron por un pasillo y giraron por la derecha y luego por la izquierda, era como un laberinto. Pronto las chicas llegaron un pasillo que no tenía salida.

—¡Maldita sea!—exclamó Karyl al tener la pared en frente.

—¿Qué haremos! ¡No hay salida!—dijo Laura con desesperación.

—Debe haber alguna forma de salir—dijo Karyl con desesperación.

El guardia pronto se encontró con las chicas, estaba al principio del pasillo.

—¡No! ¡No!...—gritó Karyl, el guardia la cayó disparando con un enorme revolver que tenía en sus manos. Su tiro falló, le había dado a la pared.

—No voy a dejar que escapen. ¡Regresen a su celda!... o las mataré—dijo el horrible guardia mientras se acercaba a paso lento.

Laura al verlo aproximarse se antepuso e hizo un escudo de archés azul. El monstruoso guardia al verlo corrió hacia el escudo y comenzó a golpearlo.

—Busquen una forma de salir de aquí… ¡raído!

—¡Eso hago!—respondió Karyl con desesperación.

La chica comenzó a revisar por todas partes y encontró un ducto de aire, estaba a medida de las chicas.

—¡Lo tengo! ¡Salgamos por aquí!—gritó Karyl. En ese momento Priscila comenzó a toser muy fuerte ya vomitar sangre, el círculo mágico brilló más fuerte.

Laura la vio sufrir en su hombro, volteó para vigilar y aumentar la fuerza de su campo ya que el guardia insistía en romperlo con ambos brazos. Inmediatamente empezó a llorar por la desesperación y sensación impotencia.

—¡Karyl! ¡Lucía!—gritó la chica—. ¡Llévense a Prisci mientras detengo al guardia! ¡Yo las alcanzaré después!

—N… no…—dijo Priscila casi moribunda y estiró su mano para ayudar a reforzar el campo de Laura que se estaba debilitando en ese preciso instante.

—Pris…

—No… no me… ¡cof! ¡cof!... no me voy… sin… ti… va… vamos… a… salir… salir juntas… de esta… y vamos… y vamos a volver a Altair y… y vamos a comer…fresas con crema sobre el árbol de ygra… có… cómo… cuando éramos niñas…—dijo Priscila con mucha agitación. Laura comenzó a llorar.

—Y todo va a estar bien…—contestó la chica con lágrimas en los ojos—. Karyl, Lucía, escapen, ¡Escapen ahora! ¡Nosotras las alcanzaremos después!—ordenó Laura con llantos a las chicas.

—¡No!—gritó Lucía con desesperación y se acercó a reforzar el campo de las chicas.

—¡Lucía! ¡Vete de aquí! ¡Karyl! ¡Toma a Lucía y váyanse!

—Pe… pero tú… tú dijiste…—exclamó Lucía mientras lloraba.

—¡Todo estará bien! ¡las alcanzaremos en cuanto nos deshagamos del guardia! ¡Vete con Karyl ya!

Karyl rápidamente tomó a Lucía y ambas entraron al ducto de aire. Lucía avanzó a paso lento siguiendo a Kary, dieron la vuelta por una curva de repente el ruido de un cristal rompiéndose se hizo. El campo de Laura había colapsado.

—¡Laura!—gritó al voz de Priscila. Un par de disparos del revolver del guardián se hicieron sonar. Todo se escuchó clarísimo por el ducto de aire. Lucía siguió gateando mientras lloraba desconsoladamente.

Ambas llegaron a otro pasillo que parecía más profundo que anterior. Lucía bajó del lugar gracias a la ayuda de Karyl.

—Yo… yo… lo siento…—dijo Karyl afligida.

—No… no… está bien, vamos a seguir…

—Bien… ent… entonces sígueme…—dijo Karyl con un poco de duda mientras guiaba a Lucía por el pasillo. En ese momento otro guardia igual de horrible que el primero, las divisó por un pasillo aledaño.

—¡Oh no! ¡Un guardia! ¡Corre Lucía! ¡Corre!

Las chicas corrieron hasta un pasillo enorme y luego giraron por la derecha y después por la izquierda, Lucía se estaba cansando, pronto Karyl llegó por donde había una puerta enorme y que se veía bastante pesada.

—¡Rápido! ¡Ayúdame a abrir esta puerta!

—¡Se ve muy grande no podremos moverla!

—¡Usa tu archés para incrementar tu fuerza tonta!

Tanto Lucía como Karyl hicieron brillar sus manos de color azul con su archés y lograron abrir la puerta.

—¡Entra rápido!—gritó Karyl, Lucía entró casi inmediatamente. Karyl le cerró la puerta por detrás.

Todo estaba sumergido en una oscuridad infinita. Lucía inmediatamente sintió miedo. Algo no andaba bien. De repente, a un costado de la chica un círculo mágico se formó este estaba sobre un comunicador de la pared, el cual estaba era la única parte que estaba iluminada entre toda la oscuridad del lugar, el círculo decía "communication" [♀Kommunikation♀]. La voz de Karyl comenzó a sonar a través de ese lugar brillante.

—Ja ja ja, no puedo creer que caíste redondita, ¿en serio te creíste que yo era tu amiga? ¡Y esas dos ridículas por Dios! Regresar a Qlidí, ¡qué graciosas en serio!—mofó la chica.

—¿Karyl?—dijo Lucía confundida.

—Jaja, por favor, no digas más mi nombre o voy a llorar… ¡pero de risa! Una vez que te marcan por cualquier poderoso de Egestatem o Qlidí no hay escape, eres sólo un producto esperando a comercializarse—dijo la chica y después carcajeó.

—¿De qué hablas? ¡Sácame de aquí!

—Ah, ja ja ja… por supeusto que no te sacaré de allí, ¿es que no te das cuenta? Niña tonta, bueno qué más da, yo te sugiero echarte a dormir en la oscuridad y esperar tu fin, porque… bueno luego lo verás con tus propios ojos—dijo la chica, inmediatamente un gruñido se escuchó en el fondo de la habitación oscura—. En fin, ah, por cierto… tu precioso listón azul yo lo tengo y la verdad, está muy bonito, así que… simplemente… me lo quedaré.

—¡No! ¡Devuélvemelo! ¡Mi papá me lo había regalado!—gritó Lucía. Karyl rio nuevamente y cortó la comunicación. El círculo mágico desapareció. Todo quedó sumergido en la oscuridad nuevamente.

La pequeña comenzó a sentir miedo al estar en la oscuridad, en poco tiempo hizo brillar azul su mano con su archés y se acercó a una pared del lugar buscando dónde un interruptor para encender una luz, en ese momento el gruñido amenazador volvió a escucharse. Lucía inmediatamente hizo desaparecer su luz para ocultarse en la oscuridad. Y caminó lentamente por la pared creyendo encontrar alguna salida para abandonar la habitación.

La chcia caminó hasta que topó con algo muy duro. Una luz se hizo enfrente de ella, era un círculo mágico púrpura que rezaba "Xenoarchés-Illuminate" [♂♂YXenoark῾e´s-IlluminateY♂♂].

La luz reveló a una chica atada en una ensangrentada cama, le faltaba su pierna izquierda y su brazo derecho. Con una voz débil y susurrada se dirigió a Lucía.

—Corre…

Lucía sintió el terror inmediatamente pero no se movía de su lugar. En ese momento la luz se encendió de repente. Al final del pasillo había una criatura horrible, esta había encendido las luces, tenía forma humanoide, era muy delgado, sus huesos sobresalían entre su piel la cual, estaba verdosa, dando la impresión de estar descompuesta, tenía una barriga algo hinchada y redonda con el ombligo hacia afuera. Era calvo con pocos pelos al redor de la punta de su cabeza, tenía una máscara de piel humana que poseía una expresión de sufrimiento, sus dientes eran tan largos y afilados, que habían machacado los labios de la máscara, no tenía su mano derecha, únicamente era un hueso amarillo y afilado que salía de aquel lugar, sus rodillas estaban al revés y sus pies torcidos hacia a los lados. Estaba desnudo, su barriga ovalada cubría sus genitales.

Lucía corrió hacía la puerta por donde había entrado con desesperación, al llegar comenzó a golpear la puerta con la esperanza de que alguien la abriera por fuera. Una serie de cadenas que aparecieron en el techo del lugar y atraparon a la chica dejándola suspendida en el aire.

La horripilante criatura comenzó a caminar de modo errático hacia la chica, alrededor de sus pies había un círculo mágico que decía "Morphosómatis-Xenoarchés Huma-morpho" [♂Morfoso´matis-Xenoark῾e´s ῾uma-morfo♂]. Las cadenas giraron y colocaron cara a cara al monstruo con Lucía.

A pesar de que la criatura tenía los labios hechos puré por sus propios dientes, intentó comunicarse con ella, sus palabras no se entendían nada.

—I… Ie… es… th… torn… (—¿es tu turno?—)—dijo el ser con una voz profunda y casi espectral. Lucía comenzó a respirar con agitación—. Lo… ent…th… (—lo siento—)—añadió e hizo brillar su mano izquierda de color púrpura oscuro.

La chica atada a la camilla comenzó a guitar de dolor mientras decía "no, no" y comenzaba a retorcerse en la misma, al poco tiempo la chica dejó de agitarse Alrededor del cuello de la muchacha apareció un sello mágico que rezaba "Xenoarchés-mind control=communication" [♂♂Y Xenoark῾e´s-mindkontrol=kommunikation Y♂♂]. El monstruo movió su mano con el xenoarchés brillante y abrió las ataduras de la camilla.

—Excelente ya puedo mejor contigo, uff, es que no puedo hablar bien con tantos dientes en mi boca, en fin—dijo la chica, la mirada la tenía apuntando hacia arriba sin enfocar nada en específico y su boca no se cerraba después de haber hablado, lo que hacía que salivara mucho por ello—. Lamento el contratiempo, pero bueno espero sepas comprender, bien, iré directo al grano, y repetiré la pregunta que intenté hacerte con mi cuerpo original, "¿es tu turno?"

—No entiendo nada… suéltame…—dijo la pequeña con respiración sumamente agitada y mucho terror.

—¡Oh! Está bien, permíteme explicarte, verás me dan comida a cambio por hacer muñecas… poly…. Poli, multy… multi… perdón, multi, eso es, "multiusos" "muñecas multiusos", o bueno, así es como le dicen los clientes y más los especiales, claro, no trabajo gratis lo hago a cambio de un poco de carne. Tengo las muestras gratis arriba por si te interesa saber que es una "muñeca multiusos"—dijo la chica y señaló de un modo extraño hacia el techo, como si alguien estuviera cargando el peso muerto de su brazo.

Lucía miró hacia arriba, encontró algo que la hizo empalidecer en milésimas de segundo de segundo. Arriba había varios cuerpos pequeños sin sus extremidades, con unas patas metálicas de araña, adosadas a una camilla del mismo material. Los cuerpos estaban sostenidos por varios cinturones que estaban en sus cuellos y las camas tenían unos dientes especiales que sostenían el mismo por la cintura del pequeño cuerpo, tres bolsas con mangueras plásticas, una que entraba directamente al pequeño abdomen en la parte delantera y otro a la altura de la entrepierna, el último estaba en el extremo trasero del pequeño cuerpo. Sus cabezas estaban rasuradas y sus bocas plastificadas con un tubo, y los ojos con carnosidades y costras que, abarcaban toda la parte delantera de su córnea y esclerótica. Algunas estaban vivas, o al menos agonizando en silencio, ya que, movían los dos bultos de carne ciegos de un lugar a otro.

La chica comenzó a gritar de terror al ver las figuras horribles que colgaban en el techo y exclamó con desesperación mientras lloraba:

—¡Suéltame por favor!... ¡Suéltame! ¡Suéltame!

—Mmh… bueno, no importa, por eso te volveré a preguntar, "¿es tu turno?"

Lucía entendió la indirecta rápidamente y comenzó a responderle con desesperación.

—¡No! ¡No! ¡No! No es mi turno! ¡No es mi turno!

—¿Segura?

—Sí, sí, estoy segura, ¡No es mi turno! ¡No es mi turno!

El monstruo al escuchar la respuesta de la pequeña arrojó el cuerpo que utilizó para comunicarse contra la vitrina metálica que contenía varias partes de las muñecas. La chica cayó al suelo y comenzó a temblar, mientras un charco de sangre se formaba.

El monstruo adoptó una forma cuadrúpeda y levantó su brazo con la punta de hueso como si fuera la forma de la cola de un escorpión y corrió contra el cuerpo tembloroso de la chica. Inmediatamente le mordió la pierna derecha.

La chica comenzó a gritar de dolor mientras el ser devoraba su extremidad y pedía a gritos la ayuda de Lucía. La pequeña se quedó horrorizada y petrificada por el miedo. El monstruo una vez que terminó de devorarla, creo un selló mágico alrededor de la herida que rezaba "Curative-Xenoarchés" [♂♂YKuratib῾e-Xenoark῾e´sY♂♂]. La herida que le había provocado cerró inmediatamente que había creado el círculo mágico. La chica se quedó llorando en el suelo y con la respiración agitada.

El monstruo se puso de pie e hizo brillar nuevamente su mano. La chica volvió a lanzar alaridos de dolor, pero estos ya eran más débiles. Quedó bajo el control del ser nuevamente.

—Lamento que hayas visto eso, disculpa mis modales al comer. Bueno, entonces me dices que no es tu turno. Eso sólo significa una cosa, que tú… en realidad… eres la carne.

Lucía se petrificó de miedo al escuchar esas palabras. El enorme monstruo volvió a arrojar el cuerpo contra el mismo lugar, este se golpeó la cabeza con la camilla en la que estaba antes. Cayó al suelo sin oponer alguna resistencia.

—M… ri… h (—Murió—)—dijo el terrible ser al ver que el cuerpo de la chica ya no se movía.

El monstruo fijó su vista en la pequeña atada con las cadenas, mientras se acercaba lentamente. Salivó un poco mientras abría su hocico lleno de dientes. Su mirada se encontraba fija a la pequeña. Lucía comenzó a luchar sin éxito alguno, hizo todo lo que estaba a su alcance para soltarse de las cadenas. El monstruo pronto se encontraba sumamente cerca del rostro dela pequeña con la boca abierta. El terror fue tanto que la niña mojó su ropa de miedo. El silencio ensordecedor levantó su imperio.

—¡Grug!…—hizo el monstruo. La cuchilla de una catana le había atravesado el vientre desde atrás.

Una silueta femenina bien definida apareció detrás del monstruo y tomó la forma de una armadura negra con un visor de cristal naranja. Al verlo, la criatura intentó atacar a la chica de la armadura, esta terminó descuartizándolo por completo con su catana, al unísono un escudo de archés azul se hizo para evitar que la pequeña quedará embarrada de la sangre del monstruo. Lucía lloró de terror.

—Tranquila, estoy aquí para ayudarte—dijo una voz femenina muy dulce mientras las cadenas brillaban de azul.

Era una mujer hermosa de rostro delicado y tez blanca, su cabello era negro y sus ojos eran más brillantes que dos gotas de miel. Para Lucía fue como tener a un hermoso ángel enfrente. La mujer la bajó de las cadenas, se arrodilló para abrazarla, no le importó que el fango manchara su hermoso traje blanco con botones y adornos negros. La pequeña, al sentir su cálido cuerpo, comenzó a llorar agitadamente en su hombro, mientras la abrazaba con todas sus fuerzas.

—Ya pasó mi amor, ya pasó… todo va a estar bien ¿sí?, todo va a estar bien, tranquila… tranquila…—respondió su dulce voz al mismo tiempo que la consolaba con suaves caricias a su largo cabello.

—¡Oh! ¡Qué conmovedor! ¡Creo que voy a vomitar!—exclamó Abigaíl. Estaba detrás de la mujer de cabello negro. Ella tenía exactamente el mismo traje, solo que negro y con adornos blancos.

—¡Abi!—dijo la mujer con enojo.

—¡Clara!—mofó la pelirroja.

Lucía dejó de llorar en ese momento, se despegó de Clara y la miró a los ojos.

—Tranquila pequeña, tranquila, te vamos a sacar de aquí, vas a vivir con nosotras de ahora en adelante y todo va a estar bien ¿sí?—dijo Clara mientras le sonreía a la chica. Lucía en ese momento recordó las palabras de Laura, "y todo va a estar bien", la voz reverberaba en su cabeza. Comenzó a llorar inmediatamente.

—L… La… Lau… Laura… ¡Laura!—dijo la chica a gritos agitados por su llanto.

—¿Eh!... ¿Qué ocurre? ¿Fue algo que dije?—sorprendida dijo Clara.

—No lo sé, simplemente se puso a llorar de la nada.

—Abi, no creo que haya sido de la nada, pobrecita, va a quedar traumada después de haber vivido esto—respondió Clara ante la indiferencia de la pelirroja mientras volvía a abrazar a Lucía.

—¡Meh! No creo…—respondió la pelirroja y fumó de su cigarrillo. Lucía en ese instante comenzó a toser.

—Yo creo que no deberías fumar si estás enfrente de una niña.

—¡Ah?... ¡Oh! ¡Por favor! Ni hice tanto humo, sólo fue un besito.

—¿Sólo un "besito"? Oye yo creo que deberías…—dijo Clara, pero fue interrumpida por Lucía. Había vomitado sobre su pecho—. M… me… me… me acaba de vomitar…—afirmó la mujer con mucho asco y preocupación.

Clara retiró a Lucía lentamente de junto de ella mientras veía lo que había pasado. El fluido caliente que había sentido en su busto no era vómito común y corriente, era sangre. Lucía empezó a llorar al ver bañada a Clara en su sangre. Abigaíl encarnó ambas cejas y se acercó a la pequeña a paso lento y resonando sus tacones, hizo brillar su mano de color naranja y colocó su palma sobre la espalda de la pequeña.

—Su archés está mortalmente bajo, creo que ella tiene…—especuló Abigaíl en su mente, de repente, el comunicador sonó, la voz de un sujeto comenzó a salir de allí.

—¡Morpho! ¿Ya terminaste tu trabajo?

—¡Guardias!—gritaron Abigaíl y Clara al unísono.

—¡Qué! ¿Hay alguien más allí adentro? ¡Mierda!

Muchos círculos mágicos comenzaron a salir alrededor de los pechos de varias muñecas que se encontraban en el techo del lugar decían "Xenoarchés Revival-Mortis" [♂♂Y Xenoarkes R῾eb῾ib῾al-Mortis Y♂♂]. En ese momento Lucía comenzó a sentirse mal, se desmayó repentinamente. Clara la tomó para que no cayera al suelo.

—Pequeña… pequeña… ¡Pequeña!—gritaba con desesperación Clara. Fue lo último que escuchó Lucía.

La oscuridad gobernaba. Las voces de Abigaíl y de Clara se escuchaban platicando entre ellas.

—Entonces… ella…—dijo Clara preocupada.

—Sí, su núcleo de archés tiene cicatrices y muy grandes… no puedo curar ese tipo de heridas, es… es como si hubiera abusado de su poder por mucho tiempo…

—Pe… pero… ni con la oportunidad de Chro…

—Clara mira… no quiero alarmarte pero eso… eso parece que sólo alargará su sufrimient… ¡Oh! ¡Está despertando!

Lucía abrió los ojos lentamente, estaba en el regazo de Clara, ambas estaban en su enorme cama.

—¿Qué pasó?—preguntó Lucía algo mareada y confundida.

—Nada importante, lo bueno es que ya estás bien—respondió Clara intentando mantener una sonrisa.

—Oh… oh… Est… es… ¿Estamos en Deneb?—inquirió la pequeña algo débil.

—Lamentablemente... no—respondió Abigail.

Lucía se entristeció un poco, miró a Clara y luego volteó hacia el otro lado dándole la espalda, en ese momento descubrió algo que colgaba de la orilla de la cama.

—¿Ah? Eso… eso es…—dijo con sorpresa y mucha felicidad, parecía ya no estar tan débil.

—Así es—dijo Clara con una alegría que parecía forzada, era como si quisiera llorar.

—Es… ¡Es el listón que me dio mi papá!—dijo la chica mientras intentaba levantarse, tenía lágrimas de felicidad en los ojos. De repente sintió un pequeño mareo. Del regazo de Clara no se movió.

—Tranquila, te dije que todo estaría bien—afirmó Clara con su voz dulce.

—Je…—expresó Abigaíl, la mujer se acercó resonando sus tacones, tomó el listón y se lo dio a la pequeña. Lentamente levantó su mano para recibirlo.

—Pe… pero… pero… ¿cómo es esto posible?—dijo la chica sorprendida pero igualmente débil.

—¡Mmh!…—exclamó Abigaíl echando mucho humo por la nariz, estaba fumando—. Sencillo… somos deus ex-machina—dijo la chica y se retiró de la habitación dejando una gruesa estela de humo detrás de ella.

Clara se incomodó con tanto humo y comenzó a abanicarlo con su mano izquierda para disiparlo.

—Gra…cias…—dijo la niña y se desmayó.

—Lucia… Lucia… Lucía...—dijo Clara repetidas veces, lentamente su voz se convirtió en la de Iris.

—¿Lucía?... ¿Lucía?...

—No la molestes tanto, podrías causarle un problema o… o algo… no sé—dijo Adria preocupada.

Todo estaba completamente oscuro hasta que la chica abrió los ojos lentamente.

—¡Lucía!—gritó Iris inmediatamente la vio despierta, estaba llorando desconsoladamente se veía en sus ojos hinchados por tanto llorar, se lanzó inmediatamente a abrazar a su amiga—. ¡Lucía! ¡Creí que te había pasado algo grave!

—Oh… Iris…—dijo Lucía. Estaba en una cama de hospital.

Adria soltó algunas lágrimas de felicidad no lo pudo soportarlo y también se lanzó a abrazar a la chica.

—Oh… Adria…—dijo Lucía al verla tan preocupada y llorando a su costado.

—¡Hey! Tengan cuidado, podrían lastimarla y además, sigue convaleciente—dijo Nosori, estaba apoyada en la mesa del cuarto.

—Nosori…—dijo Lucía sorprendida al verla en el cuarto.

—¿Despertó?—preguntó Abigaíl con seriedad mientras entraba por la puerta de la habitación.

—Sí—respondió Nosori—. Bah, me voy. Ya no quiero ver más cursilerías de estas tres inútiles.

—Bueno…—dijo Abigaíl.

—¿Qué ocurrió? —preguntó Lucía enredada y algo débil.

—¿No lo recuerdas? Bueno, básicamente inhalaste mucho veneno del necrotecnís mientras tus amigas estaban desmayadas en el campo carmesí. ¡Felicidades! Les salvaste la vida a tus compañeras. Me voy también—respondió la pelirroja.

Lucía miró a Iris y luego a Adria. Y se dirigió a ellas.

—Y ustedes… ¿están bien?...

—Pues… la encamada eres tú, nosotras estamos de pie y sin problemas—dijo Adria sin tacto alguno.

—¡Oye Adria! ¡Qué grosera eres!—respondió Iris enojada.

—¡Oah! ¡Lo siento! No fue mi inten…—dijo Adria, una pequeña risa de Lucía la interrumpió. Ambas chicas voltearon a ver a Lucía con algo de desconcierto.

—Chicas… las quiero…