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Chapter 3 - Un nuevo poder

El silencio y la oscuridad tenían plantado su reinado, de repente todo se iluminó. Había un enorme campo de flores y una pequeña estaba jugando entre ellas, se trataba de Iris, se veía muy feliz. Luego de tirar un montón de pétalos de diversos colores que parecían mágicos, un sujeto apareció, era alto, fuerte de cabello castaño y muy corto, sus ojos eran azules y muy hermosos, la pequeña lo vio con ojos de cristal y rápidamente corrió hacia se encontraba aquel sujeto.

—¡Papá!—gritó la pequeña, el hombre la recibió con un cálido abrazo.

—¡Mi amor!

—Papá, no sabes qué horrible pesadilla tuve—dijo la pequeña—. Soñé que estaba en un lugar muy feo, gris y todo me hacía daño, y lo… lo… peor es que tú no estabas…—dijo y sus ojos comenzaron a lagrimar casi al instante.

—¡Ay! Mi amor, sólo fue un sueño, no pasa nada, tranquilízate—dijo el sujeto mientras le secaba las lágrimas de sus pequeñas mejillas a su hija—. Mira, vamos con tu mamá que nos está esperando en la casa ¿sí?—dijo aquel sujeto mientras tomaba la mano de la pequeña, ella asintió mientras intentaba sonreír.

La chica dio unos cuantos pasos tomada de la mano de su padre, justo en ese momento, un pensamiento cruzó por su cabeza.

—¿Ver a mamá?... pero… ¿cómo? Si ella murió cuando yo… nací…

Justo en ese instante una voz la llamó por su nombre, era la voz de chica de la pesadilla anterior.

—Iris… Iris…

En ese momento todo desapareció para ella, todo se volvió oscuro. Al darse la vuelta se topó con una fuente de agua muy clara y una chica de cabello plateado que acariciaba el agua con la punta de sus dedos.

—Todo estaba… estaba tan bien, todo estaba bien hasta que eso ataco… quiero ver a mis hermanas…—dijo la chica.

—¿Quién eres!—gritó Iris con miedo.

—Mi nombre es… Aline…—dijo la chica, estaba cerca de una fuente de agua muy clara con adornos parecidos a delfines con alas—. Oh no, otra vez está aquí—dijo la chica y miró hacia arriba.

Una nube de tormenta se formó por encima de sus cabezas, de allí salieron un par de ojos rojos muy brillantes el lugar se encendió en llamas e Iris inmediatamente comenzó a sentir un ardor en todo su cuerpo. La chica gritaba de agonía y desesperación y de repente, despertó.

Al abrir los ojos notó muy extraño, parecía estar lleno de humo negro el lugar. Inmediatamente sostuvo la respiración y se cubrió con la sábana para evitar respirar más humo, tomó su celular que estaba sobre un pequeño mueble metálico junto a su cama y revisó con él, el estatus de la computadora de su hogar. En efecto, hacía cuatro horas que el campo magenta y los filtros de aire habían fallado.

La chica comenzó a toser debajo la sábana, se preparó hacer un aura mágica con su archés, sabía de antemano que fallaría pero aun así lo intentó, de repente, el aura blanca comenzó a cubrirla, estaba brillante y sentía que ya podía respirar.

—¡Oh! Bien, ya puedo concentrar bien mi archés. Oh, qué bueno saber eso—se dijo sí misma con mucha alegría.

Su celular sonó en ese mismo instante, era su alarma que le alertaba que ya debía arreglarse para ir a la escuela.

—Oh, bueno, ya debo irme… pero antes, veamos si puedo hacerlo—dijo la chica luego de ver su celular.

Se acercó a la ventana de su habitación y la abrió, afuera había una neblina espesa y gris, formada por el humo de todas las fábricas, con mucha confianza concentró su poder en sus manos mientras las juntaba y luego las separó, su aura mágica se extendió desde dónde ella estaba parada y cubrió todo el lugar, la nube de humo había desaparecido de su hogar, luego hizo otro movimiento de manos, como si empujara algo, y el aura mágica se movió con ella hacia la ventana y sacó todo el hollín que se había formado dentro del aura blanca.

—Bien, ya puedo limpiar mi casa sin problemas—dijo, luego sintió un pequeño mareo—. Oh, creo que no debo abusar de ello—dijo mientras regresaba en sí.

La chica cerró la ventana de su habitación y se preparó para ir a la escuela. Al cabo de unos minutos Iris ya se encontraba en el empolvado paradero de camiones, poco después llegó Lucía. Ambas chicas comenzaron a platicar, Lucía se sorprendió porque Iris ya podía dominar su archés sin problemas. Luego de un tiempo abordaron el autobús y se fueron a la escuela.

Ha pasado una semana desde el ataque del éxhumus en la escuela Shining Hopespring. Todo el daño hecho por el atentado fue reparado. La institución se encontraba vacía, todos los estudiantes y algunos familiares estaban reunidos en la enorme cancha deportiva del lugar, se hallaban sobre las gradas, y en el centro, había una enorme mesa blanca con las imágenes de varias personas, eran los estudiantes que fallecieron en el atentado. Iris llegó a su salón de clases junto con Adria y Lucía, aquel estaba completamente vacío.

—¡Uh! ¿En dónde están todos?—preguntó Iris a Lucía.

—No lo sé. ¿Creo que hay algo importante de lo que no estamos enteradas?

En ese momento, Adria entró al salón de clases a ver si había más gente.

—¿Adria?—dijo iris.

—Sí. En efecto, no hay nadie.

—¿A dónde se fueron todos?—preguntó Lucía algo extrañada.

—Pues a dónde más, al gimnasio de la escuela—dijo una voz que salió del salón de alado. Se trataba de un chico regordete y de gran tamaño, su cabello era castaño, tenía los ojos oscuros y su tez blanca, su nombre era Tobías.

—¿En el gimnasio de la escuela?—repitió Iris.

—Sí, fueron a conmemorar a todos los caídos que hubieron durante el ataque del éxhumus de la semana pasada. Fue terrible—dijo el chico con algo de tristeza.

—Y tú y ellas deberían estar allí también—dijo la voz de una chica.

Se trataba de Nosori, estaba acompañada por Lissandra y un sujeto muy alto, corpulento y de cabello corto, se trataba de Ádom, los tres estaban cubiertos por una capa negra que cubría su uniforme.

—¿Nosori? ¿Qué haces aquí?—preguntó Adria con algo de miedo.

—Encargándome de que todos los compañeros asistan a la reunión de conmemoración a los caídos, es de índole obligato…—dijo, pero ella misma dejó de hablar cuando miró a Iris—. Oh… ¿pero qué tenemos aquí?—añadió mientras le clavaba la mirada a la chica.

Nosori hizo a un lado a Lissandra ya Ádom, se acercó a Iris y una vez estando enfrente de ella, le dirigió la palabra.

—Qué bueno que estás aquí. Sabes me urgía mucho hablar contigo—dijo la chica.

—¿Conmigo?—repitió Iris asustada.

—Sí—expresó Nosori con tono burlesco—. Desenvaina tu espada ahora—le ordenó a Iris al tiempo que cambiaba su expresión a una más furiosa.

Ella se sintió aterrada y se rehusó a cumplir con la orden. Nosori se enojó.

—Desenvaina tu espada—repitió Nosori.

—No—respondió Iris con miedo.

Tobías se metió entre las dos chicas con algo de terror e intentó detener a la chica furiosa.

—Yo creo que no deberían pelear entre ustedes, además, la jefa de sector es muy fuerte, tiene todos los ases de ganar.

—No deberías estar aquí, vete al gimnasio de la escuela, es obligatoria la asistencia.

—¡Qué? Pero…

—Bah, qué más da, luego me encargaré de ti—dijo Nosori contra el chico.

Nosori atravesó con una mirada afilada a Iris y se volvió a dirigir a ella.

—Desenvaina tu espada—le dijo.

—¡No!—le gritó Iris con miedo.

Nosori con un movimiento golpeó el estómago de Iris con la punta de la empuñadura de su catana. La chica cayó al suelo de rodillas con mucho dolor y comenzó a toser, con una velocidad impresionante Nosori pasó a estar a un lado de Iris y le pateó la cabeza, haciendo que esta se estrelle contra la pared del salón, luego de pisarle varias veces el estómago a la chica apoyó la planta de su zapato en el rostro de la chica.

—Soy tu superiora, cuando te dé una orden simplemente debes ejecutarla sin cuestionar. ¡Oíste!

Iris comenzó a llorar mientras era torturada. Lucía no pudo soportarlo. El escudo de su uniforme brilló y enfrente de ella una serie de luces de color azul apareció y tomó la forma de la espada que pronto empuñó.

En el momento en que entabló posición de combate, Lissandra se antepuso a Lucía y con una voz dulce y una sonrisa gentil dibujada en su rostro se dirigió a la chica enojada.

—Si te entrometes… tendré que matarte.

Lucía no pudo hacer nada, el miedo comenzó a invadirla en cuanto escuchó a Lissandra.

—¿Qué sucede? ¿Por qué no peleas? La academia entrena guerreros y hechiceros de alta clase, ¿por qué no peleas?—decía Nosori mientras le aplastaba con su pie a Iris.

La chica tomó el cuello de Iris y la arrojó por el pasillo.

—¡Basta!—gritó el chico regordete, Lissandra se antepuso a él y le regaló una mueca cariñosa.

—Por favor no te metas… o igual tendré que matarte.

Resonando sus zapatos negros, Nosori se acercó a Iris, quien había empezado a sangrar. La chica se levantó, y enfrente de ella apareció una serie de esferas luminosas azules, del mismo modo el escudo de su uniforme comenzó a brillar y se colocó en su antebrazo izquierdo, tomó posición de batalla con su espada y escudo dorado.

—¡Al fin! Es comenzar la verdadera prueba—dijo Nosori.

—¿Prueba?—pensó Iris.

—¿Qué esperas? Dame tu mejor golpe—dijo Nosori contra la chica.

Iris le clavó la mirada a Nosori, pasaron unos instantes, se lanzó al ataque contra la chica.

Nosori esquivó todos los ataques con elegancia, después nuevamente volvió a golpear su estómago con la punta de la empuñadura de su catana, esta cayó al suelo y sus armas desaparecieron.

—¿Qué? ¿Ya se terminó?—dijo Nosori con sorna.

Iris tosió un par de veces y algo de sangre cayó al piso. La chica levantó la mirada y le dirigió unas palabras a la chica.

—Por… ¿por qué hablaste de una prueba?

—¿Ah? ¡Oh! Es verdad. Lo que sucede es que noté que el Éxhumus buscaba algo, y parecía que... bueno, parecía que lo encontraría en ti. Supuse que era de gran importancia y por ende, muy poderoso.

Iris tosió un par de veces más y cayó al suelo temblando un poco por el dolor.

—¡Bah! Qué más da. No puedes dar más pelea, en fin. Lo mejor será que…

—¡Ajá! ¿Lo mejor será qué?—interrumpió la voz de una mujer.

En el rostro de Nosori se dibujó el miedo, como si hubiera escuchado a un fantasma, su rostro empalideció. El silencio invadió a todos los presentes mientras la mujer resonaba sus tacones en cada paso.

—Abi… ¿Abigaíl?—pensó la chica mientras le temblaban los labios.

Era hermosa, blanca, con una mirada afilada que mostraba signos de pocos amigos, los labios los tenía rojos al igual que su cabello, su mirada de limón estaba hincada hacía Nosori. No parecía muy contenta de verla. Lissandra al ver a la mujer bajó la guardia, y el miedo la sometió.

—Bien—expresó la mujer, luego abrió un pequeño sello mágico con un portal en su centro y de allí sacó un cigarrillo y lo encendió con una pequeña flama que hizo con un dedo—. Exijo que alguien me explique qué demonios ocurre aquí—dijo mientras el humo se le escapaba de los labios entre cada palabra.

—Ah… es… está prohibido fumar dentro de la institución…—dijo Lissandra con mucho miedo.

Abigaíl le lanzó una mirada asesina. Lissandra no tuvo más que quedarse quieta ante la situación. La pelirroja chupó su cigarrillo mientras se acercaba a la chica temblorosa, al estar lo bastante cerca, Abigaíl le habló, al unísono la chica recibía el vaho de la pelirroja en la cara.

—¡Jo! Perdón, no sabía que estaba prohibido.

Lissandra no respondió, sólo hizo una mueca de repugnancia y retrocedió del paso de la pelirroja.

—Veamos qué más hay por aquí—dijo con tono serio mientras seguía su camino.

Giró hacia un lado y su mirada chocó con la de Lucía, levantó una ceja al verle el rostro y le regaló una pequeña sonrisa a la chica mientras el humo salía de su nariz. Continuó su camino hasta toparse con Nosori.

—¡Wow! ¿Sólo viniste a saludar a verdad?... digo… eso no fue muy amable de tu parte—dijo Abigaíl mientras dirigía la mirada hacia Iris—. ¿Qué te hizo la chica para que la tratases así?—burló Abigaíl mientras hacía a un lado a Nosori para acercarse a Iris.

La pelirroja levantó su mano derecha e hizo levitar el cuerpo adolorido de Iris, en ese mismo instante, su cuerpo brilló de color verde y dejó de sentir dolor.

Abigaíl se acercó a Iris mientras calaba humo de su cigarrillo, una vez cerca de la chica le dijo mientras resoplaba el humo en cada palabra hacia su rostro.

—Me debes una.

Iris no contestó, sólo dibujó el desagrado mientras contenía la respiración. Abigaíl giró y caminó hacia Nosori nuevamente.

—Esa capa—pensó Nosori.

La pelirroja vestía un uniforme negro con bordado blanco y minifalda con el mismo borde, una capa negra caía desde sus hombros, los cuales tenían un adorno en oro sobre cada hombro

—¡Qué haces aquí? —dijo Nosori con odio.

—¡Oh! Tanto tiempo que… sí, yo también estuve extrañándote—dijo Abigaíl con sorna.

Las piernas de Nosori comenzaron a temblar, mantener la mirada fija en su rostro.

—No me… no… —expresó con miedo—. ¡No me respondiste! ¡¿Qué haces aquí?! ¡¿Por qué tienes esa capa?!—añadió con gritos la chica.

Abigaíl volvió a sorber humo, sus labios lo soplaron en posición de beso hacia el busto de Nosori.

—¡Oh! Qué ruidosa eres. ¿Es que acaso no es obvio? Soy tu superiora en este momento.

La chica no respondió ante las palabras de Abigaíl, simplemente lanzó una mirada enojada mientras el humo trepaba por su rostro.

—Sabes, deberías controlarte un poco, te arrugarás si sigues con semejante expresión—dijo Abigaíl mientras acorralaba con su cuerpo a Nosori, la chica no tuvo de otra que retroceder hasta quedar apoyada en el barandal y con Abigaíl encima.

La pelirroja sostuvo su cigarrillo con sus labios, exhalaba humo mientras le acomodaba el cuello de su uniforme a Nosori. Su pecho estaba sobre el pecho de la chica, Nosori se quedó quieta mientras recibía el humo de la mujer en su rostro. Abigaíl fumó un poco y sorbió de nuevo humo, se acercó al cuello de Nosori y exhaló por la nariz parte de lo que lo que había inhalado.

—No te metas en problemas—le susurró Abigaíl a la chica, al unísono, sus labios estaban cerca de sus mejillas, y al final del mensaje, le dio un pequeño beso que dejó marcados sus labios rojos en el rostro dela chica.

Nosori se enojó muchísimo, Abigaíl se despegó de ella y dejando una gruesa estela de humo, comenzó a alejarse de ella resonando sus tacones, al mismo tiempo Nosori le seguía con una mirada cargada de odio.

Todas las chicas y el chico vieron que Abigaíl se fue resonando sus tacones. Lissandra se dirigió a Nosori.

—Debemos irnos ahora—dijo Nosori, desapareció su espada y le habló a Iris—. No sé qué rayos hiciste, pero un éxhumus, con tanto poder como el de la semana pasada, pasada, no ataca la escuela así de la nada. Cuídate, te estaré observando—dijo y luego se fue.

Algo de tiempo después, en el gimnasio de la escuela había una multitud, algunas personas lloraban. Todos estaban reunidos, el ambiente gris y de amargura gobernaba entre las gradas.

En el centro del lugar, había una máquina con coraza dorada, tenía forma de mosca y sus alas eran impulsadas por un motor que emitía cantidades colosales de humo negro que salían de sus tubos de escape, tenía los ojos rojos y la cabeza pequeña, debajo de su cabeza aparecía un holograma que se proyectaba hacia el piso, en él, había una figura oscura sentada sobre una silla, la cual sólo se le podían ver las manos.

—Muy buenos días a todos—dijo la figura con una voz suave y tétrica—. Cómo ustedes sabrán, yo, el sumo pontífice Emmanuel, el más allegado a los pobres y directo servidor humilde y muy cercano al continente Egestatem, he venido a dar mi más profundo pesar a los familiares de los estudiantes caídos en combate. Estudiantes que en vida se esforzaron para…

Por encima de las gradas, en un lugar especial y cercano al techo del lugar, había estudiantes, entre hombres y mujeres que portaban el mismo uniforme que Nosori y Ádom.

Nosori estaba junto a Lissandra y a su izquierda se encontraba una chica más, era morena clara y de cabello negro, la cual le habló sin pena alguna.

—¿Me podrías explicar por qué te gusta llegar tarde a los eventos?

—Es mi trabajo verificar que no queden alumnos en los salones de clase.

—¿Te tocó un sector problemático no es así?—dijo con sorna la chica.

—Giselle, guarda silencio, quieres—respondió Nosori.

—¡Bah! ¿Ya te moléstate tan rápido? Eres fácil de sulfurar.

Nosori se quedó en silencio y sólo le arrojó una mirada enojada a Giselle.

—Bueno, pasemos a otras cosas mientras el padre habla. Escuché que cambiaron a la supervisora del sector alfa cuatro de la academia, ¿ese es tu sector verdad?

—Sí. ¿Por qué?

—También hay rumores de la llegada de un personal especial a la escuela. No tengo por qué decir de quién se trata, ¿o sí?

—¿Qué insinúas?

—Quiero decir… ¿Qué curioso no? Una personal especial llega justo cuando cambian a la líder de tu sector.

—Sé más precisa, no estás llegando a ninguna parte.

—Abigaíl está de vuelta en la escuela. Es un milagro, ¿verdad? Es decir, corriste a abrazarla y a besarla como todo tu sector lo hizo, jaja, son unas ridículas. En fin, no llegarán muy lejos con esa conducta tan…

—¡Cállate!—gritó Nosori. El gimnasio quedó en silencio en ese momento.

—¿Quién osa interrumpir mi discurso de condolencias a los dolidos?—dijo Emmanuel con tono feroz, la gente cambió enseguida sus emociones, la atmósfera se hizo pesada por el miedo de todos los presentes.

Nadie contestó, todo fue consumido por el silencio.

—No quiero ser duro con todo el mundo, por favor, el valiente que me interrumpió que dé un paso al frente.

Nosori se preparó para dar un paso hacia adelante, pero Lissandra la detuvo.

—Yo iré—susurró la chica.

—Pe… pero Liss, fui yo, yo debe… debería…

—No. Yo iré—respondió la chica y luego le regaló una sonrisa cálida a Nosori.

Lissandra dio un paso al frente y se dirigió con voz fuerte hacia el centro de la cancha de basquetbol del gimnasio.

—Señor. Fui yo, los siento—dijo la chica.

—¡Ah! ¿Y quién te crees para interrumpir de modo tan descaradamente mi discurso? Digo, ¿quién eres tú?

—Lissandra Kellenher, estudiante y guerrera de educación de tercer grado, segundo año y líder de jefes de grupo.

—Ah. Interesante. Ven, baja, te quiero aquí junto a mí, tal vez si te alejo de tu grupo de amiguitos guardes silencio—dijo Emmanuel.

A lado de Lissandra se encontraba Ádom, quien susurró su nombre con preocupación.

—Liss.

—No te preocupes Ádom, estaré bien—le respondió Lissandra.

La chica bajó caminando en el aire, en cada paso se formaban unas pequeñas plataformas cuadradas de su archés de color azul. Al llegar, al lugar, la gente le clavó mirada, unos tenían miedo, y otros la veían con odio.

La máquina se acercó a la chica, la cual tenía activa su aura mágica que la protegía del ambiente.

—¿Por qué has interrumpido a su santidad!—gritó Emmanuel.

Lissandra se puso firme y contestó con voz fuerte.

—¡No tengo excusa señor!

El enorme bicho de oro se acercó más a Lissadra y la rodeó lentamente, el anillo de humo negro se formaba alrededor de la chica y se espesaba conforme le daba vueltas.

—No tienes excusa—dijo el holograma— ¿Entonces sólo me interrupiste nada más así? Eso es pecado, no puedes interrumpir a tu superior de esa forma sin tener… sin tener una excusa.

Lissandra no se movió sólo veía levitar a aquella máquina alrededor de ella.

—Tienes suerte que hoy ando de buen humor, porque si quiero puedo quitarte todo tu Archés y dejarte morir en la intemperie del exterior de la escuela—dijo el insecto mientras se posaba enfrente de la chica. Alrededor de ella había una nube negra que no dejaba que viera más allá de su nariz—bien, ¡serás castigada!—gritó Emmanuel.

El robot sacó una pequeña compuerta de su cuerpo, del cual salió una mano metálica de oro, señalo a la chica y le pico el vientre, a la altura de la boca del estómago. Su aura mágica de la chica comenzó a disminuir. Lissandra se sintió asustada y miró al holograma fijamente.

—Mi Archés, me quitó el Archés—pensó.

—Así es, pero sólo será por unas cuantas horas y estarás dentro de la escuela, por lo que no morirás, pero sí sufrirás mucho por interrumpir mi discurso de sagradas condolencias a los caídos.

El enorme bicho se dio la vuelta dirigiéndose al público nuevamente mientras dejaba a la chica humo atrás. Lissandra comenzó a toser, la chica cayó de rodillas al suelo mientras se cubría el rostro con ambas manos y sufría de asfixia entre las cortinas de humo negro que dejó la máquina del pontífice.

Nosori veía desde lo alto como su amiga se retorcía y se atragantaba por el ambiente pesado y lleno de hollín negro, se sentía impotente y eso la mantenía furiosa. En ese momento Emmanuel gritó contra la chica.

—¡Silencio! ¡¿Acaso osas interrumpirme nuevamente?!

—Cof… cof… No… señor—respondió la chica.

—¡Entonces cállate!—gritó Emmanuel— Soy generoso, pero no debes abusar de ello—dijo con una voz más tenue.

—No… señor… no abusaré de su… generosi…

—¡Sh! ¡sh! ¡sh! No hables más—interrumpió Emmanuel.

Lissandra se quedó de rodillas en el suelo cubriéndose con su capa y soportando las ganas de toser mientras el pontífice le seguía hablando al público. Desde lo alto presencio todo Nosori, sintió impotencia.

La cangurera amarilla que cargaba consigo comenzó a vibrar un poco. Era su teléfono celular, había recibido un mensaje.

—"Sal de la congregación del pontífice, tenemos problemas"—leyó Nosori. El mensaje era de Abigaíl. La chica respondió al mensaje e inmediatamente recibió otro.

—"Sí tienes permiso para salir, te necesito afuera ahora"

—"Bien, saldré en unos minutos"—respondió Nosori.

—"En cuanto salgas márcame, y activas el altavoz"

—Sí—respondió Nosori.

Entre tanto Iris Adria y Lucía estaban guardadas detrás de las gradas escuchando al sumo pontífice. Iris se sentía terrible al ver la mesa blanca con las fotografías de los compañeros caídos.

—Todo esto… todo lo causó ese monstruo…

—¡Sh! Habla más bajo, o quieres que Emmanuel nos bloquee el archés como hizo con Liss—susurró Adria.

—¡Cállense las dos! Nos van a descubrir si siguen haciendo ruido…

—Tengo hambre y no hay lugar para sentarse, ya me cansé… oh, estábamos bien en salón de clase, ni siquiera pasaron lista—dijo Adria.

—Cállate—dijo Lucía.

En ese momento Nosori estaba bajando las escaleras.

—¡Sh! Alguien viene—exclamó Adria.

Las tres chicas se pusieron de pie cerca de las gradas y junto a la escalera. Nosori al bajar miró a Iris con desprecio.

—¿Has visto cuantos muertos dejó el Éxhumus que atacó la escuela? ¿Verdad que son demasiados?—dijo Nosiri contra la chica.

Iris no contestó, sólo se puso muy triste y agachó la cabeza mirando al suelo.

—Bien, espero que de verdad no hayas hecho nada y que eso que ocurrió la semana pasada haya sido por otros motivos ya que…

—Ya que nada—se metió Lucía—. Iris no se tiene la culpa de nada, oíste—añadió con ira.

—Yo, cuando sospecho de alguien nunca fallo, estoy completamente segura que ella tiene algo que ver con el ataque del Éxhumus de la semana pasada…

—¡Sh! No es momento de pelear, si Emmanuel nos eschchá nos castigará a todas—dijo Adria.

Nosori se dio la vuelta y se salió del lugar por una puerta que estaba al fondo del edificio. Al salir Nosori hizo tomó su celular y activó el altavoz, un holograma se activó, era una esfera redonda y blanca que mostraba a Abigaíl.

—Bien, ya estoy afuera.

—Excelente, ahora sube a mi oficina—respondió Abigaíl.

—¿Qué? Pero tu oficina está en el tercer piso del edificio G, estoy en la seción noroeste, nunca voy a llegar.

—¿Cómo que "tú"? Oye, soy tu superiora, más respeto, háblame de "usted"—dijo Abigaíl.

—Olvídate del respeto y dime ¡para qué rayos me quieres allí? o ¿para qué me llamaste!

—Es algo que no puedo decir por el teléfono, es de carácter confidencial…

—Ah, está bien, entiendo…—dijo Nosori al escuchar las palabras de Abigaíl—. Voy a tardar un poco en llegar allí en lo que tomo el elevador, exactamente…

—No, te necesito ahora, usa tu hechizo de Pink Cloud y sube ahora—interrumpió.

—¡Ush! ¡Está bien nos vemos allí en unos minutos aun así!—dijo Nosori molesta y le colgó a Abigaíl.

—Espera Noso…—fueron las últimas palabras de la pelirroja.

—Confidencial… me toma por estúpida…—Pensó la chica.

Mientras tanto, las tres chicas estaban detrás de las gradas, escuchando el pésame discursivo de Emmanuel.

—Meh, habla mucho, y tengo mucha hambre—susurró Adria bastante enojada.

—¡Sh! Nos vas a meter en problemas—dijo Iris.

—Cállense las dos ahora—exclamó Lucía.

—No creo que nos diga nada, voy a la cafetería a comprar algo.

—No, Adria, espera…

—Oh, Iris, no entiendes que quiero comer algo, mejor vámonos el sujeto no va a callarse…

—Tienes razón, no creo que nos…—dijo Lucía pero fue interrumpida. En ese momento Emmanuel gritó con furia.

—¡Escucho demasiados murmullos! ¡Quién osa interrumpir a su profeta?

Las chicas se quedaron en silencio detrás de las gradas y no movieron ni un solo músculo.

—Bien, como iba diciendo… los caídos en combate serán recordados por…

Iris al notar que el profeta regresó a lo suyo, se dirigió a Adria.

—Bien… entonces vamos a la cafetería, pero sin hacer ruido entendido—dijo Lucía con miedo.

Las tres chicas se dispusieron a salir del lugar, pero antes de dar su primer paso, la mosca dorada se encontraba enfrente de ellas, y el holograma de Emmanuel no parecía muy contento.

—Emm… No había lugar…—dijo Iris y después le lanzó una sonrisa nerviosa.

Las tres chicas terminaron siendo el centro de atención en medio de la cancha. Entre tanto Nosori se bajó de su nube voladora rosada y llegó a la oficina de Abigaíl.

—¿Para qué me llamaste?

—Oh, sencillo para corroborar datos, sabes que no confío en la administración y tú… tú desde muy pequeña sabes cómo adquirir información desde toda la escuela.

—Sí, y ¿eso qué?

—Bueno, sólo quería corroborar algo…—dijo la pelirroja luego hizo aparecer un pequeño portal del cual sacó un cigarrillo y lo encendió con una pequeña flama del dedo de su mano.

—Está prohibido fumar dentro de la institución—respondió Nosori algo enojada.

—Bah, muchas cosas están prohibidas… en fin, vamos al grano, la semana pasada un Éxhumus atacó la escuela, ¿no es así?

—…

Mientras Abigaíl y Nosori discutían su tema, las tres chicas estaban en problemas, tenían enfrente al sumo pontífice Emmanuel, y no estaba contento.

—No había lugar por eso estábamos detrás de las gradas—gritó Adria con desesperación.

—¡Cállate!—le gritó el pontífice—. Ustedes tres, ustedes… res, estaban murmurando cosas detrás de las gradas, intentaron hacer algo indebido ¿verdad?

—No… sólo iba a acompañar a Adria a la cafetería porque tenía ham…

—¡Silencio! Cuchichear detrás de las gradas, mientras estoy hablando, es símbolo de que tramaban algo…

—No. Ya le dijimos que no había lu…—dijo Lucía con seriedad.

—¡Guarda silencio!—gritó el sumo pontífice—. Puedo ver que ustedes son unas mal educadas, por lo tanto, voy a castigarlas como debe ser, para que respeten a sus mayores y no murmuren mientras están hablando.

—Y… ¿ya podemos ir a comer?—inquirió Adria.

—¡Cállate Adria!—gritaron Iris y Lucía al unísono.

—¡Cállense las tres! —gritó Emmanuel.

—Cómo iba diciendo… ¡serán castigadas!... el castigo será, será… seis horas sin Archés.

—¿Qué? ¡Seis horas sin archés!, pero apenas están en tercer año de educación secundaria, no podrán soportarlo…—interrumpió Lissandra. Emmanuel le clavó una mirada furiosa a la chica.

—¿Estás cuestionando mi aurtoridad!—gritó Emmanuel.

—No señor…—respondió Lissandra.

—Bien. Serán seis horas sin archés—dijo Emmanuel decidido.

—¡No!, ¡no por favor!—gritó Adria. Salió corriendo del lugar.

Emmanuel chasqueó los dedos y a los costados de la chica se abrieron dos portales blancos, de allí surgieron dos brazos de oro que la sujetaron. Emmanuel se dirigió a ella dejando humo atrás a las otras dos chicas.

—Así que planeabas escapar, eh… pues no será así.

Emmanuel hizo lo mismo que con Lissandra y le restringió el archés a Adria. La chica comenzó a toser por el humo de la máquina del pontífice.

El pontífice se aceró a Lucía, se preparó para restringirle su archés, pero Iris gritó en ese momento.

—¡No!

—¿No? ¿Por qué no?—preguntó Emmanuel.

—Por… porque ella está muy enferma, necesita de su archés para…

—¡Silencio!—interrumpió Emmanuel a Iris con un grito—. Mi palabra aquí es ley, por lo tanto será castigada como debe ser—dijo el sumo pontífice y le restringió el archés a Lucía, luego volvió a dirigirse a Iris.

—Bien pequeña… solamente faltas tú…

Antes de lograr acercarse a Iris, un portal enorme de color púrpura se abrió por encima del robot mosca, tenía insignias alrededor con la frase de un hechizo mágico que iniciaba con marte (♂), tenía en el centro"Morfoso´matis-Xenoark῾e´s" ("Morphosómatis-Xenoarchés") y finalizaba con el mismo símbolo de marte (♂) [♂ Morfoso´matis-Xenoark῾e´s ♂].

—¿Qué? ¿Un Sello de Materialización?...—pensó Lissandra al verlo.

—¡Qué es esto?—gritó Emmanuel—. ¿Es un sello de materialización xenoarchés? ¿Es esto alguna especie de broma?

En las gradas la gente comenzó a murmurar con tono preocupado, no sabían lo que estaba pasando. En un instante, la mosca dorada fue aplastada por una grandísima mano peluda que salió de aquel portal.

Mientras tanto Nosori había salido de la oficina de Abigaíl. Estaba sobre su nube voladora rosada y se encontraba bastante enojada.

—¡Gah! Quién se cree para andar besándome de ese modo—dijo la chica mientras se limpiaba el labial que dejó marcado un beso en su mejilla derecha—. ¡Cof! Mi ropa huele a su cigarrillo, ¡qué asco! Tiene suerte que no la pueda golpear si no…—añadió con furia.

Los recuerdos de aquella plática comenzaron a invadir su cabeza, las últimas palabras de Abigaíl fueron las que más resaltaron.

—"Debes proteger a la chica"…

—Debo proteger a la chica…—pensó Nosori.

Una alarma se hizo sonar de repente, los altavoces de todo el edificio comenzaron a sonar a todo volumen.

—¡Atención! Se solicita personal entrenado, dos Morpho Xenoarchés de nivel Delta están atacando la sección E sureste de la academia, esto no es un simulacro, repito, esto no es un simulacro… ¡Atención! Se solicita personal entrenado, dos Morpho Xenoarchés de nivel Delta…

—¿Morpho de nivel Delta? Pero no contamos con el personal para derrotarlo—pensó Nosori—. Ja, esto será divertido—añadió la chica mientras dibujaba una sonrisa soberbia mientras se dirigía al lugar de los hechos.

En el gimnasio de la escuela la gente estaba huyendo por montones, un par de monstruos habían salido del portal y estaban causando desastre en el lugar.

Eran enormes medían como seis u ocho metros de alto, tenían el cuerpo de una araña, pero bocarriba, sus patas eran larguísimas y en las puntas de dichas extremidades tenían la mano peluda de un simio y con garras negras, poseían un cuello largo y escamado como una serpiente, su horripilante cabeza era calva de la punta y poseía tres rostros cíclopes, dos de ellos con la cuenta vacía y abierta y cada uno de ellos estaba a un cada costado de un rostro central, cada rostro tenía una mano que cubría su boca, el rostro del centro poseía dos en cada costado, también era cíclope y poseía una mirada afilada como serpiente. No eran muy inteligentes, apenas soltaban algunas palabras para expresarse.

Todos los estudiantes de grado avanzado de la academia se dividieron en dos grupos, uno que ayudaría a la gente a escapar del lugar y otro que lucharía contra las criaturas.

Uno de los monstruos se aproximó rápidamente contra una pequeña que estaba en las gradas, la niña comenzó a gritar mientras esa cosa se acercaba, no logró atraparla porque una chica intervino con un escudo de archés azul. Se trataba de Jennifer y estaba acompañada por su amiga Clarisse, una chica de cabello negro y blanca.

—¿Estás bien?—preguntó Clarrise a la pequeña.

—Sí—respondió la pequeña asustada.

—¡Ah? Tiene el uniforme de una estudiante de educación primaria, debería estar luchando en lugar de tener miedo.

—Jenni, no seas tan dura, es una pequeña aún además…

—¡Además nada! Debí dejar que la mate el Morpho.

Por fuera el monstruo golpeaba el campo de fuerza de Jennifer mientras repetía sin cesar "carne, carne", aquella cosa estaba a punto de romper el campo, cuando Jennifer lo retiró justo cuando Clarisse logró asegurar a la pequeña con los demás que estaban en la entrada. Clarisse y Jennifer se dispusieron a atacar a la criatura.

Entre tanto Iris estaba con sus amigas no podían escapar del lugar porque la gente estaba tapando la entrada principal y la salida de emergencia.

Ádom estaba enfrentando al otro monstruo junto con dos compañeros más, un chico llamado Elrick un pelirrojo de ojos azules y Tania, una chica morena y de cabello negro con ojos castaños claros, todos con el mismo uniforme que Ádom.

Todo el equipo atacó a la criatura con sus espadas por la espalda, pero este activó su defensa para evitarlos, era un escudo de xenoarchés negro y con insignias púrpuras alrededor, las cuales eran un hechizo que rezaba "Xenoarchés-Shield-Reflector" [♂ Xenoark῾e´s-S῾ie´ld-R῾efle´ktor ♂].

Inmediatamente el equipo completo fue repelido por el escudo de la criatura. Los tres alumnos al ver que no podían atacarlo cuerpo a cuerpo. Retrocedieron y se dispusieron a atacar a distancia. El monstruo siguió atacando a las personas mientras varios escudos de archés azul, hechas por más estudiantes, protegían a todos de los ataques de sus poderosas manos.

—¡En formación! ¡Ahora!—dio la orden Ádom, Tania se colocó a su izquierda y Elrick a su derecha, los tres levantaron su espada.

—¡Preparen!—dijo, todas las espadas comenzaron a brillas de color dorado—. ¡Apunten!—añadió, y un círculo mágico apareció delante de ellos.

—¡Fuego!

Los tres apuntaron con su espada y utilizaron el círculo mágico como una mira. El poder acumulado en las espadas salió disparado contra la criatura, pero está saco otro escudo de Xenoarchés de color carmesí y con un hechizo rojo que rezaba "Xenoarchés-Mirror Reflector" [♂ Xenoark῾e´s-Mirror-R῾efle´ktor ♂].

El golpe que habían lanzado y rebotó contra el escudo de la criatura, aquel salió disparado contra las tres chicas, que estaban en el centro del lugar viéndolo todo asustadas.

—¡Cuidado!—gritó Ádom mientras el poder se dirigía contra Adria y Lucía. Iris se metió inmediatamente y creó un campo de archés azul para proteger a sus amigas, el poder al impactar con el escudo, explotó y lo desintegró por completo. Una nube de polvo se formó como resultado de la explosión.

—¡Oh!... En serio ha hecho algo esa chica, no puede ser tan fuerte como para haber detenido ese ataque… Nosori tenía razón—pensó el sujeto.

Entre la nube de polvo se encontraban Adría y Lucía, Iris no se movía de su lugar, aún tenía los brazos levantados en señal de haber hecho el campo.

—¿Iris? te encuentras…—dijo preocupada Lucía, fue interrumpida por Iris, quien tosió y al unísono vomitó sangre. Calló de rodillas se veía afectada por el impacto que había recibido.

—¡Iris! —gritaron Adria y Lucía y fueron en su ayuda.

—O tal vez no…—dijo Ádom mientras veía la escena de las tres chicas.

—¡Hey! ¿Y si nos ayudas un poco con esto?—dijo Elrick, mientras mantenía a raya con un escudo de archés al monstruo.

Ádom volteó por donde estaba Giselle, la chica estaba ayudando a evacuar a la gente, ya no faltaban muchas personas, el grandote le dio la orden de agrupar a su equipo apenas terminara la evacuación.

Entre tanto Jennifer y Clarisse seguían peleando con el otro Morpho-Xenoarchés que estaba al otro lado de las gradas. El enorme monstruo golpeó a Jennifer y calló por dónde estaban las tres chicas.

—¡Hagan algo inútiles!—gritó la chica contra las tres.

—¡No podemos! ¡No tenemos archés!—respondió Lucía enojada, al mismo tiempo Ádom se acercó a las chicas para ayudarlas.

—¿Cómo se encuentra la chica?—preguntó al ver inconsciente a Iris en brazos de Lucía. Ádom se dispuso a curarla.

Jennifer volteó por donde estaba luchando Clarisse, en ese momento el enorme monstruo escupió una nube venenosa negra que rápidamente envolvió a la chica, la misma al respirar dentro de ella comenzó a perder brillo su aura protectora de archés, pronto comenzó a toser mientras su aura disminuía su brillo hasta desaparecer.

—¡No!—gritó Jennifer e intentó ir en ayuda de su amiga, pero el otro monstruo interrumpió su paso, aquella cosa hizo lo mismo, una neblina púrpura, pero Elrick junto con Tania se metieron con un escudo de archés azul y combinado.

Clarisse estaba sofocada en la neblina formada por el aliento del monstruo, aquel le apuntó con la punta de su abdomen y le disparo una especie de telaraña negra, ácida e hirviendo, la chica se cubrió con brazo izquierdo, intentó formar un escudo de archés pero le fue imposible, un segundo disparo de la criatura hizo que aquella sustancia quedará impregnada en su rostro, ambas partes se comenzaron a consumir como si fuera un ácido a alta temperatura, comenzó a gritar de agonía.

Jennifer se lanzó inmediatamente en su ayuda y lanzó un golpe con su espada, el monstruo creó el mismo escudó para evitar el golpe de la chica.

La criatura se dispuso atacar nuevamente, repitió el mismo movimiento contra Jennifer, la chica comenzó a toser una vez atrapada entre la neblina, pero algo detuvo a la criatura. Era Nosori, había defendido a ambas con un escudo de archés azul.

La chica sacó de su cangurera unos balines negros y los arrojó contra ambas, y una enorme nube de polvo blanco se formó, al caer sobre la telaraña se enfrió y neutralizó.

—Debí dejarlas morir a ambas por débiles e inútiles—dijo Nosori mientras les lanzaba una mirada furiosa a ambas—. Revisa su brazo e intenta curárselo, o lo perderá—añadió mientras se preparaba para atacar al monstruo. Jennifer se cubrió con una burbuja de archés azul con Clarisse para curarla.

Mientras tanto, Lissandra junto con Gisselle y su equipo estaban terminando de evacuar a la gente. Ya no quedaba casi nadie, sólo los alumnos que estaban luchando contra los monstruos, Ádom y las tres chicas.

—Bien—dijo Gisselle—. Ahora debemos encontrar una forma de derrotar a los Morpho y rápido…

—Es imposible, los Morpho tienen encima un hechizo que refleja ataques…—mencionó Lissandra—. Esperen, si hay un Morho aquí, entonces debe haber un éxhumus cerca.

—¿Qué?—inquirió Gisselle sorprendida.

—Sí, es fácil deducirlo, la semana pasada atacó un Éxhumus y liberó un Morpho Xenoarchés de nivel beta, así que debe haber un Éxhumus cerca haciendo esos hechizos reflectores, ellos no parecen tan inteligentes como para desarrollar un sistema tan sofisticado de defensa que inclusive evita ataques por la espalda.

—¿Qué sugieres Liss?—preguntó uno de los miembros del equipo de Gisselle, su nombre Alder, un joven de cabello castaño y ojos verdes.

—Bien, sugiero que tú y tu equipo vayan a buscar al Éxhumus para que deje de proteger a los Xenoarchés.

—Entonces iremos a buscar al Éxhumus—dijo una chica, la otra integrante del equipo, su nombre era Marí, una chica de cabello castaño y ojos claros como miel.

—¡Yo no he dado la orden!—dijo furiosa Giselle.

—Tú no, pero yo sí…—respondió Lissandra con una mirada seria contra la chica.

—Bien…—dijo Giselle—. Equipo, iremos a buscar al Éxhumus que protege a los morpho, analicen toda el área escolar y externa en busca de algún tipo de Xenoarchés que vincule los escudos de los morpho con alguna señal a distancia… espero que sepas lo que haces—dijo al final la chica contra Lissandra.

—¡Espera!—grito Marí—. Liss, tú no tienes archés funcional, lo tienes restringido por el castigo de Emmanuel. Lo mejor será que me quede contigo—mencionó preocupada.

—No te preocupes por mí. Vayan y encárguense del Éxhumus, es una orden—respondió la chica con una sonrisa cálida. Los tres chicos salieron con la esperanza de encontrar al Éxhumus.

Nosori comenzó a pelear contra aquel monstruoso ser, la chica encestó un golpe con su catana y el ser logró repelerlo con su escudo.

—¿Qué demonios!—exclamó la chica al ver el escudo de xenoarchés.

Ádom, después de terminar de curar a Iris, se lanzó al ataque para ayudar a Elrick, con su espada creo un campo de color azul fuerte con el que empujó al monstruo y lo hizo retroceder hasta las gradas.

—¡Nosori! ¡No puedes atacarlos cuerpo a cuerpo! Tienen un escudo reflector que los repele.

—En ese caso, utilizaré mi archés entonces—dijo la chica e hizo brillar su espada de color dorado.

—¡No! ¡Espera! No puedes utilizar tu archés, tienen un espejo reflector de ataques con él—gritó Ádom.

—¿Qué! Eso significa que no puedo…

—Así es, debemos buscar la forma de derrotarlos o huir.

—¿Huir! Estás idiota si crees que voy a…

En ese momento Iris despertó, estaba en brazos de Lucía y Adria estaba al frente observando la situación.

—¡Uh?

—¡Iris! ¿Estás bien?—preguntó Lucía a la chica.

—Uh, sí… sólo me siento un poco mareada…

—Bien, despertó… ahora debemos salir de aquí inmediatamente—dijo Adria.

El morpho xenoarchés que estaba luchando con Nosori miró a Iris y dijo con una voz profunda y gruesa.

—Aline…

—¡Qué? ¿Están detrás de ella?—pensó Nosori—. ¡Váyanse rápido! ¡Salgan de aquí y llévensela lejos!—gritó Nosori con miedo.

Adria tomó a Iris y a Lucía de las manos y se dirigió a la salida del lugar.

—No—dijo el Xenoarchés y las puertas se cerraron inmediatamente delante de las chicas, al unísono apareció un sello mágico que bloqueó la puerta y todas las salidas del lugar [♂♀Y Se´al-Klose Y♀♂] ("Seal-Close").

La otra criatura saltó hacia el final de una de las gradas y la que estaba luchando con Nosori se trepó por las vigas del techo. La primera formó un selló mágico con una de sus manos peludas, era un hechizo de campo magenta. Aquel ser golpeó el suelo con la mano abierta y el sello se expandió por todo el lugar y los atrapó a todos en el campo que se había formado. Ambos seres comenzaron a escupir una neblina espesa y púrpura, la cual amenazaba con llenar el lugar por completo.

—¡Tenemos que salir de aquí!—gritó Lucía.

—¡Hay que romper la pared! Si tuviera mi archés.

—Aunque rompieras toda la pared, faltaría el campo magenta del morpho—dijo Lissandra.

—¡Maldición!

Pronto la cortina venenosa alcanzó a las chicas y cubrió el lugar por completo. Iris al escuchar toser a sus amigas les agarró las manos para compartir su aura de archés, Lisandra recibió protección de Ádom quien se acercó a ella para preguntarle si tenía el antídoto del veneno del morpho, a lo que ella respondió positivamente.

—Aline—dijo uno de los monstruos y se dirigió corriendo contra las tres chicas. Nosori intentó detenerlo con un golpe de su catana y se percató que lo había atravesado por completo sin hacerle ni un rasguño. Iris creó un campo azul con su archés para evitar a la criatura.

El celular de Lissandra comenzó a sonar repentinamente, la chica contestó.

—Encontramos al éxhumus… que… prote… gía al morpho, pero… tene… un problema, ha herido de gravedad a Gisselle y…—la transmisión se cortó repentinamente.

—Alder, ¡Alder!…—gritó Lissandra.

—No lo entienden, no podrán detenerme, el poder de Aline será mío y su mundo caerá…—dijo una voz extraña en el teléfono.

—Es el Éxhumus—pensó Lissandra y la comunicación se cortó.

Iris estaba dentro del campo de fuerza con sus dos amigas quienes la estaban abrazando para compartir su aura. Afuera el morpho golpeaba el campo y amenazaba con romperlo.

—Maldición… no… podré resistirlo mucho—dijo Iris mientras sentía como se debilitaba lentamente tras cada golpe del mosntruo.

—¡Resiste! ¡Por favor!—gritó Adria mientras abrazaba más fuerte a Iris.

Nosori al ver la escena se dispuso a ir a defenderlas, pero el otro monstruo bajó y le rasguñó la espalda con su enorme mano, la sangre comenzó a salir por montones, la chica activó un selló curativo, una luz verde con un sello mágico que rezaba [♀ Kuratib῾e-ark῾e´s ♀] ("Curative-arches"). La chica giró para golpea al monstruo, pero no le hizo nada, simplemente el golpe pasó de largo.

—Ya veo… no puedo hacerte nada mientras estés en la niebla… entonces la despejaré…

Nosori se plantó en el suelo de la cancha y abrió un selló de color blanco y casi transparente, el cual tenía un círculo mágico que rezaba [♀ Fres῾ Air-ark῾e´s ♀] ("Fresh air-archés"). El sello intentó expandirse haciendo a un lado la neblina, pero no lo consiguió.

El monstruo volvió a atacar a Nosori con un manotazo y ella lo esquivó con algo de trabajo.

—¡Maldición! El veneno ya comenzó a sobrepasar mi archés, no puedo luchar—pensó la chica—. No… no debo rendirme… sí puedo… sí puedo—repetía sin cesar.

Aquel monstruo arrojaba un manotazo tras otro y Nosori los esquivaba de uno en uno. Una de las garras del monstruo casi la alzando pero la chica se defendió con su catana.

—No me debo rendir… no me debo rendir… debe haber una forma de ganarle…

Iris estaba dentro del campo de fuerza, se notaba bastante cansada. El monstruo preparó un sello con una de sus tantas patas y tocó el suelo con él.

—¡No!—gritó Elrick y se lanzó a atacar al monstruo, el cual no recibió ni un solo golpe de su espada.

Un circulo se abrió enfrente de Iris, el cual tenía escrito [♂♀Y Xenoark῾e´s Y♀♂] ("Xenorchés") y un portal negro se abrió, de allí aparecieron unos monstruos labios negros con los dientes amarillos, las encías y la lengua púrpura con saliva espumosa del mismo color.

—Estamos en problemas… ¿verdad?—inquirió Adria al ver al monstruoso ser delante de ella.

—Parece que sí…—respondió Lucía con miedo.

—Santos cielos—dijo Iris al ver al monstruo enfrente de ella.

Los monstruosos labios se cerraron he hicieron una mueca y sus mejillas se inflaron como si estuviera a punto de vomitar, adaptaron posición de beso y escupió una nube púrpura de veneno que rápidamente llenó el lugar. Las tres chicas, a pesar de compartir un aura protectora, comenzaron a toser atragantadas por el veneno.

—¡Cof! ¡Cof! ¡Cof! Ten… tengo que abrir el campo… o moriremos asfixiadas aquí…—dijo Iris con desesperación.

—¡No! Si abres el campo esa cosa te va a matar… ¡cof! ¡cof! ¡cof!…—gritó Lucía.

—¡Cof!... ¡cof!... No… no puedo respirar…—dijo Adria.

Ádom veía desde afuera a la criatura y buscaba un modo de golpear a la criatura, pero era imposible, el monstruo era invulnerable estando en la neblina.

Tania comenzó a sentirse mareada y su aura comenzó a perder un poco de brillo. Elrick tomó a la chica en brazos antes de que callera al suelo.

—Tania…

—¡Oh!... Estoy bien, sólo fue un pequeño mareo…

—No, no estás bien, es el veneno del lugar…

Elrick pidió un poco del antídoto del veneno del xenoarchés a Lissandra, este debió funcionar, peor no fue así.

Mientras tanto Nosori seguía peleando contra el otro monstruo al otro lado de las canchas. La chica ya no podía continuar, estaba completamente mareada.

—No debo rendirme, debo continuar, continuar… ¡vamos!—la chica se exigía demasiado a sí misma.

Un ataque del monstruo la tomó por sorpresa entre la niebla, la chica lo evitó con su catana y un escudo azul de archés, contra atacó pero no le hizo nada a la criatura. Nosori bloqueó otro golpe y otro más, pero un tercero la devastó y arrojó al piso.

—No… ¡cof!... no debo rendirme…

El xenoarchés golpeó a la chica nuevamente, este logró detenerlo, pero la fuerza del golpe fue tal que la mandó directo a las otras gradas. Ádom y Lissandra la vieron caer, el grandote fue en su ayuda, el monstruo lo derribó y los mandó del otro lado de las canchas con un golpe.

—Ádom… —dijo la chica cansada, comenzó a jadear entre las cortinas de veneno—. No debo rendirme, no debo rendirme… —dijo la chica mientras su vista se hacía doble por los mareos.

Entabló posición de combate una vez más, el aura que la protegía había perdido brillo, se forzó nuevamente, recuperó algo de su aura y se lanzó contra el xenoarchés, no le hizo nada y el monstruo volvió a pegarle con sus garras peludas, la chica se defendió y salió volando nuevamente contra las gradas.

—Sí puedo vencerlo… sí… ¡Cof!... sí pue… no… el veneno… es demasiado…—dijo la chica mientras caía de rodillas y su espada se desvanecía—. No puedo… no vencerlo… no puedo respirar…—la chica se echó a toser mientras la neblina la abrazaba.

Iris aún estaba dentro del campo de fuerza, ya no podía seguir, Adria se estaba debilitando a pesar de tener el aura de la chica, al igual que Lucía. El otro monstruo seguía golpeando el campo desde afuera.

—I… Iris…—fueron las últimas palabras de Adria antes de desmayarse y caer rendida a las piernas de la chica.

—Ten… tengo que abrir… el campo…—pensó Iris, en ese preciso instante Lucía cubrió su boca con su mano derecha y tosió un par de veces, al ver su mano se percató que estaba llena de sangre, en unos segundos parecía que s había desmayado también.

Todo parecía perdido, todos los chicos habían sido derrotados. Los dos monstruo reclamaban el poder de Aline. Iris en ese momento sintió una sensación extraña y una voz le habló, era la misma voz que le había hablado en sus sueños.

—Oye, oye, yo… yo puedo ayudarte, pero tengo miedo a que tu cuerpo no pueda resistirlo.

—¿Qué? ¿Quién eres? —respondió Iris en voz alta.

—I… Iris—dijo Lucía al ver que su amiga estaba hablándole a la nada.

—Sí, voy a ayudarte… no lo hice en un principio porque pensé que sería peligroso con "él" rondando en los alrededores, además no creo que…

—Basta… seas quién seas deja de hablarme y muéstrate…

—Estoy en tu cabeza y habitando tu alma, cubierta de tus pensamientos y recuerdos… puedo ayudarte… pero me arriesgaría mucho porque…

—¡Hazlo! ¡No sé quién seas! ¡Pero hazlo, hazlo ya!—gritó Iris.

—Está bien… sólo espero que tu cuerpo lo soporte…

De un momento a otro, Iris comenzó a sentirse raro, sentía que su corazón latía muy fuerte y en cada latido una fuerza extraña la invadía.

—Uh… ¿Iris?…—dijo Lucía, y empezó a toser al respirar el veneno.

La chica despidió un brillo de color rosa, debajo de sus pies apareció un círculo mágico, tenía a venus con los brazos levantado y una sin ellos los cuales atrapaban el nombre "Aline" entre ellos [♀ Aline ♀].

La luz que se hizo más fuerte e hizo brillar con intensidad el campo de fuerza, el monstruo al dar un golpe al nuevo campo, salió disparado inmediatamente de allí. Iris se encontraba entre la nube de polvo y veneno.

La chica se había transformado, su cabello creció, se tornó blanco y una buena parte del mismo se puso rosado hasta las puntas, el iris de sus ojos cambiaron de color a uno rojizo muy brillante, como una joya preciosa. Aquel círculo mágico se desprendió del suelo y comenzó a flotar a la altura de sus tobillos.

—I… Iris…—exclamo débil Lucía al verla cambiada y tosió contra el suelo expectorando algo de sangre.

—¡Oh! No te ves muy bien…—dijo la chica con una voz un tanto diferente.

Iris tomó la mano de Adria y la de Lucía y las curó del veneno a ambas, al unísono, un círculo mágico apareció sobre el vientre de ellas y sobre el de Lissandra, el cual tenía escrito [♀ Kankel ♀] ("Cancel"). Las tres comenzaron a sentirse a mejor y recuperaron su archés.

—Un sello de cancelación…—pensó Lissandra—. Pero… esto es demasiado avanzado para ella… un momento… ese símbolo en su círculo mágico…—añadió inquieta mientras observaba el símbolo de venus con los brazos levantados [].

Nosori se encontraba en el suelo tosiendo por la neblina venenosa que la envolvía, el monstruo se preparó para encestar su golpe final, de repente en el centro de la cancha de basquetbol, brilló un sello mágico que tenía las insignias "ArchAither-Purification" [♀ Ark῾Ait῾er-Purifikation ♀]. El veneno púrpura se convirtió en humo rosa muy claro y comenzó a dispersarse hasta desvanecerse.

—Aline—dijo el monstruo al ver a la chica y gruñó profundamente.

—Vaya… interesante, ¡qué la diversión comience!—respondió ante su amenaza y sacó un sello mágico que decía "Aline árchgladius-archés" [♀Aline A´rk῾gladius-Ark῾e´s♀], de allí salió una mariposa de su archés que se posó sobre el dorso de su mano, al hacerlo, se formó un brazalete de archés en su antebrazo con las mismas insignias y una espada hecha de su archés rosa apareció en su mano derecha, se preparó para luchar contra los monstruos.

—¡Aline!—gritó el monstruoso ser y se lanzó directamente al ataque.

La chica respondió habilidosamente con su espada de archés y encestó un golpe contra la criatura, esta activó su escudo xenoarchés.

—¡Ja! ¿Crees que eso será suficiente?—dijo la chica y su sello de cancelación apareció delante del escudo del monstruo. Se rompió inmediatamente.

Iris tomó su espada y encestó otro golpe contra la criatura, esta comenzó a desangrarse al recibir el golpe en su pecho.

—¡Cuidado! ¡Iris! ¡La sangre de esa cosa es ácida!—gritó Nosori.

En ese momento la sangre comenzó a salpicar a la chica, pero antes de tocarla se convertía en agua limpia y clara. Nosori se sorprendió, al verla bien, notó que había otro círculo mágico flotando a la altura de sus tobillos [♀ Akua-Purifikation ♀ ] ("Aqua purification"). La criatura muerta calló y rodó por las gradas.

—¿Ese es el símbolo de venus con los brazos levantados?... ¿cómo es posible?... sólo las Deámferro y las diosas pueden tenerlo… entonces ella, tiene una diosa en su interior…—pensó Nosori con miedo.

—Aline—dijo el segundo monstruo y se lanzó a pelear.

Iris recibió al segundo morpho xenoarchés con su espada, la chica golpeó al monstruo, el escudo del monstruo se activó y ella inmediatamente lo canceló. Una batalla se libró entre ella y el monstruo.

—¿I…Iris?…—dijo Adria, ella estaba despertando, se encontraba recostada en los brazos de Lucía.

—Sí, es ella, no sé lo que está pasando…—dijo con seriedad y confusión al mismo tiempo Lucía mientras veía la pelea contra el monstruo.

Iris se defendió de los ataques de la criatura quien lanzaba telaraña ácida contra ella, pero al alcanzarla se convertía en agua por su sello mágico que lo purificaba. Iris le dio un golpe con su espada y le abrió el pecho, luego recorrió con la chuchilla todo su cuello hasta dejarlo abierto por completo, derrotando ala criatura.

Por afuera estaba Abigaíl comandando a varios soldados intentando romper el campo magenta del monstruo, cuando notó que no podía romperlo, ella se acercó a golpearlo con un archés de color negro y brillante. El campo se rompió inmediatamente.

—¿Por qué no hizo eso desde el principio?—gritó el general Aloney.

—Por qué pensé que sus fuerzas podrían lograrlo, pero ya me di cuenta que no es así—respondió Abigaíl mientras exhalaba humo de su cigarrillo en cada palabra.

Las fuerzas especiales entraron al lugar a ayudar a todos los que lo necesitaba.

—¡Aquí por favor! ¡Necesito ayuda!—gritó Jennifer, el brazo de Clarisse y la mitad de su rostro no se veía muy bien.

—Debo ayudar a Clarisse…—pensó Iris, pero en ese momento, la chica cayó de rodillas, regresó a la normalidad y se desmayó.

—¡Iris!—gritó Lucía y se acercó rápidamente a ayudar a su amiga.

Dos días después. Abigaíl estaba en su oficina, fumando y haciendo anillos de humo y jugando con ellos, deshaciéndolos con su dedo. En ese preciso momento, Nosori entró a su oficina, se veía molesta.

—Tenías razón, la chica es una Deámferro.

—¡Jah! ¿Cuándo no he tenido razón?

—Tienes que responder varias preguntas ya… ¿Cómo lo supiste? Y ¿por qué me pediste formar parte de su patético escuadrón de protección?

La mujer pelirroja sonrió mientras exhalaba humo por la nariz, este rebotó en su pecho y danzó en su rostro formando una nube que se deshacía lentamente en el aire.

—No tengo por qué responder a nada, sólo hago las cosas que tengo que hacer.

Luego, en la noche. Iris estaba preparándose para ir a dormir, cuando de repente sintió una presencia extraña en su hogar. La chica con mucho miedo terminó de lavarse los dientes y salió del baño, el cual estaba en su habitación. Pronto el miedo se le pasó al ver que no había nadie. Las luces se fueron.

—Tu cama es muy cómoda… puedo sentirla a través de tu cuerpo—dijo una chica. Iris la escuchó con suma claridad.

—¿Ah! ¿Quién anda allí?—gritó Iris con miedo.

—No es quien anda allí, es quien anda aquí—respondió la voz—. Estoy detrás de ti.

—¿Eh!—expresó Iris con miedo mientras giraba para ver quien le hablaba.

Se topó con un espectro, era del tamaño de una chica pequeña, rosada y en lugar de tener piernas poseía una cola espectral.

—¡Un fantasma!—gritó Iris horrorizada.