Después de unas cuantas horas ya estábamos de regreso a la calle principal de la ciudad, aunque seguía algo deprimido por gastar tanto dinero en tan poco tiempo no podía negar que la ropa era de buena calidad.
-Ya se está haciendo tarde y parece que va a llover, lo mejor será que busquemos algún lugar en donde refugiarnos… Aunque aún falta decirte algunas cosas sobre "eso" – dijo Kaori mientras veía las nubes negras que se empezaban a formar en el cielo.
-Si tú lo dices… creo que estaría bien ir a algún restaurante, aunque tiene que ser uno un poco económico – dije ya cansado de todo lo que había pasado.
Había tenido suerte de que una de las empleadas de la tienda hubiera visto como forcejeábamos con Kaori y se había apiadado de mí, negándome la entrada al área de lencería a pesar de la insistencia de mi compañera.
-No podemos hacer eso – dijo ella mientras me abrazaba de pronto – Alguien nos viene siguiendo desde hace rato.
Apenas si la había escuchado pero fue suficiente para ponerme alerta. Yo había estado vigilando los alrededores para evitar eso, pero al parecer los agudos sentidos de Kaori no se habían oxidado para nada.
-¿Desde hace cuánto tiempo? – pregunté sin alzar la voz.
-Se ha mantenido lejos pero nos sigue desde la mañana, lo perdimos un rato con el asunto de las avispas de fuego pero parece que nos encontró mientras comprábamos la ropa – respondió ella sin voltear a ver.
-¿Crees que se sabe lo de Luke? Si es así… – dije asustado, todo el plan podría irse a la basura por eso.
-Claro que no, Luke siempre esta alerta de sus alrededores y en el camino no hay muchos lugares en donde esconderse. Pero de algún modo debemos perderlo o estaremos en problemas – dijo ella preocupada.
-No creo que podamos ir a los establos o a tu casa, estoy seguro que sería aún peor. Podríamos lanzar algún ataque mágico para crear una cortina de humo pero entonces se daría cuenta de que lo descubrimos – dije pensando en voz alta.
-No podemos, sabrán que estamos planeando algo, lo mejor será… ir a ese lugar – dijo ella mientras me tomaba del brazo y empezaba a caminar rápido.
Yo solo la seguí, estaba tentado a voltear para ver quién nos seguía pero eso sería estúpido, lo único que podía hacer era que Kaori me llevara a donde ella había dicho.
Pero unos segundos después me arrepentí.
-Debes de estar bromeando… – dije tratando de no sonar asustado.
-Cla… claro que no, aquí solo puedes entrar si tienes una pareja y quien nos sigue está solo, así que… podemos perderlo aquí – respondió ella, pero su voz confiada había desaparecido.
Estábamos frente un gran edificio con muchas habitaciones y una gran recepción, 5 letras adornaban la entrada, formando la única palabra que había visto en español en este mundo: HOTEL.
-¡Claro que no podemos entrar ahí! No es porque este asustado, pero ¡¿Que pensaran de ti si te ven entrando conmigo?! – dije en voz baja tratando de negarme pero no tenía más opción que seguirla.
-¡Ya lo sé ¿Está bien?! ¡Pero esto es una emergencia! Si no lo dejamos atrás yo podría perder mi trabajo y tú la vida. Solo entramos, pagamos y salimos por la entrada trasera dentro de unas horas, no creo que él nos espere tanto tiempo – dijo ella hablando bajo pero podía los nervios en su voz.
-De acuerdo… hagámoslo. Solo espero que después no vayan a surgir rumores – dije ya resignado.
-Los va a haber, solo que nunca nos lo dirán en la cara – respondió ella mientras me seguía guiando.
Unos minutos después ya estábamos dentro de una de las habitaciones del hotel. Para ser otro mundo debía de admitir que la habitación era muy grande y bastante lujosa para el precio que cobraban. Por suerte las paredes parecían estar hechas de alguna clase de concreto y eran bastante gruesas, por lo que no podríamos escuchar lo que hacían en otras habitaciones y eso era un alivio para mí.
-Este día ha sido una locura… aunque de forma diferente a los anteriores – dije mientras me tiraba de cabeza a la cama, lo único que quería era dormir hasta el día siguiente y esperar que todo hubiera sido solo un sueño.
-No tienes que decirlo, pero al menos fue mucho más divertido que estar todo el día encerrada en el gremio – dijo Kaori mientras hacía lo mismo.
-Tú te la pasaste divirtiéndote todo el día y yo fui quien se llevó la peor parte, incluso las botas que tanto me gustaban terminaron haciéndose polvo y mis pies terminaron carbonizados – dije sin levantar mi rostro de las sabanas.
-Yo también me lleve unos cuantos golpes y varias picaduras, además soy quien se está jugando su trabajo en esto, así que no vengas a reprocharme eso – respondió ella para después golpearme la cabeza contra la cama.
-No te estoy reprochando nada, solo digo que esto es más difícil que enfrentarse a monstruos, al menos tengo ayuda para enfrentarme a ellos pero con esto tengo que lidiar solo y sin usar violencia – dije mientras empezaba a bostezar, era como si mi cuerpo se hubiera cansado solo con tocar la cama.
-Eso es lo que hago siempre en el gremio cuando hay algún aventurero muy creído o que es un idiota – dijo ella mientras veía como no me había movido del lugar aun después del golpe – Creo que podremos dormir unas cuantas horas y después nos vamos, yo también estoy cansada.
-Te… tomo la… palabra – fueron las últimas palabras que salieron de mi boca antes de caer dormido.
No sabía cuánto tiempo había pasado cuando algo me despertó, era una cosa suave y blanda que se presionaba contra mi rostro. Al principio no me molestaba pero poco a poco fue apretándose contra mi al punto que no me dejaba respirar.
Intenté abrir los ojos pero no pude y lentamente me estaba quedando sin oxígeno.
-¡¿Acaso ese tipo que nos seguía terminó aquí dentro también?! ¡Tengo que hacer algo o terminaré muerto! – pensé casi desesperado.
Tal vez por cómo había despertado o tal vez por idiota, pero hasta el momento no había intentado apartarlo de mí. Como pude levanté ambas manos y agarre lo que me estaba asfixiando y no era solo una cosa, eran 2. Suaves y cálidas al momento de apretarlas con fuerzas, pero de inmediato escuche un gemido seguido de un golpe en la cara que me mando al otro lado de la habitación.
-¡¿Qué demonios estás haciendo?! ¡Imbécil! ¡No porque te haya dicho que viniéramos aquí significa que puedas hacer lo que quieras! – gritó Kaori con todas sus fuerzas, el rostro rojo y enojado mientras se tapaba el pecho me decía lo que había pasado.
-¡Eso debería decir yo! ¡Casi me ahogas con esas cosas! ¡¿Cómo es posible que se te olvidara que estaba dormido a un lado y me hayas usado como almohada?! ¡Si hubiera estado otros segundos más hubiera muerto! – grité mientras trataba de recuperar el aliento.
-¡Mejor cállate! ¡Muchos hubieran peleado para terminar así y tú todavía me hechas la culpa! ¡Debería estar agradecido por todo lo que estoy haciendo y por dormir conmigo! – siguió gritando ella, al parecer esto llevaría un buen rato.
-¡Claro que lo estoy! Pero pensé que te quedarías vigilando por si ese sujeto se aparecía por aquí. Además cualquiera se enojaría y casi se asfixia mientras duerme – dije tratando de defenderme, pero debía de arreglar las cosas y dejar de perder el tiempo – Pero tienes razón… lo que hice no estuvo bien, así que… perdóname.
Lo había dicho de todo corazón, pero no estaba seguro de que una simple disculpa arreglaría todo eso. Ella solo dio un largo y pesado suspiro, al parecer estaba tan cansada como yo.
-No… tu perdóname, con todas las cosas que pasaron quedé muy cansada y no me di cuenta a qué hora caí dormida. Lo mejor será que nos vayamos para terminar con esta cita, si seguimos puede que pasen más cosas raras y haya más problemas – dijo ella con un tono más calmado.
-Tienes razón, mejor terminemos con esto. Aún tengo que llegar a entrenar y creo que las chicas estarán un poco enojadas por estar tanto tiempo lejos – dije mientras me ponía de pie para buscar mis cosas.
-Querrás decir porque estuviste tanto tiempo a solas conmigo – dijo ella en tono burlón, como si jugara conmigo.
-Por lo general siempre hay algo que las hace enojar, así que ya estoy acostumbrado. Aunque la verdad si se molestaron cuando les dije lo de la cita – dije al recordar cómo se habían puesto cuando les conté el plan.
Ella solo se empezó a reír un poco, pero se detuvo unos segundos después.
-No me refería a eso. Esta claro que van a estar celosas, sobre todo la chica gato que te dejó esa marca en el brazo y Sayuri – dijo ella de pronto.
De inmediato me tape el lugar en donde tenía la marca, sabía que era inútil tratar de ocultarla ahora pero lo hice por reflejo.
-¡¿Cómo te diste cuenta de la marca?! ¡Casi no se ve aun de cerca! ¿Y porque dices que Haruka y Sayuri se pondrán celosas? – pregunté haciéndome el tonto.
-Tú ya sabes porque, solo ten cuidado con lo que pueda pasar si le quitas el título nobiliario a Arthur, a muchos les molestará, sobre todo si estas tan cerca de Sayuri Kirishima – dijo ella en tono serio.
No sabía porque pero todo eso era demasiado extraño, era como si me ocultaran algo acerca de Sayuri.
-Luke dijo el parecido… ¿Por qué no me dicen de una vez de que se trata? Así nos ahorraríamos más problemas – dije ya un poco cansado de eso.
-No puedo… es mejor que ella te lo diga, necesitas escucharlo de sus labios para que puedas creerlo, sobre todo conociendo todo lo que ha pasado – dijo ella mientras se ponía de pie – Bueno… mejor salgamos de aquí antes de que me vuelva a dormir.
-¿Porque tanto secreto con eso? No creo que sea algo tan malo como para ocultarlo tanto… ¿O sí? – pensé cada vez más confundido.
Ya era la segunda persona que me decía eso, no podía ser una coincidencia si eran compañeros en el mismo equipo. Una vez terminado todo este asunto del duelo debería hablar seriamente con Sayuri aunque ella no quiera.
Por tantas cosas que pasaban en mi mente no me hbaia dado cuenta que ya estábamos en la recepción y alguien más nos guiaba por una puerta en la parte de atrás o eso parecía, ya que no se podía ver desde la calle y lo único que teníamos delante era un callejón oscuro.
-Gracias por tu ayuda, ese tipo nos siguió por bastante tiempo – dijo Kaori al empleado que teníamos adelante.
-No entiendo que quería ese sujeto, pero estuvo bastante tiempo afuera esperando a que ustedes salieran. Pero es seguro salir por aquí, los demás guardias dicen que no hay nadie en los alrededores – dijo el tipo vestido de recepcionista.
-Eso espero, no quiero tener problemas con el gremio. Podrían quitarme mi trabajo por culpa de ese tipo – dijo ella aun poco asustada.
-Y que lo digas, parecía que ese sujeto era compañero el tipo que va a enfrentar este novato. Cualquiera pensaría que le estas dando información si los ven salir de aquí, así que… – dijo el tipo antes de empezar a alborotar el cabello y ropa de Kaori, para luego seguir conmigo.
-¡¿Qué rayos haces?! ¡No ves que esta ropa es nueva! – dijo ella en voz baja.
-Así no pensaran que solo estuvieron hablando todo el tiempo aquí – dijo él casi riéndose.
-¡Así también tendré problemas! ¡No lo parece pero él tiene solo 17! ¡¿Sabes los problemas que eso me traería?! – dijo ella más alterada que antes.
-Lo entiendo, así que no diré nada. Solo te cuidado de que nadie los vea saliendo de aquí… – dijo el antes de empujarnos por la puerta – Cuídate… Asaltacunas.
La puerta se cerró antes de que Kaori pudiera decir algo.
-Tendré que pedir un intercambio a otra ciudad… ahora todos mis amigos lo van a saber – dijo ella casi llorando.
-No te preocupes… si ganó mi primer orden como noble es que olviden eso y si pierdo… solo lo verán como algo que hiciste por lastima – dije nervioso, no sabía que más decir.
-Sería mejor si desapareciera por un tiempo… pero mejor vámonos antes de que todo empeore – dijo ella mientras empezaba a caminar.
Ya no dije nada, no quería seguir metiendo la pata. Ya le habia causado bastantes problemas y debía de recompensarselo de algún modo, aunque no sabía como.
Por fin habia regresado al lugar en donde nos habíamos encontrado en la mañana, pero ahora todo era muy diferente.
-De verdad pasaron muchas cosas hoy… pero no puedo decir que fue tan malo – dijo ella apenas habíamos llegado.
-Sí, a pesar de las picaduras, quemaduras y lo demás vergonzoso… me divertí bastante, aunque creo que debo de buscar algo para el estomago – dije sin pensar, aunque siendo bastante sincero.
Ella empezó a reírse por mis palabras, al menos la había puesto de buen humor al final.
-Tienes razón, tal vez podríamos tener otra cita… dentro de algunos años – dijo ella aun riendo.
-Eso si mi plan para ganar funciona, sino… al menos me llevaré el recuerdo de esta cita – dije un poco preocupado pensando en lo que se avecinaba.
-No se que sea, pero debes de hacerlo funcionar. Si de algo estoy segura es que no eres como los demás aventureros, tienes que confiar n eso diferente y explotarlo al máximo – dijo ella tratando de animarme.
-Eso haré, después de todo todavía tengo que pagarte todos estos problemas que te cause – dije ya más tranquilo.
-Claro que lo harás, tú mismo dijiste que te harías responsable y no descansaré hasta que lo hagas, pero mientras tanto estaría encantada de seguir atendiéndote en el gremio – dijo ella mientras se acercaba y me daba un beso en la mejilla – Nos vemos pronto.
Después de eso empezó a correr por el mismo lugar por el que había llegado, cuando ya no estaba a la vista todo alrededor de mi cambio. Se podía sentir una atmosfera fría y muy pesada, acompañada de una increíble sed de sangre que podía sentir que era contra mí.
-Esto se va a poner feo… – pensé mientras me preparaba para correr.
Lo que pasó después fue algo extraño he increíble a la vez. Hechizos y armas volaban por todos lados mientras esquivaba las trampas que había puesto en mi camino, en más de una ocasión me habían acorralado y de alguna manera había podido salir de ahí.
No importaba si estábamos en medio de la ciudad, todo eso siguió hasta estar a más de la mitad del camino hacia el establo, pero yo no baje el ritmo hasta estar seguro detrás de la puerta de mi habitación.
-¡Por fin llegas! ¡Explícanos como es que eso era en realidad una cita de verdad y no una farsa! – gritó Sayuri apenas había llegado.
-¡Y en donde se metieron para desaparecer tanto tiempo! ¡Y porque traes la ropa y el cabello tan desaliñado! – dijo Seina después.
-¡¡Y porque hueles tanto a la señorita Kaori!! ¡Es como sí…! – dijo Haruka después de ellas dos.
Pero yo ya estaba en mi limite, todo lo que pasó en ese día me había dejado sin energías, era mucho peor que los entrenamientos de las chicas. Mi cuerpo apenas sintió que estaba a salvo dejo de responder y me desplome en el suelo.