Por alguna razón sentía el cuerpo muy cansado, como si toda la energía hubiera sido drenada de mí, tanto que ni siquiera podía abrir mis ojos. Podía sentir que algo mantenía mi cuerpo cálido, sin embargo caliente pegado a mi lado derecho, algo pequeño que compartía su calor conmigo.
-¿Qué fue lo que pasó? Estaba en el duelo… No, gané el duelo, de eso estoy seguro. Después… ¿Me desmayé? – pensé aun confundido, después de que terminó el duelo no podía recordar nada más.
De pronto eso cálido que estaba conmigo se movió, como si estuviera acomodándose mientras me sujetaba. Realmente estaba confundido hasta que escuche y sentí algo, una vibración muy similar, una que muchos felinos podían hacer.
Abrí mis ojos lentamente, el techo de madera de mi habitación del establo era tan vieja como siempre, aunque no estaba tan iluminada, por lo que debía ser temprano por la mañana.
Giré mi rostro para ver lo que me tenía sujeto y ahí estaba ella, sus orejas blancas que se confundían con su cabello, sus ojos cerrados y su boca medio abierta, dormía tan plácidamente que ronroneaba algunas veces.
-De verdad parece una niña pequeña cuando duerme así… Aunque es mayor que yo – pensé un poco divertido mientras la veía, aun no podía creer todo lo que había hecho solo para que ella permaneciera con nosotros – Supongo que ahora ya no hay nada que la aleje, ahora Sayuri y Seina ya dejarán de estar tan preocupadas… y yo también.
Yo también la abracé, con su pijama de oso era como un gran peluche con el que podía dormir, al parecer a ella también le gustó ya que empezó a ronronear más.
Era raro lo que sentía por ella, de verdad la quería, pero era un cariño muy profundo, algo que me hacía querer ayudarla en todo y algunas veces abrazarla como lo hacía ahora, pero sin llegar a nada más.
Y luego estaba ella, quien, a pesar de que prácticamente me había marcado como su pareja, no hacía nada más sobre ese tema, era más bien como si se hubiera apegado a mí después de encontrarla ese día, tal vez porque la trataba como una amiga o más bien como a mi hermana pequeña.
-Seina… Seina… Ya despiértate… tenemos que ir al gremio – dijo Sayuri medio dormida, podía escuchar cómo se movía sobre su cama, como si buscara algo.
-Ya lo sé, pero… ¿No podríamos dejarlo para mañana? – respondió Seina mientras bostezaba.
De inmediato solté a Haruka, pero ella no se despertó, solo se movió a un lado. Traté de verlas para que se dieran cuenta que estaba despierto, pero ellas solo salieron de sus camas casi sonámbulas mientras empezaban a buscar sus cosas.
-Vamos Haruka… tú también vienes con nosotros – dijo Sayuri mientras se acercaba a la otra cama.
-Ella no está ahí… de seguro está durmiendo con Ryuuji otra vez – respondió Seina aun adormitada.
Ambas voltearon a verme y por unos segundos sus rostros medio dormidos no cambiaron para nada, tal vez por estar recién levantadas.
-Ho…Hola, buenos días – dije con voz cansada mientras intentaba levantar mi mano libre para saludarlas.
Parpadearon un par de veces, como comprendiendo lo que tenían enfrente.
-¡¡RYUUJI!! – gritaron ambas mientras se lanzaban contra mí.
La cama no pudo soportar todo el peso y se vino abajo mientras Haruka saltaba hacia atrás, bufando como gato asustado mientras cada cabello de su cuerpo se erizaba, mientras que a mí me terminaron aplastando en ciertas partes que no deberían ser aplastadas.
-¡¿Qué rayos están haciendo?! ¡No ven que mi nuevo amo no despier…! – gritó Haruka furiosa, pero un segundo después se dio cuenta de porque lo habían hecho y se unió a ellas, también aplastándome – ¡Ryuuji!
Yo apenas si podía pensar en algo, pero debía de salir de ahí cuando antes si quería tener descendencia algún día.
-Pu… ¿Pueden quitarse… de encima? No puedo… respirar – dije como pude debajo de ellas.
De inmediato ellas lo hicieron mientras yo intentaba disimular un poco el dolor.
-Ahora si pensamos que no despertarías – dijo Sayuri aliviada pero aun con los ojos enrojecidos, como si fuera a llorar.
-Solo me desmayé… Durante el duelo hice varías cosas que no sabía… que podías hacer – dije mientras recordaba eso extraño, aquel hechizo que ni siquiera tenía idea de que conocía. Ni siquiera me había podido sentar y aún tenía las sabanas encima, no quería que vieran en donde tenías las manos tratando de cubrirme.
-Pero esta vez fue diferente… Aún tenías bastante maná y no estabas tan lastimado, pero no despertabas con nada – dijo Haruka aferrándose de nuevo a mi brazo.
-Solo me hubieran dejado dormir… Con eso me iba a recuperar – respondí un poco torpe mientras intentaba tomar la orilla de las sabanas.
-No lo entiendes… estuviste dormido por tres días – dijo Seina, podía notar que seguía preocupada.
-¡¿Tres días?! – grité mientras me sentaba y lanzaba las sabanas a un lado – Eso quiere decir… ¿Qué tuvieron que cambiarme durante todo ese tiempo?
Solo de pensar que ellas me hubieran visto desnudo me asustaba, pero lo peor era que durante ese tiempo mi organismo se encargaría de desechar mi comida, es decir ir al baño, y alguien se había encargado de eso.
-El señor Lucas fue quien te cambió la ropa, aunque pasó algo muy extraño cuando te trajimos ¿Verdad? – dijo Haruka esperando la ayuda de las demás, pero no hubo respuesta, solo se quedaron viéndome fijamente - ¿Chicas?
-Oigan… ¿Qué tanto me ven? ¿Acaso estoy…? – pregunté confundido mientras veía hacia abajo y me quedé igual que ellas.
-¿Habías escuchado que algo como eso pasara? – preguntó Sayuri confundida y asombrada.
-No, aunque tus estadísticas suban no creo que afecte al cuerpo de esta manera – respondió Seina igual que ella.
Ni yo mismo podía creerlo, mi cuerpo había cambiado desde el duelo. Todos mis músculos parecían haber crecido un poco, pero estaban muy bien definidos. No es que fuera muy atlético antes, pero ahora parecía que llevara una rutina de 1 hora diaria en el gimnasio todos los días.
-¿Entonces cómo demonios fue que…? – pregunté tan confundido como ellas.
-¿De qué tanto hablan? Yo no siento ningún cambio en Ryuuji – dijo Haruka aun sosteniendo mi brazo.
-Incluso lo estas tocando ¿Y no sientes nada? ¿Algo que haya cambiado? – preguntó Seina mientras ella y Sayuri se acercaban.
-Pues siento sus brazos algo duros, pero debe ser porque no ha descansado lo suficiente – respondió ella sin darse cuenta.
-Bueno… Aun me siento cansado, pero no es por eso. Será mejor no darle muchas vueltas y decir que es porque subí mis estadísticas muy rápido – dije mientras me separaba de Haruka.
-¿O será por todos esos monstruos que me comí? No, claro que no. Tal vez sea por ese hechizo tan extraño – pensé mientras intentaba bajar de la cama.
-Será mejor que descanses otro poco… Tenemos que contarte lo que paso cuando llegamos – dijo Seina, su tono volvió a ser de preocupación, lo que me hizo quedarme en la cama.
-Cuando el señor Lucas te cambio la ropa y te dejo en la cama – dijo Sayuri empezando a contar, pero su voz empezaba a quebrarse antes de parar por completo, como si le costara seguir – Tu cuerpo empezó a enfriarse muy rápido y tu corazón latía cada vez más rápido… Y empeoraban mientras más frío te ponías.
-¿Qué? – pregunté casi sin aliento.
Mi cerebro casi dejo de funcionar, no entendía bien que quería decir pero si sabía lo que me iba a pasar.
-Te cubrimos con varias mantas, pero no funcionó. Pensamos que de verdad ibas a morir y nos pusimos llorar sobre ti pensando que ya no podíamos hacer nada – siguió Haruka, también su voz se quebró un poco.
-Pero poco a poco empezaste a recuperar calor, aunque tus latidos seguían bajos nos dimos cuenta de que estabas fuera de peligro – dijo Seina, ella parecía la más calmada de las tres.
-Así que decidimos que alguna de las tres estuviera siempre contigo, para que pudiera compartir su calor y que no volviera a pasar lo del principio – terminó Sayuri, solo con verla estaba seguro de que sus palabras eran verdaderas.
Solo me quedé en silencio, esta vez sí había estado bastante cerca.
-De verdad le debo la vida a las tres, estoy seguro que no fue cómodo para ninguna pero aun así lo hicieron – pensé mientras las veía a las tres.
-Aunque no ibas a morir, solo lo hicimos para que tu cuerpo descansara lo suficiente luego de usar la Bendición Del Guardián y de pasar tantos días luchando sin parar – dijo la voz de Genbu en mi mente.
-Lo último que buscábamos era asustar a tus compañeras, pero veo que no funcionó e hicimos todo lo contrario – dijo la voz de Suzaku.
-Pero fue bueno para ti chico, pudiste descansar a lado de las tres durante todos estos días. Sin mencionar que dormiste con cada una de ellas – dijo Byakko en tono burlón.
-Da gracias que no puedo gritarte ahora sin que mis amigas me llamen loco… pero arreglaremos las cosas después – pensé mientras controlaba la expresión de mi cara.
-Sí, tenemos muchas cosas que contarte… sobre todo lo de ese hechizo – dijo Seiryu con la misma voz de siempre.
Era justo lo quería hablar, ese hechizo había sido muy diferente a los demás y tenía que buscar respuestas. Pero por ahora tenía que hablar con mis compañeras.
-De verdad siento preocuparlas… otra vez. Muchas gracias por salvarme de nuevo – dije mientras sonreía un poco, ya no quería preocuparlas más – Al menos ya todo se acabó.
-Bueno… Todavía falta algo por hacer – respondió Sayuri.
-El capitán Wettin dijo que quería hablar contigo antes de que recibieras las pertenencias de Arthur Gelbero, nos dijo que le avisáramos cuando despertaras para que pudiera venir y también que le informáramos de tu estado todos los días – dijo Seina.
-Ya veo… entonces es mejor hablar con él cuando antes. También debo darle las gracias a Luke por ayudarnos – respondí mientras me ponía de pie – Creo que puedo caminar hasta el gremio sin hacer mucho esfuerzo.
-Está bien, pero no te excedas. Nosotras nos adelantaremos para hablar con el capitán y le diremos que estarás en el gremio, tal vez ahí puedan hablar con tranquilidad. Aunque pensándolo bien es mejor que alguien vaya contigo – respondió Seina diciéndonos que hacer.
-Creo que lo mejor es que Haruka lo acompañe, si alguien los sigue podrá saberlo por sus mejores sentidos – dijo Sayuri de pronto.
Pensé que sería ella quien se ofrecería a acompañarme, pero no podía negar que ese era un buen plan.
-Sí, yo me encargaré de cuidar de mi amo. Conozco el olor de los compañeros de Gelbero, así que podré detectarlos muy fácil – respondió Haruka casi de inmediato.
-¿Amo? ¿Ahora vas a llamarme así? – pregunté un poco confundido y molesto, solo quería tenerla como compañera y amiga, pero eso de tener una esclava no era lo mío.
-Pues técnicamente lo eres, así que es mejor que te acostumbres – respondió Seina divirtiéndose un poco.
-Seguirá siendo una esclava hasta que le quiten esa maldición ¿No? – volví a preguntar, pero ella solo asintió con la cabeza - ¿Y cómo se la quitamos?
Mi pregunta las dejo calladas a las tres, tal vez no sabían la respuesta o era muy difícil de hacer.
-¿No se puede? – pregunté de nuevo ante aquel silencio.
-Sí, solo que es un proceso complicado y solo ciertas personas pueden hacerlo, así que es bastante caro también – respondió Seina un poco nerviosa.
-Así que primero habrá que buscar a quien lo haga, dudo mucho que alguien de esta ciudad pueda hacerlo, así que será necesario ir hasta otra ciudad – dije un poco sin ánimos, no me emocionaba de salir de la ciudad después de estar fuera por 6 días.
-Debería preocuparte más el dinero, no sabremos cuanto pedirá por quitar esa maldición y no es que tengamos tanto dinero – dijo Sayuri dándome malas noticias, pero ellas aun no sabían todo lo que había pasado en mi cacería de monstruos, aun les ocultaba lo de la Sierpe Incandescente.
-La verdad eso es lo del menos, voy a recibir todos los bienes de ese Arthur así que voy a tener más dinero… Y todavía me falta ir a desfalcar al gremio cuando cobre mis recompensas – dije despreocupado, aun no sabía cuánto iba a recibir, pero debía ser mucho por el único monstruo de rango S.
-Y sabemos que mataste a muchos monstruos, pero quitar una maldición de ese calibre debe de costar al menos unas 200 monedas de oro. En cambio, pasar una maldición es más fácil y más barato, claro que para eso el anterior dueño debe de estar de acuerdo – respondió Seina, era claro que ella sabía mucho más de estas cosas que nosotros.
-¡¿200?! Creo que será mejor esperar que me digan cuanto es la recompensa que me toca antes de pensar en quitarle la maldición – dije ahora un poco preocupado.
-No sé qué cosas tenía ese Arthur, pero me gustaría tener una casa para salir de los establos, esta habitación empieza a quedarnos pequeña – pensé mientras recordaba todo lo que teníamos que hacer para poder cambiarnos de ropa.
-A mí no me importa seguir siendo una esclava, sé que mi nuevo amo no dará una orden que pueda lastimarme – dijo Haruka detrás de mí.
-Bueno… Será mejor que vayamos al gremio cuando antes, no quiero estar fuera cuando empiece a hacer calor. Aunque todavía me falta ir a recoger unas cosas al pequeño lago del Oeste para venderlas en el gremio – dije un poco cansado solo de imaginar todo lo que íbamos a cargar.
-Podemos hacer eso mañana. Pero ahora hagamos lo que dijiste, nosotras nos vamos a ver al capitán y ustedes al gremio. Solo tengan cuidado – dijo Seina.
Y con un cambio "rápido" de ropa salimos del establo.
Durante todo el camino al gremio nadie nos detuvo y Haruka no percibió a nadie que nos siguiera, lo único extraño era que las personas volteaban a verme de manera rara, pero no podía sentir que fueran a atacar, esta vez había algo de emoción en ellas.
-Parece que ya todos saben que derrotaste a Gelbero y a todos sus compañeros durante el duelo – dijo Haruka en voz baja casi llegando al gremio.
-¿Y eso es malo? ¿Tengo que preocuparme por eso? – pregunté algo nervioso, no quería tener que pelear contra alguien más en un buen tiempo.
-Creo que no, también deben saber que te llevas bien con el señor Lucas y el es muy respetado entre los ciudadanos por ser muy confiable, así que tal vez piensen que eres igual – respondió ella.
Pero ya no pude seguir hablando, las puertas del gremio ya estaban frente a nosotros. Pero había algo extraño, todo estaba muy silencioso.
Al abrir las puertas pude ver que casi no había personas dentro, aún era temprano, pero a esa hora ya había bastante movimiento en la ciudad.
-¿Desde cuándo este lugar está tan tranquilo? – pregunté en voz alta para que cierta empleada del gremio me escuchara.
Pero tampoco hubo respuesta.
Otras empleadas del gremio me vieron y salieron corriendo, era como si no quisieran hablar conmigo. Por suerte había un rostro familiar desayunando en una de las mesas y era raro verlo ahí.
-Señor Luke ¿Qué hace tan temprano en el gremio? – pregunté un poco confundido.
Él se sorprendió al verme, tal vez no se esperaba que pudiera salir tan pronto del establo.
-Ryuuji… pensé que todavía seguirías descansando – respondió el aun asombrado de verme ahí – La verdad solo tuve una corazonada y vine para acá, al parecer fue bueno venir.
-Ya veo… por cierto ¿Qué paso después de que me desmayé? ¿Arthur y sus compañeros están bien? Es verdad que tenía ganas de golpearlo con todas mis fuerzas pero creo que me pasé un poco – dije bastante preocupado ya que no conocía la potencia de ese último hechizo.
-Todavía no están del todo bien para hacer misiones pero ya pueden salir a la calle sin desmayarse. Aunque Arthur se salvó por los pelos, no sé qué clase de magia usaste, pero fue la más potente que he visto – respondió él ahora más serio – Escúchame, el capitán Wettin hablará contigo. No sé qué cosa quiere, pero se veía bastante intrigado por todo lo que pasó.
-Lo sé, mis compañeras dijeron que les encargo que le informaran de mi estado y de cuando despertara. También me di cuenta que su rostro cambio cuando escuchó mi nombre, justo antes de desmayarme – dije empezando a preocuparme más.
-Sí, también me di cuenta de eso, creo que es por tu apellido, pero… – dijo él pero de pronto se quedó callado – Ojala hubiéramos podido hablar más, pero ya llego el capitán.
De inmediato me di la vuelta y lo vi entrar al gremio, seguido por mis compañeras. Pero también alguien, que parecía ser un mensajero del gremio, salió corriendo mientras llevaba una carta en su mano.
Solo esperamos a que llegara el capitán, mientras que yo seguía pensando en que decir si me preguntaba algo. Los nervios me estaban matando, después todo hablaría con alguien que esta importante que incluso un duque trataba con bastante respeto. Si decía algo indebido mi cabeza rodaría muy rápido.
-Señor Mizushina, es un gusto verlo recuperado – dijo el capitán de forma amable.
Ahora que lo tenía de cerca de verdad parecía un capitán, su cabello negro ya estaba casi bañado en cañas platinadas la igual que su barba y bigote, su rostro tenía varias cicatrices, recuerdos de todas las batallas que había tenido, sus ojos grises se veían cansados y podía notar en ellos toda la experiencia que tenía luchando, sabía que debajo de su pesada armadura plateada tenia aún más pruebas de sus batallas.
-Es un honor conocerlo capitán Wettin – dije de manera educada mientras hacia una reverencia – Luke me ha contado algunas cosas sobre usted y también que quería hablar conmigo, mis compañeras también me informaron de eso.
-Es bueno saber que ya está enterado de eso, así podemos ir directo al grano – dijo el mientras se sentaba en una de las mesas de comedor del gremio.
Lo seguí y mis compañeras se sentaron en una mesa detrás de nosotros, por suerte Luke no me había dejado solo y se había sentado con nosotros.
-Pude ver parte de la pelea y el Vizconde Lucas ya me explicó todo lo que pasó antes. Lamento no haber llegado antes, pero cuando el Vizconde me mando la carta ya tenía varios compromisos en puerta– dijo de pronto dejando de lado su espada para sentarse mejor.
-Pero de verdad le agradezco que llegara, de no ser por usted el Barón… digo, Arthur Gelbero se hubiera salido con la suya – dijo Luke mientras hacia una reverencia y yo lo imité.
-No te preocupes por eso, solo adelanté una visita de inspección a la ciudad. También nos llegaron reportes de que la Sierpe Incandescente había despertado otra vez y venía a comprobar eso – respondió el capitán hablando de manera más casual.
Pero yo me tensé al escucharlo, sería muy difícil explicar que yo había terminado con ella.
-Pero eso tengo que hablarlo con el gremio, lo que me interesa tiene que ver contigo – dijo el general mientras me veía fijamente, no sabía que diría pero por su expresión era algo muy serio – ¿Está relacionado con "El Héroe Más Fuerte"? ¿Tiene algún parentesco con Alaric Mizushina?