Chapter 11 - Capítulo 11

Ya era temprano por la mañana, me había dado un baño con agua fría para tratar de prepararme a lo que me enfrentaría hoy, tenía que estar listo para cualquier cosa que pasara ya fuera el ataque de alguna persona o de parte de la furiosa empleada del gremio.

-Bien… es hora de empezar – dije mientras me cambiaba detrás de las sabanas de la habitación.

Mis compañeras ya se habían despertado pero se mantenían en silencio, al parecer ellas también estaban tensas por la misión tan importante que llevaría a cabo el día de hoy.

-Ya estoy listo – dije mientras hacía a un lado las sabanas y colocaba mi espada en su lugar, mi ropa era la de siempre, como si fuera a alguna misión del gremio, aun así sentía que no era suficiente para lo que podría pasar.

Algo me decía que lo que me esperaba era peor a cualquier misión que haya tenido antes.

-¡Espera un segundo! ¡¿De verdad irás vestido así?! – gritó Sayuri al verme, era como si hubiera visto alguna abominación.

-Claro, si quiero salir vivo tengo… - intentaba hablar pero de alguien me tacleó por la espalda y prestando más atención era obvio que se trataba de Seina.

-¡Tenias razón cuando dijiste que iba a ir mal vestido! ¡Así nadie pensara que es una cita! – dijo ella mientras me sujetaba, no lo parecía pero tenía más fuerza que yo.

-Ya te dije que mi amo tiene compañeros que son muy listos y si ven algo extraño te van a seguir para ver de qué se trata – dijo Haruka detrás de ella.

-Te vamos a dar dos opciones. La primera es que te cambies sin oponer resistencia. La segunda es que te cambiaremos a la fuerza. Ahora ¿Cuál eliges? – dijo Sayuri con algo de ropa nueva en sus manos.

-La segunda – dije de inmediato y sin pensar.

-Muy bien, entonces ponte esto y… ¡¿Cómo diablos que la segunda?! ¡¿Estás loco?! – gritó ella con el rostro del color de su cabello después de entender lo que había dicho.

-Es una lata estar cambiando de ropa a cada rato, así que si alguien lo hace por mí pues mucho mejor – dije aun inmovilizado por Seina, por suerte ella no eran tan pesada.

-¡¿Pero cómo demonios quieres que hagamos eso?! ¡Todas nosotras somos mujeres y no hay forma de que hagamos eso! – gritó Seina detrás de mí, por poco me había dejado sordo.

-Ese es su problema por hacer un plan como ese… y dicen que mis planes son malos – dije riéndome un poco.

-¡No estamos bromeando! ¡Si de verdad quieres tener éxito con esto necesitas ir bien preparado! – dijo de nuevo Sayuri.

-¡Y eso es lo que estoy haciendo! ¡Ustedes mismas dijeron que alguien podría atacarme por tener una cita con ella! Si eso pasa durante la cita sería aún peor que mi primera cita resulte ser una farsa – dije mientras empezaba a zafarme del agarre de Seina, ya era hora de que me pusiera en marcha.

-No creo que eso suceda durante la cita, tal vez después así que te estemos esperando en algún lugar cercano con tus cosas – dijo Seina mientras intentaba no soltarme.

-Está bien… me cambiaré de ropa, pero me llevaré la daga por cualquier cosa – dije mientras me dirigía de nuevo a mi cama para cambiarme detrás de la sabanas.

-Haa…y también te vamos a peinar – dijo Sayuri antes de que cerrara las cortinas.

-¡Mi cabello nadie lo va a tocar! – grité mientras lanzaba la ropa nueva detrás de las cortinas.

Media hora después ya estaba esperando en la fuente en el centro de la ciudad. La ropa que me habían dado no era mi preferida, parecía un traje pero muy casual, con un pantalón negro, una manga larga color café claro y una abrigo negro también. Por si fuera poco las chicas me habían sometido para poder arreglar mi cabello, ahora estaba obediente con un peinado hacia atrás.

-No sé cómo le hicieron para no arrugar esta ropa – dije mientras daba un pesado suspiro, no sabía cómo mi cabello rebelde había cedido tan rápido al ser peinado.

-No pareces estar muy contento – dijo alguien cerca de mí.

-No… mis compañeras a veces pueden ser muy difíciles – dije aun sin ánimos.

Tarde unos segundos más en reconocer la voz y sabía que ya había cometido el primer error con ella.

Voltee a verla y Kaori tenía el rostros muy cerca del mío, parecía no estar muy contenta por el comentario pero a mi mente eso era lo que menos le importaba.

El maquillaje que llevaba era algo sutil pero hacia que sus ojos verdes resaltaran como esmeraldas en el sol, su cabello estaba atado en una cola de caballo con dos finas trenzas que lo adornaban. Y qué decir de la ropa, llevaba un vestido color verde oscuro con detalles negros que le llegaba hasta las rodillas y con ligeras mangas que cubrían sus brazos, tenía un gran escote cubierto por una ligera tela negra que no dejaba ver más allá, además llevaba un fino collar de oro y unos pendientes dorados.

Las chicas tenían razón, ella estaba entra las más hermosas de la ciudad, incluso su cuerpo era una mescla entre el de Sayuri y el de Seina, como si tuviera lo mejor de ambas pero en las proporciones adecuadas.

Pasaron unos segundos hasta que mi cerebro empezó a funcionar de nuevo después del tremendo shock.

-Ho… Hola… Lo decía porque mis compañeras se metieron con mi cabello – dije mientras hacia una risa torpe, ahora no tenía mis nervios bajo control y se podía notar muy fácil.

-Pues no hicieron un mal trabajo, pero como que ese peinado no te queda bien ¿Puedo? – dijo ella mientras estiraba el brazo hacia mi rostro.

-¡¿Qué piensa hacer?! ¡Me vería como tonto si se lo pregunto además de que ya debe de pensar que soy raro por hacer todo esto! – pensé casi entrando en pánico.

-Claro – dije tratando de sonar confiado.

De inmediato ella empezó a revolver mi cabello y sentía que le estaba dando una nueva forma al peinado, mientras que yo estaba más que nervioso por tenerla tan cerca, su rostro estaba a pocos centímetros del mío pero ella solo veía hacia mi cabello.

-Por cierto… que hicieras todo ese teatro solo para que terminara siendo una farsa de verdad me molestó – dijo ella mientras me daba varios tirones en el cabello ahora con ambas manos, era sorprendente como nadie se había dado cuenta de eso.

-Lo siento, pero es una cuestión de vida o muerte para mí y eres la única que puede ayudarme. Te lo compensaré de alguna forma y me haré responsable si llegara a suceder algo con el gremio – respondí tratando de no alzar de más la voz.

-Claro que lo haras, no he tenido una cita en mucho tiempo y resulto ser una mentira – dijo ella mientras me daba un ultimo tirón de cabello pero más fuerte que los anteriores.

-Lo sé… lo sé… para mi es la primera por lo que es mucho peor – dije sin pensarlo, pero ya era muy tarde para tratar de arreglarlo.

-¿En serio? – preguntó ella sin apartar las manos de mi cabello.

Solo pude asentir con la cabeza mientras intentaba controlar la expresión de mi rostro, no quería que supiera que para mí esto era de verdad malo.

-Supongo que… no debería ser tan dura contigo – dijo mientras volvió a acomodar mi cabello, solo que ahora más suave y sin tirones – de verdad debes de estar muy preocupada por tu compañera si haces todo esto.

-Claro que sí, debiste de verla como estaba cuando la encontramos… parecía que no era más que una herramienta que ya no era útil para ese noble – dije recordando lo lastimada que estaba Haruka en ese entonces.

-Te entiendo… muchos nobles son iguales y por eso hay pocos que puedan ayudarte para ser testigos del duelo. Pero no te preocupes, conozco a algunos que te ayudaran – dijo mientras bajaba la vista hacia mi rostro – Y listo, creo que esto te va mejor.

Ella sacó un pequeño espejo de su bolsa, era muy pequeño, tanto para caber en la palma de su mano, pero fue suficiente para poder ver que el peinado era muy parecido al que siempre llevaba, solo que mi cabello estaba ordenado y sin mechones sueltos.

-Así me gusta mucho más, gracias – dije ahora con el cabello casi normal.

-Bueno… será mejor que hagamos algo o pensaran que hacemos algo raro – respondió ella.

-Tienes razón, puede que algunos de los compañeros de ese Arthur esté espiándonos para ver que hacemos. Pero ¿Qué debemos de hacer? No tengo idea… no vine con algún plan – dije tratando de recordar algo de lo que había planeado pero nada venía a mi memoria.

-Pues que te parece si convertimos esta cita falsa en una real – dijo ella mientras sonreía.

-¿Qué? – fue lo único que pude responder pues mi cerebro volvió a quedar en blanco.

-Tú no has tenido una cita nunca y yo no la he tenido en mucho tiempo, así que volvámosla una real y aprovechemos el tiempo libre que tenemos – respondió ella de inmediato.

-Espe… ¡Espera un segundo! ¡¿Estás hablando en serio?! – dije sorprendido pero muy en el fondo contento.

-¡Claro que sí! Así también dejas de pensar un poco en el duelo y yo en el trabajo, ambos salimos ganando ¡Así que no lo pienses mucho y vamos a divertirnos! – dijo ella mientras tomaba mi mano y empezaba a correr hacia el centro de la ciudad.

Corrimos por unos cuantos minutos, recorriendo varios callejones hasta llegar a una calle muy grande, todo estaba lleno de puestos de comida, de bebidas y de algunos juegos.

-¿En dónde estamos? ¡Jamás había venido a esta calle! – dije al ver tantos puestos tan diversos, era como si hubiera un festival en la ciudad.

-¡Esta es la mejor calle y la entrada oficial de la ciudad! Por lo general los aventureros solo utilizan las salidas adicionales y muy pocas veces vienen a esta parte ya que los precios son más elevados ¡Pero si hay un lugar ideal para tener una cita es aquí! – dijo ella mientras por fin me soltaba y daba unas cuantas vueltas.

-Creo que sí, que bueno que traje bastante dinero por si acaso – dije mientras tocaba la pequeña bolsa de piel que tenía atada a mi cinturón.

-En ese caso vamos a comer algo, hay un puesto que vende albóndigas en brochetas, son muy populares ya que algunas van con picante extra y si tienes mala suerte te tocará alguna – dijo Kaori emocionada mientras volvía tomarme de la mano para guiarme.

-Entonces es seguro que me tocara alguna – pensé resignándome a tener mala suerte sin mi abrigo.

El puesto era muy sencillo, era como los demás solo que tenia una fila enfrente, al parecer si era tan popular como Kaori había dicho.

-Que mala suerte, pensé que por ser temprano podríamos pasar rápido pero ya hay bastante gente – dijo ella un poco decepcionada.

-Pues tenemos bastante tiempo, no me importaría esperar un poco – dije mientras olfateaba el exquisito olor que salía del puesto, era una mescla entre carnes y mariscos con bastantes especias.

-Tienes razón, además en este puesto atienden muy rápido, de seguro podremos pasar muy rápido – dijo ella mientras dábamos unos pasos mientras la fila avanzaba.

-Mientras esperamos ¿Podrías adelantarme algo de lo que escribí en la carta? – pregunté con voz baja para que nadie escuchara.

Pero pude notar como las personas que estaban adelante de nosotros voltearon a vernos, por suerte Kaori también se dio cuenta y se acercó más para poder responder.

-No seas impaciente… dejemos eso para la tarde y en algún lugar más privado – dijo ella en voz baja, el tono seductor que había usado hizo que mi piel se erizara por unos segundos.

-De… De acuerdo – dije torpemente tratando de que no se notara lo nervioso que me había puesto.

Ella solo volvió a reír un poco y se dio la vuelta para seguir esperando. Mientras que yo podía sentir como varias miradas se clavaban sobre mí, sus intenciones eran claras, la sed de sangre que tenían era mucho peor que la de cualquier monstruo.

-Creo que sí debí traer todo mi equipo listo para pelear – pensé mientras tocaba la daga que tenía oculta en mi chamarra nueva, mis instintos me decían que debía prepararme para luchar.

Esperamos alrededor de 10 minutos hasta que por fin pudimos pasar. El puesto tenía muchas opciones de carne, mariscos y verduras para agregarles a las albóndigas. Aunque en realidad no lo eran, se parecían más al Takoyaki ya que eran bolas de masa rellenas de lo que uno quería.

-¡Bienvenida señorita Akiyama! ¡Que le podemos servir esta vez! – dijo el dueño del puesto de manera amable, a pesar de ser un tipo grande no parecía ser tan malo.

-¡Hola Yarm! ¡Esta vez queremos uno de cada uno! ¡Y que sean para dos personas! – dijo ella muy alegre, aunque no estaba seguro de cuanto saldría todo eso.

-¿Para dos personas? ¿Viene acompañada? – dijo el dueño forzando una sonrisa.

-¿Este tipo está ciego o se hace? – pensé tratando de adivinar qué es lo que haría.

-Hoy estoy en una cita con Ryuuji, el líder del grupo que derroto a la manada de Ent's. No lo parece pero es el novato más fuerte que hayamos tenido – dijo ella igual de alegre que antes.

-¿Enserio? Que buena noticia, entonces le preparare a nuestro héroe algo muy especial – dije el dueño forzando la sonrisa mucho más que antes, era muy obvio que no estaba muy feliz por eso.

-¡No es necesario que lo haga! Solo lo hice por la recompensa y mis compañeras hicieron casi todo – dije preocupado por mi salud.

-Está bien, no te cobraré un extra por eso, así que acéptalo ¡Yo invito! – dijo el dueño pero su voz al final se volvió aterradora o eso había imaginado.

-Muchas gracias Yarm – dijo ella mientras el dueño se daba la vuelta para preparar la enorme orden.

No estaba seguro si el dueño haría algo con mi comida o si simplemente lo dejaría pasar, lo que me sorprendía era que Kaori no se diera cuenta de la actitud de Yarm. 

Pasaron varios minutos y por fin nos dieron la orden, eran dos platos enormes con más de 30 bolitas de harina cada uno.

-¡Aquí tienen! Serían 10 monedas de plata ¡Y estas bebidas son de cortesía por esta gran orden! – dijo Yarm sacando dos bebidas debajo de la barra del puesto.

-Muchas gracias – dije mientras dejaba el dinero y tomaba ambos platos, no sabía porque pero tenía un mal presentimiento.

Nos habíamos alejado un par de metros y pude ver como el dueño tenia una sonrisa siniestra en el rostro.

La calle tenía un gran espacio para poder comer justo en el centro y al ser temprano teníamos bastantes lugares para escoger.

-Muy bien, empecemos con este desayuno – dijo Kaori mientras tomaba el plato con su nombre.

Con eso me di cuenta de que Yarm de verdad había hecho algo con mi plato, sino no lo hubiera separado con tanto cuidado.

-¡No sé cómo Yarm hace que esto sea tan delicioso! – dijo Kaori mientras se comía una de las bolitas del centro de su plato - ¡Tienes que comer todas las que puedas antes de que se enfríen!

Yo estaba dudando si debía hacerlo o no las mías no se veían diferentes a las de Kaori, así que tome una y me la metí a la boca.

Con el primer mordisco pude sentir como si un feroz fuego se liberaba en mi boca y por tonto me lo tragué enseguida. De inmediato sentí como mi estómago se incendiaba, estaba casi a punto de escupir fuego cuando pude escuchar la risa de Kaori.

-¡No puedo creer que te haya tocado un picante desde el principio! ¡De verdad debes tener mala suerte! – dijo ella entre risas.

-¡No le veo lo gracioso! Además esto no sabe tan bien como decías – dije un poco molesto y con las lágrimas casi saliendo de mis ojos.

-Es solo por el picante, solo come otra y veras que si saben bien – dijo ella mientras se volvía a comer otra.

-Tal vez tiene razón, puede que solo haya sido una coincidencia – pensé mientras volvía a tomar otra que estuviera al lado de la primera.

De inmediato volví a sentir el picante en mi boca pero ahora era mucho peor, tanto que no pude tragarla ya que mi boca empezaba a hincharse un poco al mismo tiempo que mis ojos empezaban a llorar.

-¡¿Qué diablos…?! ¡Toma algo de agua, rápido! – dijo Kaori mientras me pasaba la bebida que Yarm me había dado.

Sin pensarlo me la lleve a la boca y un sabor picante y extremadamente amorgo me lleno la boca. Ya no pide soportarlo más y empecé a vomitarlo todo, mi estómago ya había sobrepasado el límite de lo que podía soportar.

-¡¿Estas bien?! ¡Dime algo! – gritó Kaori al verme así.

-¡Voy a matar a ese tipo! – dije una vez que deje de vomitar.

-No puedes hacer eso solo por ponerle algo más de picante a tu comida – dijo ella mientras me daba un pañuelo para limpiarme.

-No fue solo por eso… estoy seguro de que todas son extra picantes y esta bebida es la peor del mundo, incluso debe de haber medicinas que saben mucho mejor que esto – dije mientras apartaba mi comida a un lado.

-No creo que el pueda hacer algo así… pero por si acaso – dijo ella mientras tomaba una de las bolitas de mi plato y le daba un pequeño mordisco.

De inmediato su rostro paso a un color rojo intenso mientras buscaba su bebida.

-¡Esto pica mucho más de lo normal! Pero la bebida… – dijo ella mientras tomaba mi baso, era obvio que estaba dudando si hacerlo o no. Pero al final terminó bebiendo un pequeño sorbo.

De inmediato lo escupió.

-Te lo dije. Este debe ser ese algo especial que iba apara mi – dije aún más molesto que antes.