La hermana mayor no dejaba de pelear y retorcerse, debido a que Álvaro tenía varios bordes afilados que formaban parte de su armadura, pequeños cortes se abrían en las muñecas de la mujer.
En cuanto Iris se recompuso un poco, me separe de ella y despoje a las almohadas de sus fundas.
- Álvaro, voltéala y sostén sus brazos.
Usando la tela até las muñecas de Violet, después la empuje a la cama y me monté sobre su cintura mientras usaba mi brazo para presionar su torso abajo.
- Iris, vístete y ve por los sacerdotes, yo mantendré a Violet controlada, diles a los sirvientes que revisen a los demás supervivientes, si ellos tienen el mismo hechizo esto podría ponerse muy violento.
- E- ¡En seguida!
La hermana menor en poco tiempo termino de vestirse.
Antes de abrir la puerta nos miró una última vez.
- ¡Muévete!
No quería ser agresivo, pero no podíamos darnos el lujo de desperdiciar tiempo.
Iris entendió eso y salió disparada de la habitación.
Tap* Tap* Tap*…
Cuando sus pasos dejaron de resonar por los pasillos miré a mi caballero con furia saliendo de mis facciones.
- Álvaro, tienes prohibido matar a alguien sin mi permiso u orden, ¿Quedo claro?
La armadura se arrodillo.
- … Sí, mi príncipe.
- Más te vale, no vuelvas a salir hasta que lo ordene.
Álvaro regresó a mi dedo.
- ¡RHGAAA! ¡RAARGH! ¡GRAA!
- … Espero que no recuerdes esto…
Envolví su cuello con mis piernas y apliqué presión.
- Uhg* Igh* Agh*
- Vete-a-putas-DORMIR…
Después de unos segundos Violet dejó de moverse.
Tras asegurarme de que seguía con vida recogí su ropa del suelo y la vestí.
Será mucho más fácil explicar la situación si tengo un elfo amordazado pero vestido.
- Huff* Ahora tengo que llevarte con los sacerdotes… Aunque eso será un poco imposible con mi estado actual…
Estaba bañado en sudor, los brazos me dolían, mis piernas estaban por derrumbarse, respirar era difícil y mi cabeza estaba dando vueltas sin que yo me moviera.
Había alcanzado mi limite.
Thump*
- Haah* Hah*
Mi espalda chocó contra una de las paredes, la gravedad terminó el trabajo sometiéndome a ella.
- Huff* Maldición.
No importa cuanto lo intentase, mis extremidades habían quedado inutilizadas.
¡Crack! *
- ¡!
- ¡Escuché lo que pasó! ¡¿Estás bien?!
Quien destruyo la puerta de mi habitación fue Lea, aunque estaba algo feliz por su preocupación, la completa aniquilación de mi puerta fue algo innecesario.
- … No estaba cerrada mujer…
El rostro de Lea se distorsionó un poco al ver a un elfo inconsciente sobre mi cama, sus ojos puestos sobre mí esperando respuestas.
- Haaah* Te lo explicaré con gusto después, por ahora, llévala con los sacerdotes… Yo… Tomare… Huff* Un descanso…
La fatiga me consumía, inevitablemente me iba a dormir, asi que usé mis últimas fuerzas para tomar la muñeca de Lea.
- Los elfos… Sus espaldas… No… Dejes que mueran…
Sus ojos se expandieron por un momento, después fueron imbuidos de una fuerte determinación y sentido del propósito.
Con su mano sosteniendo la mía, me dijo "Déjamelo a mí" con una reconfortante seriedad.
Segundos después mis ojos se sellaron, solo pude escuchar el sonido de sus pasos saliendo de mi habitación antes de caer dormido.
***
Un lugar oscuro lleno de fría neblina, mis pies se movían sin rumbo.
- … ¿Aquí otra vez?
Reconocí el lugar de inmediato, ya había estado aquí varias veces en el pasado.
- Ahora estoy más consiente, ¿Me acostumbre al sueño? ¿Si quiera es posible acostumbrarse al mismo sueño?
No sabía que pensar para sacar la lógica de éste evento.
- Hohoho~, asi que por fin podemos vernos las caras, joven príncipe.
- ¡!
Una voz gruesa desprovista de toda vida me hablaba con cariño desde mi espalda, en cuanto voltee fui saludado por una figura fuera de todo lo esperado.
- … Y yo pensando que mi ego era grande…
El tamaño de la figura era tan enorme que debía subir la mirada, mis pies retrocedieron de manera involuntaria.
Era el torso de un esqueleto cuyos colores fluctuaban entre el negro, azul y verde. Era como si un mar de pintura tratara de superponerse sobre los demás colores en una pelea por mantener su lugar dentro de la estructura esquelética.
Cualquier borde que pudiese tener terminaba en afiladas espinas con las puntas doradas. Sus manos eran garras que podrían perforar el acero sin problemas, sus vacías cuencas resplandecían con una luz verde rogando por intoxicar la vida.
Sobre su cabeza flotaba una terrorífica corona azabache decorada con gemas de una belleza malefica, el metal estaba envuelto en un fuego verdoso que bailaba junto a la leve brisa del vacío.
- Aahh~, que gran ocasión, eh estado esperando mucho tiempo para intercambiar palabras contigo.
- … Es difícil compartir el sentimiento de quien quiere arrebatarme mí cuerpo…
Cada vez que el esqueleto abría su colmilluda boca temía por ser engullido, lo mismo pasaba con sus manos, estaba seguro que con un solo movimiento podría ser aplastado cual insecto.
Espera, ¿Si quiera es posible morir aquí?
Hasta donde sabía, me encontraba dentro de un sueño, por lo que las lesiones serían imposibles a no ser que una especie de trampa o magia extraña hiciera posible ese caso.
Igual no creo que mostrarme intimidado sea conveniente, es obvio que la apariencia de esta cosa sirve para ese propósito. Veamos qué pasa si lo provoco un poco.
- Hoho, arrebatar es una palabra muy fuerte, yo diría… Reclamar lo proveído.
- Hmph, yo digo que solo vas a reclamar un kilo de esto.
Alcé mi dedo medio en dirección a su rostro mientras hablaba.
¡KRRRGHK! *
- ¡¿Woah?!
El suelo donde me paraba se convirtió en un océano de oscuro alquitrán que poco a poco sumergía mi cuerpo.
- Hrgh* Rgh* ¡Mierda!
El líquido era tan espeso que al entrar en contacto con mis extremidades era imposible moverse.
- Y pensar que esa sería tu respuesta, puede que te haya sobreestimado.
- ¿A sí? Perfecto, no necesito agradarle a un maldito parasito.
- Hmm, tal vez sea necesario otro acercamiento.
¡Click! *
El esqueleto chasqueó sus dedos, con ello, el entorno cambió por completo. Ahora estaba dentro de un cuarto con paredes de blanca madera. Una chimenea resplandecía con fuego celeste frente a un par de sillones individuales puestos sobre la peluda piel café de un animal.
También había una pequeña mesa con aperitivos tales como galletas, rebanadas de pastel y un par de tazas de té.
Al mirarme noté que estaba vestido con mi traje de trabajo. No con el de sirviente, sino el que usaba cuando era parte de la mafia.
- Por favor, toma asiento.
- …
En uno de los sillones, una voz que despertaba pesadillas y odio en mi corazón me llamaba.
"… Eres un hijo de perra…" Es lo que dije al sentarme y ver la cara del hombre.
- ¿No te agrada? Pensé que sería una buena oportunidad para un emotivo reencuentro.
- … Voy a matarte… MUY lento…
Su traje era negro con camisa esmeralda y corbata blanca, el sombrero que usaba fue reemplazado por una corona, sus ojos eran de un verde brillante que hacia incomodo mirarlo por mucho tiempo; Mucho más de lo que ya era antes.
Su cabello era de un blanco puro, al igual que su piel.
Todo a excepción de su físico había cambiado, pero era él.
- Bueno, hablemos un poco, hijo~.
- … Bastardo…
Era Francisco.
***
Punto de vista de Molly.
Justo después de la salida de Roberto.
Tap* Tap* Tap*
…
El sonido se detuvo.
Con ello, el inicio de una nueva discusión estaba por comenzar.
- General, dígame, ¿Cómo ha sido el progreso de los héroes?
August dejó caer el tema sobre la mesa.
- Brendan y Alexandra han continuado con el entrenamiento sin problemas. Es justo cómo en las leyendas, en tan solo 2 meses su fuerza ya roza la de mis mejores caballeros, dentro de poco estarán listos para comenzar con las expediciones. Si hay algo que me gustaría destacar, es el estilo de pelea de Alexandra, esa chica es capaz de derrotar a la mayoría de soldados incluso con las manos desnudas.
- ¿No es posible obtener información sobre ese estilo de pelea? Preguntó Mayida.
- Mmm… Me temo que no. Al menos no hasta que aquel hombre le dé su consejo.
Fardan apuntó al asiento vacío de Roberto.
- Ya veo… ¿Qué hay de los otros?
Elrick levantó la mano antes de hablar.
- Pasa lo mismo con Jandiara, su memoria y capacidad de interpretación la hacen un alumno fructífero, solo necesita encontrar un balance entre el pensamiento y las acciones para ser un mago efectivo, no hay ningún problema con que inicie sus incursiones… En cuanto a los aportes de su mundo… Sucede lo mismo, no dirá nada a menos de que escuche el consejo de nuestro invitado.
Finalmente fue el turno de Jeanne.
- En cuanto habilidades el joven Akram ha dominado los aspectos básicos de la magia de curación junto con la magia sagrada, creo que con suficiente tiempo y practica será capaz de ayudar a la reina.
- ¡¡¿En serio?!! *
Tanto Samanta como su hermana dijeron la misma pregunta a la vez.
Después de darse cuenta que no era el momento volvieron a sentarse en sus lugares con un poco de rubor en sus rostros.
August también se mostró aliviado con la noticia.
- Fufufu~, no mentiría con algo como eso. Hablando de habilidades, eh visto que Akram tiene un curioso conocimiento de hierbas, desde efectos medicinales hasta aromaterapia.
- ¿Y está dispuesto a compartir ese conocimiento?
La exasperación de Mayida era fácil de compartir con el flujo de la conversación.
- Dependerá de lo que hable con el señor Roberto. Respondió Jeanne con sonrisa cansada.
- Tch… Majestad, ¿De verdad está bien que ese hombre tenga tanta influencia? No eh tenido el placer de hablar cara a cara con él, pero por lo que escucho no hay boca que no mencione su nombre.
August suspiró cansado, después nos miró a todos por un momento antes de depositar su concentración en mí.
- Jefa de sirvientas, cómo la persona que más tiempo ha pasado con Roberto, ¿Cuál es su opinión respecto a su relación con el reino?
Una pregunta fácil de responder, de hecho, creo que lo que estoy por decir es lo que la mayoría sino es que todos piensan.
- Majestad, ese hombre puede ser una nueva era para el reino o su destrucción, después de ver su reciente actuación pienso que todos lo entienden.
Todos en la mesa asintieron con comentarios del tipo "Sí" "Pienso lo mismo" "Tiene razón".
- Si analizamos con cuidado sus acciones, podemos estar seguro de lo consiente que es sobre su status como humano de otro mundo, de hecho, quedó muy claro desde el primer día que fue invocado. No solo eso, su experiencia en diversos campos y su talento para leer y empatizar con la gente lo hacen un líder innato.
No estoy segura si todo lo que hace tiene un propósito o si solo es resultado de una fortuna casual.
Pero siempre parece como si hubiese un propósito más profundo tras sus acciones. Hacer la distinción se vuelve incluso más difícil con lo despreocupado que llega a ser.
- Fssshh* Ya todos sabemos lo bueno que es hablando y planeando, ¿Qué podemos saber de su modus operandi en cuanto a temas más violentos? Fuuuf* Y no me refiero solo al culto y los demonios, hablo de la relación con los demás reinos, seguridad social, guerras, terrorismo, ya sabes, cuando las palabras dejan de funcionar.
- Creo que deberíamos de preocuparnos por lo que él puede hacer en esos escenarios.
- Una fuerte declaración, ¿Por qué lo dice? Señor Algimatas Preguntó Samanta.
- Gehehe, déjenme contarles una pequeña historia sobre nuestro protagonista y yo. Verán, el día que el señor Roberto y yo estábamos hablando de negocios yo le hice la siguiente pregunta: Un humano sin alas quiere alcanzar al ave en los cielos, ¿Cómo lo hace? Está pregunta la hago cuando quiero darme una idea inicial acerca de la personalidad de mis socios. Algunos me dicen "Construiré una torre más alta que el cielo" otros dicen "Derribaré al ave y tomaré sus alas" y otros "Conseguiré mis propias alas y volaré junto con el ave".
- ¿Y qué fue lo que dijo él?
La sonrisa del noble logró opacar el brillo de los cristales.
- "Observaré al ave, haré que baje hasta la tierra, y cuando seamos iguales ella misma me entregará sus alas".
...
Nadie dijo nada.
No por falta de comprensión, de hecho, era todo lo contrario.
- Gehehe, justo como esperaba de ustedes mis queridos camaradas. También lo sintieron verdad, ese escalofrío…
Lo sentimos, estoy segura que todos en esta sala sentimos un escalofrío. Como si una serpiente se posara sobre tu espalda y sus finas escamas recorrieran tu piel lentamente hasta enrollar tu cuello.
- Eso es… Una respuesta intrigante…
- Tal vez sea por la edad, pero no puedo dejar de percibir maldad en sus palabras.
- Puede que el fruto de Aurora este envenenado...
Los mentores tenían opiniones diversas, pero el sentimiento de angustia era notable en todos.
- Majestad… No quiero parecer influenciada por la histeria, sin embargo, ¿No considera que deberíamos cambiar el enfoque de nuestras sospechas?
- … ¿Qué quiere decir? Señorita Mayida.
- Digo que en vez de sospechar sobre la relación entre Roberto y el asesino, sospechemos sobre si el asesino es Roberto.