Rojo.
Francisco me obligaba a usar un traje de ese color cuando tenía que trabajar, nadie además de mí tenía que usarlo. Después de un tiempo entendí el motivo.
El momento en que mis objetivos miraban el rojo oscuro envolviendo mi cuerpo, todas sus esperanzas se desvanecían. Yo era el representante del inherente significado de ese color.
Y Francisco no pudo estar más complacido por ese hecho.
Mis manos envueltas en guantes negros, mi torso tenía un chaleco antibalas protegiéndolo debajo del saco. Tenía la funda de mi pistola al costado izquierdo mientras mi cuchillo estaba en el lado derecho.
- ¡Por favor! ¡De alguna manera conseguiré el dinero! ¡Solo necesito un poco más de tiempo!
Voz y cuerpo temblorosos, sudor desbordante, ojos cristalinos. La única mano que podía mover se aferraba a mis pies.
- … Creí haberte dicho que no compraras otra vez... Supongo que romperte el brazo no fue advertencia suficiente…
- ¡LO SIENTO! ¡PERDONAME PORFAVOR! YO… ¡YO NO PODÍA VIVIR SIN ELLA!
- …
Sobre el piso, yacía la droga blanca que este tipo consumía con frecuencia.
Demasiada frecuencia, si me preguntas.
No es mi problema de todas formas.
Tras ser incapaz de pagar nuestros prestamos junto los intereses, fui enviado a romperle unos huesos como advertencia de que la fecha limite se acercaba.
En ese momento tuve una buena charla con el tipo para que dejara de asociarse con nosotros, incluso le ayude a conseguir un trabajo lo suficientemente bueno como para pagar la deuda en un par de años.
Pero lo arruinó al final.
En vez de pagar la deuda la incrementó al adquirir más droga. Y con la nueva cantidad a pagar, le fue imposible mantener el ritmo de los cobradores.
Ahora era mi turno de lidiar con nuestro irresponsable cliente.
La lógica era simple, ya que no puede pagar en vida, lo hará en muerte, con su bello seguro de vida que voluntariamente nos entregó hace algunos días.
La cantidad del seguro no cubría todos los gastos, pero era suficiente, y lo más importante, funcionaba para mantener nuestra imagen.
- … Mírate… Te di una última oportunidad, y decidiste desperdiciarla como un auténtico imbécil... Preguntare, aunque ya sé la respuesta…
Alcé su cara para que pudiese verme a los ojos.
- ¿Tienes el dinero?
Su rostro ya hecho un desastre se estampo contra el suelo, un mescla de sus fluidos faciales casi manchando mis zapatos.
- ¡¡PERDONAME!! ¡¡POR FAVOR PERDONAME!! ¡¡TE LO SUPLICO!!
- … Por su puesto que no…
Saqué la pistola y con toda tranquilidad le puse un silenciador, después quité el seguro y apunté el cañón a su cabeza, mi dedo sobre el gatillo listo para disparar.
- ¡OTRA OPORTUNIDAD! ¡SOLO NECESITO UNA MÁS! ¡TE JURO QUE LO HARÉ BIEN ESTÁ VEZ!
- ¿Qué parte de "última oportunidad" no entendiste?... Arriesgué mi pellejo para darte una mano, ¿Y asi es como me agradeces?... Parece que además de imbécil, malagradecido... Eres decepcionante…
- ¡¡POR FAVOR!! ¡¡HARÉ LO QUE SEA!! ¡¡POR FAVOR NO ME MATES!!
- …
Incluso la gente patética logra hacerse con una familia. Este tipo era un claro ejemplo.
¿Pero qué tan apegado es a ellos?
- …Muy bien, te daré otra oportunidad.
No moví ni un centímetro la pistola, pero los colores del hombre volvieron a su piel junto con una chispa de esperanza.
- En vez de tu vida, tomaré la de tu esposa, y convertiré a tu hija en una de nuestras prostitutas. ¿Qué te parece?
- ...
El hombre quedó atónito, su boca se movía de arriba abajo junto con el sonido de sus dientes chocando. Su cabeza chocó con el suelo mientras sus manos desordenaban su cabello con movimientos frenéticos.
Vamos… Dame una buena respuesta… Demuéstrame el tipo de humano que eres…
Ya había hecho está pregunta con anterioridad innumerables veces, era la prueba y apoyo final que estaba dispuesto a dar sin importar las consecuencias.
Aunque no importaba lo que respondiese, su vida ya había acabado, él ya estaba condenado.
Pero no podía decir lo mismo de su familia.
No puedo dejar vivo a alguien que Francisco quiere muerto, de lo contrario el castigo me sería dado a mí, y lidiar con sicarios no era una experiencia agradable.
Sin embargo, su familia aún podía tener posibilidades de conseguir un futuro con relativa estabilidad con mi ayuda.
Tenía un acuerdo con Francisco para asegurarme de que él no intervendría en esas situaciones.
La cuestión recaía en la respuesta de este hombre.
- Y-Yo…
- ¿Sí?
Presione el arma contra su cabeza, aumentando la presión.
- A-Ah...
- No tengo todo el día, responde.
El hombre sacó su cartera, en ella estaba la foto de su esposa y su hija.
- …
Por un momento contempló las imágenes.
¿Ho? ¿Sera que tu…?
Mi mano comenzó a alejar el arma lentamente.
- … Rgh…
Krrgh*
Solo para después destruir y esparcir los restos del papel por el suelo.
- ¡Haz lo que quieras con ellas! ¡Pero déjame vivir!
- …
Bastardo…
Bang*
El cuerpo del hombre a cayó al suelo con un sonido sordo.
Bang* Bang*
A pesar de que su cabeza ya tenía un hoyo, mis sentimientos provocaran que le haga otros dos.
- No me des falsa esperanza, basura.
Di media vuelta y salí de su casa guardando mi arma.
A los pocos metros una mujer acompañada de su hija adolecente se acercaba al lugar por el que salí.
- ¡Hoy la maestra me felicitó por mis notas! ¡Fui la mejor en el examen de hoy!
- ¿En serio? ¡Qué bien! Contémosle a tu padre, tal vez tenga un premio.
- Ugh, ¿De verdad tenemos qué?
- Dale una oportunidad, ha estado cambiando, de no ser asi no hubiese aceptado reunirnos asi.
- Solo no vuelvas a casarte con él, no quiero que nos arrastre a su desastre otra vez.
La conversación provocó que las mirará involuntariamente, cuando nuestros ojos se encontraron intercambiamos un leve saludo, aunque no me detuve a ser parte de otra conversación.
- Wow, ¿Viste esa cicatriz? Era enorme…
- Y se ve tan joven… No me quiero imaginar lo que tuvo que vivir el pobre chicho…
Con esas palabras rondando detrás de mí, y después de caminar por algunas calles, llegué hasta el auto esperándome.
- ¿Hecho?
- …Hecho.
Sin más conversación el chofer encendió el motor y comenzamos a movernos, la ruta de regreso pasaba forzosamente por la casa de mi objetivo.
¡¡¡AAAAAAAAAHHHHHHHHHHH!!! *
El grito de la mujer fue escuchado por toda la cuadra, fuera de la casa pude ver a la chica haciendo una llamada con la angustia como su emoción dominante.
Ellas lo recordaran como un buen hombre con algunos problemas, nosotros como uno de nuestros muchos clientes que no pagó a tiempo, y era incapaz de cubrir los intereses.
Para ese momento ya había entendido que culparme y odiarme era inútil, iba a repetir mis acciones varias veces más, por lo que ese tipo de sentimientos eran innecesarios.
Tanto para mí como para el trabajo.
Y, sobre todo, para Francisco.
- El patrón te envía esto.
El chofer sacó un sobre de la guantera.
- ¿Otro encargo?
- Ni idea, me ordenaron no mirar.
- Ya veo.
Sin pensarlo mucho abrí el sobre y saqué la carta, mis ojos consumiendo su contenido en pocos segundos.
- … Heh… Hehehe…
- …
Mi extraña risa se ganó la mirada incomoda de mi chofer, lo ignore mientras guardaba el pedazo de papel dentro de mi saco y miraba al horizonte con el sonido de las sirenas policiales resonando a lo lejos.
- Te encontré… Mamá…
Me había llegado información importante ese día.
¡Clap! * ¡Clap! *
- ¡Maravilloso! ¡Sublime! ¡Espectacular!
El volumen de sus elogios solo era equiparable al sonido de sus palmas chocando.
Era molesto en muchos sentidos.
- ¿Qué te sería más doloroso? ¿Convertir en polvo tus huesos y lentamente destruir tu cráneo con mis manos, o exorcizarte a medias para luego sanarte y repetir el proceso unas 30 veces?
- ¡Hohoho! Mientras esté aquí nada de eso importa. ¿Cierto? Y como eres alguien que odia la información inútil, lo mejor será no decir nada.
- … Vete al demonio…
- ¡Ohohoho!
No estaba seguro de cuánto tiempo había pasado, pero suponía que bastante.
Justo después de sentarme en el sillón, una pantalla apareció frente a nosotros reproduciendo mis memorias.
Algunas veces eran recuerdos irrelevantes como la primera vez que cocinaba o cuando fui al supermercado a comprar la comida del mes.
Otras veces mostraba las misiones de asesinato o exportación de droga que ejecutaba dentro de la mafia.
En esos momentos el rey muerto no dejaba de preguntarme sobre el funcionamiento y creación de las armas de fuego y explosivos.
El tipo fue especialmente molesto respecto a los vehículos. No fueron pocas las veces que tuve que conducir un camión blindado o una limusina para trasladarme de un lugar a otro para hacer un trabajo.
Obviamente no conteste ninguna de sus preguntas, y me limite a solo insultarlo y amenazarlo mientras que lo interrogaba discretamente.
De verdad quiero largarme de éste lugar cuanto antes, pero no sé cuándo volveré a tener una oportunidad de sacarle información a esta pila de huesos, tengo que aprovechar el momento tanto como pueda, por el bien de mi futuro…
Hasta ahora no había obtenido mucha información.
Solo sé que fue un rey hace más de 300 años en Raphil, y por lo que eh escuchado, él vivió en la época de guerras contra los demonios. Durante ese periodo una rebelión ocurrió durante su mandato y eventualmente fue derrocado y ejecutado, el hecho de que ahora sea de esta forma es gracias a su esposa, quien fue una bruja nigromante.
Convertir el alma de tu esposo en una maldición que toma posesión de un extraño para después comandar un ejército de no muertos a una masacre mundial... ¿Se puede considerar eso un acto de amor?...
- Nah, de ninguna manera…