Después de responderme a mí mismo tomé una de las tazas de té y la uní a con mis labios.
- … Bastardo, copiaste el té de Molly…
Mis palabras respaldadas por una expresión de desagrado.
- De acuerdo a tu memoria, este es tu nuevo sabor favorito.
- ...
La pantalla frente a nosotros cambio al momento en que probé la bebida por primera vez.
Era extraño mirar una película de mis recuerdos a sabiendas que la cámara en primera persona era yo hace algunos meses.
- Ah, ya veo. Es por tus sentimientos a esa mujer. Eso está muy bien, un rey necesita heredar su fuerza a las próximas generaciones.
- …
Volví a poner la taza en su lugar y me levanté de mi asiento.
- ¿Hoho?
El rey me miró con curiosidad sobre mis intenciones.
Yo procedí a mostrar una sonrisa amable.
¡Crash! *
La pequeña mesa con dulces salió volando por la patada que le di. Nada toco el suelo, pues todo desapareció antes de que eso pasara.
- Cuanta rudeza, y además con una sonrisa tan amable, ¿Acaso tu crueldad no tiene límites?
Su pregunta fue más para su disfrute que para encontrar una respuesta.
Yo, en cambio, traté de abalanzarme a su cuello, pero los látigos de alquitrán sosteniéndome me lo impedían.
- No hables de ella como si fuera una especie de incubadora, hijo de perra.
El cuarto comenzaba a distorsionarse, pareciese que mi estado emocional tuviese algún tipo de influencia en el mismo.
- Hohoho… Si esa es la cara que les mostrabas a tus victimas entonces no me sorprende que fuesen engullidas por el miedo. Sin duda eres alguien talentoso cuando se necesita imponer.
Esta vez no tenía excusa, yo mismo estaba seguro de que mi rostro era una autentica atrocidad.
Y estaba bien con eso mientras solo él pudiese mirarme de esta forma.
Aún con toda la sed de sangre bañándolo, el rey muerto se mantuvo inmutable al volver a hablar.
- Mis palabras son una cosa, tu interpretación es otra. Si lo entendiste de esa manera es porque tus valores difieren mucho de los míos, lo cual es obvio considerando nuestros mundos y épocas. No obstante, debo decirte que no era mi intención hablar con desdén de la dama, solo tomaba en consideración su papel como posible reina y madre.
Su expresión era calmada, su voz suave, una pequeña sonrisa mecánica haciendo su trabajo en su rostro.
Lo odiaba.
Después de un tiempo me tranquilicé, los látigos regresando a ser parte de las paredes y los suelos.
- ... Eso no cambia nada... Voy a matarte…
- Hohoho. Mientras fortalezcas este cuerpo eres libre de intentarlo cuantas veces quieras.
- …Tch.
Mi frustración estaba en su punto máximo. Ya sea porque este tipo hablaba con la cara de Francisco o porque sabía que la confianza que tenía en su victoria no estaba totalmente injustificada.
- Tengo que agregar que tu vida ha sido difícil, joven príncipe, entre todos mis recipientes anteriores, tú serías el que más horror ha experimentado sin romperse. Tienes mi respeto por ello.
Regresé al sillón, mis brazos y piernas cruzados en un intento por no saltarle encima e iniciar una pelea que no estaba seguro ganaría.
- Respeto eh. Quédatelo. No necesito algo asi de ti, mucho menos cuando es por algo tan estúpido como haber soportado un infierno que nunca quise vivir.
Con su cabeza descansando sobre su mano, el rey muerto continuó, sus ojos con un extraño y perturbante brillo curioso.
- Quieres decir que, si hubieses tenido elección, ¿Hubieses disfrutado de tu situación?
- …
Una pregunta molesta, con una respuesta no imposible de dar, pero difícil hasta cierto punto.
- Para nada. Creo que hubiese sido mucho peor si hubiese tenido elección.
- ¿Hoho? ¿Te importaría contarme tu lógica?
- Puedes ver mis recuerdos, ¿De verdad necesitas que lo haga?
- Las proyecciones de tu pasado dan un por qué de tu presente y un camino a tu futuro, sí. Pero lo que haces hoy podría no ser lo mismo que haces mañana. Lo que pensaste hace unas horas podría cambiar en lo que resta del día.
Nada está escrito en piedra… ¿Algo asi?
Parece que había conocido a otra persona que le gusta dar muchos rodeos antes que ser conciso.
Reacomodé mis posturas y reposé mi cabeza sobre mi mano.
- Al tomar una decisión te haces directamente responsable de las consecuencias, ya sean agradables o no. Los sentimientos de culpa o alegría vienen como parte de esas consecuencias. Depende de cada persona el ser afligido por una de esas sensaciones.
- Ciertamente, el humano tiene la característica de experimentar y expresar una gran variedad de emociones, asi como también tiene la habilidad de ignorarlas y reprimirlas. Una persona que cometa una atrocidad puede verse sumida en un vacío de arrepentimiento, o, por el contrario, puede disfrutar del pecado con todo el júbilo de su alma. Supongo que la naturaleza de cada uno definirá el resultado.
- Naturaleza eh… ¿De verdad tenemos algo así?... Yo no lo creo.
- ¡¿Hohoho?! ¿Niegas que el humano posee naturaleza? ¿A pesar de que somos seres que han evolucionado hasta alcanzar la cima de la cadena alimenticia?
Cimas hemos escalado, aunque no estoy seguro si la cadena alimenticia es una de ellas.
- Así es. Al menos en el sentido de la naturaleza como determinante de la conducta.
- ¡Ohohoho! ¡Por favor! ¡Cuéntame tus pensamientos, joven príncipe!
El tipo estaba disfrutando a plenitud de esta charla, siendo honesto, yo también hasta cierto punto.
Puede que, en otras circunstancias, la presencia frente a mí pudo haber sido una existencia interesante a mantener cerca.
Lástima que la vida tenía otros planes.
- Bueno, solo necesitas mirarme a mí. Nacido en lo más bajo de la pirámide, rodeado de violencia, engaños, abusos y vicios. Aunque de alguna manera haya establecido un pequeño número de valores sanos, mi entorno no dejaría de bombardearme con atrocidades que eventualmente se volvieron parte de mí.
Conforme hablaba, la pantalla frente a nosotros proyectaba mis palabras con los diferentes escenarios que eh recorrido.
Calles mugrosas con hogares pobres.
Cuartos llenos de sangre y cadáveres
Vehículos siendo cargados con toneladas de droga y armas.
Billetes y cuerpos desnudos de todas las formas y tamaños.
Era lo peor que la humanidad tenía por ofrecer, y yo estuve en el centro de eso por la mitad de mi vida.
- ¿Pero no aceptaste esas atrocidades? ¿No crees que una parte de tu ser ya estaba predispuesta a desarrollarse a ese lado?
El ser humano es malvado por naturaleza…
Acepto que ciertas personas tienen una tendencia a hacer actos poco morales, ¿Pero entonces no todos seríamos parte de ese grupo dependiendo de lo que nuestro entorno nos enseñó?
Un beso en la mejilla puede ser visto como saludo en el occidente, mientras que en oriente puede ser visto como una invasión exagerada al espacio personal, por no decir un completo intento de acoso.
La noción de lo que está bien y lo que está mal es subjetiva. Las variaciones dependen del entorno que cada individuo experimenta.
- Heh…Por más bello que se escuché…No puedes esperar que una persona noble se mantenga de esa forma en un mundo de ladrones… Los humanos somos seres sociales, es necesaria la interacción entre nosotros para mantener nuestra sanidad a medidas aceptables. Con eso en mente, al interactuar con personas que predican una u otra ideología, hará que inevitablemente te veas afectado de alguna manera por la misma. Ya sea ignorándola y tachándola como inútil, o adaptándola a tu estilo de vida.
- ¿Y en qué basas esa adaptabilidad? ¿Cuál es el criterio para que la ideología llegué a tu ser?
- Yo diría que la necesidad.
- ¿Necesidad?
- Sí, en mi caso fue la supervivencia. Tenía que adaptarme a los horrores de esa vida de violencia para sobrevivir.
- Interesante… ¿Pero la supervivencia no podía alcanzarse sin hacer tales actos de violencia?
- No con Francisco cerca. Él era el tipo de persona que no perdona los errores, y sus castigos nunca eran suaves, ni si quiera conmigo. Y eso que fui considerado su mano derecha por un par de años.
Francisco era alguien equitativo, sus castigos y recompensas estaban en un perfecto equilibrio donde nadie tenía argumentos suficientes como para cuestionarlo o desafiarlo.
Eso, entre muchas otras capacidades, fue lo que se ganó el respeto y miedo de aquellos debajo de él.
Incluyendo el mío, por supuesto.
O, al menos, hasta que le volé la cabeza.
- Hohoho~. Entiendo~. Entiendo~. Sin lugar a dudas tienes un punto interesante. Al ser totalmente privado de tu individualidad, de tu misma existencia como un ser pensante, y tratado solo como herramienta, tu entorno te modelo de manera que seas el objeto más versátil y letal que pudieses ser. Y todo bajo la vigilancia de una persona altamente capaz sin escrúpulos ni límites.
- Supongo que esa es una manera de decirlo, sí.
Pensando bien en ello, sus palabras contenían una observación que no me había hecho.
El ser una herramienta.
Diría que fue debido al mínimo trato preferencial que Francisco tenía conmigo al llamarme "hijo", pero ahora que vuelvo a pensar en ello, es posible que esa manera de llamarse solo fuese un pequeño seguro que intentó ponerme en el proceso de convertirme en alguien como él.
Siendo como era, Francisco no dudaría en usar manipulaciones y ataques mentales con el fin de obtener la confianza y el cariño de las personas, yo sabía muy bien eso ya que fue de él de quien aprendí a hacer lo mismo.
Supongo que, en alguna parte de mí, ya estaba dispuesto a ceder como ser humano y convertirme totalmente en su herramienta para asi obtener algo de ese amor fraternal que eh estado anhelando desde hace tiempo.
- No… Es inútil formular algo que ya nunca pasará…
Francisco estaba muerto, yo mismo acabé con su vida. Las implicaciones detrás de sus acciones ahora son irrelevantes. Y por ello, atormentarme a mí mismo con todas esas especulaciones solo resultarían en algo contraproducente.
Y yo no necesitaba, ni tampoco quería algo asi.
El espacio volvió a distorsionarse, esta vez con más fuerza.
- Vaya, supongo que eso es todo por el momento.
El cuarto comenzó a derretirse, mi cuerpo volvió a ser sumergido en el alquitrán.
Esta vez no opuse resistencia.
- Respóndeme algo, ¿Eres mi enemigo?
El rey volvió a tomar su forma original, su enorme figura ya no se sentía tan amenazante tras nuestra charla.
- Estaré esperando la noche en que volvamos a encontrarnos, mi recipiente. Hohoho~.
Eso no me respondió nada…
El rey muerto agitó una de sus manos en despedida, la otra lista para chasquear.
- … VETE A LA-
Click*
Todo se volvió oscuro.
Después de unos segundos, pude sentir a mi cuerpo levantándose de una cama al mismo tiempo que terminaba de decir mi insulto.
- ¡MIERDA!
- ¡WAH!
- …
Mi grito fue acompañado por otro con un tono más agudo. Al mirar de donde procedía pude ver a una sorprendida mujer con orejas y cola de león a mi derecha, mientras que otra con orejas y cola de gato me miraba entre decepcionada y molesta por la izquierda.
- … ¿Qué clase de sueño tuviste para acabar diciendo eso?...
- ... Uno muy molesto…
- Ahaha… Al menos parece estar en mejor condición de lo que pensamos…
Al recordar que mi cuerpo necesitaba de un poco de descanso volví a recostarme, mirando mis alrededores supe que no estaba dentro de mi habitación, ni si quiera dentro del castillo.
La habitación estaba hecha de madera, piedra blanca y bambú, las puertas eran deslizables, habían armas ninja colgando de las paredes, y la cama en el suelo de tatami estaba resguardándome del frio de la madrugada.
Ya había visto todo esto en el trascurso de estos 2 meses.
- ¿Tu habitación? Pregunté mirando a Molly.
- Correcto, las sirvientas te trajeron aquí después de que te desmayaras, agradéceles después por las molestias.
Molly me respondió sin el menor ápice de cuidado o consideración a mi débil estado, eso por sí mismo ya era una buena señal de que no estaba contenta conmigo.