Punto de vista de Molly.
Lafonía. Hace 8 años.
- ¡Empiecen!
¡Kadom! *
El taiko fue golpeado, indicando el inicio del combate.
Mi oponente es un [Peleador] del clan oso, es al menos 2 veces más grande y fuerte que yo.
El uso de magia está prohibido, asi que el fortalecimiento físico y el viento no son algo que pueda usar.
Al ser un hibrido de gato y tigre soy más fuerte y ágil que la mayoría de clanes felinos, pero no soy invencible. Mucho menos en este enfrentamiento, donde mi clase de [Espadachín] no puede hacer uso de espadas.
Si me atrapa o me da un golpe directo será mi derrota.
- Hmph. Nada que no pueda superar.
Me aseguré que ese pensamiento se mantuviera como un susurro; decir algo asi en medio del combate es una horrible falta de respeto que no puedo arriesgarme a mostrar.
- Nada personal, joven señorita.
- No te preocupes, ven a mí con todo lo que tienes, porque yo lo haré.
Mi oponente tomó una postura que hacía evidente su intención por golpearme.
Claramente una finta.
- En ese caso, permítame comenzar. ¡Ha!
Un par de enormes puños se avecinaban a mi rostro, cuando mostré indicios de esquivar los puños se detuvieron y en su lugar una patada baja intentó aterrizar en mi estómago.
Desvié su ataque con mi propio pie y salté adelante con un puño de frente.
- ¡Maldición!
Su falta de equilibrio hizo difícil poner sus brazos como defensa, yo aproveché ese momento para abrir los dedos de mi puño y tomar su karategi, después lancé una patada a su rodilla, obligándolo a arrodillarse.
Seguido retorcí su cuerpo hacia abajo mientras mi rodilla se alzaba, solo tomo un segundo para que su barbilla fuese sacudida.
- Ugh…
Thump*
Un miembro de los osos no estaría inconsciente por mucho tiempo, por ello restringí sus extremidades.
- … Ah… ¡¿Ha?!
- No te dejaré moverte.
Mi oponente volvió en sí como lo predije, su rostro llenó de incredulidad al ser incapaz de moverse.
Lentamente comencé a retorcer su brazo detrás de su espalda.
- ¡Hrgh!
Su rostro fue influenciado por el dolor, aun así, intentó resistirse.
- Yo no haría eso si fuera tú.
En consecuencia, retorcí más su brazo.
- ¡AARGH!
- Ya sabes lo que tienes que decir.
Continuamos de esta manera por al menos 2 minutos. Mi apreciación sobre el clan oso paso de ser "mucho musculo y poca técnica" a "terquedad temeraria".
Supongo que eso es mejor… ¿Cierto?
- ¡M-Me rindo!
Solté su brazo lentamente y liberé sus demás extremidades, el combate había terminado.
- ¡La ganadora! ¡Molly!
El referí alzó mi brazo en son de victoria.
¡RRRRRRROOOOOOOAAAAAARRRRRR! *
El poderoso rugido de aquellos viendo mi combate hizo temblar el suelo, el calor en mi pecho desboco una sonrisa.
- Como se esperaba de la hija de los lideres, usted es verdaderamente fuerte, joven señorita.
- … Todavía me falta mucho. Me volveré más fuerte y seré la próxima cabeza.
- ¡Haha! En ese caso siga esforzándose.
- Lo haré.
**
- Una más… Solo necesito una más…
Recibí una espada de oricalco por mi logro, era la cuarta que ganaba desde que empecé a participar en los torneos del clan.
La colgué junto a las demás en una de mis paredes, estaban acomodadas de manera que parecieran un dorado amanecer.
Debajo de mi decoración había un mueble vacío que más tarde tendría una espada muy especial.
Una que solo podía obtener después de ganar 5 torneos.
- Huhuhu… No puedo esperar.
El siguiente torneo será en un par de meses, además será público, por lo que guerreros de todos lados participarán.
Era una gran oportunidad para mejorar mis habilidades.
- Huhuhu… Huhuhuhu…
De verdad no podía esperar.
Tock* Tock*
- Señorita, el patrón le llama.
La fantasía de mi victoria se desvaneció tras el golpeteo a mi puerta.
- Iré en seguida, gracias.
La sirvienta se fue y me apresuré a cambiarme de ropa. Hoy tenía la tarde libre debido al torneo, asi que saldré a pasear una vez haya terminado con lo que sea que padre tenga que decirme.
- No lo vi por ningún lado durante todo el torneo. Aunque puede que me haya estado observando de otras formas.
Padre no era un hombre muy expresivo, tampoco hablaba mucho y su genio no era el más fácil.
Pero de alguna manera siempre estaba ahí cuando se le necesita. Las noticias también llegaban a él sin retraso, por lo que las novedades eran algo que pocas veces ocurrían.
- …Sigue siendo asqueroso ser observada sin saberlo…
No quería ser grosera con mi propio padre, pero tampoco podía mentirme a mí misma.
Con ropa ligera sobre mi cuerpo salí de mi habitación y me dirigí a la oficina principal.
- ¡Gran pelea, señorita!
- Gracias.
- Sus movimientos fueron tan fluidos y hermosos. ¡Sin duda será un gran guerrero en el futuro!
- ¿No lo soy ya?
- Peleemos algún día, señorita. ¡Quiero mostrarle mis avances!
- Mañana por la mañana en el dojo, prepárate bien.
Por mi camino me encontré con varias personas. Algunos eran compañeros con los que entrenaba a menudo, otros eran sirvientes, y algunos mentores o padres de otros miembros.
Como hija del líder siempre eh tenido un trato preferencial por parte de ellos.
Honestamente es agradable, pero tampoco quiero ser recordada y reconocida solo como la hija del líder. Para hacerme con un nombre y reputación, tengo que usar mis propias manos.
Por ello me eh esforzado por ser digna de tal trato. Estudiando más que todos, entrenando más, peleando más.
Ganando más.
Ya sea gracias a la diosa o a mi propio esfuerzo, eh conseguido que la mayoría me consideré como alguien que merece perseguir el puesto de mi padre.
Aunque lo haría incluso si no lo hicieran.
**
Llegué a la oficina.
- Padre, soy yo.
- … Pasa.
La voz profunda me otorgo su permiso, como siempre, el lugar estaba impecable.
El largo escritorio blanco cargaba con múltiples pergaminos y documentos ordenados a los costados. En las paredes colgaban pinturas de los líderes y héroes de la historia. Detrás de una silla dorada extremadamente ornamentada con jade y otras joyas, había estandartes tejidos en oro y plata con las palabras "honor", "lealtad" y "compromiso".
- Ganaste otro torneo, bien hecho.
- Le agradezco las palabras.
El hombre felicitándome era mi padre. Era un hombre de 38 años que media cerca de los 2 metros. Su largo cabello y cola naranja estaban decorados con las mismas franjas que yo tenía, prueba de que pertenecíamos a la misma casta. Su fornido cuerpo estaba cubierto por un yukata negro decorado por un bordado con la forma de las flores de cerezo.
Su intimidante rostro no se movió en absoluto más que para abrir los labios.
- Con esto has obtenido tu cuarta victoria… Y con nada menos que 12 años de edad…
- Y obtendré la quinta en el próximo torneo. Entonces tendrás que cumplir tu parte del trato.
- Por supuesto, cumpliré mi palabra siempre y cuando seas la ganadora.
- Eso es todo lo que necesito saber.
- Hmph. Esa actitud solo te causara problemas, si quieres ser el próximo líder tienes que corregirla.
Era muy joven, pero la cantidad de veces que había escuchado eso ya era imposible de seguir contando.
- Lo tendré en cuenta, padre.
- Bien. Ahora que hemos terminado con eso, pasemos al propósito de mi llamada.
El ambiente tranquilo fue pulverizado. Mi padre todavía tenía una voz tranquila y serena, pero ahora solo podía concentrarme en totalidad para no perderme ni una de sus palabras.
- Hoy llegarán los nuevos reclutas en el distrito oeste, quiero que los guíes hasta aquí y ejecutes las pruebas preliminares.
- … ¿En serio?... ¿No debería encargarse un rango superior de eso?...
- ¿Te es imposible?
- Para nada.
Cada cierto tiempo el clan recibe una oleada de reclutas desde el reino bestia en el oeste. Lo mismo pasa con las personas de Lafonía.
La prueba acepta a 500 personas para intentar aprobar las pruebas preliminares, el promedio de aprobados normalmente es de 80 a 120. Después de eso las entrevistas personales y otro número de exámenes físicos es ejecutado, haciendo un filtro por el que solo 20 o 40 personas logran pasar.
Por supuesto que para controlar a un número tan grande de personas tenemos a varios miembros de alto rango del clan para supervisar. Pero esta sería la primera vez que un miembro de 12 años toma parte de la prueba como supervisor.
Mi emoción era difícil de contener.
- Entonces prepárate, llegarán aquí al atardecer.
- Entendido señor.
Me dirigí a la puerta reproduciendo todo el reglamento para las pruebas en mi cabeza. No importa que, no fallaría esta misión.
- Molly.
- ¿Sí?
Antes de salir mi padre volvió a llamarme, su mirada sería irradiándome con una cálida seriedad.
- Supongo que ya lo sabes, pero no debes establecer ningún tipo de relación afectiva con los aspirantes. La imparcialidad es lo más importante en estos momentos.
Por supuesto, yo tenía muy en claro eso, después de todo solo han pasado 2 años desde que yo también fui un aspirante.
Ni si quiera madre tuvo alguna consideración especial con su propia hija.
- Lo tengo muy claro padre, le prometo que no lo decepcionare.
- … Bien, eres libre de irte.
- Con su permiso.
Mis pies aumentaron su velocidad involuntariamente, mucho estaba por ocurrir, y mi corazón apenas era capaz de soportar la espera.
- Huhuhu, uhuhuhu.
Volví a mi habitación en unos cuantos minutos, no entré de inmediato porque quería evitar cualquier situación embarazosa con la persona adentro.
- Iisssshhh* Haaaaaah*
Puse a trabajar mis pulmones para prepararme ante el inminente desastre.
Abrí la puerta.
- ¡Molly! ¡Cariño! ¡Vi tu combate! ¡Estuviste maravillosa como siempre! ¡Derrotaste al hijo del líder oso con tanta gracia que pensé por un momento que peleabas contra una flor! ¡Sin duda eres nuestra hija!
- ... Gracias, mamá…
- ¡MRRIIAAU!
Justo cuando mi cuerpo fue visible, fui inmediatamente atrapada por los brazos de mi madre. Mi rostro siendo asfixiado por su pecho y el sonido de sus ronroneos.
Las pruebas no han comenzado… Pero ya me siento cansada…