La incógnita flotaba en el aire con un peso agobiante.
¿Roberto haciendo eso? …
Inconscientemente miré a la pantalla, en ella todavía estaban las grotescas imágenes de la reciente masacre.
No… No podría... ¿Verdad?...
Él no tiene ni los números ni la fuerza para hacer eso.
Puede que tenga algo de habilidad para el combate, pero nunca eh sentido sed de sangre proveniente de él, ni si quiera esa vez en la biblioteca.
Además, su maná es mínimo, apenas y puede hacer algo de hielo, no hay forma de que pueda conjurar magia de ataque, mucho menos moverse de la misma manera que aquel tipo.
…Pero… ¿Y si hubiese encontrado una forma de hacerlo?...
¿Y si todo lo que hemos visto y entendido de él no sea más que otra de sus mentiras?
¿Qué es verdad y qué no? ¿Si quiera hubo algún momento donde no mintiera?
- ¿Eso también fue una mentira?…
- ¿Molly?
Un recuerdo llego a mi mente, pasó justo antes de que me desmayara por exceso de trabajo.
***
En la cocina.
- ¡Nosotros nos encargaremos de eso jefa!
- Ah, claro.
Cuando estaba por empezar a limpiar, un grupo de sirvientes se apresuraron a hacerlo.
En los almacenes.
- Por favor, déjenos encargarnos de esto.
- Yo-
- Con permiso.
Antes de que pudiese refutar, otro grupo se apresuró a hacer mis deberes.
¿Qué les pasa a todos?
Comencé a caminar a los baños, Roberto los estaba limpiando junto con otras sirvientas.
Thump*
- Uhg… Mi cabeza…
Estaba mareada, mi sentido del equilibrio no era el mejor en estos momentos. Tuve que apoyar mi brazo en la pared para mantenerme sobre mis pies.
Recientemente mi condición era un poco mala, ya que no pasaba muy seguido eh ignorado el problema, pero ahora estaba experimentando consecuencias desagradables gracias a esa decisión.
- Maldición…
Todavía había trabajo por hacer, asi que traté de ignorar mi extraña condición y seguir avanzando.
- Buen trabajo.
- Tú también.
No era extraño que los demás me dijeran eso, pero en estos días había incrementado la frecuencia.
- Hoy es un hermoso día jefa, más tarde iremos de compras al distrito oeste, ¿Le gustaría acompañarnos?
¿Me están invitando a salir? Eso es raro.
En un pasado este tipo de invitaciones no eran tan poco comunes, pero desde que eh ascendido de puesto, el trabajo me ha impedido aceptar tanto cómo lo hacía antes.
Hace mucho que no salgo de compras… Y últimamente eh tenido menos trabajo que hacer, asi que…
- Umm, si están bien conmigo…
Los ojos de las sirvientas se agrandaron junto con brillantes sonrisas, la felicidad que irradiaban era casi preocupante.
- ¡Genial! Iremos por usted en la tarde.
- Sí… Eso no estaría mal.
- ¡Nos vemos después, Molly!
- Uhh, nos vemos luego…
Después de una extraña despedida seguí mi camino.
¿Siempre fue tan vergonzoso aceptar salir con alguien?
Pensé que estaba acostumbrada gracias a las invitaciones de Roberto, pero parece que estaba equivocada.
Badump* Badump* Badump*
Mi corazón latía con fuerza, una extraña sensación de felicidad acompañando el tamboreo.
- Que me vuelvan a llamar por mi nombre no se siente mal…
Desde el acenso los demás cambiaron su forma de referirse y actuar conmigo a una más distante y formal, en vez de llamarme por mi nombre la mayoría me llamaba "Jefa", sabía que solo estaban siendo profesionales, aunque no pude evitar sentirme algo triste por el cambio.
- Espero que las cosas vayan bien para Lea…
Me gustaría decir que su situación era similar a la mía, pero entonces estaría siendo demasiado insensible.
La verdad es que el distanciamiento con ella era mucho peor. Al grado que incluso sus padres fueron puestos bajo vigilancia.
Naturalmente no se encontró ni un indicio de traición o desobediencia, y gracias a ello no se ha considerado impartir un castigo a nadie, el problema es que seguimos siendo un socio de la familia real, por lo que nosotros no podemos hacer una investigación directa sin irrespetar el acuerdo.
Ese papel se hizo hace más de 300 años, por más tradicional que sea, hacer revisiones no estaría mal.
Ya que el acuerdo fue hecho por el fundador y uno de los primeros héroes, se considera un tesoro y testamento sagrado dentro del clan, por lo que ir en contra de él es casi como traicionar a toda la organización.
Y desde que los interrogatorios a Lea y el príncipe resultaron en que ambos decían la verdad, hemos estado en un punto muerto donde no podemos estar seguros de quien es inocente.
Aunque a mi parecer es más que evidente que Lea fue calumniada por ese peliverde de mierda.
Mhm… Eh escuchado que Roberto está relacionándose con lo archiduques, tal vez pueda convencerlo de ayudarme a revisar el acuerdo, al fin y al cabo, sigue siendo un humano de otro mundo.
Con las recientes actitudes del príncipe y con la llegada de un quinto héroe, la posibilidad de poner a Lea bajo nuestra normalidad es buena, y con ello la devolución de su puesto y su reincorporación a las misiones estará asegurada.
Se llevan bastante bien, y parece que ambos disfrutan de la compañía del otro, no sería sorprendente que empezarán a salir en algún momento.
Roberto y Lea juntos eh…
En mi mente aparecieron varias imágenes hipotéticas, desde algo tan simple como tomarse de las manos en público, hasta ir a la habitación del otro para tener sexo.
Grrrrr*…
Por algún motivo no podía sentirme feliz por ello.
- Lea debería conseguirse alguien mejor, no un mujeriego con tendencia a fumar.
Ya todos en el castillo sabían de las salidas nocturnas de Roberto. De vez en cuando llegué a toparme con él mientras el hedor a mujer seguía impregnado en su piel.
Sé que como hombre tiene ciertas necesidades, ¿Pero de verdad tiene que ir a los burdeles?
- Umm, ¿Jefa?
Una sirvienta me llamó.
- ¿Qué?
- Ihgk*…
Cuando compartimos miradas el color de su piel palideció un poco.
- ¿S-Se encuentra bien?
- Perfectamente.
- ¿Está segura?... Su expresión es un poco…
- ¿Un poco qué?
- Uuuhh…
La sirvienta sacó un espejo de mano y lo puso frente a mí.
Al ver mi reflejo pude notar como mis cejas cargaban con rencor, estaba mostrando mis colmillos y mis pupilas brillaban con una amenaza fulminante.
Esa no es una buena cara.
De inmediato deje de hacer tales expresiones.
- ¿Qué tal?
- …
La sirvienta me miraba asombrada, no de una manera que me hiciera sentir mal, solo estaba sin palabras.
- Fufufu, es más expresiva de lo que recuerdo, jefa.
Ahora mi rostro se sienta más caliente de lo que ya estaba.
- Es solo lo normal…
- Fufufu~.
Tras despedirme de la sirvienta, seguí mi camino.
Fue bastante difícil mostrarme recta, pero me las arreglé para llegar a mi destino.
- ¿Con eso crees que podamos ayudar?
- Diría qué es una opción, sí.
Junto con el sonido de las escobas rascando los pisos, la voz de Roberto, Orna y Clara me eran fácil de percibir tras la puerta.
¿De qué están hablando?
- ¡Kya~! ¡Trabajando desde las sobras para que su amada sea feliz!
- Es como una novela romántica.
- Ahaha… No es tan romántico como lo hacen ver… Como sea, díganme, ¿Cómo ha ido el plan?
¿Plan? ¿Trabajar desde las sobras?
Con mi mano en la perilla entreabrí la puerta y observé con sigilo a las personas del otro lado.
Hubo un intercambio de sonrisas antes de contestarle.
- ¡Está yendo mejor de lo esperado!
- Lento pero seguro, no creo que haya problemas en un futuro cercano.
- Bien, lo que pase ahora dependerá de Molly, aunque estoy seguro que lo disfrutará, después de todo, ella es quien más quiere relacionarse con ustedes una vez más.
- Fiu~, fiu~. ¡Abran paso que Roberto está mostrando su lado genial!
- Siempre soy genial.
- Y allá va esa actitud confianzuda.
- La gente confiada siempre será más agradable.
- Sí, pero tú eres un presumido.
- Oye…
¡Hahahaha! *
Usando sus carcajadas, escondí en sonido de la puerta cerrándose y comencé a alejarme.
Badump*
… ¿Entonces fue por él?...
Mis hombros se sentían pesados.
Badump* Badump*
… Todos estos cambios… ¿Fueron impulsados por él?…
El equilibrio era un término ajeno a mi cuerpo, por ello colapsar en el suelo era inevitable.
Thump*
Badump* Badump* Badump*
… Todas esas veces que lo vi hablando con otros sirvientes… ¿Eran con ese propósito?...
Mis parpados pronto cubrirían mis ojos, los fuertes latidos en mi pecho solo servían como arrullo.
- Aaa-ahh… Maldición… Creo que me gusta ese loco…
Tras la realización de mis problemáticos sentimientos, descendí a la oscuridad del sueño.