Chereads / Soul Seeds / Chapter 12 - Invitados en casa. Segunda parte.

Chapter 12 - Invitados en casa. Segunda parte.

Es lunes, día de escuela. A pesar de la insistencia de Blue, mi madre no permite que falte a clases, así que me hace prometer no comprometer lo académico y así lo hago. Hana se ha reincorporado a las clases y parece estar tranquila. Su padre la trajo hasta la escuela, por lo que no he podido hablar con ella. Blink sigue en el hospital recuperándose. Aún con todo lo que le hicieron, nadie ha ido a buscarlo al hospital. Salvo por Hana, Jasmin y yo, nadie lo ha visitado, y tampoco nadie ha intentado terminar lo que interrumpí aquel día, lo que me mantiene sereno.

Las cosas en casa van mejor de lo que se podría pensar. Nuestros invitados se han adaptado rápido al ajetreo de casa, sobre todo Nadia. Se hizo amiga de Marcelin muy rápido. Aun cuando conseguir que siquiera hablara con Hana me costó mucho.

Blue por otro lado es alguien muy tranquilo y amable a pesar de su intimidante apariencia. Logro en un día entablar relación con el tímido señor Oshiro, y no se molesta con la insaciable curiosidad de mis hermanos cuando le piden que muestre una vez más sus espadas.

Mi madre aun luce nerviosa ante la idea de que vallamos a enfrentarnos a una familia de la mafia, le es difícil de asimilar y la entiendo, para mí todavía es difícil procesar el hecho de que hace dos semanas solo debía preocuparme la escuela y mis amigos. Todo ha cambiado, y seguirá cambiando.

El profesor de historia (Mi materia favorita) explica algo a la clase, pero como siempre, lo escucho de fondo apenas dándome cuenta que está hablando. Él se da cuenta de que no presto atención a su discurso como normalmente lo hubiera hecho hasta hace una semana. Se toma la molestia de interrumpir su clase para traerme de vuelta de mi limbo reflexivo y yo no puedo hacer más que contestar con "Si" mientras doy un pequeño salto en mi pupitre.

-Joven Mathers ¿Podría ayudar a la clase respondiendo a una pregunta?

Me pongo de pie y escucho la pregunta. Respondo sin problemas y vuelvo a sentarme. Entonces me vuelvo consiente de la presencia de mis compañeros y mis ojos hacen un rápido recorrido por el aula, recorrido que termina por encontrar a Hana. Ella parece percatarse de mi mirada y se gira para responder a mi interés con una sonrisa.

-Todo valdrá la pena - me digo.

Siento como si el mundo se hubiese detenido y ahora volviera a girar.

Entonces suena la campana de receso. El profesor cierra sus libros y se despide. Todos se ponen de pie y una ola sonora de murmullos y sobresaltos impacta contra mis oídos. Guardo mi libro y cuaderno de la clase en mi mochila sin prestar demasiada atención a lo que me rodea, entonces Hana se acerca tranquilamente y me saluda con una enérgica voz. Yo apenas logro contener mi expresión de alarma, mi corazón parece haberse agitado por un segundo y vuelto a una calma súbita cuando mi mente le envía la señal de que no hay peligro y, por el contrario, estamos en merced de algo mayor. Contesto el saludo de Hana y ella pregunta dónde vamos comer nuestro almuerzo. Jasmin se une casi de inmediato a la conversación y ella sugiere la terraza de la escuela. Sin oponernos, tomamos nuestros alimentos y la seguimos. Comemos y hablamos un rato. Hana se levanta de su improvisado asiento y posa frente a nosotros, yo la veo preguntándome que es lo que trama.

-Tengo algo para ti – Dice mientras saca de un bolsillo, oculto en su falda escolar, un trozo de papel aparentemente arrancado del resto de una hoja de cuaderno. – Es toda la información que Blink recibió de su contacto. El viernes, en el casino, es la oportunidad perfecta.

- ¿Tu padre lo sabe? – Pregunto.

-Se lo diré en su momento. Tendrán tiempo de hacer lo que crean conveniente.

-Gracias. No creo poder ver a Blink, así que si lo visitan, háganle saber que también se lo agradezco.

Después de eso pongo al día a las chicas sobre mis invitados. Parecen curiosas cuando hablo sobre ellos y escuchan atentas.

-Ya habrá oportunidad de conocerlos – Dice Hana.

Volvemos a nuestras aulas justo a tiempo, evitando ser sorprendidos por la campana.

El calor del medio día se transforma en una relajante tarde de primavera. No ha llovido en varios días, pero algunas nubes aun surcan el cielo sobre la ciudad, amenazando con dejar caer la última lluvia de primavera para dar paso al abrazador calor del verano. Yo me estremezco recordando las conversaciones con Blue y Nadia. Ayer me hicieron arrojar agua hasta que ya no pude más con mi cuerpo. Para ellos es tan simple como para nosotros la magia, pero debo decir que la idea de combinar ambas técnicas me parece fascinante.

Ya en casa, la cena y el posterior entrenamiento son rutinarios. Marcelin aprende tan rápido que temo que me alcance antes de poder sentir que le enseñe algo. Nadia la ayuda enseñándole tiro con arco. Según me dijeron, puede que Marcelin también tenga las mismas habilidades que yo. No esperaría menos de mi hermanita, llevamos la misma sangre después de todo. Haruko no parece tener esa afinidad, la magia y solo la magia es lo que fluye en ella. Bueno, aún es muy pequeña para preocuparnos por eso.

Los ensayos y fracasos que realizo uno tras otro, son suficientes para agotarme y doblegar mis piernas haciéndome caer al piso. Marcelin y Nadia ríen con mi tropiezo mientras Blue me tiende la mano para ayudarme a ponerme de pie. Madre ve desde la distancia mientras le da forma al agua entre sus manos. Haruko duerme en brazos del señor Oshiro, mientras Ichiro y Yasu están adentro distraídos con videojuegos. Este ambiente no parece cambiar a pesar de todo, es algo que me tranquiliza.

-Nos detendremos por hoy – Blue me suelta cuando ya estoy en pie y se da la vuelta para sentarse junto a la mesa de jardín.

-Bien – Se incorpora madre. – Marcelin, también deberías terminar por hoy, anda y prepárate para irte a dormir.

Mi hermana acepta, pero no sin hacer un gesto de molestia. Se despide de Nadia y Blue. El señor Oshiro la acompaña aun con Haruko en sus brazos y ambos entran. Yo me acerco a Blue seguido por Nadia quien no tarda en tomar asiento junto a su guardián. Me uno ellos en la pequeña mesa y madre se acerca para lanzar una pregunta.

-¿Qué es lo que querías mostrarnos Stan?

Llevo mi mano al bolsillo derecho de mi pantalón. No logro alcanzar del todo el fondo del bolsillo, por lo que me pongo de pie. Busco con el tacto hasta que por fin encuentro la hoja de papel que Hana me dio en la escuela. Deshago los dobleces lo mejor que puedo para no romperla y cuando termino pongo la maltratada hoja sobre la mesa. Nuestros huéspedes miran con atención y curiosos, por supuestos, pese a que comprenden nuestro idioma, no pueden leer nuestros textos. Mi madre entonces toma la hoja y la lee para sí misma. Luego de unos segundos vuelve a ponerla sobre la mesa y les explica los detalles a nuestros invitados.

-Eso nos da tiempo para seguir preparando a Stan – Nadia se muestra seria al respecto. Hasta ahora me parecía demasiado tranquila, incluso en los pocos momentos tensos que hemos compartido, siempre parecía relajada.

-Pienso igual – Mi madre se dirige a Blue. – Siendo sincera, creo que aún no está listo.

Mi expresión cambia y estoy a punto de lanzar un reclamo, el ambiente parece tensarse por un momento. Para mi suerte, el bueno de mi padrastro interrumpe el silencio y nos invita a pasar. Mis hermanos ya no están frente al televisor del salón, Marcelin y Haruko están en su habitación, probablemente a punto de conciliar el sueño. La noche trae la calma a esta casa y, por un momento, a mí también.

Después de cepillarme los dientes y ponerme el pijama, me voy a mi habitación y me recuesto, exhausto por estos días que no me han dado ni un momento de paz duradera. Doy vueltas en la cama por un buen rato, algo que se ha vuelto costumbre en mí. Pienso en las palabras de mi madre y sé que tiene razón. Sé que aun con la ayuda de Nadia y Blue, no soy lo suficientemente fuerte.

Me levanto de la cama un rato después, salgo de mi habitación y bajo las escaleras tratando de no hacer ruido. Hago el camino hasta la puerta trasera y salgo al patio. Me quedo quieto a la mitad del patio y tomo una gran bocanada de aire. Comienzo haciendo los ejercicios que Blue me enseño. Desesperó cuando no consigo que sean efectivos mis esfuerzos, pero lo vuelvo a intentar. No voy a darme por vencido tan rápido.

Estoy así por un rato, entonces siento como la luna comienza a emitir luz hacia mí. Vuelvo la mirada para verla, pero una sombra me lo impide. Tardo en que mis ojos reconozcan la imagen, entonces ella se gira y me ve directamente. Sus ojos están inundados en lágrimas, pero aun así me lanza una sonrisa y tratando de guardar un sollozo me habla.

-Vaya… ¿Tú tampoco puedes dormir?

Todo lo que sé, es no saber nada sobre esta persona y, aun así ¿Porque me siento tan triste al ver sus lágrimas fluir sin parar?

Ya hay otra persona a la que tengo que salvar… No pienso detenerme.