Estoy en un callejón oscuro junto a Nadia observando atentos cada detalle. El casino parece tener más vigilancia que la última vez que estuve aquí. Es extraño, pero el miedo parece desaparecer cada vez que veo más cerca el momento de saltar y meterme en la cueva del lobo. Nadia no tiene una pizca de duda en su rostro y se mantiene tranquila, no pierde detalle de lo que sucede y parece apenas pestañear. Yo, por supuesto, estoy impresionado. Las nubes se están acumulando en el cielo y la noche sería tan negra como el vacío si no fuera por la contaminación lumínica de esta enorme ciudad. Sostengo en mi mano el radio de larga distancia que madre me dio, esperando comunicación.
-Hay unos 15 del lado sur y otros nueve en el ala oeste. – Madre nos reporta.
-Dile que tenemos unos 11 en el norte y 5 en el este.
Reporto lo que Nadia me indica y madre nos da instrucciones de permanecer quietos. Estamos esperando a que tanto ella como Blue decidan cual cera la mejor estrategia.
-Este es tan extraño, no se parece a nada que haya visto. – Me dice Nadia. – Las luces, la gente… el olor.
-No creo que debieras concentrarte en ese olor, de hecho, creo que es mejor que controles tu respiración.
Suelto una risa burlesca y Nadia hace una mueca tapándose la nariz. La radio comienza a emitir sonidos y después se escucha a mi madre.
-Bien, esto se hará: Blue y Stan subirán a la azotea desde fuera, Nadia y yo iremos dentro. Deben entrar al edificio y buscar la sala de reuniones; Stan llevara el micrófono, Mitchel estará escuchando todo, traten de captar lo mejor que puedan, cualquier frase clave nos servirá. Nadia y yo los cubriremos, les informares de cualquier movimiento y la rotación de guardia. Tienen 5 minutos después de que se comprometan hasta que la policía este aquí. Estos son los nombres. Camillo, Dereck, Susana, Dwayne, Angelique. No pierdan esos objetivos.
-Entendido.
Corremos y nos separamos junto al edificio, me dirijo a la parte trasera para encontrarme con Blue allí. No decimos nada, pero sabemos lo que hay que hacer. De inmediato comienzo a levantar cuanto puedo a mi alrededor, descarto aquello que no pueda soportar nuestro peso para después colocar el resto junto al muro del edificio de tal forma que asemeje a una escalera y comenzamos a subir. Cuando estamos a medio camino, la radio vuelve a emitir sonido.
-Estamos dentro. – Dice madre.
-Aléjate de la ruleta. – Bromeo.
Seguimos subiendo hasta que llegamos a la azotea sobre el cuarto piso. Sorteamos algunos obstáculos, como tubos de ventilación e instalaciones eléctricas. Alcanzamos la puerta de acceso y probamos abrirla. No da resultado. Comienzo entonces a manipular la cerradura moviendo su mecanismo hasta que se abre. Blue entra primero, sigiloso y vigilando que no haya nadie cerca. Lo sigo cuidadoso de mis pasos, utilizo mi magia espacial y también busco posibles obstáculos, pero el piso completo esta vacío, salvo por alguna que otra rata encerrada por ahí. Aun así andamos con cuidado hasta bajar al tercer piso, aquí es donde esta nuestro objetivo.
-No puedo usar mi magia aquí, si el tipo de la última vez está aquí, nos descubrirá de inmediato.
-¿Hay alguna forma de mantener nuestra presencia oculta de él? Asumiendo que use el mismo hechizo.
-Por fortuna mi especialidad es la magia espacial y transformación. Así que, si estoy en lo cierto y el utiliza magia de veneno, no debe ser tan bueno en este tipo de hechizos, por lo que puedo evitar su localización.
No se lo digo a Blue, pero la desventaja es que también sabe ocultarse muy bien, por lo que no tenemos manera de saber si está aquí. Abra que averiguarlo.
-Estamos en el tercer piso, esperando para ponernos en posición. – Comunico por la radio.
-Bien, dos blancos van hacia su ubicación, estén atentos. – Responde madre.
-Entendido. Los esperaremos.
Blue y yo nos ocultamos entre los pasillos esperando que alguien salga o entre para confirmar cual es la puerta correcta. Vemos llegar a los dos que menciono madre. Vienen acompañados por tres guardias armados con subfusiles. Estamos atentos a que puerta eligen y una vez han entrado nos acercamos. Saco el micrófono y lo acerco a la puerta. Lo deslizo por el suelo intentado que pase por debajo hasta el otro lado y después lo enciendo. Comunico a madre nuestro progreso a la vez que enlazo el dispositivo a mi teléfono para que el señor Kingslee reciba el audio. Blue me cubre mientras hago todo esto. Recibo un mensaje casi de inmediato confirmando que la policía está escuchando. Están listos para venir en cualquier momento.
Para mí todo esto es inusual. Madre y el señor Kingslee ya han trabajado juntos antes, incluso estuvieron juntos en la academia de policía, según me han contado. Tiene una larga amistad, por eso él es una de las pocas personas que saben de la magia. Madre se graduó con honores y tenía su futuro asegurado en el cuerpo, pero abandono cuando supo que estaba embarazada. Hasta donde sé, ella ha estado haciendo trabajos extraoficiales con Kingslee desde hace tiempo, tampoco es que se ningún secreto, pero aún no sé porque el buscaría la ayuda de mi madre en primer lugar. Tengo una ligera sospecha de que tiene algo que ver con mi padre, pero son solo suposiciones y ella no me dirá nada.
-Stan ¿Estas atento? – Pregunta Blue. Me hace regresar de las nubes.
-Si. – Respondo bruscamente.
Detrás de la puerta parece haber ajetreo y no pierdo la oportunidad. Ajusto el micrófono tratando de que alcance a captar todo sonido que provenga de la habitación. Estoy atento para escuchar yo también, cualquier pista, cualquier cosa que me sirva de señal para entrar y causar un alboroto. Terminar con esto de una vez.
-¡Necios! – Escucho desde dentro una voz firme y agitada. – Todo esto solo nos traerá problemas, nos ejecutaran por traición.
¿Traición? ¿Qué está pasando ahí dentro?
-Ya henos llegado demasiado lejos y aún no hemos visto ningún resultado. Es increíble que estemos dejando que estos imbéciles nos intimiden.
No estoy entendiendo la conversación y me molesta. Mi curiosidad quiere escuchar más. Quiero saber qué es lo que está pasando allí dentro. Muchas dudas se están despertando en mí y al parecer también en el señor Kingslee, quien me pide que le confirme si escucho bien. Ambos estamos intrigados.
-Para colmo nos van enviar más engendros como CB.
¿CB? ¿Se refiere a Camillo? ¿Porque es un engendro?
-¿Ya terminaron de lloriquear ancianos? - Ese es Camillo, no se referían a él, pero entonces ¿A quién? – Les recuerdo que todo eso fue decisión mía y si alguien duda de mi capacidad para dirigir, puede hablar con CB.
Repentinamente siento como el aire se vuelve más pesado. Todos dentro parecen agitarse y comenzar a temblar. Puedo respirar el miedo. Ya he tenido esta sensación antes, cuando estaba en casa de Blink y él estaba en el piso. Ahora sé quién es CB y no podría ser peor.
-Verán… - Retoma Bianchi. – Me importa una mierda el Imperio, lo que estamos ganado con estos activistas es cien veces lo que ganaríamos haciéndole favores a esos imbéciles en el senado. Lloyd dijo que quiero un cargamento descomunal y lo pago por adelantado. Al carajo si planea matar a la princesa o al mismo emperador. Si lo hace con nuestras armas, pronto seremos otra vez los dueños de este continente.
Ahora mismo tengo más preguntas de las que puedo procesar, pero no me detengo a indagar.
-Lo tenemos – Me dice el señor Kingslee al teléfono. – Tienen siete minutos.
-Madre – Llamo ahora por radio. – Es hora.
-Bien, comenzaremos la fiesta aquí abajo. – Me responde.
Veo a Blue y le hago una señal con los dedos para que sepa que vamos a entrar, el desenvaina sus espadas y asiente con la cabeza. Entonces retiro el micrófono y lo guardo junto a mi teléfono, me pongo de pie, cuento hasta tres y derribamos la puerta solo para ser recibidos por la metralla de distintos tipos de armas, pero somos más rápidos y, en el momento que ellos disparan, yo los inmovilizo congelándolos. De inmediato mis ojos están sobre Camillo, pero como es de esperarse, el mago salta sobre mí sacando sus cuchillas. Por fortuna tengo a Blue conmigo y logra cubrirme del ataque con sus espadas. La mesa es disparada a un costado y el resto de personas son noqueadas con el golpe.
-Esto si no me lo esperaba. – Dice Camillo en un molesto tono sarcástico.
Mientras Blue retiene el ataque del mago, yo apreso a Bianchi y llamo a madre por radio.
-Vamos para allá, la fiesta se agito más de lo que esperábamos aquí.
Blue y el mago se ven fijamente, tratando de intimidarse el uno al otro mientras yo me guardo la radio de nuevo para después intentar un ataque a nuestro oponente. Fallo estrepitosamente cuando el retrocede hacia su jefe e intenta liberarlo, pero ni Blue ni yo le damos esa oportunidad. Lanzo una ráfaga de hielo tan fino como una navaja, él la evita, Blue salta entonces para hacer chocar otra vez el filo de sus espadas. Por un momento estoy atónito en lo que ven mis ojos, la adrenalina me hace entrar en un estado eufórico y comienzo a servir asistencia a mi compañero, levantando objetos y lanzándolos, pero nuestro oponente logra evitar mis ataques.
-¿Qué esperas? ¡Mátalos! – Grita Camillo.
El mago nos observa atentamente, está leyendo nuestras intenciones y no piensa darnos oportunidad para golpearlo. Ni nosotros a él.
Quedan cinco minutos.