La semilla de alma. La forma física de la energía mágica, un artefacto de poder puro, una vida en estado material. Muchas veces estudie su mito, muchas otras a los personajes históricos que la persiguieron. Pero justo ahora, a pesar de mi escepticismo, debo disculparme con todos los magos, alquimistas he historiadores que dedicaron su vida a la búsqueda de tal objeto. Frente a mí, de forma totalmente inesperada, ese tesoro milenario me deslumbra con su rojizo brillo, me maravilla con sus movimientos, como si de un corazón palpitante se tratase. Debo decir que es atrapante su calidez, la energía que desprende y todo lo que la rodea. Estoy atónito.
-Esta es… mi semilla de alma. – Nadia la acerca a mí para que la observe mejor, pero guarda su distancia, tiene extremo cuidado en la forma en que la maneja.
-¿Entonces es real? ¿Todas las historias son ciertas? Tú tienes… - Hablo entrecortado, nervioso e impactado.
-No Stan. No solo la tengo yo, tú también la tienes, todos la tenemos. – Nadia retrocede y vuelve a integrar el objeto en sí misma, fundiéndolo en su pecho y haciendo desaparecer la intensa luz. - Este es el regalo de los dioses, el regalo de la vida.
-Tú también tienes una fe ¿No es así? – Blue me habla de una forma seria, pero relajada. Quiere tener tacto conmigo.
-No lo llamaría una fe, pero entre los magos tenemos el mito de la diosa Nadia.
-Entonces ¿Tú también conoces la historia de los 12 dioses? – Nadia me interroga entusiasmada.
-Si. Los doce hermanos, cada uno con un atributo diferente, todos peleando por el poder absoluto hasta que la decimotercera nace y los une.
-Esa misma. Veras Stan, no solo venimos de muy lejos, más bien, somos de otro mundo. – Nadia luce ahora extremadamente seria y yo estoy a punto de reír, pero me contengo.
-¿De qué hablas? ¿Estás de broma verdad? – Pregunto confuso de lo que escucho.
-Deja que nos presente otra vez. – Nadia se levanta de nuevo. – Soy Nadia Levelin de la casa de Tamlos, Primera princesa al trono del Devoto Reino de Nadia y él es Aknatar Blue Torka, jefe de la guardia real y mi fiel amigo. – Blue hace una reverencia tanto a mi como ha Nadia. – Ahora permíteme hablarte de las semillas y por qué estamos aquí. Veras, en nuestro mundo, lo que tú conoces como magia, no existe. No podemos crear ilusiones elaboradas como la que dejaste para nosotros, tampoco sirven los hechizos o la alquimia. Para nosotros, son cosas totalmente nuevas. Realmente me sorprendí con tu mensaje. Nosotros usamos algo que conocemos como "Divide" o al menos así lo llamamos en la lengua moderna.
-Y ¿Cuál es la diferencia con la magia que les mostré? – Pregunto realmente curioso.
-No sabría explicártelo, no sé cómo funciona tu magia, pero si utiliza la energía de la semilla, entonces sigue el mismo principio, pero se diferencia en algo muy importante.
-¿En qué?
-Tu dijiste que con magia no puedes hacer aparecer cosas de la nada, que algo debe existir para que puedas manipularlo, pero que tú no necesitas combustible para encender fuego, o incluso dijiste poder crear pequeñas cantidades de agua y luego transformarla en hielo. Bueno, creo que eres algo más que un mago.
-Un "Divided". – Interrumpe Blue.
-¡Exacto! – Exclama Nadia.
-¿Un "Divided"? Explícate. – Digo, aún más confuso.
-La diosa Nadia, le dio una tarea a cada uno de sus hermanos. Los tres mayores darían a los hombres alguno de sus atributos, la sabiduría, la fuerza y el poder. Luego, por separado, forjarían las semillas con un don relacionado con sus atributos. Antes no sabía cuál era uno de ellos, pero ahora está claro. La sabiduría para defenderse sin fuerza, el don de crear armas. La fuerza que manipula la realidad y forja el mundo, nosotros, los "Makers". Y por último, el poder para controlar las armas y la fuerza, la magia.
-No lo entiendo… - Digo mientras suelto un suspiro.
-Cada uno de esos dones existió por separado, en diferentes realidades.
-Un multiverso.- Dice Blue.
-Sí, pero con un problema. La magia, tal y como la describes, no tiene los alcances de un "Maker" tu mundo parece ser más afín con el don de la sabiduría. Lo digo porque he visto maravillas tecnológicas por todos lados, cosas que no hay en nuestro reino.
-No lo entiendo, y no creo que lo haga pronto, pero creeré sus palabras. ¿Qué pasa si soy uno de esos "Divided"?
-Que te ayudaremos en lo que nos pidas, incluso te enseñaremos lo que sabemos, pero a cambio, debes ayudarnos a nosotros. – Nadia parece confiada.
-Es verdad, aun no me explicas porque están aquí.
-Buscamos a dos hombres. Es vital para nuestro mundo que los encontremos. Pero por ahora concentrémonos en lo que querías pedirnos. – Blue parece apoyar la moción de su princesa.
Dejo muchas preguntas para después y les explico lo que sucede con los Bianchi, les doy mi plan y parecen aceptarlo. Continuamos charlando de los detalles por un rato hasta que mi teléfono suena. Debo regresar a casa. Entonces, cuando estoy a punto de despedirme, me viene a la cabeza algo que había está ignorando. Pregunto a mis nuevos aliados si tienen un lugar donde pasar la noche y como lo esperaba, responden que no. Sin pensarlo mucho, los invito a quedarse en casa, aceptan y nos ponemos en camino. Cuando llegamos las luces están apagadas, se respira una calma agradable. Madre está en la cocina tomando un té a la luz de una lámpara e inmediatamente pregunta por los extraños. Trato de explicarle lo mejor que puedo la situación, ella parece más confundida que yo y lo entiendo, es algo difícil de asimilar y yo mismo estoy dudando aun. Después de varios minutos exponiendo la situación, el señor Oshiro baja las escaleras y también cuestiona la presencia de Nadia y Blue. Para mi sorpresa, el accede a darles refugio, lo que mi madre no parece aprobar, pero luego de unos minutos no le queda más remedio que aceptar.
Ofrezco a mis invitados algo para cenar y los acompaño por un rato más. Tras quedar satisfechos los acompaño a la recamara de huéspedes. Nadia pide permiso para darse un baño, madre le muestra el camino y le da un cambio de ropa, después de eso, Blue también pide el baño y el señor Oshiro le presta también algunas prendas, pero él se niega y vuelve a vestir su ropa.
La noche es increíblemente tranquila, duermo placenteramente. Las cosas pueden salir bien si todo es como lo predigo, solo quisiera prepárarme un poco más, pero no hay tiempo, mañana, al atardecer vamos atacar a los Bianchi, este círculo vicioso por fin terminara y podré volver a los días tranquilos. Blink también tendrá por fin paz con su pasado, Hana y su familia podrán vivir sin miedo, todos nosotros, es lo único que quiero.
La mañana es tranquila, mi familia está ya saliendo de sus habitaciones y nos disponemos a desayunar. Para mi sorpresa, cuando bajo las escaleras, Blue y Nadia ya están a la mesa con mi madre y el señor Oshiro.
-Buenos días Stanley. – Me dice el señor Oshiro.
-Buenos días a todos. – Respondo mientras Ichiro pasa a mi lado corriendo para tomar lugar en la mesa.
Mi hermano poco pone atención a los extraños sentados junto a él, pero cuando por fin se percata de su presencia, simplemente pregunta sus nombres y se da por satisfecho con la respuesta. El resto de la familia sigue el mismo procedimiento, excepto por Marcelin, quien suele ser más perspicaz y curiosa.
El desayuno termina sin contratiempos. Madre, Blue y Nadia me llaman entonces al patio trasero.
-¿Qué pasa. – Pregunto sin entender bien porque me han traído aquí.
-Veras Stan… - Nadia parece un poco avergonzada.
-Creemos que es mejor que aprendas unas cuantas cosas antes de actuar, así que lo pospondremos. – Me estoy acostumbrando al tono serio de Blue.
- Y ¿Qué quieren enseñarme? Espero que sea eso que hiciste anoche con la semilla.
-Lamentablemente no podemos enseñarte eso aún, pero hay unas cuantas cosas para las que tienes potencial.
-Bien no se diga más.
Al parecer, tendremos que esperar un poco más por la calma.
Hospital central.
- …Este viernes, en el casino.
-Gracias Jonathan.
Termino la llamada y doy un suspiro enorme. No sé qué debo hacer, los días se me vienen encima, no creo poder salir de este hospital pronto. Las posibilidades están en mi contra y el mundo se derrumba cuando pienso que de nada sirvió poner la vida de mi mejor amigo en riesgo. Estoy acabado. Debí saberlo. Soy un idiota ¿Que esperaba conseguir con todo esto? Un cobarde como yo no lo lograría jamás.
-Stan lo hará. – No Hana. Ya es suficiente. – Y si no lo hace por ti, lo hará por mí, no podemos detenerlo.
-Crees que no lo sé, es solo que…
-Yo no puedo hacer nada, pero tú puedes ayudarlo, tienes que hacerlo.
Ya basta. No hagas esto. Sé que tienes razón, pero quisiera poder creer que no lo hará, que se dará la vuelta y me abandonara. Mierda, es tan obstinado. Joder ¿Porque carajo tienes que ser así?
-No lo hagas por mí, ni por ti. Él te necesita.
-Está bien. Te daré toda la información para que se la lleves.
-Gracias Blake.
Stan ¿Algún día seré yo quien te salve?