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Chapter 8 - Entre magos.

El choque del acero hace vibrar el aire y me estremece. El filo de la espada resuena al contrarrestarse con el de las cuchillas. No quiero mirar atrás y me concentro en seguir avanzando he ir lo más lejos que pueda, cargando conmigo a Blink. Escucho la voz de la misteriosa chica gritándome que corra. El dolor en mi pierna derecha se intensifica a cada paso que doy, dudo al andar. Mi respiración está agitada, estoy cansado, tengo sueño, siento que voy a desfallecer.

-No te interpongas. – El tipo de la gabardina amenaza a su oponente.

-Lo siento, no puedo dejar que les persigas. – El hombre de la espada responde con una voz muy seria.

Volteo la mirada, la misteriosa salvadora, en un movimiento, hace aparecer un arco traslucido, parece estar hecho de cristal y las flechas ni siquiera parecen existir, pero dejan un haz de luz en su recorrido. El tipo de la gabardina logra repeler los ataques de ambos. Vuelvo la vista al frente y acelero el paso.

-¡No sé detengan! ¡Nos veremos después! - Grita Nadia, la escucho ya distante.

Luego de un buen rato corriendo, ya no escucho el impacto del metal. Me relajó un poco para tomar aire, solo quiero salir de aquí.

Es pasada la una de la mañana cuando estoy frente a la puerta de Blink.

- Gracias... Siento haberte metido en esto. - Su rostro muestra lo adolorido que está.

- Toma. - Le doy el pendrive que aún guardaba en mi bolsillo. - Realmente espero que esto valga el sacrificio.

- ¿Conocías a esas personas?

- No... No realmente. Solo nos hemos cruzado antes.

-¿En serio? La chica parecía tenerte bastante confianza

- No estoy seguro de que pase con ellos, en verdad solo los cruce esta mañana. Creo haber escuchado que su nombre es Nadia.

- Pues es bastante guapa y el tipo era muy bueno con la espada.

- Eso parece, espero que estén bien, aunque algo me dice que los volveremos a ver.

Me despido de Blink y me voy a casa. Por el camino pienso en todo lo que paso. La semana pasada estaba preocupado por Hana, ahora todo se salió de control. Por las palabras del tipo de la gabardina, los Bianchi sabes quién soy y termine por confirmarlo hoy. No solo eso. Blink también oculta algo. Además están Nadia y su acompañante ¿Quién rayos son? ¿Cómo puede ser la casualidad tan hija de puta para encontrarlos dos veces el mismo día? Demonios, solo quiero dormir. Cuando por fin llegó a casa me escabulló por la ventana de mi habitación. Estoy adentró y tomo aire, cierro la ventana, me quitó los zapatos y estoy por echarme a la cama, pero no podía ser tan fácil. La puerta se abre revelando a mi madre tras ella. El miedo regresa a mí y me despierta de golpe.

- ¿Qué sucede aquí? ¿Dónde estabas? – Esta enfada y lo entiendo.

- Blink me pidió ayuda. Tenía que recuperar algo importante.

- Eso no explica la condición en la que vienes.

- Terminamos involucrados con los Bianchi. Al parecer tienen magos con ellos, apenas alcanzamos a huir.

- Espera ¿Cómo que los Bianchi? ¿Qué diablos estaban buscando ahí?

- No lo sé... No exactamente. A Blink le robaron un pendrive, no sé lo que contiende, pero es muy importante al perecer.

- Y ¿Qué hay con esos magos?

- Solo nos encontramos con uno, pero imagino que habrá más, pero no es todo. Esta mañana me encontré con una chica que llevaba ropas muy parecidas a las rituales nuestras. Ella y un tipo que la acompaña nos ayudaron a escapar hace un rato. No estoy muy seguro, pero creo que también son magos, pero no magos cualesquiera. La vi hacer un arco de la nada y lanzar flechas de la misma forma.

Le cuento a mi madre los detalles lo mejor que puedo. Ella también sospecha que se trate de magos. Nuestra conversación no se alarga más y nos disponemos a dormir, no sin antes recibir mi merecida represalia. A la mañana siguiente todo parece haber sucedido en un tiempo distante, como si de un sueño se tratara, pero lo que ocurrió por la noche fue real y me tiene más confundido que nunca. Aun así, debo seguir con la rutina, por lo que ahora estoy en la escuela, sentado en mi pupitre esperando a que el día acabe. Blink no vino hoy, algo poco inusual, pero me hace preguntarme si tendrá relación con lo ocurrido. La campana para el descanso suena y me propongo a relajarme, salir a tomar aire y comer mi almuerzo, pero parece que la tranquilidad me ha abandonado para siempre.

-¡Vaya! Verte solo es algo muy poco común amigo mío. – Ese mal tono de ironía. Jasmin. Es mi prima y la mejor amiga de Hana, pero está en otra aula. No le agrado mucho. Ella me ve como una especie de enemigo. No quiero presumir, pero tengo muy buenas calificaciones, lo que me lleva Jasmin. Es la mejor estudiante de la escuela, algo que se toma muy en serio. Supongo que cree que yo no lo hago. Varias veces me ha reprendido por eso.

- Un gusto verte también ¿Qué es lo que pasa esta vez?

- Me insulta que creas que te busco solo para pedirte algo Stanley, haces ver como si fuera dependiente de gente como tú. – Ahí está de nuevo. – Pero lamentablemente debo darte la razón, necesito tu ayuda. Nos vemos después de la escuela, te daré los detalles.

La familia de Jasmin también practica la magia, pero es algo muy distinto. Nosotros solemos usar magia de combate como: levitación, defensas y barreras mágicas, explosivos, reforzamientos, etcétera. Su familia está conformada por magos más aptos para la teoría. Practican cosas como la alquimia, estudian hechizos y de vez en cuando crean uno nuevo. Su padre, el tío Jade, es quien nos enseñó lengua antigua. En general ambas familias no somos muy cercanos, pero nos ayudamos mutuamente. Por eso, a la hora de salida, estoy en la calle frente a la escuela esperando a Jasmin, quien tarda más de lo usual, no sé si adrede o realmente por cosas que salen de su control.

El camino a su casa es largo y las conversaciones que suele iniciar, nunca me traen nada bueno. Llegamos luego de un rato y entramos por la puerta principal, saludo a todos y nos sentamos a comer. Después de eso comenzamos con el trabajo. Probar un hechizo nuevo. Esa es mi tarea, al parecer es magia ofensiva o eso creo. Me piden que me ponga una ropa especial con encantamientos para el fuego, luego lanzo un conjuro simple que provoca que lance llamas con una potencia increíble. Estas personas quieren literalmente hacerme volar. No es algo que los magos hubiesen dado por hecho sin intentarlo, pero volar es más que magia prohibida, es casi imposible. Pero es algo que nadie va a dejar de intentar nunca.

Paramos después de varios intentos. Jasmin hace apuntes y después empieza de nuevo con sus charlas.

-Deberías venir más seguido por aquí. Papa sigue preguntándose porque dejaste tus estudios en historia de la magia. Es que ya dejaste el sueño de ser historiador, como dejas todo.

-La verdad es que no quiero dejarlo, pero tienes razón en que tampoco estoy haciendo nada por él. Últimamente suceden demasiadas cosas. Por cierto, probablemente tengamos más magos por la ciudad.

-¿De qué hablas?

-Hay algunos trabajando para los Bianchi, tuve que lidiar con uno ayer, además de una pareja muy extraña que me cruce dos veces.

-Eso es algo que deberías haber dicho antes Stanley. Bueno, como sea, ustedes son a los que les gusta meterse en problemas, de cualquier forma no habría nada que nosotros pudiéramos hacer. Solo asegúrense de informarnos de esos asuntos, también debemos tener la guardia alta.

Después de eso me despido para irme a casa. Como el trayecto es muy largo, tengo que pedir un taxi. Cuando llego ya es bastante tarde, pero Marcelin está esperándome para el entrenamiento. Le explico varias cosas, en especial me hace preguntas de historia mágica. La verdad es que ella, como Jasmin, siempre quieren sacar el tema. Me apasiona la historia de la magia, hay tantas cosas que aún son un misterio. De niño soñaba con encontrar todos los rastros perdidos de nuestra cultura que no sobrevivieron a la guerra de Keronte. Mil años de historia perdida, historias como la desaparición de los dragones o incluso la existencia del fénix, el ser más temible de nuestra mitología. Madre siempre me contaba historias sobre como los magos vivían en un reino enorme al este, con una sociedad basada en la magia, templos increíbles, caballeros y princesas que pelaban como nosotros. Todo eso siempre lleno mi imaginación. Por tal motivo quiero saber más, descubrir si todo aquello son solo cuentos, porque no pueden serlo, que yo esté aquí, instruyendo a mi hermana en las artes mágicas, es prueba de ello. Después de esto, tomo un baño y me voy a dormir, deseando tener otro día tranquilo mañana.

-Jonathan...

Su voz.

-Jonathan...

Aún recuerdo su voz.

-Jonathan...

Es tan nostálgico. Siento que mi corazón es comprimido y un nudo en la garganta me impide respirar con normalidad, mis ojos quieren romper a lloran, pero ese es un lujo que no me puedo permitir.

Trato de concentrarme en mi andar mientras recorro este insufrible castillo. Al fin un pasillo me hace llegar a la sala donde un príncipe tirano me espera.

-¿Qué mierda significa esto CB? – Odio la despreciable voz te este mocoso. – No te dije que mataras a esos dos.

-Mis disculpas señor. – ¡Que te jodan! – Otros dos aparecieron y me cortaron el paso.

-¿Me estás diciendo que no pudieron siquiera prever que habría más de estos imbéciles?

-No eran simples magos. Los vi usar técnicas y transmutaciones que deberían ser imposibles incluso para el más grande archimago.

-Me importa un carajo, solo quiero la cabeza de ese pequeño pedazo de mierda junto con el pendrive que se llevó el bastardo de mi madre. Ya envié a alguien a que se encargue de eso. Tú busca esos dos que te vencieron ayer. Ahora vete, ya bastantes problemas me han dado esos dos.

-Claro señor.

Púdrete en el infierno maldito.

Ahora ¿Dónde podrá esconderse esta banda de idiotas? En especial el tipo de la espada y la perra del arco. Debo deshacerme de ellos antes de que se entrometan más. Blink, juro que si me das más problemas, ya no podre cubrirte.