¿Me sentía bien?
¿Me sentía fuerte?
¿Me sentía débil?
Era difícil de explicar para mi, no podía sacar de mi cabeza lo que había hecho hace apenas unos minutos. Solté un suspiro pesado mientras me servía ponche. Al inhalar sentía una enorme sensación de paz, no sabía el por que. Solo me sentía libre y al final eso era lo que importaba. ¿No? Esa fué la razón por la que ella se había ido, porqué quería ser "libre". Quién diría que ser libre significa estar con alguien más...
Las horas habían pasado y yo ya tenía tres cervezas encima. No es mucho como para perder la cordura o incluso para poder empezar a hacer alguna estupidez. "Mess Around" De Ray Charles sonaba en el estéreo gigante de la casa, mi tío Gerardo y yo bailabamos frente a mi abuela mientras los demás reían, le habíamos prometido un baile y aunque no era como lo esperaba, Gerardo y yo bailabamos esa canción con el mayor estilo que podíamos, como en los bailes de una cantina de hace años. Todos nos aplaudían y reían, era la primera vez que me divertía con mi familia de tal forma, la canción terminó y todos reímos. Pero nos duró poco el gusto. El claxon de un auto llamó nuestra atención. Todos quedamos boquiabiertos al ver aquel auto que había llamado nuestra atención. Era un Rolls-Royce Wraith negro. Del cual bajó el tío Michael. Nos saludó a lo lejos.
—Seguramente ya se endeudó éste muchacho.— se quejó mi abuela. Todos miramos el auto, no se mucho del tema, pero sabía que un auto así no era para nada barato y ni siquiera sabía si estába a la venta por aquí. "Adore You" De Harry Styles empezó a sonar, dándole al tío Michael una entrada muy favorable. La puerta del acompañante se abrió y del auto bajó una chica, bueno, una señora muy atractiva un poco robusta, llevaba un vestido negro, tacones del mismo color, su cabello era castaño oscuro podía notarse por la luz de la fogata. Y por último, la sorpresa para todos. Se abrió la puerta del pasajero y salió una chica bastante atractiva también. Cabello castaño claro, no muy largo, apenas pasaba sus hombros, ojos cafés, ésta era más delgada y llevaba un outfit más casual, jeans negros con lo que parecía ser una camiseta formal blanca, chaqueta negra, converse rojos que combinaban con su labial y unos pendientes del mismo color, se podía ver que no llevaba tanto maquillaje comparado con la otra señora. Todos la vimos, los vimos como se acercaban a nosotros.
—¿Llegamos a tiempo?— dijo Michael para después ver su reloj. Las once con cincuenta y seis minutos. Saludó a todos rápidamente, dejándome a mi al final. —Veo que te estás divirtiendo.— me susurró al oído al oler el alcohol.
—Mucho— respondí con una sonrisa. Me dió un par de palmadas en la espalda para después dirigirse a la dama.
—Les había comentado a todos de una sorpresa. Es ésta, les presento a Charlotte, llevamos un par de años saliendo y creí que ya era hora de presentarsela a todos ustedes. Saben que no les presento a cualquier persona si ésta no es especial. Y Charlotte... Para mi, es más es que especial. — dijo tomando de la mano a la señora, podía notar en el hablar de Michael como era obvio que si le gustaba esa mujer, que la amaba. Yo sabía de eso.
—Bienvenida— dijo mi abuelo amablemente.
—Gracias, es un placer conocerlos al fin.— comentó con una sonrisa. Se podía ver que sus sentimientos e intenciones eran buenas. ¿Prejuicio? Si, un poco.
—Y ella es Evelyn, su hija.— presentó a la chica atractiva. ¿Es su hija?
—Hola, es un placer— saludó la chica, tenía una voz suave, linda y tierna. Nos saludó a todos y al momento de estrechar las manos conmigo hicimos estática. Un pequeño shock hizo que ambos saltaramos ligeramente. Sus manos eran delgadas y suaves, con uñas cuidadas y pintadas de un rojo brillante. Se separó y se dirigió al lado de su madre, pude notar en ese momento que estuvo frente a mi que era un poco más baja. Por unos cuantos centímetros. Escuchamos fuegos artificiales. Eran las doce en punto. ¿Casualidad?.
—¡Feliz año nuevo!— gritamos todos al unísono para después abrazarnos como locos todos, así era nuestra tradición que había negado por muchos años, abrazar al primero que se te cruce y al siguiente y al siguiente hasta que acabes, el último que acabe tendría un castigo. Charlotte no tuvo problemas en empezar a socializar con la familia, abrazó a mamá y después al abuelo, después a su hija y así siguió con todos, el abuelo abrazó a Evelyn la cual sonreía y soltaba algunas risas al ver a todos abrazar con prisa a los demás. Al igual que yo. Charlotte se acercó a mi y me abrazó, olía demaciado a perfume de dulce, era empalagoso, seguida de ella se acercó su hija, con una sonrisa y pequeñas risas me abrazó.
—Feliz año nuevo.— la escuché decir.
—Feliz año nuevo.— le respondí siguiendo el abrazó, olía a dulce, pero no era excesivo como su madre, se separó de mi y abrazó a Gael. Sentí mi móvil vibrar más de una vez. No quería que algo me distrajera de ese momento tan lindo que estábamos teniendo. Lo ignore. Pasados unos minutos después y de que Gerardo perdiera y tuviera que beberse una botella de un litro de cerveza como castigo, la abuela comía y un par de tías también. Era hora del baile improvisado de la noche, tomen sus mejores parejas y empiecen a bailar. El punto de éste "Juego" Es bailar el tipo de música que te toque, no importa cual sea. Turno de la invitada y Michael. "Sway" De Michael Bublé empezó a sonar y como si fueran expertos empezaron a moverse al ritmo de la música, dos a cada lado, bailando lenta y rápidamente, moviendo caderas y brazos. ¿Mi tío trabajaba de bailarín y nadie lo sabía? Todos en el círculo los veíamos sorprendidos ante tal sincronización. La canción acabó y todos aplaudieron, como era de esperarse le tocaba a Evelyn, pero le tocaba bailar con alguien que pareciera de su edad y del sexo opuesto. Al principio se negó, pero después de un poco ésta cedió, se acercó al centro del círculo. Lentamente y sin que nadie se diera cuenta intentaba retroceder paso a paso, Gael y yo éramos los únicos hombres que aparentaban similitud a su edad y no tenía muchos ánimos de bailar, más que nada por la pena de poder caer. Salí del lugar y me dirigí al baño.
—¿Dónde está Sam?— escuche a la abuela y entré al baño.
Estába nervioso, pero ¿Por qué?