A la mañana siguiente me hubiera gustado despertar con un despertador o alguien diciendiciendo mi nombre, inclusive como una princesa de cuentos de hadas con el cantar de las aves y la compañía de muchos animalitos silvestres, mejor no, eso suena muy empalagoso que me va a dar diabetes.
Ya no me quejo y me conformó con la forma en la que me despertaron, un poco de agua y un empujón.
Empecé a caminar por los pasillos en busca de el lugar que me habían encomendado cuidar, mi rostro se mostraba somnoliento y un tanto demacrado pero traté de verme lo más normal posible, si veían que era una debilucha tal vez me descubran no quería que todo se descubriera por ahora era un secreto. Un secreto que iba a guardar hasta el último día de mi vida.
Mientras caminaba perdida en mis pensamientos, no me percaté que alguien se acercaba a mí era un hombre alto que parecía haberlo visto antes, tal vez cuando llegué o tal vez fue uno de los guardias que me quiso llevar en aquel momento que descubría que el secreto que tenía el símbolo en mi brazo.
Era alguien alto de tez clara, contextura delgada y cabello color castaño claro. Aparentemente yo le calculaba que tenía entre unos treinta y pico, mientras más se acercaba más dudaba de que fuera uno de los que mantuvo capturada así que es imposible que me reconozca en esas circunstancias pero yo ya sé porque lo veía tan familiar, era uno de los guardias que estuvo el día en que yo llegué ahí, justo cuando veía a varias personas a mi alrededor y él fue uno de los pocos rostros que puede reconocer.
—Hola ¿como se encuentra señor Albir? —me pregunto de manera amable mientras extendía una de sus manos dispuesta que yo la estrechara.
—Hola, disculpa si sueno un tanto maleducado pero, ¿lo conozco de algún lado? y si es así perdóname por no recordarlo a veces suelo tener mala memoria de antemano pido disculpas por todo esto —hice una leve reverencia en señal de respeto hacia él luego estreche su mano como forma de saludo pero siempre tratando de que mi voz no suene tan femenina y mantenerme bajo ese disfraz.
—No discúlpame a mí estas confianzas que estoy teniendo, solo vine aquí para informarle en dónde se ubica aquella habitación que le tocó custodiar dado que para los nuevos aquí es un poco complicado quería ayudarlos —se mostró algo apenado lo pude deducir por el sonido de su voz.
—No se preocupe, me podría decir de una vez cuál es la habitación que me toca no quiero hacerle perder su tiempo usted tendrá cosas más importantes que hacer que hablar con alguien como yo —sonreí tratando de ser lo más amable posible.
—Mmm.. a usted le toca a la habitación, donde hay 2 draganoes tallados en la puerta, se dice que todo aquel que ingresa en ella no sale con vida así que por favor por más ruido que escuché o cualquier cosa rara que sienta o vea no ingrese, porque ahí será su fin..., bueno dando está pequeña advertencia me retiro, tengo que informar a los demás sobre sus lugares que les toca cuidar disculpe las molestias —dijo mientras se retiraba señalándome un pequeño pasadizo por donde debía irme.
Mientras más me adentraban a aquel pasadizo, todo se hacía más oscuro era como dos mundos distintos donde me encontraba antes toda la luz por así decirlo, pero donde me encuentro ahora todo es tan oscuro como la sombra de la luna aquella parte oscura que no logramos percibir, pero siempre está ahí, aquel lado que nadie le toma importancia pero tal vez sea el lado que más nos comprende y nunca lo hemos notado.
Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me fijé que había un bulto como una especie de mantel enrollada, en frente mío con el cual casi me tropiezo al hacerle a un lado por curiosidad vi una mancha..., una mancha que se me hizo algo rara y a la vez común era de un tono carmesí, al principio creí que era el mismo diseño de la pared pero mientras más me acercaba comprobé algo, era sangre y estaba fresca más adelante a pocos metros podría decirse a dos o tres metros divise aquella puerta con el símbolo de dos dragones como me habían dicho, tal vez de ahí salió alguien herido algún sobreviviente, esa fue mi primera conclusión o ocurrió un asesinato y no me enteré, este mundo está medio raro, quisiera saber más de él pero mientras más se, en más peligros me meto, a veces quisiera despertar y encontrarme en mi habitación, sería lindo recordar a aquellos seres que llamaba padres o amigos.
Tomé la decisión de entrada no importa si es que muero, no importa si es que vivo tan sólo soy un juguete en este mundo porque este mundo en realidad no existe tal vez esté loca, tal vez todo sea mi imaginación pero... Me hace dudar el hecho de que todo esto es tan real y a la vez no. Algunos dicen y por la curiosidad mató al gato pero al menos el gato murió sabiendo y no se quedó con la intriga.
Fue algo curioso y sorprendente mientras pensaba en todo, delante mío pasó una niña de aproximadamente unos 5 años tenía un cabello color morado y unos ojos azules como la galaxia su vocecita era tan aguda cómo una soprano, cosa que se me hizo muy tierno pero me espanté cuando... aquella niña que pasaba por mi lado atravesó la puerta, sin siquiera abrirla era como decirse una especie de fantasma.
—Espera..., detente..., no vayas por allá ¡Es peligroso! —mientras aquella niña traspasaba yo intenté agarrar su mano, pero era en vano ¿quién habrá sido? Al verla de inmediato abri las puertas, y no la vi.
—Señor Albir que hace allí es peligroso —me dijo un hombre de cabello negro.
—Disculpe... Es que me pareció haber visto algo, tal vez habra sido mi imaginación —dije con algo de nerviosismo, si decía que vi una niña no me iban a creer porque hasta ahora hasta dónde logré ver este castillo no era lugar para niños.
—No se descuide de sus labores tiene que estar a la altura para esta gran responsabilidad que se le ha encomendado —su voz sonó seria mientras se retiraba del lugar.
—Lo tomaré en cuenta —lo veía irse sin voltear atrás.
Cada una de las palabras que decía era mentira, yo no le iba a hacer caso como siempre tenía la intriga y no me iba a quedar con las ganas, así que cuando vi que se había alejado lo suficiente y que no había moros en la costa, tratando de ser lo más silenciosa posible me adentre en la habitación.
No era habitación cualquiera, era como si alguien hubiese vivido aquí porque encontré una cama algo vieja y desordenada, estantes alborotados. Pero lo que más me llamó la atención era un libro que se encontraba abierto pero no parecía viejo y tampoco sucio, le calculaba como si tuviese un par de meses casi nuevo sólo un un poquito arrugado la pasta, me acerque lo curioso es que la página que estaba abierta decía "12 de la noche, a eso se refiere la nota de la habitación, no esperes más ayuda que esto es solo lo único que te puedo dar, nada mas por ahora... el resto no descubriras tú mismo".
Alguien estaba al tanto de mi.
—¿Cómo sabías lo de la nota? — pregúnte a la nada por si se daba la casualidad, de que aquella persona que me dejó la nota siguiera aquí.
—Jeje, es un secreto —se escuchó una voz chillona, como eco resonar por toda la habitación.
—¿Dónde estás? —pregunté otra vez a la nada, mientras miraba en todas las direcciones que se me hacía posible.
—Estoy más cerca de lo que imaginas —volví a escuchar la misma voz de antes.
—Dime de una vez por todas ¿quién eres? y deja de jugar conmigo no me importa quién seas, un fantasma, una persona no te voy a tener miedo no soy lo que tú esperas soy más fuerte de lo que te imaginas
Se escucha una música como si fuera el sonar de unas campanadas, mi cuerpo se sentía débil y cansado, empezó a entra un aire frío y no pude decir nada, mi voz no salía me había quedado congelada, todo daba puertas, aquel sonido no se iba de mi mente me dolía mucho la cabeza sentía que poco a poco perdí a mi vitalidad, ya no podía más hasta que mi cuerpo se desvaneció mi cabeza terminó apoyada en el suelo lo último que vi antes de cerrar mis ojos, fue unos pequeños zapatitos blancos que se posaban frente a mis ojos y un fuego envolvente que me consumía.
Ya había pasado todo lo de ayer, fue todo tan rapido y enigmatico a la vez mi cuerpo inerte allí en la oscura soledad literalmente.
Sentía algo punzante cuando quería mover mis manos, no era una pared era como muchas rocas.
Mis ojos siendo tapados por un trozo de tela y unos murmullos que se escuchaban a lo lejos, no sabía quien o quienes eran y porque me tenían aquí.
—¿Quiénes son? —mi voz sonó temblorosa, no pude hacercarme debido a que me tenían amarrada en una silla, muy cómoda a decir verdad.
—Ya no me reconoces pequeña —se escucho una voz en tono burlesco.
Al percatarme y analizar de quien provenía, vino como una punzada en la cabeza.
—Como olvidar esa voz, la voz de un idiota es difícil de olvidar —sonreí, obviamente que esa voz le pertenecía al más idiota de todo el mundo Jayden.
—Jaja qué graciosita, mira quien es la idiota que está capturada en estos momentos —su risa se podría escuchar de aquí hasta 8 cuadras de distancia.
—Pero tu me superas por mucho, no soy la mas idiota de todo el mundo
–Enserio, pero si tu te metiste en la boca del lobo, me debes la vida cualquiera agradece
Aproveche que no se podía ver nada a mi favor, con un ágil movimiento pose mis pies sobre el asiento quedando en una especie de cuclillas. Al momento de estirar mis piernas y di un salto para pude librarme de la silla, pese a que mis ojos estaban tapados y mis muñecas amarradas.
Pero como dicen no todo es perfecto en los planes, upss la silla se callo haciendo un ruido sordo, solo atiné a retroceder uno cuantos pasos.
—Podras retroceder pero no esconderte y si te escondes te encontraré
A los pocos minutos por arte de magia todo se torno más caliente era como un fuego abrazador, el mismo que sentí cuando estaba en la habitación que se me custodio.
–Te encontré –dijo con un tono burlon –ahora sí, me vas a decir donde tienen a mis amigos o tendré que matarte –su voz sonaba algo psicopata.
–Yo no sé dónde están tus amigos, tu que crees que soy una adivina que te va a decir el futuro.
–Hasta en estas circunstancias vas a estar fingiendo, no me creo ni una a palabra que sale de tu boca –se notaba enojado y cada vez la temperatura aumentaba.
–Yo no se nada, pero si lo supiera no te podría decirlo estando muerta
Me acorde que cada uno de ellos tenían poderes, dado que Jayden hasta donde logró recordar su poder era el de fuego.
Aquel fuego que me invadió tal vez fue obra de él, ahora que quiere de mi en el pasado -hace pocos días- no o tuvo nada, en el presente estamos igual y dudo que el futuro tenga algo que el necesite.
Si no le soy de ayuda para que me necesita, porque me tiene aquí atrapada.
–Y yo te creeré, cuando apareciste en nuestras vidas lo guardias vinieron tras nosotros, llevándose a mis amigos, que son como mi familia y todo es tu culpa –el fuego se desvaneció o eso es lo que yo logre sentir –pero no te mataré... aún.