—Ven sígueme —ella me jaló por un pasillo angosto.
Era difícil pasar por allí se me dificultada mucho, pero no era imposible aunque para Anna no era tan difícil por su tamaño, tal vez le pregunte cual es su edad.
Presionó algo en la pared y un hueco en la pared apareció como si fuera magia, ambos ingresamos y llegamos a una sala con algunas telarañas en las esquinas, allí habían algunos objetos muy curiosos gemas, joyas, poleas, quería sambullirme en ese mar de riquezas para buscar la gema y el espejo de esmeralda.
Luego apareció él, Noah cruzando una puerta, no me hubiera percatado de él si no fuera por que dio un par de golpes a la pared.
—Al parecer la trajiste Anna buen trabajo, pero hubiese sido mejor que usarán la puerta, te e dicho mil veces pequeña que no uses las puertas secretas, si alguien te ve empezarán las sospechas de tu origen —comentó Noah mientras les daba leves palmaditas en la cabeza a Anna.
—Y yo te dije miles de veces que no me llames Anna, detesto ese nombre prefiero que me digas Caliope —infló sus mejilla en un leve puchero.
—Esperen ya me confundieron por favor explíquenme o pensaré cosas que no son —dije yo de inmediato antes de que siguieran su mini peleita, Anna era muy tierna su personalidad era como aparentaba físicamente.
—Mi verdadero nombre no es Anna Grangen, yo soy Caliope Grangen —se quito una especie de collar tenía símbolos raros, su cabello cambió de color a uno blanco —este reino me pertenece más que a Miquel, prueba de ello es mi cabello —empezó a lanzar el collar en el aire y a atraparlo, estaba jugando un poco con el.
—Pero si tu y Miquel son hermanos a ambos les pertenece este reino y Miquel es el mayor
—¿Quién dice que es mi hermano? Ante todos somos hermanos pero la realidad es que no soy nada de él, solo diré eso el resto lo tendrás que averiguar tú, puedes resultar una gran alida para nosotros, pero sin ofender no te tengo la suficiente confianza. Así que por favor guarda este secreto —se coloco otra vez su collar.
—Me están confundiendo
—Luna, venga vamos, Miquel te debe estar esperando —mostró una amable sonrisa.
Noah se asomó a uno de los rincones quitando una especie de trapo, terminó alzando polvo inevitablemente yo estornude, porque siempre las cosas importantes como reliquias y demás estaban en lugares llenos de polvo.
Con un plumero sacudió lo que se encontraba cubierto con ese trapo aparentemente era un espejo, era muy singular, podría segura que media casi lo mismo que yo pero algo me decía que no lo toque, que no lo toque aún.
—Te recomiendo que te adelantes, si nos ven entrando juntos pueden sospechar, si sospechan luego tu cabeza puede terminar como trofeo en el estante —soltó una amenaza con suma sutileza.
—Ya, ya voy, pero veremos que cabeza termina en el estante primero —está vez salí de la puerta y la cerré con brusquedad.
Estaba algo enojada porque como se atreve a amenazarme, que se espere no más, por que hay veces que los golpes no es la única manera de cortarle la cabeza a alguien. Si soy lo suficientemente lista mi cabeza quedará intacta.
Sin pensarlo ya había llegado a la puerta sacudi mi ropa por el polvo, mirada firme, autoestima en alto, fue lo que pensé con cada paso que daba, una vez llegué allí tomé asiento otra vez sin decir palabra alguna.
A los pocos minutos entró aquel pelirrojo con el espejo, al parecer le costaba llevarlo en sus brazos era pesado, quería ayudarlo pero mientras menos contacto tenga con él, desde el simple hecho que hallamos cruzado palabras me hacía posible sospechosa, bueno... Solo si se enteraba, extremar precauciones nunca estaba de más.
—Parate frente al espejo y muéstrame lo que puedes hacer
—Lo haré —conteste decidida.
«ten cuidado, puede ser peligroso»
Escuche otra vez aquel hermoso susurro, no estaba sola, ella me protegerá y velará por mi bien seria precavida, aunque no se que hacer, todo era sumamente confuso tal vez debería hacer algún hechizo o tocar en alguna parte. El instinto es buen consejero tal vez debo hacer lo que me nazca y punto. Les soy sincera le tengo miedo a la muerte, pero el que no arriesga no gana.
Me acerque al espejo era como cualquier otro, mi reflejo se veía, con el tiempo se empezó a distorsionar un poco, mientras más miraba alguien apareció alguien de cabello negro, volteé pero no se encontraba nadie cerca mío. Bum Bum, mi corazón quería salirse de mi pecho. Tik tok el tiempo era oro.
Me daba miedo, pero sentía que la conocía.
—¿Sucede algo?
—Hay alguien allí en el espejo —mi rostro reflejaba horror.
—Pero no hay nadie, sólo estamos tu y yo, también Noah por allí
Seguía allí ella, una fuerte ráfaga se hizo presente en aquel lugar como el de una explosión, botando a todo aquel a su alrededor Noah y Miquel fueron estrellados contra la pared, por el golpe quedaron inconscientes, las ventanas se rompieron miles de trozos de vidrio volando por allí y por acá, milagrosamente yo había salido ilesa. La chica seguía, su mano extendió había salido del cristal, la cual posó en mi rostro, mi rostro palidecio, ella no era una ilusión, no era falso todo era más real de lo que aparentaba.
—Que ingenua eres
Conforme observaba más aquel reflejo pude ver algunos rasgos de ella su cabello negro que le llegaba hasta por encima de las rodillas con un mechón inclinado al lado derecho que le llegaba por debajo del hombro, un vestido negro cual ceniza y una corona teñida de sangre, su rostro no se podía reconocer estaba borroso.
—¿Te gusta lo que vez? Te gusta en lo que te convertiste
—Yo... Yo no soy tú —negué repetidas veces.
Ese era mi futuro no, yo no soy de la realeza, yo no seré como ella, no quiero ser alguien que intimide, entre mis misiones no estaba conseguir el reino, yo no soy de aquí, yo no merezco esto, una corona de sangre, muerte destrucción, yo me había vuelto una asesina, no... Eso no puede pasar.
—Que niña más linda, ese día llegará, tu misma con tus manos matarás a otros por tus deseos, cuando obtengas el poder ansiaras más —en su otra mano tenía una una daga la cual la extendió hasta mi mano, hizo que cogiera la daga en mi mano y ella la empezó a mover —de ti depende aceptar tu futuro y usar esto o yo puedo encargarme de todo —me fue atrayendo poco a poco al espejo —ven pequeña no seas tonta.
—No, yo no soy tu, yo no quiero que tomes mi lugar
—Piénsalo bien niña, nos ahorraríamos mucho tiempo, tu futuro será mi presente, hazlo ahora antes de saber la verdad de tu pasado, pequeña no sufras más, cedeme tu lugar, vamos a cobrar venganza contra todos los que nos hicieron daño
—¿Daño? —respondí confusa mientras poco a poco me adentraba en el espejo.
—Es mejor que no lo sepas, no quiero que causarte dolor, piénsalo regresa a tu vida cotidiana ve al colegio, ten tus amigos, que te importa lo que le suceda a este reino, tu no eres de aquí, tu toma mi lugar, yo ya conseguí todo, yo lo conseguí todo a cualquier precio
—Este reino me importa, si soy yo la que causa desastre aquí, yo sabre afrontarlo no soy cobarde —di un paso hacia atrás.
—Tus manos se teñiran de sangre, tus ojos presenciaran la muerte, ya no dormirás en paz nunca más, sabes las consecuencias ello
—Aceptó las consecuencias, pero el futuro se puede cambiar y yo lo haré, yo evitare aquellas cosas desastrosas que se vienen en el futuro
—¡Entiéndelo! ¡Esto no se puede evitar! —gritó ella eufórica.
—Te demostraré que yo si puedo, yo no seré como tú
—¡Este es tu futuro aceptalo! ¡Te estoy dando la oportunidad de cambiarlo! ¡No nos causes dolor a ambas!... Yo... Yo... No quiero vivir eso
—No, no lo acepto dejame en paz, mi deseo es regresar a mi mundo original, pero tengo metas aquí, gente que quiero proteger, tal vez por eso me trageron aquí
—¡Recapacita! ¡No seas idiota! —quizo cambiar lugares a la fuerza
—Déjame ir
Estuvimos ejerciendo fuerza, ella queriendo meterme dentro del espejo y yo luchando por evitarlo, nada me aseguraba que ese era mi futuro. Tal vez sea ese el portal como sospeché pero con todo lo que me dijo no pienso cruzarlo, este reino correría peligro, yo soy una amenaza. Si yo regreso a mi lugar de origen no me quedaría tranquila, mi consciencia no tendría paz.
Con la daga que está me había proporcionado la clave en el espejo, ella desapareció y otra onda se hizo presente, no afecto a nada ni a nadie, pero de la nada me sentí algo débil, mis ojos se cerraban y poco a poco mi cuerpo cedió.