Chereads / Moon - ((#1 Galaxy)) (Español) / Chapter 11 - Cap - 10 : Silencio

Chapter 11 - Cap - 10 : Silencio

—Jajajaja que ridiculez, alguien cambiar por amor es lo mas bobo que e escuchado en este día, creo que esta vez tu información te fallo cerebrito —la rubia rió como loca.

—Akemi... Calmate —susurro Sthephany.

¿Quién de todos cambió por amor? Ninguno parece afectado, Aidan se ve tranquilo, con su típico rostro serio que no muestra sentimiento algunos parecía un hombre de hielo, si el fuera el afectado en esta ocasión seguro no lo demostraría a simple vista, sería escazo el hecho de saber que es el. Akemi podría ser, pero ella fue la que soltó el comentario, tal vez lo hizo por rabia al recordar cosas del pasado, usando aquellas palabras como una máscara para camuflarse. Sthephany lo veo poco probable si lo recordaba estaría llorando, ella era como decirse la más débil emocionalmente, aunque también puede que sea ella dado que, detuvo a Akemi ante el comentario, puede ser más fuerte de lo que aparenta. Jayden se veía normal, solamente que estaba callado, yo me esperaba una reacción como la de Akemi pero no, estaba más callado de lo normal. Gracias a todos ellos me entró una duda ¿Quién es el o la que se enamoro?

Confusión.

Era todo lo que me causaban, con sus actitudes me dejaban inquieta con ganas de saber más, con ganas de conocerlos más a fondo eran seres que habían captado mucho mi atención.

Ellos hacían que cada vez quisiera adentrarme más en este mundo y no dejarlo ir, pese al pequeño recelo que ustedes se lo ganaron con sus injusticias y culpandome de lo que no debían, a pesar de todo eso siento que les agarre una pizca de afecto.

¿El amor era algo tan fuerte que podía hacer cambiar a una persona? siento que como decirse eso sería algo infantil o bueno debe ser porque nunca e sentido aquel sentimiento, ¿o eso creo? aquel que te hace feliz, a veces llorar, pero no te deja.

La intriga me mataba, pero debería tomarmelo con mayor seriedad, un momento como este no debería andar con niñerias.

—Invocala, si dices ser la elegida demuéstranos, yo confío en ti –el ancianito soltó esas palabras. Llegaron directo a mi corazón.

—Dejame ver que puedo hacer

Me quede un poco nerviosa, ahora que desobedecí me podrá ayudar, esa pequeña parte de mi se llamaba ansiedad.

—Diosa de la luna si es que eres tú, me gustaría principalmente agradecerte por ayudarme y que me perdones por ser tan obstinada y no hacerte caso tal vez tú me conoces, pero ante todo están los modales me llamo Luna. Si qué coincidencia, tú eres la Diosa de la luna y yo me llamo Luna —solté una risilla —necesito que me ayudes por favor, no sólo a mí sino a estas... ¿personas? De aquí, queremos libéranos de esta prisión que nos condenará a la muerte, te lo imploro

Todo era tan extraño parecía que no tenía fin, el fondo de un color así medio azul violáceo, como decirse semejante más no igual a una galaxia, allí estaba yo parada en medio de la nada cada paso que daba me costaba sentía que iba a caer en cualquier momento 1... ; 2... ; 3... pasos y seguí, el cuerpo tambaleaba de un lado a otro todo daba vueltas, eso me parecía o tal vez la que está dando vueltas en ese momento ¿era yo? Mientras pensaba en qué lugar estaba, escuchó una voz al fondo que me decían: "Aléjate de ellos hazme caso, es por tu bien pequeña si no tu futuro será cruel".

No sabía cómo tomarmelo como una amenaza o como una advertencia, tal vez en esta ocasión debería hacerle caso pues que ya cometí un error en su momento nada de esto hubiese pasado y tal vez pude haber encontrado otra solución con esfuerzo pero si me alejo de ellos estaré sola, no quiero sentirme otra vez, quiero sentir aquel sentimiento de nuevo.

—¿Eres tú la diosa de aquella leyenda? o ¿la voz que estoy escuchando es producto de mi imaginación? —lance dos preguntas para asegurarme de que todo era real.

Eleve mi mano a la altura de mi mejilla dispuesta darme un pequeño pellizco, pero de pronto senti una mano tocar mi antebrazo deteniéndome de hacer dicha acción, cuando giro mi rostro pude vizualisar una mujer de cortos cabellos Negros que están poquito más abajo de sus hombros, no se lograba ver sus ojos traía puesto un antifaz color perla.

—Así que después de cuántos días sabes de mi pequeña, si yo soy de la escuchaste hablar La Diosa de la luna y tú eres la elegida en esta ocasión, no te puedo dar muchos datos sólo advertencias —con la mano que tenía mi contraria puesta en mi brazo la llevó hasta mi mano alejándola de mi mejilla, mientras las entrelazaba me llevaba hacia otro lugar, pero por dónde lo mire todo era igual estaba en la nada, hasta que de pronto nos cruzamos con un libro... un libro que se me hizo familiar por su pasta, si no me equivocaba creo que mi memoria estaba bien -y lo estaba- era aquel  que tenía cuando estaba como Guardia del Castillo pero como era de magia si no me equivoco, solamente le di una ojeada a la primera página y quizás la segunda, pero la abandoné en la habitación porque se me hace algo -extremadamente- aburrido dado que yo no sabía utilizar, ahora que me preguntó ¿que tiene que ver aquello con la diosa?.

—Disculpe mi atrevimiento pero ¿que es ese libro? —con mi mano apunte en dirección a aquello.

—Es uno de los libros que traen consigo la leyenda, no me refiero a la leyenda de la hija de la luna, si no a la de una antigua princesa, la verdadera historia de Zhara... Todos asumen que ella fue la villana de la historia, pero nada está dicho hasta que encontremos ese libro, se dice que esa leyenda está oculta en varios libros y ese es uno de ellos, pero anda oculto para la vista de muchos hasta él día de hoy, nadie a sido capaz de encontrarlo —su voz era serena, aparentemente no tenía problemas en responder mis preguntas todo era tan raro.

—Pero... Eso es imposible, yo.... Tenía ese libro en mis manos, esta en una de las habitaciónes del castillo actualmente allí fue donde lo deje no se si lo habrán movido

Cuando dije aquello me miró con mayor intriga pues como decirse no esperaba que de mi persona yo diera que tal respuesta, aquella que después todo fue también una sorpresa para mí no sabía la importancia que tenía el libro, lo tuve entre mis manos y lo perdí.

—No importa cómo hayan sido los sucesos tu debes conseguir ese libro si o si, primero ganate la confianza del príncipe, ese libro desaparece tan rápido como aparece, es como si tuviera vida propia, eres especial pequeña —me dio palmaditas en mi cabecita como si fuera una niña chiquita, eso no me desagrado pero sentía que estaba como decirse un poco mayorcita para ello.

—¿Cómo me consigo la confianza del príncipe? Si el príncipe ni me quiere ni ver, más importante siento que hablamos de muchas cosas pero no sobre cómo me libro de esta, por favor no ignore mi petición —agache mi cabeza rogando en mi mente que sea escuchada.

—Dile que tu eres la elegida, mi elegida y que sabes de la existencia del espejo de esmeralda, la reliquia familiar

Cuando me dijo eso no me dio tiempo a reaccionar, sentí un leve golpe y solo me iba hundiendo como un mar profundo que no tenía final, cada vez todo se ponía más y más oscuro, cerré mis ojos dejándome llevar por la oscuridad, la hija de la luna hacia las cosas por algo y está tal vez no era la excepción, me puso en aprietos pero siempre me salvo y protegió, aunque a veces por mi terquedad me ganaba problemas que podía haber solucionado hace mucho, si yo fuera ella hace mucho me habría rendido y me hubiera dejado sola a mi suerte.

Mi cuerpo se hacía cada vez más liviano, tal vez estoy despertando y todo esto es un sueño, cuando habrá mis ojos me encuentre con la familia que seguro tengo.

—Luna... Luna... —escuché una voz, tenía los ojos cerrados por ende no pude reconocer quien era. Estaba cansada solo quería dormir un rato, esta situación se hacía agotador, abrí mis ojos pero de inmediato los cerré dispuesta a darme una pequeña siesta —¡despierta! ¿Cómo podemos escapar? ¡Despierta! 

—Déjenme dormir —me queje, sin querer en mi protesta le golpee el rostro a Jayden, es que había alzado mis manos para quitarlo pero sin querer le di un puñete. Nadie debe despertertar a una chica.

—¿Qué debemos hacer para escapar? —preguntó Aidan con su personalidad madura.

—Solo esperar, esperar... —fue lo único que dije, no podía dar una respuesta más concreta

Se formó un silencio incomodo no se escuchaba nada sólo uno que otro suspiro ¿de decepcion? ¿aburrimiento? No lo sé, no sabía cómo describir aquel sentimiento que había ocasionado en ellos, aquel que obviamente era negativo.

Un sonido metálico se hacía presente como un eco resonando por los pasillos, conforme pasaban los segundos ese sonido tomaba profundidad y cercanía.

—Al parecer estamos de suerte normalmente capturamos 1 o 2 de ustedes nunca espere que llegara el día que encontráramos a 5, disfrutaré esto —el guardia que tenía las llaves junto a otros más pero aparentemente ellos era de menor rango, me había cogido del mentón sin despegar la mirada mis orbes, mis manos empezaron a sudar pero no despegue mi mirada de él, esto era un juego y no iba a perder.

—Si tanto me aborreces alejate —con mis manos le di un leve empujón, fue en vano no lo conseguí, estaba débil.

—Tu no me mandas ¿entendiste? —ejerció más fuerza en mi mentón, dando pequeños golpecitos para escapar, pero nada... No podía —eres una escoria, como todos los que son como de tu clase

Mi mirada estaba gacha, me sentía tan impotente esto era frustrante... Totalmente irritante, mis pupilas se dilataban quería llorar, solo llorar y olvidarme del mundo, giré mi cabeza hacia ellos mi mirada estaba vacía no representaba sentimiento alguno, se hacían los que no me conocían solo miraban a la pared o a la nada, por más que esté rodeado de ellos estaba sola, en cualquier momento eran capaces de apuñalarme por la espalda.

Allí tirada en el suelo el lugar se iluminaba la celda se abría, aparecían más guardias de no se donde sujetandonos a cada uno de nosotros con brusquedad a tirones, mientras nos ponían una daga rosando nuestros cuellos un paso en falso y morimos antes de llegar a la guillotina.

—Sus últimas palabras antes de la ejecución —nos dijo el guardia que me había empujado hace pocos minutos.

—No tengo nada que decir a nadie, mi único consuelo que ahora estaremos las tres, las tres hermanas juntas otra vez ya llegó aquel día en que te volveré a ver Coral, mi pequeña y dulce hermana —dijo Sthephany mirando al suelo.

¿Tercera hermana? Entonces Akemi y Sthephany no eran gemelas sino trillizas, o esa tal Coral era su hermana menor poco a poco iba conociendo un poco más de ellos sin querer, debió ser muy doloroso perder a una hermana por lo que dijo aquella fémina estaba muerta, habrá sido alguien buena para que vaya al cielo.

Solo fui alguien buena a la que le pasaron cosas malas o fue el karma que me esta haciendo esta cruel jugada, si hubiese cometido pecado la diosa de la luna no estaría protegiendo e no me habría escogido.

Suspiré aliviada.

—Sthephany estas cosas no se dicen aquí, deja de decir tonterías nada está dicho hasta el final —Akemi trato de animar a la castaña, pese a que ella era alguien malhumorada también podía ser alguien amable que se preocupa por los que ama.