Chereads / Moon - ((#1 Galaxy)) (Español) / Chapter 6 - Cap - 5 : Guardia

Chapter 6 - Cap - 5 : Guardia

No se porque, pero pose mi mano sobre la suya logré sentir la barrera pero eso no impedía que sintiera su delicado tacto.

—Escuché aquella voz, pero no salia de tu garganta —ella me miró algo atónita -salió de tu corazón, me pedías a gritos ayuda y aquí estoy, vine a salvarte, aunque... no se como pero lo haré aunque sea lo último que haga, se lo que siente estar en apuros y no tener a nadie a tu lado, lo experimente hace poco.

Por su rostro se formó una gran sonrisa y una lagrima que corría por su mejilla. Yo apoyé mi rostro mientras mostraba una sonrisa amable y pacífica, tal vez aquello que tenía frente a mi sea aquello que tanto busqué, aquello por lo cual estoy aquí.

—Necesitó ayuda, gente mala me encerró aquí hace más de 100, hace 2 fui liberada pero me volvieron a encerrar —su expresión era una de enojo y a la vez tristeza —malditos traidores, en especial ese tal Jayden es el peor de todos, si alguna vez lo conoces mantén tu distancia.

—Jayden... -ese nombre retumbó por mi cabeza, tal vez sea el mismo Jayden que yo conocí, las probabilidades de que lo fueran eran casi nulas —dime, ¿Cómo puedo ayudarte?

—Necesitó 3 objetos para liberarme, la gema de la princesa, el fragmento del espejo de la diosa y la corona hecha de un rayito de luz —se secó la última gota que caía por su mejilla.

—¿Donde las consigo?.

—No se con exactitud, se dice que hay información sobre la gema de la princesa en el palacio, dicen que las generaciones de la realeza la ocultan por ser muy poderosa —empezó a señalar el palacio de Deon.

—Volveré con la gema, espérame —me despedí con un leve gesto con la mano mientras me retiraba del lugar.

Seguí avanzando mi camino, guillotina halla voy dije en mi mente, cruce los bosques dejando cada cierto tramo un retaso chiquito de la tela de mi cabello, eso lo hacia para no perder mi camino y poder encontrar a la bella chica que llegó a mi vida como un ángel bajado del cielo.

Encontré un caballo de uno de los jinetes, al costado del caballo reposaba una bolsa la curiosidad me invadió y la recogí, dentro de ella había uno de los uniformes de los guardias del castillo, donde decía una carta "Felicitaciones Sr. Albir acaba de ser ascendido de cargó, a guardia del palacio Lilith no enorgullecemos de entregarle el uniforme real".

—Luna no serias capaz —dije para mi misma.

Lo que se me había ocurrido era hacerme pasar por el Sr. Albir y entrar al palacio para robar la gema o información de ella, pero no creí que alguien como yo pudiera hacer algo tan descabellado ¿o si?, pero ¿que haría con su jinete? ¿lo capturaría? ¿pero como?, soy algo ágil pero mi torpeza perjudicaba aquello, no tengo poderes y aquello me hacía vulnerable, tengo todo en mi contra, pero ¿como le hago? ¿saco un plan de aire?¿o digo alguna palabra mágica haber si salen mis poderes?.

—Bi bi di ba bi bi di bu —no paso nada, solo atine a reírme.

—¡Alto allí señorita! —sentí una espada posarse en mi espalda —un movimiento en falso y este será tu último día

—Lo aceptó, perdí -alcé mis manos en señal de rendición .

Me di media vuelta y el bajo la guardia, aproveche para tirarle una patada en la cintura para desequilibrarlo, me subí al caballo y cabalgue en dirección a su jinete, me sentía una con la naturaleza, el cayó del susto por un cascada no tan alta, lo más probable es que sobreviva.

—Alguien, ¡¿Quiere diamantes y gemas preciosas?! —grité pero nadie respondió con eso comprobé que estaba totalmente sola.

Me puse las prendas de la bolsa por suerte eran holgadas, pero tenía una duda me corto o no el cabello, si tengo el cabello largo se notará más el hecho que soy una mujer pero si me lo cortó solo me veré como un chico afeminado.

–No, mi cabello no, eso si se que no, mi cabello es sagrado —me empecé a quejar.

Solo me hice una cola con una cinta de vestido el cual dejaría en unos arbustos y desaparecería en mi caballo, bueno el caballo del palacio Lilith del cual me había hecho dueña, adoraba mucho los animales.

Una vez llegada en el palacio me dejaron pasar sin ningún problema, no me preguntaron mi nombre ni a que venia. Me llevaron frente a un trono donde decían que iba a sentarse el príncipe Miquel. Yo preferí no hablar, siempre mostrando una una mirada cabizbaja.

Al poco tiempo vi una cabellera rubia que reconocería en cualquier lado, era el chico que era el hermano de Anna la bella muñequita de porcelana que había salvado de caer por la ventana, con más razón tenía que impedir que viera mi rostro.

—Sr. Albir, me alegra tenerlo por aquí —comentó con una pequeña risilla.

—En-encantado —empecé a tartamudear, pero haciendo lo posible de que mi voz suene lo más ronca posible.

—Usted, ¿por que anda tan cabizbajo?, nos dijeron que era uno de los mejores guardias de donde venía, que decepción, debería estrr más orgulloso de sí mismo —lo último lo dijo casi en un susurro inaudible.

—Discúlpeme principe Miquel, gobernante de Deon, yo no me atrevo a mirarle a los ojos por todo el respeto que le tengo, es un gran honor que alguien como yo pueda servirle —mentí con un tono de seriedad.

—Esa forma de pensar de mi me agrada, ya puede retirarse le doy unos días para que se haga al ambiente, su habitación se encuentra en la segunda torre, tercer piso 5 habitación —me había quedado sorprendida por su nivel de memorización, yo asentí.

—Con su permiso —abrí la puerta y me retiré.

—Que guardián más raro —escuché decir al príncipe por la puerta.

Seguí por los alrededores del castillo, era todo muy hermoso pasando había un salón de baile de los que me hacía acordar a los de los cuentos de hadas la princesa con su largo y elegante vestido, bailando con su príncipe y vivieron felices por siempre bueno así siempre termina el cuento. También había una sala donde habían armas era lógico, con todo loco que anda por allí, era bueno estar preparado. Pero hubo un lugar que me llamó la atención era una especie de biblioteca tenía mucha información, se escucharon muchos pasos así que solo atiné a coger el primer libro que me llamará la atención que encontré.

Corrí a donde debía ser mi habitación, tenía una gran vista al reino se veía a gente muy feliz caminando por los alrededores, vendedores y lo más hermoso eran los animales y las plantas.

Suspiré.

—Disculpe —se escuchó una voz de una niña —me mandaron a entregar su horario, perdón por la intromisión

Tosí un poco, me reincorporé y seguí con mi actuación perfecta. Abrí la puerta con cuidado y visualice a la muñequita de porcelana que había salvado de caer por la ventana el día que llegué aquí.

—Encantada de conocerla —hice una pequeña reverencia —soy el guardián Albir proveniente del palacio Lilith

—Su rostro se me hace familiar, ¿lo conozco de algún lado? —interrogo, mientras pasaba.

—Discúlpeme si sueno algo fría... —tosí un poco, para tratar de corregir mi error —diré frío, pero es la primera vez que vengo al reino, así que es imposible que la conozca.

—Mmmm -no se creía del todo lo que le había dicho —bueno..., si es así me gustaría presentarme me llamó Anna Grangen tengo 15 años, soy la segunda heredera al trono después de mi hermano Miquel, descendiente del rey Joseph y la reina Elizabeth

—Encantada de conocerla princesa Grangen —dije lo más cordialmente posible.

—Oiga, ¿de donde viene todos los chicos usan el cabello largo? —se acerco a mi y me empezó a tocar el cabello —que largo, ¿puedo hacerle un par de trenzas?

—N-no le v-veo lo m-malo —traté de ocultar mi nerviosismo.

Mis nervios aumentaban, había tomado una mala decisión si tan solo hubiera podido idearme otro plan, pero no a mi se me ocurre vestirme como chico y encima tener contacto con los príncipes, ya denme el "Oscar" a la más inteligente del mundo, para los que no captaron era sarcasmo.

Empezó a tocar mi cabello con curiosidad, tengo miedo de que se me suelte la cola que tenía, al momento de verme con mi mechón y el cabello suelto lo más probable es que me reconozca.

—Anna deja de fastidiar al guardia —apareció en escena el príncipe Miquel.

—Disculpe si fui algo pesada —se le veía algo de tristeza en su mirar.

—No se preocupe, por mi no hay problema —fingí una sonrisa, para que la nena se animara.

—Oiga —se acercó un poco a mi el príncipe Miquel —siento que vi su rostro, ¿lo conozco de algún lado?

—Como también le dije a su hermana, no los conozco soy alguien de otro reino —explique por segunda vez.

—Yo te conozco de, creo fue mi imaginación, no se preocupe Sr. Albir, mi hermana Anna ya no lo molestará más —ambos se retiraron de la habitación

—No se preocupe, yo comprendo el hecho que se confundan, no es la primera vez que sucede —mentí para que sus intrigas quedaran nulas.

La habitación se sentía tan fría y solitaria, en la parte superior del techo había como una nota que dejo el antiguo dueño, la recogí con cuidado y al leerla decía "Entre dos ángeles la corona reposa, detrás de el cuadro tan bello como una rosa", me quedé con duda parecía como una especie de acertijo, le di la vuelta a la hoja y decía un número raro 12, serán 12 personas, 12 del día o de la noche, 12 era un número que me daba miles de posibilidades, mientas pensaba en todo lo sucedido el día de hoy en especial la extraña y misteriosa nota, se hizo de noche.

—Mañana será otro día —me acurruque en mi cama.

Mientras la noche pasaba, solo se escuchaba el cantar de unas aves y el gran reloj que marcaba la hora, me era casi imposible dormir, ¡esperen! ¿Dije un reloj? Como es posible que lo escuché tan cercano a mi, saqué mi cabeza otra vez por la ventana y no lo veía, cuando asomé mi cabeza hacia arriba a unos cuantos metros de mi estaba el reloj.

Suspire.

—Esta noche, sera larga y dura —dije mientras cerraba mis ojos y me tapaba con dos almohadas para no escuchar el ruido.