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Chapter 27 - 27: Charla de Azotea

—¿Cómo va la búsqueda? —preguntó Natsume.

—Supongo que mal… —Airys le dio un mordisco a una pera.

Ambas estaban sentadas en el techo de la choza de Seng, apreciendo los pajaritos que se cruzaban de lado a lado en ese cielo rojizo hecho de hojas. La única que estaba comiendo era Airys, quien no soportaba el ambiente dentro del escondite, y al parecer, Natsume tampoco.

—¿Y cómo lo sabes?

A Airys le daba lástima verla, durante estos días la vio llorar más de una vez, sin embargo, en ninguna de esas ocasiones le hizo saber a Natsume que ella la podía ver. Dentro de sí, su voz peleaba por decidirse que hacer; por un lado, deseaba consolar a Natsume, pero por el otro, la extraña —y corta —relación que tenían no le permitían abrirse porque puede que sea irrespetuoso de su parte.

En especial… sabiendo "eso".

—¿No… no tienes criaturas que puedas invocar? —Recogió sus rodillas y se acomodó.

—No.

—¿En serio? ¿Lo has intentado?

—No, no creo. —La voz suave y frágil de Natsume se impregnó en el corazón de Airys.

—Toma —Airys le pasó una hoja escarlata que había caído. —Tienes que, hm… —Inclinó su cabeza a la derecha y alzó los ojos en esa dirección. —Es como tratar de usar tu resonancia, pero en vez de usar tu resonancia, le das parte de tu alma al objeto… algo así —sonrió levemente ofreciendo de nuevo la hoja.

Natsume agarró la hoja, se quedó viéndola unos segundos y le devolvió la mirada a Airys.

—No pasa nada.

—No, no, así no —Airys tomó otra hoja. —Tienes que enfocarte, al principio no es fácil. —Airys apretó los ojos con fuerza y sostuvo la hoja con ambas manos. —¿Ves?

Natsume imitó el gesto de Airys, con nulos resultados.

—Creo que no es lo mío —comentó Natsume con desdén, los matices de su voz perdieron más de su brillo.

"¿Por qué no podía tener algún espíritu que le animara?" —Pensó Airys.

—¡T-tranquila! ¡Seng me explicó que es básicamente tener suerte! —Airys agitó las manos para distraerla de la hoja. —Por ejemplo, —Se acercó con una sonrisa saturada de picardía. —Seng ha intentado más de cien materiales y no ha invocado nada.

—¿Cien?

—¡Sí! —Le dio otro mordisco a su pera. —Resulta que para invocar a una criatura necesitas dos cosas, un material que cumpla con los requisitos del espíritu y… bueno el espíritu —aclaró con la boca llena.

La expresión de Natsume se iluminó un poco, Airys no dudó en seguir con la charla.

—Por ejemplo, puedo convocar a Hojita con cualquier hoja más o menos de este tamaño. —Midió la distancia con el dedo índice y el pulgar de su mano. —Se supone que hay unos sujetos que tratan de hacer un libro con todas las posibles criaturas, porque lo más seguro es que tengas uno o dos espíritus dispuestos a ayudarte.

—Pero no hay forma de saber cuál es el material —añadió Natsume.

—¡Exacto!

—¿Y cómo es tener una? Vi que le hablabas a… Hojita.

—Pues… —Airys cruzó los brazos. —Es como tener una hermanita, o un perrito, o un primo como con cincuenta años…

—¿Eh? Qué ridículo —Natsume soltó una risilla fugaz.

—¡Eso mismo! Desde niña puedo convocar a Hojita y a Terry, fue en este año que conocí a Sandy y Sutil. —Airys pudo ver la cara de sorpresa de Natsume, de seguro era por tener cuatro criaturas en lugar de dos. —Lo más divertido es que, aunque los demás no puedan entenderles, yo sí.

—¿Y tienen límites de tiempo? —Natsume comenzó a jugar con la hoja en su mano.

—Convocarlas y tenerlas consume energía, ya sabes, del alma —Airys dio el bocado final a su pera. —Es complicado, siento que Sandy consume más en general, pero Hojita puede gastar energía más rápido... ah, y creo que Terry cuesta más convocarlo, pero luego como que no, ¿me entiendes?

—Un poco, supongo.

—La verdad Seng me tiene restringida porque dice que puedo quedarme en blanco, aunque siendo honesta —De nuevo se aproximó a Natsume. —Llevo todos estos días sin hacerle caso —susurró.

—¿Uh?

—Terry está abajo, lleva todos estos días plantado —señaló jocosa.

—¿Eso no es peligroso?

—También Sandy y Hojita, solo que ellos están lejos y Hojita vuelve cada tarde.

—¿Eso no es muy peligroso?

—Eso creía, luego de… —Airys recordó el encuentro con Maryon y Andra y lo omitió a sabiendas. —de una prueba, decidí probar nuestros límites. Resulta que mientras no hagan mucho, solo moverse, comer y dormir, no consumen tanto.

—¿Ah sí?

—¡Ujum! —afirmó orgullosa. —En especial Terry, él me dijo que echando raíces y quedando quieto no debería gastar nada de energía.

—Eso es asombroso, suena divertido, suena bien… —Natsume alzó la vista. —Siempre tener compañía.

Una ráfaga de viento cruzó por el centro del domo de hojas, el viento revolvió los cabellos de ambas, Airys se sujetó con fuerza la cabeza para evitar terminar despelucada, Natsume entrecerró los ojos e ignoró las sacudidas que dio su pelo. Al final, Airys terminó con nudos alrededor de su cara mientras que Natsume solo tenía un pésimo peinado que se tardaría como cinco minutos en acomodar, nada grave.

—¡¿Qué fue eso?! —hiperbolizó Airys entre risillas agudas. Los ojos plateados de ella liberaron un tenue reflejo de luz que destacó dentro de esas líneas celestes.

Para Natsume era claro que sus cabellos no eran teñidos, y aunque no ha viajado tanto, esos ojos plateados que de repente brillan no le parecían normal. Por días estuvo pensando —distraída por aquel acontecimiento —sobre qué hubiera pasado si Echsos no se topaba con Airys y Seng. Quizás, nada cambiaría, Echsos moriría o… en el peor de los casos, ni siquiera ella misma estaría con vida.

—Airys…

Debido a los problemas de la vista misteriosos de ese día, no pudo ver bien, pero… si Echsos estaba dispuesto a ir a ella por auxilio…

—¿Sí? ¿Qué pasa?

…era porque él confiaba en ella.

—Gracias… —expresó Natsume, con una sonrisa de lágrimas reprimidas y la nariz rojiza.

Airys no supo que decir, lo más que pudo razonar fue bajar la cabeza para no verla a los ojos. Abrió la boca —tenía que ser educada y responderle —no obstante, la sensación de comezón en su mano izquierda le recordó que ella cómplice en la muerte de ese pobre chico. Indignada, se tragó su preocupación por sí misma y la amistad que estaba desarrollando, iba a decirle lo que ella sabía.

—Na/

—Todavía no me respondes lo primero que te pregunté —Natsume le interrumpió apartándole los cabellos de la cara con delicadeza, de seguro porque Airys había bajado el tono de voz y que no se le veía la boca.

—Ah, sí… —Perdió la valentía. —Puedo sentir su ubicación y ellos la mía.

—Eso es sorprende.

—Sí, aunque no es exacto les di ordenes de…

Airys se calló, ya la mayoría de los pelos no estaban en su rostro, así que fue sencillo para Natsume apreciar cómo se inundaba de pavor el desierto que hasta ese entonces era la faz de Airys. Airys se levantó de repente y bajó de un salto a la entrada de la cabaña.

—¡¿Airys?! —Le llamó Natsume.

Airys no le respondió, cayó de rodillas gateó mientras se alzaba para entrar cuanto antes a donde Seng. Natsume se acercó a la orilla del techo.

—¡Seng! —chilló Airys. —¡Garyon encontró a Hojita!

Hasta ese momento Seng se hallaba dormido, a causa del impacto y la fastidiosa voz de Airys, gruñó y se sentó tras limpiarse la saliva. Layd se despertó asustado.

—¿Qué? ¿No querrás decir lo contrario?

—¡No! ¡Hojita se desinvocó! —siguió chillando Airys.

—¿No será que ya no tienes energía para/

—¡No! —Caminó rápido hacia Seng. —¡Si hubiera sido eso lo sabría! —exclamó bien cerca de Seng, quien apenas resistió el impulso de asesinarla. —Ella tenía órdenes de volar alto si encontraba algo, además ¡sentí lo mismo que la otra vez!

—¿La resonancia de Garyon?

—¡Sí! —Seng le apretó los cachetes con la mano para que dejara los gritos. —Es lo mismo que hizo que Sandy y Sutil desaparecieran ese día —aclaró, aunque sonaba más tonta de lo normal con la lengua casi por fuera.

—Pues por ahora vamos a quedarnos aquí y luego/ —Seng soltó a Airys y de inmediato ella le gritó en la cara de nuevo.

—¡Hay que irnos de aquí! ¡Tengo un mal presentimiento!

Seng estaba furioso, sin embargo, la honestidad y —en especial —el miedo en los ojos de AIrys le convencieron, de todos modos, el plan era alejarse de ese loco, el problema era…

—¿Crees que puedas moverte Layd? —dijo Seng.

—Sí, claro, ya estoy mejor.

—Está mintiendo —esputó Natsume. —Se nota en su cara que todavía le duele todo.

—E-eso… okay, pero en verdad estoy mejor, un poco —Layd se rindió antes de siquiera discutir.

—Pues tendrás que aguantarte —comentó Seng.

—No hace falta —aseguró Airys contenta. —Sandy viene en camino, él te llevará.

Airys cruzó miradas con Natsume, ella entendió al instante que sus criaturas también se sentían entre sí, mas, lo que Airys quería hacer era presumir a su nueva amiga lo inteligente que es Sandy con esa expresión creída de ella.