La resonancia de Erena es terrorífica y tan sencilla que puede resumir en tres efectos:
Primero, puede alterar la visión de quienes toca.
Segundo, puede crear ilusiones por un momento.
Tercero, esparce sus ojos alrededor de ella.
Simple, ¿no? Pues los detalles lo vuelven complicado. El primer efecto tiene un límite de tiempo normal de un minuto a menos que ella lo extienda tocándote de nuevo. El segundo efecto está limitado a copiar lo que se encuentre en su campo de visión por un máximo de seis segundos en otro lugar dentro de ese campo.
Y el tercero, oh chico, es lo que la posiciona como el miembro más útil de su equipo.
Al revelar su tercer ojo, pierde su visión normal y crea otros quince que pueden aparecer a voluntad en cualquier lugar que no sea parte de una criatura a un radio de 66.6 metros. Si bien no puede ver su alrededor de forma directa, ve todo lo que los otros quince ojos ven y puede consumirlos —cerrarlos —para aplicar uno de los demás efectos mejorado.
El primero no requiere tocar a nadie, basta con cerrar un ojo que vea al objetivo para alterar su visión hasta que ella desactive su tercer efecto.
El segundo pasa a durar hasta que desactive el tercero o se vuelve realidad por esos seis segundos.
De no ser por el precio que tiene que pagar, sería un poder de ensueño.
Conociendo esa información, la inmensa queja de Maryon cobraba sentido. Es que… era fácil, una ilusión que le bloqueara el paso a la chica del aliento, alterar otra vez su visión, ¡si en serio se sentía insegura pudo haberle compartido la visión de esos ojos mientras con otro usaba una de esas técnicas! No está limitada a encerrar un ojo a la vez.
Lo que desconocía Maryon era el motivo.
No le compartió su visión porque Natsume iba a atacarle, de predecir eso era obvio que usaría su ojo mejor. Lo hizo porque él debía ver algo en específico, es una pena que aumentar lo que ves no significa que observas mejor. Maryon lo vio, pero no le prestó atención al hecho de que... Andra necesitaba ayuda.
—¡Maldición! —Lágrimas de sangre brotaban del ennegrecido ojo izquierdo de Erena. —¡MALDICIÒN! —estalló repleta de frustración e impotencia al presenciar cómo le rompían el brazo a Andra.
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Desde la absurda perspectiva de Erena, el ambiente se tornaba un tablero de ajedrez, sí, uno en la mesa de al lado. Donde lo mejor que puedes hacer es fijar la vista para guiar al bando aliado a la victoria, si bien, su resonancia le permite añadir piezas o confundir a sus rivales, no eran comparables a quitar piezas del tablero. Por eso el paisaje a sus ojos se tornaba oscuro con mayor facilidad, por eso se frustraba.
Para Maryon, Natsume, Echsos y Airys pasó desapercibido, el fatal combate a poca distancia.
Es lo natural. La mente humana no procesa todo lo que ve, desecha la mayoría de la información que recibe para enfocarse en aquello que determina importante, y aunque Erena se adentraba en ese grupo denominados "excepciones", no había nada que pudiera hacer para traer a otro dentro de su mundo.
La pelea de Garyon y Andra fue corta, el ganador se decidió mientras Maryon sufría con el intento de asesinato.
La patada de Andra fue impactante, precisa y dolorosa, sin embargo, Garyon no tardó medio segundo en aferrarse a la realidad —pues casi se desmayó —y adaptarse al curso de la batalla. ¿La vista no le servía? ¡Pues no la necesita! Siempre ha sido un extra para él luego de sus treinta.
Garyon cerró los ojos y aplicó por completo cada una de las técnicas de su resonancia, concentradas en una densa capa de energía invisible —bajo estándares comunes —a su alrededor. Esa chica alta no era una presa, era una cazadora. Cuando activó su resonancia antes no surgió ningún efecto, era hora de cambiar eso.
Se concentró en percibir el alma más cercana a su alrededor, entre destellos encontró el alma de la chica, firme, dispuesta, inmovible; un verdadero dolor de cabeza. Ignoró todas las demás almas fuera de un radio de dos metros y ejerció de nuevo su presión.
—"¡NO TE RESISTAS!" —fue el mensaje.
Andra, aun bajando la pierna, se estremeció con semejante sugestión. Ella sabía que la resonancia de Garyon era una ridiculez de control mental, así que el sentir eso le alegró el día como nunca.
—"¿Así que al alma… eh?" —Ella sonrió. Si Garyon era el gran océano y la tenía atrapada justo en el medio de una tormenta, ¡ella era un magnifico Iceberg!
En el mundo único al cual Garyon tenía acceso, en el que las almas eran conceptos borrosos de un mismo color, la emoción que desató la de Andra fue un claro: OBLIGAME.
Garyon retomó su postura para contraatacar, Andra hizo lo mismo. Él sintió como el alma de la chica comandó a su puño a ir directo a su rostro, usó su brazo izquierdo para bloquear y buscar una ventana de oportunidad en su defensa mientras seguía aplicando sugestiones a su alma.
La sorpresa que se llevó al bloquear el puño de Andra y de igual forma recibir un gancho le dejó atónito.
—"¡¿Qué diablos?!" —berreó en su cabeza. —"¡Estoy seguro de que bloqueé a donde ella comandó su alma!"
Le costó procesarlo, lo cual le dio tiempo más que suficiente a Andra para asestar unos siete golpes en su estómago y cara que él cubrió de manera ineficiente. Al recibir el último golpe y sentir como se rompía su nariz entendió lo que pasaba.
—"¡LA MALDITA ES COMO EHERON!"
Lo normal al usar la resonancia es que una porción de tu alma se aleje de tu cuerpo y se consuma para hacer lo que sea que haga, Garyon puede percibir ese cambio y por eso es casi imposible engañarlo sobre tu ubicación aunque él no pueda verte —una vez dentro de su rango no hay donde ocultarse —, con mínimas excepciones.
Ella era una de esas personas que imbuyen un objeto, extienden y/o sacan de su cuerpo el alma con sus resonancias.
Teniendo en cuenta la resonancia de manipular cadenas de Eheron o inclusive la de controlar su sombra de Seng, cualquiera sin experiencia y conocimiento del tema creería erróneamente que ellos consumen pequeñas porciones de energía para dar órdenes a las cadenas y sombras, cuando lo que en realidad sucede es que su alma se une con esos elementos como si fueran parte del cuerpo y gastan energía de forma constante.
El mismísimo concepto que limita y retiene a Layd de alcanzar su máximo potencial.
La mayoría de las personas tienen ocultas dentro de sí la necesidad de usar tanto inyecciones de energía —la resonancia de Maryon —como mezclar su alma por completo —el caso de las cadenas de Eheron —, y en teoría pueden usar cualquiera de los métodos para lograr resultados variados.
Es un tema que resulta complicado de explicar hasta con veteranos.
Eso sí, nadie lo entiende mejor que Garyon, porque está obligado a mezclar ambos métodos de cada manera posible.
—"¿Qué está pasando?" —se preguntó retrospectivo, su sabiduría era un buen indicio, solo faltaba comprender la resonancia de su adversaria para dejar de estar a la defensiva, sí que le dolía.
Fue entonces cuando dos patadas —una en el tobillo y otra en la rodilla —quebraron su balance y le dejaron abierto a más castigo. Pero lo que le llamó la atención no eran los moretones que le causaba Andra sino… el cómo ella hizo para patear el tobillo y rodilla de su pierna izquierda al mismo tiempo y por el mismo lado.
La suerte de Andra acabó en el vigésimo tercer golpe.
De repente Garyon se enderezó y esquivó los golpes subsecuentes como si pudiera leer la mente de Andra —incluyendo aquellos que nadie nunca ha logrado evitar —y le devolvió parte del dolor con una potente y certera estirada de brazo que impactó en la nariz de Andra.
Allí la primera bandera roja se alzó ante los ojos de Erena.
—"¿Acaba de golpear a Andra?" —cuestionó la fidelidad de sus ojos después de haber alterado la visión de Natsume.
Confundida le prestó más atención a ese combate que se suponía estaba ganado.
—"¿Por qué?" —Andra recibió otro puñetazo en el cachete. —"¿Por qué?" Sus cuatro golpes y dos patas simultáneos fueron esquivas como si nada. —"¡¿POR QUÉ?!"
La única diferencia era que Garyon había entreabierto los ojos, eso no debería bastar para obtener la capacidad de predecir y evitar los golpes y golpes especiales de ella.
A un espectador que desconozca la resonancia de Andra, le daría risa los extraños y extremos movimientos que hacía Garyon para… pues nada. A veces bastaba con desplazar un poquito a un lado la cabeza para no recibir el puño de ella en la cara, pero él en lugar de eso se agachaba también.
Y eso era porque él había descifrado por completo la resonancia de Andra.
Otra persona en su posición trataría de evitar el puñetazo como se dijo antes, por lo que se arrepentiría de inmediato al sentir como se le calvan los nudillos por esa dirección sin haber nada allí.
La resonancia de Andra era utilizar su alma. Literalmente.
Como si tuviera dos cuerpos superpuestos, puede realizar todos los movimientos que puede con su cuerpo —y más —con su alma, estos movimientos son invisibles al ojo y tienen con exactitud las cualidades que tendrían esos movimientos del cuerpo sano de Andra.
En resumen, ella puede usar el doble de todo. Cuatro brazos, cuatro piernas, si la amarra, ella no tardaría en desatarse. Si hubieran, ella jugaría videojuegos que requieran ambas manos y comería a la vez.
Por eso es que ella era un rival formidable para Garyon, la literalidad de tener que usar su alma para la resonancia la había alistado para resistir las sugestiones de ese psicópata. Y también por eso Garyon era un rival de alta categoría, él ser capaz de percibir el alma de ella le permitía saber cómo y por dónde venían esos golpes invisibles.
Lo que Andra no notaba era que sus puños, los visibles, le causaban serios problemas a Garyon en lugar de los invisibles en que ella tanto confiaba.
Y la falta de perspicacia selló su destino.
Garyon le atajó la muñeca, y aguantó como un campeón los golpes del alma de Andra.
Erena reaccionó como un relámpago.
Se cerró un ojo. Solo que esa patética táctica no funcionó.
La copia de Andra que se apreció a su lado para azotar a Garyon fue apartada de inmediato como si este lo hubiera presentido —porque así fue —y sin tiempo que perder Garyon le dio un horrendo empujón en el codo que partió a la mitad su preciada extremidad.