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Chapter 8 - 08: Diario

Seng es raro. Los primeros días luego de mi despertar me obligó a hacer sesiones de entrenamiento largas. Me enseñó a hacer flexiones, abdominales y estiramientos.

Al principio fue fácil para mí, hacer diez repeticiones de cada una no era nada, al principio. Después él aumentó la cantidad, cada día subíamos de diez en diez, luego de un tiempo los números eran valores que oía por primera vez.

Ahora que me pide que escriba un diario recuerdo eso y me duelen los brazos.

¿Cómo se espera que en menos de una semana haga series de setenta en setenta?

Al menos, ese supuesto despertar me hacía sentir más enérgica

Y me dio una bonita espada.

Primera página.

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El día de hoy fue terrible.

Es molesto tener que escribir esto cuando me quiero dormir.

Seng si lees esto quiero que sepas que te detesto.

Página siete.

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Como cada mañana, hoy Seng calentó e hizo ejercicio conmigo, aunque luego me pidió que lo ayudara a lavar la casa por milésima vez este mes.

Algo que no termino de entender es por qué debo escribir este diario. Se supone que debo vencer a un demonio, no aburrirlo con letras.

Él dice que es algo necesario en el futuro de la sociedad y que debería estar infinitamente agradecida de que él tenga la paciencia de haberme enseñado a escribir y que me deje usar sus viejos libros vacíos.

Pero, esto no vale nada si mi madre no puede leerlo.

Página número tres.

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Ya he pasado al menos tres meses con Seng.

Como me gustaría ver a mi madre, o mi padre, o mi hermano o alguna otra persona que no sea ese tipo.

Es demasiado estricto, se queja todo el día de que no he progresado nada, cosa que es mentira.

He aprendido a escribir y leer, puedo hacer muchas muchas flexiones y ejercicios que me pide, corro con él alrededor de la montaña, cocino, limpio, puedo potenciar mis capacidades físicas, convocar mis criaturas fácil y rápido.

No entiendo de qué se queja.

Él mismo dijo que descubrir las resonancias de mi alma sería un proceso largo.

No es mi culpa que no las hayamos descubierto.

Extractos de las páginas número sesenta.

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Hoy Seng me explicó más cosas sobre las resonancias.

Según la mayoría de los que han estudiado el tema, es imposible decidir cuáles son. Que son algo con lo que venimos al mundo, inmutables o lo que sea que eso signifique.

Aunque también me dijo que algunos defienden que los cambios en nuestra mente, en nuestra alma son lo que provoca las resonancias en primer lugar.

Que el argumento para defender eso es la poca cantidad de personas que hay capaces de usar magia desde jóvenes y que lo común es que pasen por bastantes cosas antes de lograrlo.

Pero él dijo que eso no tiene sentido porque a menos que sea una resonancia ridícula nadie puede hacer esas cosas sin práctica o entrenamiento.

Eso tiene sentido, llevo un mes y medio y aparte de descubrir a Brillito no he logrado nada más.

Pero, si es verdad que tus experiencias determinan tus resonancias, ¿qué clase de cosas deben pasarte para poder crear hielo y manipular tu sombra?

Página número diecisiete.

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No me voy a cortar el pelo Seng. Mi madre siempre adoró mi cabello, yo también, a mi papi le encanta lo sedoso que es y lo pienso dejar así.

NO.

Página número seis.

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Hoy por fin comprendí esa sensación de la que me hablaba todos los días.

Parece que puedo usar la luz de algún modo, quizás es porque Brillito pasa mucho tiempo hablando conmigo, pero ahora si pienso en las flores del jardín de mamá puedo hacer que mi mano se ilumine.

Me cuesta un poco mantenerlo pero a veces también puedo hacer que brille algún otro lugar, como mi cara o mis pies.

Página número setenta y uno.

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Seng todos los días me enseña de posturas, como dar golpes, patadas.

Estoy cansada.

Esto no es aventura, esto no es divertido realmente.

Página número diez.

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Últimamente Seng se desaparece por un par de días, pero como sé que me va a golpear, dejar sin comer, o cualquier otra cosa no paro de hacer mis prácticas y de escribir en este diario.

No sé qué estará haciendo mi desgraciado maestro.

Página número sesenta y ocho.

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Le conté lo que logré hacer con la luz, se veía extraño, estaba como aliviado y pero a la vez enojado.

No entiendo, primero se enoja porque no logro nada por meses y ahora se enoja porque logro hacer algo.

Es un hipócrita.

Página número setenta y cuatro.

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No es justo.

Seng es un tramposo.

Ahora me obliga a pasar las noches en vela a menos que consiga darle un golpe con la espada.

Pero el muy descarado se la pasa corriendo durante la noche para que me pase algo en lo oscuro al seguirlo.

Y cuando pienso que puedo tocarlo con la punta de la espada usa su maldita sombra.

Por favor Seng, sé que lees esto a veces, déjame dormir, estoy agotada, me dijiste que no lo harías otra vez.

Página número cien.

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Hoy vi al animal, criatura o cosa más rara del mundo.

Era grande y borroso, camina en el aire arrastrando sus brazos lento. Tenái enormes dientes, ningún ojo. Su color parecía ser lo que sea que estuviera detrás de él.

Seng me había contado que cuando usamos demasiado la resonancia de nuestra alma, en lugar de cansarnos normalmente se entra en un estado de coma, algo así como dormirse despierto.

Me dijo que está cosa ronda en busca de alguien en ese estado, y una vez lo encuentra esa persona jamás vuelve a la normalidad.

Seng me había hablado de muchas otras criaturas peligrosas y cómo vencerlas o evitarlas, pero esta era la primera vez que lo veía preocupado.

Lo bueno es que me gané una semana de descanso.

Página número 157.

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Seng siempre se la pasa leyendo en su libro algo. Cuando no tiene nada que hacer lo toma y se sienta bajo un árbol mientras me ordena seguir.

Me pregunto porque siempre está triste cuando lo lee.

Página número 138.

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Hoy estuve a punto de darle un golpe con la espada.

Me aproveché de que sus armas de hielo son de hielo y la rompí con un golpe más fuerte de lo usual y seguí atacando aunque él me había ordenado para si eso pasaba.

Luego pasé la noche colgada de un árbol.

No le entiendo.

Primero me dice que en los combates reales no hay reglas, que a menos que haya otras personas o alguna otra consecuencia eso del honor no importa y otras estupideces que mi hermano hubiera odiado escuchar.

Pero se enoja cuando trato de aplicar sus palabras. Si le hubiera derrotado no me hubiera podido colgar.

Debería felicitarme.

Idiota.

Página número 164.

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Es un idiota.

Es fuerte y listo.

Pero es un idiota.

Arkgas me dijo que Seng era un buen chico pero no lo es.

Me da igual si me castiga por escribir esto, tengo que quejarme.

No para de llamarme Mocosa una y otra vez.

Juro que lo voy a obligar a reconocerme por quien soy, Airys, la Elegida y la aventurera más grandiosa del mundo.

Cosa que sería más fácil si me dejara ir de aventuras en lugar de estar encerrada aquí en esta montaña llena de bestias "débiles" que pueden comerme.

Página número once.

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Este día Seng me vio mientras me bañaba en el rio y me ignoró cuando le grit y se fue sin dsiculparse.

Soy Una Dama.

Si papá estuviera aquí le hubiera dado una paliza, bueno, quizás no, pero también le hubiera gritado.

Seng será muy fuerte pero no es un caballero. Le falta educación.

Página número cuarenta y tres.

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Extraño a mi familia.

Me gustaría poder enviarles una carta, decirles, que aunque es horrible, sigo viva.

Página número 173.

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—¿En serio te costaba tanto hacer esto Mocosa? —Seng con su brazo derecho sostenía la pierna del niñato que daba su mejor esfuerzo para librarse y golpear a Seng sin fruto alguno, en la otra mano tenía la espada que por poco perdía ella.

Airys gruño y chilló dentro de sí, maldiciendo a su condenado maestro.