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Chapter 16 - Capítulo 16

-Dejen al bebé.

Los doctores me ven apenados mientras que Igor solo me observa.

-El embrión viene con mala form ...

-Lo sé.

Los doctores asienten y se van.

Claramente ocupo preguntarle a Liz que es lo que hará, no voy a decidir sobre ella.

-Kayla. ¿Todos viven en esa casa?

Asiento avergonzada.

-Si.

-¿Soportaste 6 años para quedarte en un lugar así? Simplemente te hubieras ido a otra parte, ni siquiera caben bien o ...

No sé si es porque todo se me junto o porque de verdad me enojo su comentario.

-¿Simplemente me hubiera ido a otra parte? Discúlpame pero yo no tengo tu dinero, con mucho trabajo llegaba a darle comida a mis hermanos. -cierro mis ojos tratando de calmarme un poco.-No todo el mundo tiene todo en bandeja de plata como tu. Y de verdad te agradezco que por fin puedo comprar comida para todos.

Dicho esto me voy a los baños que están en el fondo del pasillo.

Me encierro en un cubículo y empiezo a llorar, ¿Por qué me pasa esto ahora? Siento que en cualquier momento caeré sin más. Me van a quitar a mis pequeños, me van a quitar la casa, probablemente Igor me corra.

Respiro hondo y salgo del cubículo para lavarme el rostro.

Al salir ya no veo a Igor por ninguna parte. Suelto un suspiro y voy con la recepcionista.

-Disculpe, quería saber si podía ver a mi hermana.

-¿Lizbeth Larson?

Asiento y me da el número de cuarto.

Antes de entrar suelto el aire y me preparo para lo que se va a venir.

Entró y ver a mi hermana tirada en una cama de hospital con algunos tubos conectados en su piel hace que mi garganta arda.

Liz se voltea a verme y rápido esquiva mi mirada.

-Ya se que hablarte por las buenas nunca va a servir contigo. -digo lo más dura que puedo. -Necesito que decidas que harás con tu bebé.

Sigue sin darme la cara.

-Si quieres tenerlo claramente te voy a apoyar. -Liz me fulmina con la mirada.- ¿Por eso te drogaste?

-¡Si por eso me drogue! ¡No quiero a ningún bebé asqueroso dentro de mi!

Trago saliva al escucharla hablar de esa forma.

-Bien, te van a sacar al bebé y te vas a poner a trabajar. -rápidamente voltea a verme y creo que a mi me duele más la perdida de ese bebé que a ella. -Yo ya no haré ningún esfuerzo por ti, Lizbeth. Me haz decepcionado de la peor forma, si tuviste los cojones de conseguir el dinero para drogarte, vas a tener los cojones para ir a buscar un trabajo digno y pagarte tu escuela.

Lo peor que le pueden decir a Liz es que se ponga a trabajar.

Me observa con un odio que nunca pensé que ella podría tener dentro.

-¿Mientras tu qué? ¿Te vas con tu jefe a follártelo?

-Me lo folle o no, no es tu problema, no soy yo la que esta embarazada.

Salgo rápido del cuarto tratando de no llorar para encontrar a la doctora.

Decido ir con la recepcionista y al hablar con ella el doctor que nos atendió al comienzo me explica que en este hospital no trabajan con el aborto, sino que tenemos que ir a un hospital que es únicamente para chicas que quieran interrumpir su embarazo.

-Le recomiendo que lo hagan lo más antes posible, esta por empezar el tercer mes y es recomendable que lo haga desde que el embrión este más pequeño.

Asiento y pienso en lo pequeñito que debe de estar.

Dan de alta a Liz, pero me invitan a que la lleve a un centro de rehabilitación que es por parte del gobierno y agradezco mucho eso. Claro que la llevaré aunque no quiera.

-Disculpe ¿Cuánto sería? -le pregunto a la recepcionista.

-El señor que venia con usted pago. -me da una sonrisa.

Igor, tengo tantas cosas que agradecerte.

Liz viene a mi lado con la ropa manchada de ayer y agarramos un taxi para ir hasta el otro hospital.

-Tengo miedo. -dice Liz cuando estamos afuera del hospital.

La verdad yo también tengo miedo, siento un huevo en mi estomago al saber que ese bebé no nacerá, mi sobrino no nacerá.

Me encojo de hombros.

Entramos al hospital y veo a muchas chicas sentadas esperando su turno. Trago saliva y me acerco a la recepcionista.

Después de que nos dieran toda la información, nos sentamos a esperar el turno de Liz.

Cada vez me siento más nerviosa y siento que esta mal, pero en realidad no esta mal. Liz apenas tiene 17 años, probablemente este en su etapa de rebeldía y ese bebé no tenga ni el mínimo cariño de su madre, tal vez le hubiera tocado tener una vida como la de nosotros y no es justo.

-Lizbeth Larson. -Liz me observa con miedo.

-Ve, aquí te voy a esperar.

Asiente y camina muy lento hasta la enfermera que la llamó.

No se cuanto tiempo pasa hasta que Liz sale con su rostro lleno de lagrimas.

-¿Que hice, Kayla? -se tira a mis brazos llorando.

Dejo que se aferre a mi y llore lo que tenga que llorar.

Pasaron unos minutos cuando se separo de mi.

-Perdóname, no sé que hice, perdóname. -sigue llorando.

-Vámonos a casa.

En todo el camino Liz se quedo seria con lagrimas en sus ojos y yo me sentí muy cansada, solo deseaba llegar y dormir. Compruebe el celular y eran las 5 de la tarde, de seguro los chicos ya estaban en casa.

Al llegar me puse en alerta al escuchar a los chicos llorar y ver la puerta abierta.

Entré como rayo y vi a los pequeños en un rincón abrazados y llorando, mientras que Peyton y Ámbar estaban agarrando todas las cosas que podían.

-Hasta que llegas gatita. -sentí como todo en mi se paralizo.

Gire muy lento y me encontré a Gilbert con un porro en su asquerosa boca.

-Nos iremos ya, solo juntaremos unas co ...

La carcajada de Gilbert me interrumpe.

-Creíste que te podías ir así sin más? -vuelve a soltar una carcajada

Se acerca y se va quitando el cinturón mientras ruego todo lo que puedo.

-¡Llévate a los niños! -alcanzo a gritar cuando siento que da el primer latigazo en mi espalda.

-Ni siquiera lo pienses. Ellos van a ver como disfruto estar dentro de su hermanita.

-¡No, por favor! -lanza otro latigazo haciéndome gritar y haciendo llorar más a los pequeños.

Trato de pararme pero lanza otro latigazo haciéndome caer de rodillas.

-Ni se les ocurra acercarse. -veo como saca una pistola y apunta a las chicas.

Siento que el corazón se me va a salir, no quiero que les haga nada.

Dios ...

Otro latigazo haciendo que apriete fuerte mis dientes y ojos.

-Si haces caso no les haré daño, gatita. -el viejo me susurra al oído y jala mi cabello logrando que gima de dolor. -Ahora si viene lo interesante.

Escucho como baja la bragueta de su pantalón y cierro mis ojos con fuerza, el miedo que tengo no se compara a nada.

-¡No! -escucho el grito de Liz seguido de un fuerte golpe.

Abro los ojos y veo una botella esta hecha añicos y Gilbert esta inconsciente con sangre en la cabeza.

-¡Vámonos! -reacciono mientras trato de agarrar lo que puedo y con manos temblorosas agarro a los pequeños mientras que las chicas agarrar las mochilas con nuestra ropa y algunas cosas.

Salimos corriendo y ruego a Dios por que Gilbert no denuncie.

Seguimos corriendo hasta que escuchamos un quejido.

-No puedo, me duele. -Liz se tiro en el césped que había en un parque que habíamos llegado.

Mierda, ni si quiera recordaba.

Mi cabeza estaba hecha un lío.

¿En donde íbamos a dormir? ¿Qué íbamos a comer? ¿Cómo les explicaba a los chicos lo que paso?

-Hermanita ¿estas bien? -Lucian se acerco a Liz rápido.

-¿Ocupas agua? -Jacob le ofreció una botella de agua que había agarrado.

-¡El bebé! ¡Vamos a un hospital! -suelta Ámbar mirándola preocupada.

Me tiro al césped haciéndome gemir del dolor por los latigazos en mi espalda y tapo mi rostro con mi antebrazo. Eso era lo que me estaban ocultando.

-Ya no hay bebé. -Dado Liz con voz entrecortada.

-¿Qué? ¡Es que eres tonta! ¡Por andar de drogadicta perdiste el bebé, maldita inconsciente!

-Peyton ¡¿Qué vida querías que le diera ?! ¿La misma que tenemos en este momento? ¿Dejarlo muerto de hambre y que pase por lo que hemos pasado? ¡Inconsciente seria traerlo a este mundo de mierda! -grita con voz entrecortada.

Todos se quedan callados y mis lagrimas bajas, las cinco personitas dependen de mi y no se que mierda voy hacer.

Siento a dos pequeños a mi lado y me abrazan.

-Tenemos miedo, Kay.

Lo peor que me pueden decir, porque en este momento no tengo solución a sus miedos, yo también estoy aterrada y no sé que hacer.

Me levanto y abrazo a los gemelos.

-Tranquilos, alguna solución habrá. -les susurro acariciando sus cabelleras.

Las chicas siguen peleando y se que también les duele lo del bebé, pero en parte Liz tiene razón. Seria injusto traer al mundo a un ser inocente.

-Los gemelos van a dormir con Lydia. -susurro con pesar. -Y nosotras no tengo la menor idea.

La cabeza empieza a palpitarme.

-¡No!

-¡Nosotros nos quedamos con ustedes! -gritan los chicos y empiezo a masajear mis cienes.

-Nos podemos quedar en casa de amigas. -opino Ámbar.

Mire a las chicas.

-Por favor chicas, ocupo que por lo menos hoy tengan un techo, mañana veré que hacer. -las chicas asiente. -Liz, ni creas que iras sola, te iras con una de tus hermanas.

Siento la mirada de Liz pero la ignoro.

Pasamos unas horas en este parque hasta que se oscurece, las chicas tenían apuntado el número de sus amigas en sus libretas y las llamaron para pedir si podían quedarse y estas aceptaron, haciéndome sacar un peso de encima.

-Vengan pequeños, los llevare con Lydia. -agarre sus manos.

-Nosotras nos iremos yendo. -dijo Peyton.

-Esperen. -mire a Liz.- ¿Con quien irás tu? Mañana empezaras a ir al grupo de rehabilitación.

Las chicas me miraron confundida y Liz solo me dedico su mirada vacía.

-Ira conmigo. -dijo Ámbar. -La hermana de Carol es amiga de Peyton y Liz, así que las tres dormiremos en la misma casa.

Asiento agradecida y me despido de ellas con un beso en la mejilla.

-Cuídense, quiero que mañana temprano estén en sus escuelas, por favor. -les doy una mirada cansada y asienten, excepto Liz. -Liz, hay muchos problemas en este momento para que me traigas otro, por favor hazme caso un momento.

Rueda los ojos y asiente.

-Kayla ¿Tú donde dormirás? -Peyton luce preocupada.

-Con una amiga.

Asiente y rápido comienzan a irse las tres juntas.

Agarro las manitas de los gemelos y empezamos a caminar a donde era nuestra casa, cada paso que doy siento ardor en mi espalda.

Al rato llegamos y toco la puerta de Lydia con miedo a que en cualquier momento vuelva a aparecer Gilbert, abre la puerta Lourdes, dejándome estática.

-¡Pequeños! -grita Lourdes emocionada y los chicos le sonríen tímidamente.

-Hola. -hablan sin tanta emoción.

-¿Pasa algo? -me pregunta Lourdes.

Siento que la voz se me va y se que con esto, ella podrá quitarme a los niños más fácil.

-Nos acaban de correr de la casa y no tengo donde dejar a los niños. -mi voz sale quebrada y me odio por eso.

Lourdes me mira con impresión pero rápidamente pasa a sonreírle a los pequeños.

-¡Ellos se pueden quedar aquí! -grita emocionada haciendo que su esposo se asome. -Amor, lo chicos van a dormir aquí.

El señor mira sonriendo a los chicos ya su esposa, pero cuando me ve a mí su sonrisa se desvanece.

-Mañana vendré temprano a llevarlos a la escuela. -aclaro y antes de que digan algo me pongo en cuclillas aguantando el dolor delante de los chicos. -Pequeños, hoy dormirán aquí ¿Si? Ocupo que se porten súper bien que mañana vengo por ustedes.

Ninguno se ve emocionado, los dos se ven tristes y eso hace que me sienta peor.

-Sonrían mis niños. Me tengo que ir. Los quiero mucho. -me acerco a darles un beso a cada uno y limpio miro hacia arriba para que mis lagrimas no salgan.

-¿Tú vas a estar bien? -susurra Jacob.

Asiento.

-Claro que si. -le sonrío y me levanto haciendo una mueca por el dolor de mi espalda. -Se los encargo mucho, por favor.

Veo a los esposos asentir y agarrar la mochila de cada uno.

-Adiós. -susurro mientras ellos se adentran a la casa. -Por favor cualquier cosa márquenme.

Le di mi número y cerró la puerta.