-Bien, tendrás que agendar todas las citas que tenga personas importantes, tienes que notificarme todas las llamadas que tengas, porque todos te hablaran a ti para darte cualquier recado, poner cita, lo que sea o incluso para comunicarte. De vez en cuando te daré unos documentos para que los pases todos a la computadora, prefiero tener todo en digital. -se queda pensando un rato. -Creo que por el momento es todo, si es que se me paso algo, te aviso luego.
Todo lo dijo fluido, sin trabarse y con esa voz grave que hace que se me pongan los pelos de punta.
Asiento tratando de procesar toda la información.
-Uhm ... Claro. ¿Cuándo empiezo?
-Ya.
Se levanta de su silla y agarra una montaña de papeles y se acerca para dármelo en los brazos.
-Quiero que empieces pasando esa información a la computadora, si tienes dudas, pídele ayuda a Beatriz. -dados dándome la espalda.
Miro la montaña de papeles y salgo rápido de su oficina y coloco rápido la montaña en el grande escritorio.
Suelto un suspiro y me siento.
Enciendo la computadora y recuerdo que en preparatoria me enseñaron a usar algunos programas de Microsoft.
Empecé a pasar todo a la computadora ya decir verdad me sentí orgullosa de acordarme de como usar estos programas y saber que me estaba quedando bien.
Seguía trabajando hasta que me entro una duda y con mucha timidez me acerque hasta la recepcionista que al parecer se llama Beatriz.
-Ho ... Hola.- sonrío con timidez y ella deja de mirar su ordenador para mirarme con una sonrisa. -El ... señor me dijo que si tenia dudas te podría preguntar a ti.
-Oh, claro que si. -se levanta de su silla y caminamos juntas hasta el escritorio donde estoy trabajando.
Así paso la tarde, con Beatriz explicándome como tenia que enviarle los documentos a mi jefe, como contestar el teléfono, como ordenar los documentos, y más cosas.
La chica me caía bien, ya que no se miraba irritada o molesta al enseñarme, ha sido demasiado amable.
-Oye, ¿Qué harás en tu hora de comida? -me pregunta Beatriz a través del teléfono a lo que suelto una risita.
Recuerdo como me dijo contestar su línea.
-Creo que nada interesante. -suelto una risita.- ¿Por?
-¡Vayamos a comer juntas! Las chicas de aquí son estiradas y caen mal. -bufa -Tu si me agradas.
Ay, me siento halagada.
-Claro, comamos juntas ...
Iba a seguir hablando hasta que veo como mi jefe sale de su oficina.
-Entras a las 7, tu hora de comida es a las 2 para volver a las 3 y te puedes ir a las 5.
Dicho eso, sale con su rostro serio, dejándome con el teléfono en la oreja.
Escucho la carcajada de Beatriz y recuerdo que no colgué la línea.
En menos de un segundo tengo a Beatriz entrando.
-Creo que el jefe nos cacho.-sigue riéndose y yo me muerdo las uñas.
Después de eso nos fuimos a comer y me hizo reírme mucho, tuvimos una agradable platica en un puesto de hot dogs.
-Y entonces él es dueño de toda la empresa. -Ella asiente dándole una mordida a su hot dog ..
-Algo así, lo que pasa es que todas las puertas que viste en el piso son oficinas de sus primos. -abro los ojos como plato mientras ella asiente como si ya esperara esa reacción. -Es que el abuelo Gólubev se acaba de retirar, él fue el que comenzó desde cero con esa empresa. Pero al estar ya mayor decidió retirarse y dejarle a sus 6 nietos la empresa ... pero como siempre debe haber un favorito en la familia y tu jefe es el jefe mayor, mientras que los demás son simples jefes de piso.
Le doy una mordida a mi hot dog interesada en seguir escuchando.
-¿Y se enojaron con él? -dije impresionada mientras me limpiaba la boca.
-¡Claro! -grito haciéndome sobresaltar. -Nunca los he visto tener una conversación sin pelear. El abuelo lo supo y por eso cada quien esta encerrado en su oficina, por eso las tantas puertas.
Abro mi boca, sin poder creerlo.
-No tengo primos, pero creo que no me llevaría mal con ninguno, ni siquiera puedo gritarles a mis hermanos. -solté una risita.
Ella rió.
-Lo sé, ellos se odian a muerte. Cuando llega Marina, es una bendición que ella pueda controlar.
-¿Puerto pequeño?
-Si, es la única mujer en toda la familia, la cuidan mucho y con ella si trata de comportarse.
-El poder de las chicas. -digo en broma haciendo que sonría.
-Le vas a agradar, cuando ella viene siempre salimos a tomar algo y claro que cuando venga vendrás con nosotras. -me guiña un ojo mientras seguimos comiendo.
Terminamos de comer y fuimos directamente hasta la empresa para seguir trabajando.
En cuanto entramos nos topamos con la rubia de esta mañana.
Camina hacia nosotras y choca su hombro con el mío haciéndome tambalear.
-¡Fíjate por donde caminas, oxigenada! -le grita Beatriz y yo la veo con la boca abierta.
-No le hagas caso, mejor vamos.
Tratare de evitar todos los problemas que pueda.
Pero al parecer, Beatriz no se quedaba con la boca callada y le gustaban los problemas.
-¿Que no le haga caso? ¡Casi te tumba! -me mira indignada.
Neg�� moviendo mi mano en una seña de que eso no importa.
-No tiene fuerzas para tirarme. -digo en broma y veo a Beatriz sonreír.
-Cierto.
Ambas nos reímos y veo como se dirige al elevador y freno de golpe mi risa.
-Ahm ... yo voy por las escaleras.
Cuando bajamos para ir a comer me excuse que iba al baño y baje rápido por las escaleras, aunque pensó que tenia problemas con mi estómago por durar mucho.
Me gano una mirada de asombro.
-¿Las escaleras? Sabes que vas a tardar mucho y ya es hora de la comida. -dice confundida.
Trago saliva.
-Me da miedo, nunca me he subido. -confieso mordiéndome las uñas.
Beatriz me ve con la boca abierta y quiere decir algo pero cierra la boca varias veces.
-Ven, tienes que superar tus miedos. -dice con una sonrisa de diablo.
Kayla, solo es un elevador.
Aparte Beatriz tiene razón.
Asiento y ella da un brinquito emocionada.
-Me gusta ver las primeras reacciones de la gente.
Ella luce muy emocionada pero yo no le veo nada emocionante.
El elevador abre sus puertas y mi corazón empieza a latir demasiado fuerte.
-Bea ... Beatriz, no creo que pueda. -digo quedándome afuera del elevador mientras ella entra.
Las personas nos esquivan para poder pasar.
-Oh, claro que estas lista.
Me toma desprevenida y me jala dentro del elevador.
Puta mierda.
-Beatriz te estoy odiando.-digo mientras cierro los ojos y me agarro del brazo de Beatriz.
Ella suelta una carcajada y encajo mis uñas en su brazo cuando siento que el elevador empieza a moverse.
-Odiame pero tendrás un miedo menos.
El estomago se me hizo un hoyo al sentir como el elevador hizo su movimiento un poco mas notorio.
-Puta Beatriz.
Sigo agarrada a su brazo mientras tengo mis ojos cerrados con fuerza y escucho sus carcajadas.
-No creo que sea el vocabulario para una chica. -dice una voz grave detrás de nosotras.
Rápidamente me volteo y lo veo parado con su traje limpio y su rostro serio mirándome.
Las puertas se abren y él es el primero en salir mientras que Beatriz y yo nos vemos con cara de horror.
-Suerte con tu apuesto jefe. -se despide mientras se coloca atrás del escritorio.
Suspiro y avanzo hasta mi puesto y veo como el esta encerrado en su oficina.
Trabajar aquí de verdad que estaba empezando a gustar, llevaba varias horas y no me aburría, me gusta estar ocupada y haciendo cosas o tal vez estaba aburrida de hacer lo mismo siempre.
Me veo interrumpida cuando escucho un carraspeo.
-Diez. -mi jefe pone una caja en mi escritorio. -Para que tengas bien presente la hora y aparte hay veces que voy a ocupar tu ayuda y tengo que comunicarme contigo de alguna manera.
Miro la caja y es un teléfono, a lo que leí era el Iphone 11 pro.
-¿What? ¿No podía comprar un teléfono mas económico? -pregunte en un susurro.
¿Quién le regala a su empleada un Iphone de tanto dinero?
-Es por cuestiones profesionales, no personales. -dice con voz dura haciendo que me dé un escalofrío.
Me quedé muda porque no sabia que podía contestar a eso.
-Su primer sueldo se lo puedo depositar o ...
-No tengo tarjeta. -lo interrumpí.
-Eres rara. -su ceño se frunce al mirarme.
Uy, una disculpa, señor millonario.
Me rasco la cabeza en una seña de incomodidad.
-Disculpe ¿Cómo se llama? Trabajo para usted y ni siquiera se su nombre.
Lo freno antes de que se vaya y me voltea a ver con esa cara fría que hay que admitir esta demasiado guapo.
-Igor, Igor Gólubev.