ALEX
Estaba muy preocupado por Gabriela, porque nunca se había retrasado y estaba llamándole y enviándole mensajes como un loco, pero no contestaba nada. En este momento por mi cabeza pasaban posibles razones por las que Gabriela no me conteste como de que estaba enfadada conmigo por algo o no sé, no me quería ver. Me estaba planteando irme a su casa, pero sé que en caso de aparecerme y estar sus padres en casa o sus hermanos Gabriela me mataría por lo que decidí jugarme mis dos últimas bazas. Llamar a Marcos y si este no sabía nada a Carlota.
Decidí llamar primero a Marcos, no sé por qué, pero creo que era el que siempre estaba enterado de lo que le pasaba, más que nada porque llevaban muchos años de amistad y él la conocía mejor que nadie. Para mi suerte no tarda demasiado en contestar, lo que me hace que algo en mi interior se tranquilice un poco.
"Hola Alex." contestó este tranquilamente "Marcos, estoy preocupado por Gabriela, no me contesta a los mensajes ni a las llamadas." dije rápidamente "Si, de eso misma te quería hablar yo, no deberías llamarla, le quedó el móvil en casa." contestó y fruncí el ceño "¿En dónde está? Habíamos quedado."
"Si, algo me dijo, pero no va a poder ir. Está con su abuela en el hospital, la ingresaron esta madrugada." informó y ahora me preocupé más de lo que estaba en un principio "¿Ángela?" pregunté, porque si era ella, no me podía imaginar lo preocupada que estaría teniendo en cuenta como se puso cuando se enteró del accidente.
"No, Rebeca." corrigió y tomé una bocanada de aire "¿Qué le pasa?" pregunté menos preocupado que antes "Según lo que me contó le dio un pequeño derrame cerebral y la llevaron en la madrugada al hospital."
"¿Sabes si están sus padres están con ella? ¿Está alguien con ella?" pregunté, armando un plan en mi cabeza "No, no están ni sus padres ni nada. Está ella sola." confirmó "Tengo que ir con ella. Tengo que ver como está." dije, empezando a caminar hacia la casa, para coger mis cosas e ir junto a ella.
"Alex, escúchame, no hagas algo de lo que nos podamos arrepentir luego. Más tarde irá su madre al hospital con ella." aseguró y negué, porque en este momento todo me daba igual "Eso me da igual Marcos, mientras ella no esté allí voy a estar con ella." aseguré "Vale, está bien, no va a haber nada que te lo impida."
"No, la verdad es que no." dije "La cuestión es que vas a hacer para encontrarla en el hospital." respondió y me paré por un par de segundos "¿No me lo puedes decir tú?" pregunté "Es que yo no tengo ni idea, solo sé que fueron al hospital que nos queda más cerca, no me acuerdo como se llama."
"Ya sé cuál es, no te preocupes." afirmé "Aun así, no sabes en qué parte del hospital está." insistió "Eso ya me encargaré yo de averiguarlo no te preocupes." respondí "Vale, pero hazme el favor de no decirle que te lo dije yo ¿vale?" pidió y asentí, porque imagino que sería algo que no le gustaría demasiado a Gabriela "Está bien, no se lo diré."
"Gracias, ahora ve con ella y cuídala." pidió y asentí, porque esa es la intención que tenía "Lo haré, gracias Marcos." le agradecí "De nada." Con eso colgué y me fui a casa corriendo para coger el coche e irme a ver a Gabriela. No quiero que esté sola. Tardé más de lo que me hubiese tardado en llegar a casa, pero en cuanto llegué, entré a casa rápidamente, cogí las llaves, cerré la puerta y me metí en el coche.
Ahora mismo tenía bastante calor por lo que me saqué la cazadora y la deje en el asiento del copiloto. Tardé una hora en llegar y un cuarto de hora para encontrar un sitio en el que aparcar. Estaba alejado del hospital, pero no me iba a tirar más tiempo buscando un lugar en el que aparcar más cerca del hospital, lo único que me importaba era ver a Gabriela y ver cómo estaba. Cuando llegué al mostrador corriendo, la doctora que estaba allí me estaba mirando impresionada.
"Hola señor, ¿en qué le puedo ayudar?" preguntó la doctora "Hola, estoy buscando a Rebeca." dije tomando una bocanada de aire "¿A quién?" preguntó mirando brevemente en mi dirección "A una mujer que ingresó esta madrugada." insistí "¿Es familiar de ella?" inquirió y negué "Entonces no le podemos dar información de la paciente, señor."
"Vale, pero yo no la estoy buscando a ella, estoy buscando a su nieta. Ella está aquí con esa mujer." intenté y negó de nuevo "No le puedo dar esa información." repitió "Mire, solo quiero ver cómo está mi novia y acompañarla." rogué "Llámela y que le diga ella dónde está."
"Le quedó el móvil en casa, no tengo manera de contactar con ella." dije "Pues lo siento yo no le puedo ayudar con eso." Sé que no me iba a decir nada de dónde estaba y lo entiendo, era la ley y tenía que cumplirla, pero eso no implicaba que me molestase que no me lo dijese. Decidí que era mejor sentarme allí y esperar a que Gabriela bajase o algo, era la última esperanza que me quedaba la verdad.
"Vale, muchas gracias por su ayuda." Empecé a andar hacia las sillas que había en frente del mostrador y pensando en mis cosas, preguntándome cómo estaría Gabriela y todo lo que tenía que ver con ella. "La chica está en la sala de espera dos del cuarto piso."
En cuanto escuché esas palabras me giré hacia la doctora con una sonrisa, porque me había ayudado, no me lo esperaba de verdad. "No debería habértelo dicho, pero veo que amas a esa chica, por lo que ve a junto ella y ayúdala en lo que necesite." dijo con una pequeña sonrisa en su rostro "Muchas gracias doctora, de verdad se lo agradezco de corazón."
"De nada, ahora vete." Volví a sonreír y me fui corriendo a los ascensores. Para mi suerte justo cuando llegué a uno de ellos se acababa de abrir e iba para el cuarto piso. Esos segundos se me hicieron eternos, pero cuando llegó, salí medio corriendo en busca de la sala de espera que me había dicho la doctora. Entré en ella buscando por Gabriela como un loco, pero no estaba allí dentro, por lo que ahora sería más complicado encontrarla.
"¿Alex? En cuanto escuché mi nombre sabía que era Gabriela, me giré y la vi de pie junto a la puerta. Se estaba pasando las manos por sus brazos, por lo que supongo que tenía frío, lo que era raro, porque aquí dentro no hacía, pero también recordaba que Gabriela era muy friolera, o a lo mejor vino de fuera de tomar el aire, lo único que me importaba era que ya podía estar con ella y ayudarle en lo que fuese necesario y así yo me quedaría más tranquilo.