LARA
Estaba en el hospital para que Gabriela pudiese descansar, porque se veía que no había dormido nada en toda la noche, y claro está que como su madre que soy, me preocupaba por ella. Al rato de que se fuera aparece una doctora lo que me hace sospechar que algo no va bien, es raro que anden por aquí a estas horas, sobre todo porque ella era la doctora que atendía a mi suegra siempre que veíamos al hospital con ella, que en el último par de meses era bastante a menudo.
-Hola Lara, me temo que no tengo grandes noticias y no muy buenas.
- ¿Que pasa Mónica?
-Haber, no quería contarle esto a tu hija y al chico que estaba con ella, pero la enfermedad está avanzando demasiado rápido, parece que los medicamentos que estaba tomando en casa no le están haciendo efecto. Vamos a tenerla un par de días ingresada para ver si encontramos algún medicamento que frene un poco la enfermedad, pero teniendo en cuenta que ya ha cambiado muchas veces de medicamentos debido al largo tiempo que lleva con esta enfermedad, creo que no le queda demasiado tiempo.
- ¿De cuánto tiempo estamos hablando?
-De cuatro meses como máximo.
Esto sí que no era bueno. Menos mal que no se lo había dicho a Gabriela, porque no estoy segura de cómo iba a reaccionar, no creo que le fuese a gustar demasiado. Tendría que llamar a Sergio para contárselo, él sí que lo tenía que saber, por el momento no era necesario que Gabriela lo supiese, más bien, no tenía por qué saberlo.
-Se lo tengo que decir a Sergio.
-Si, es algo que debe saber. Además, que si las cosas van siendo como están siendo en el último par de meses, va a pasar mucho tiempo en el hospital, deberíais ir preparándoos para eso.
-Está bien.
-Bueno, yo me voy para que puedas llamar tanto a Sergio como a tu hija.
-Vale.
En el momento en que Mónica se giró me vino a la cabeza lo que dijo al principio de todo, que Gabriela estaba con un chico, lo que es imposible porque estaba ella sola y hasta donde sé, Marcos estaba en casa cuidando de Mario y María.
-Oye Mónica, ¿te puedo hacer una pregunta?
-Si, claro.
- ¿Con quién estaba Gabriela?
-Con un chico, no te sabría decir. Se puede decir que la estaba cuidando.
-Supongo que era Marcos o su hermano.
-De las veces que los vi te puedo decir que ellos no son. Es otra persona.
- ¿Entonces quién será?
-No lo sé, creo que era su novio o algo.
No creo que fuese a tener novio. En caso de que lo tuviese lo diría o nos enteraríamos por sus hermanos, pero que tenga novio y no lo sepamos no puede ser, lo veo complicado.
-No lo sé, es igual, mientras la ayudase.
-Puedes tener seguro que sí, se notaba algo más animada con él.
-Pues eso es lo único que me importa. Voy a llamar a Sergio.
-Está bien, si necesita que le cuente algo que no dude en llamarme.
-Se lo digo.
-Nos vemos Lara.
-Chao Mónica y gracias por no decírselo a Gabriela.
-Se veía algo afectada en ese momento, lo mejor era no decírselo.
En ese momento se fue y yo salí del hospital para poder hablar más tranquilamente. Iba a llamar primero a Sergio porque estoy segura de que estaría esperando a que le contase algo de su madre y no tarda demasiado en contestar.
-Hola cariño, tenemos que hablar de tu madre.
- ¿Está bien?
-No mucho. Por lo que dijo Mónica los medicamentos dejaron de hacerle efecto y no creen que encuentren unos que le hagan efecto, sabes que se tomó muchos medicamentos para frenar la enfermedad.
-Pero así avanzará más rápido.
-Lo sé y lo saben, ahí es donde está lo malo.
- ¿Que pasa Lara?
-Mónica dijo que como máximo le quedan cuatro meses y que por cómo está avanzando la enfermedad creen que vendrá más al hospital por urgencias como esta.
-Entiendo. ¿Sabes cuándo saldrá del hospital?
-Me dijo que, en un par de días, que iban a intentar encontrar un medicamente que le frene un poco la enfermedad y para ver como avanza lo de la cabeza.
- ¿Y Gabriela cómo está? ¿Ya sabe lo que le pasa a su abuela?
-No, no lo sabe.
-Es mejor que eso siga así, no quiero verla mal.
-Yo pienso lo mismo, es mejor que disfrute del tiempo que le queda a que esté pensando en lo que va a pasar.
-Sí, ¿y tú qué tal estás?
-Cansada y pensando en cómo hacer para que Gabriela no se entere.
-No se enterará de verdad, pero por qué no te vas a dormir.
-Gabriela no está, no voy dejar a tu madre sola.
- ¿Como que no está?
-No, no durmió mucho el otro día y mucho menos mientras estuvo aquí. Decidí que era mejor que se fuese para casa a descansar.
-Si, me lo puedo imaginar, pero ¿crees que en casa va a descansar?
-No lo sé, pero eso espero.
-Bueno, entonces hablamos, tengo que irme a dormir.
-Ve, tienes que descansar.
-Tú también, intenta descansar un rato, ¿sí?
-Lo haré, no te preocupes.
-Chao cariño.
-Chao Sergio.
Colgamos y entré en el hospital para ir a ver a Rebeca. Cuando llegué me aseguré de que estaba dormida y me senté en la silla quedándome dormida pocos minutos más tarde.
Cuando desperté eran como las diez de la mañana y decidí que era mejor llamar a Gabriela para ver qué tal iban las cosas y decirle que no hacía falta que viniese, que se quedara en casa, no sé si iba a ser capaz de convencerla, pero lo iba intentar, ya vendría mañana, hoy me quedaría yo. Le marco y cuando contesta descubro que no es ella, sino que es Marcos.
-Hola Marcos, ¿está Gabriela por ahí?
-No, no está, está durmiendo. ¿La necesitas para algo?
-No, solo era para decirle que no viniese, que me quedaba yo.
-Ah vale, se lo digo lego.
- ¿Sabes si ha dormido?
-Yo me desperté sobre las seis de la mañana y estaba despierta, por lo que dudo que haya dormido.
-Pues déjala que duerma, lo necesita, ¿están en vuestra casa?
-Si, no iba a haber nadie y como la vi cansada le dije que se quedase aquí.
-Entiendo, gracias por cuidarla Marcos.
-De nada, es lo menos que puedo hacer.
- Mario y María se están portando bien ¿no?
-Si, lo están haciendo.
-Me alegro, te tengo que dejar, si Gabriela despierta intenta evitar que venga vale.
-Lo haré no te preocupes.
-Gracias, chao Marcos.
-Chao Lara.
Menos mal que estaba dormida, tenía que descansar lo que no había descansado este último par de días en vez de preocuparse por todo, era algo que siempre hacía, incluso de pequeña, pero ahora mismo tenía curiosidad por saber quién era el chico con el que estaba ayer aquí y me puse a pensar en sus amigos, cuál de ellos podía ser, lo que me daría para pensar unas cuantas horas.