MARCOS
Hoy me levanté temprano, o por lo menos más temprano de lo normal. Hoy nos quedábamos solos mis hermanos y yo porque mis padres se irían a casa de unos amigos y pues nosotros no quisimos ir, no los conocíamos de nada y quedándonos en casa podríamos distraer un poco a Ana, mi hermana pequeña. Carlos, mi hermano mayor, se había levantado y estaba haciéndole el desayuno para Ana.
"Hey, que raro tu levantado a estas horas Marcos." preguntó mi hermano sorprendido de verme despierto "Puede ser, pero tiene que haber alguien que juegue con nuestra hermana, ya que tú estás más pendiente del móvil que de ella."
"Lo sé, pero te prometo que hoy será un día de hermanos, nada de teléfonos." aseguró y rodé los ojos, porque no era la primera vez que prometía algo así, y al final, Ana y yo pasábamos el día solos "No prometas algo que no vas a ser capaz de cumplir."
"Lo haré, de verdad. Lo apagaré en este mismo momento." Dicho y hecho, parece que el día de hoy pintaría bien. Un día de hermanos como hace tiempo que no pasamos. No voy a negar que echaba de menos esos días, por lo que me puse contenta bastante.
"Escucha Marcos, sé que últimamente os he dejado de lado a ti y a nuestra hermana, pero es que quiero aportar algo a la casa." aseguró y asentí, porque sabía por qué lo hacía "Lo sé, por eso estás buscando trabajo tan desesperadamente." respondí "Más o menos."
"Deberías tener algo más de paciencia Carlos. Acabaste la carrera hace unos meses, no te agobies." dije y este negó "Agobiar no me agobio, pero bueno, voy a despertar a nuestra hermana para que venga a desayunar." Con eso se marchó por la puerta para ir a buscar a nuestra hermana. Ella tan solo tenía ocho años y era el alma de esta casa y la que nos animaba a mí y a Carlos siempre.
Habían pasado un par de minutos cuando me entra una llamada. Miré la pantalla y al ver el nombre de Lara ya me extrañé de que me llamase, siempre que ella me llamaba era porque a Gabriela le pasaba algo, solo esperaba que no fuese nada.
"Hola Lara, ¿Está todo bien con Gabriela?" pregunté, frunciendo el cejo e intentando entender por qué me estaba llamando "Si, yo estoy bien." respondió Gabriela riéndose "¿Gabriela? ¿Qué haces con el móvil de tu madre?" pregunté todavía más confundido "El mío se me quedó en casa."
"¿Dónde estás entonces?" pregunté "En el hospital." En cuento dijo eso, me quedé pensando por un par de segundos, intentando entender que hacía en el hospital o si le había pasado algo a ella "Espera ¿qué? ¿Te ha pasado algo?"
"Marcos, estoy bien, es mi abuela que se puso mal de madrugada y la trajimos al hospital." aseguró, y estoy completamente seguro de que estaba rodando los ojos "¿Le ha pasado algo a Ángela?" pregunté, porque podía notarla un poco apagada, y eso no tendía a pasar con Rebeca "No, no es ella, es mi otra abuela."
"¿Que le ha pasado?" pregunté con curiosidad "Un derrame dicen, van a hacerle más pruebas, pero te llamaba para ver si me hacías un favor." dijo "Claro que sí ¿que necesitas?" pregunté "¿Podrías echarle un ojo a mis hermanos?"
Justo en ese momento aparece Carlos con mi hermana en brazos que se veía que la pobre estaba medio dormida aún y en cuanto me ve hablando por el teléfono se acerca, creo que más que nada porque sabe que estoy hablando con Gabriela, es con la única con la que hablo por teléfono, con ella y con Carlota, y Carlos tiene a Gabriela como una hermana también, pasábamos mucho tiempo juntos de pequeños. Tapé el micro porque se veía que me iba a preguntar y no quería interrumpir a Gabriela, seguro que no estaba bien del todo.
"¿Es Gabriela?" preguntó mi hermano y a lo que asentí "Si, pero dame un momento porfa." le pedí y este frunció el ceño "¿Está todo bien con ella?" inquirió y rodé los ojos "Te cuento ahora." afirmé "Está bien." Destapé el micrófono para contestarle, porque claro está que si le echaría un ojo a sus hermanos, estando solos corrían el riesgo de discutir y que acabasen peleándose y no era algo que quisiera que pasara nadie.
"Está bien, iré a echarle un ojo en cuanto acabe el desayuno." le aseguré "Gracias Marcos, te debo una." agradeció "No es nada, no te preocupes." respondí, porque lo último que me importaba era eso "Ahora te dejo que viene un médico." dijo rápidamente "Vale, cualquier cosa no dudes en llamarme ¿sí?" le pedí a pesar de que casi podía afirmar que no lo haría "No te preocupes, estoy bien."
Y como es lo normal, se dio cuenta por donde iban los tiros. Sé de sobra que no era su abuela favorita, más que nada por la manía que tenía contra su hermano, fue el momento en el que se le empezó ir un poco la cabeza y empezó con la enfermedad. Llevaba así como unos catorce años y bueno, a pesar de lo que le quería hacer a su hermano, sé que le tiene cierto cariño.
"Vale, pero ahora vete y habla con el médico, me encargaré de tus hermanos." aseguré "Gracias Marcos, de verdad." agradeció una vez más "No hay nada que agradecer, de verdad." insistí "Como quieras, chao, Marcos." se despidió "Chao Gabriela y cuídate."
Aseguró y con eso colgamos y yo quedé pensando un rato en todo lo que me había dicho. Esperaba que su abuela saliera pronto del hospital y que se recuperase, al menos a como estaba hace un par de días.
"Marcos ¿qué es lo que le pasa a Gabriela?" preguntó mi hermano, con tono preocupado "Nada, solo que me ha pedido que les eche un ojo a sus hermanos." dije simplemente "Eso es raro en ella, eso lo hace ella."
"Si, pero no está en casa, por eso." espeté "¿Y dónde está?" preguntó con curiosidad "Está en el hospital con su abuela." respondí "¿Con Ángela?" preguntó y negué "No con Rebeca." afirmé "Ah bueno, pues espero que se mejore."
No sé por qué tenía la extraña sensación de que a Carlos no le caía nada bien Rebeca. Esa sensación la llevo teniendo años y siempre que nos la cruzábamos, se volvía más serio y no tenía ni idea de lo que le pasaba con ella.
"Oye Carlos, una pregunta." dije, sentándome en la silla "¿Qué pasa?" preguntó sin mirar para mí "¿Te pasa algo con Rebeca?" inquirí y miró de reojo en mi dirección "¿Por?" cuestionó "Se te nota que no te cae muy bien que digamos."
"Con motivo." bufó "¿Y cuál es ese?" pregunté de nuevo "Seguro que te lo contó Gabriela, no te hace falta que te lo cuente yo." aseguró, pero fruncí el ceño, porque yo no tenía ni la menor idea de que estaba hablando "¿Contarme el que?" pregunté "Lo que pasó aquel día."
"No tengo ni idea de lo que hablas." aseguré y esta vez, sí que pasó a mirarme con las cejas elevadas en sorpresa "¿No te lo contó?" inquirió y negué "Es que no sé de qué me hablas la verdad Carlos."
"Pues yo no te pienso contar nada, es algo que quedará entre ella y yo." afirmó u bufé "Yo quiero saber qué es lo que no me contasteis." insistí y este negó "Si quieres saberlo que te lo cuente ella, yo no pienso hacerlo. ¿Pero dónde están sus hermanos?" preguntó, zanjando el tema "En casa, por eso de que le eche un ojo."
"Ve a buscarlos y tráelos aquí, los cuidaremos." dijo con una gran sonrisa en el rostro "¿Y nuestro día de hermanos?" pregunté confundido "Vamos Marcos, que ellos se puede decir que son de la familia, pasaremos un día de hermanos y con nuestros otros hermanos, pero sin ella. Si tal puedo ir al hospital más tarde a hacerle compañía."
"No creo que haga falta, sabes cómo es y le gusta estar sola en momentos como estos." dije y este rodó los ojos "Puede ser, pero no debería estar sola." aseguró "Lo sé, pero es Gabriela y no podemos presentarnos allí, además que, si vas tú, voy yo y no podemos dejar a Ana sola ni a los hermanos de Gabriela." dije "Tienes razón, pero verás cómo pasaremos un gran día, de verdad. Ahora vete a casa de ella y ve a buscarlos." insistió "Vale, hasta ahora Carlos." me despedí "Hasta ahora."
Cogí una cazadora porque hacía un frío impresionante y me fui a casa de ellos. Claro está que cogí el coche porque si no me moriría del frío, menos mal que Gabriela estaba en el hospital y allí no hacía frío, porque estoy segurísimo de la vería andar por casa con una manta encima de ella, y no de las finas precisamente.
Cuando llegué, timbré y salió María, la cual se veía que tenía sueño. Me invita a pasar y con gusto lo hago. "Hola Marcos, Gabriela no está en casa si es a lo que vienes." respondió "Sé que no está en casa, vine a por vosotros." le comuniqué, lo que hizo que despertase un poco más de lo que estaba "¿Por qué?" preguntó, frunciendo el ceño "Vuestra hermana me dijo que os echara un ojo y bueno Carlos dijo que podíais venir a pasar el día con nosotros, también estamos solos."
"No somos niños pequeños para que nos tengan que cuidar." protestó y asentí, porque eso era cierto al menos "Lo sé, pero os peleáis, he ahí la razón por la que estoy aquí." dije señalándome "Gabriela no debería habértelo pedido." protestó una vez más "Gabriela solo me dijo que os echase un ojo, te dije que fue Carlos el de la idea de pasar el día juntos. ¿Me vas a decir que no quieres pasar un día con nosotros?"
"No dije eso, pero es que es raro que vayamos a tu casa sin que esté Gabriela." dijo y me reí, porque podía ser cierto, pero eso no tenía nada que ver "Puede ser, pero sabéis que sois como de la familia para nosotros." aseguré "Pero Gabriela la más importante." apuntó y negué "No dijimos eso en ningún momento."
"Puede ser que no lo dijeseis, pero a tu hermana le cae bien Gabriela porque juega con ella, y tú y tu hermano la queréis como si fuerais hermanos." respondió "No sé qué es lo que le pasa por la cabeza a Carlos, pero yo sí que la tengo como una hermana." Justo en ese momento baja Mario, que se queda mirando para nosotros con cara de no entender qué hacía yo allí, se veía que estaba mosqueado.
"No sé por qué Gabriela se dejó el móvil en casa, se lo podría haber llevado para ver si dejaba de sonar." gruñó y fruncí el ceño "Pero tu madre sabe que no tiene el teléfono con ella." musité y él negó "Es que no es mamá, es otra persona."
"¿Sabes dónde tiene el teléfono?" pregunté, dándome cuenta de que podía ser Alex, pero no entendía por qué insistía tanto "En su habitación." dijo, señalando hacia las escaleras "Ahora vengo, voy a ver si es algo importante o no."
"Vale, nosotros desayunaremos y ya te avisamos cuando acabemos. No creo que te haga falta que te indique el camino a la habitación de mi hermana." respondió María "No, no hace falta, gracias chicos."
"De nada." respondieron ambos a la vez. También he de decir que sus hermanos me miraron como nos miran todos en general, con esa cara en la que decían a las leguas que era lo que hacíamos en su habitación, y la verdad no entiendo por qué pensaban que nos habíamos acostado, quería a Gabriela, pero no tenía nada que ver en ese sentido. Solo nos hablamos ella acostada a veces en la cama con los pies en la pared y yo en el sofá que había cerca o en la silla del escritorio, porque eso sí, su habitación era enorme. Recuerdo cuánto tiempo le estuvo insistiendo a su padre para que tirasen la pared que tenía con la otra habitación, al fin y al cabo, era ella la única que lo usaba.
La cuestión es que cuando llegué a la habitación su teléfono había dejado de sonar, pero tenía como ocho llamadas perdidas de Alex y unos cuantos mensajes. Le iba a llamar yo para decirle, pero parece ser que él tuvo la misma idea que justo en este momento me está llamando.