GABRIELA
La verdad es que en cuanto me fui a la cama, pronto me quedé a dormir, pero esa calma poco duró porque a las dos y media de la mañana viene mi madre a la habitación y me despierta.
"Gabriela... Vamos Gabriela, despierta." escuché la voz de mi madre "¿Qué pasa?" pregunté, intentando ubicar que hora era "No es que quiera molestarte, de verdad, pero tenemos que ir al hospital."
En cuanto dijo esas palabras ya pensé en lo peor, que el accidente que tuviera la abuela hace un par de meses se acabase desarrollando en algo peor. "¿Qué pasa? ¿Me puedes explicar qué es lo que pasa?" pregunté, despierta del todo "A tu abuela, le pasa algo. No se encuentra bien." insistió "¿Cuál de ellas?"
"La de aquí, es que tu padre ya se fue y a mí me molesta el pie como para conducir hasta el hospital." asentí y empecé a levantarme "No te preocupes, te acompaño." Rápidamente me vestí y fuimos a coger la silla de ruedas para sentar a mi abuela y llevarla hasta el coche. Nos costó un poco meterla en el coche, pero en cuanto lo hicimos, me siento en el asiento del conductor y mi madre al lado.
Tardamos casi una hora en llegar al hospital y cuando entramos con mi abuela y la ven rápidamente se acercan un par de médicos y la empiezan a atender. A nosotras nos mandaron para la sala de espera que ya vendrían a contarnos cuando acabasen de revisarla.
Mientras pasaba el tiempo mi madre empezaba a quedarse dormida, yo no era capaz de quedarme a dormir, yo no era la que necesitaba descansar como mi madre por mucho que ellos dijesen eso. Estuvimos allí un par de horas hasta que por fin aparece un médico para darnos información y tuve que hablar yo porque mi madre estaba medio dormida.
"¿Ustedes son familiares de la señora Pérez?" preguntó un médico "Si, nosotras somos, ¿qué le pasa a mi abuela?" pregunté "Bueno, su abuela ha sufrido un pequeño derrame cerebral que no empeoró gracias a que la trajeron pronto. Se quedará aquí un par de días para averiguar más y controlar su evolución y cuando se encuentre mejor, le haremos unas pruebas con las cuales averiguaremos el porqué de que no le llegue el suficiente oxígeno al cerebro y si le quedarán secuelas."
"¿Creen que puede ser por la enfermedad degenerativa que tiene?" pregunté de nuevo y este asintió "Si, claramente puede ser ese un factor, si el corazón empieza a no bombear lo suficiente puede ser que no le llegase el suficiente oxígeno al cerebro. Cuando le hagamos todas las pruebas les contaré algo, mientras pueden irse a casa o quedarse por aquí."
"Muchas gracias doctor." le agradecí "De nada, es mi trabajo." Con eso se fue de junto a nosotras y quedamos mirando para la nada un rato hasta que parece que mi madre organizó todo en su cabeza.
"Gabriela, pienso que deberías ir a casa." dijo mi madre después de un par de minutos "No mamá, eres tú la que está cansada, yo me puedo quedar y si me dicen algo te llamaré." aseguré y no tarda nada en negar "No es necesario Gabriela, de verdad, te puedes ir."
"No me voy a ir mamá, además, ¿no te habían llamado para cambiarte el turno para el de mañana? debes ir a descansar para no ir tan cansada." insistí "Es cierto. ¿Estás segura de que te puedes quedar?" preguntó y asentí "Si, ahora vete a casa a descansar."
"Vale, pero cualquier cosa me llamas, ¿sí?" inquirió y asentí otra vez "Lo haré no te preocupes por eso. "Justo en ese momento recordé que dejé el móvil en casa por lo que no tenía ni idea de cómo iba a hacerle para llamarla para contarle cualquier novedad y me cagué en todo la verdad. No se me pudo haber olvidado el teléfono en un momento tan oportuno como lo era en este momento.
"¿Te pasa algo? ¿Segura que te quieres quedar? Puedo cambiar el turno, no creo que me pongan pegas." aseguró y negué "No me pasa nada, solo que se me olvidó el móvil en casa." respondí cerrando los ojos por unos segundos "No te preocupes, te dejo el mío." dijo "Lo necesitarás si quieres que te llame."
"No te preocupes que me cojo uno por casa, no será por móviles en casa, para eso guardamos algunos ¿no?" me quedé pensando un momento, dándome cuenta de que tenía todo el sentido del mundo "No lo había pensado de esa manera. Pero entonces cuando cojas uno me llamas para saber a qué número de teléfono tengo que llamarte."
"Está bien, intenta descansar un poco ¿sí?" dijo y asentí "Lo intentaré. Ahora una pregunta." devolví "¿Qué pasa?" preguntó "¿Cuándo volverá papá a casa?" cuestioné "Dentro de unos días, creo que vendrá el miércoles y teniendo en cuenta que estamos a domingo, bueno, mejor dicho, a lunes."
"¿Le llamo más tarde cuando nos envíe el mensaje de que han llegado o antes?" pregunté "Llámalo más tarde, ahora debe de estar conduciendo." afirmó "Está bien, lo haré." respondí "Chao nena, y me avisas cualquier cosa, estaré pendiente."
"Sí mamá, ahora vete que tienes que descansar." insistí "Vale, llamaré cuando me vaya a trabajar ¿de acuerdo?" dijo y asentí. Le di un beso en la mejilla se fue por donde hace unas tres horas entramos mientras que yo me senté a esperar noticias. Las horas pasaban lentamente y la verdad casi podría decir que me sabía las grietas que había en las paredes de la sala de espera de memoria, es más, seguro que de vendarme los ojos las dibujaría exactamente iguales.
Sobre las ocho menos veinte me llama un número que estaba guardado como mío, era el teléfono que tenía mi antes de cambiarlo al que tenía ahora. "Hola Gabriela, ¿Ya te dijeron algo de tu abuela?" preguntó mi madre "No, aún nada. Apenas son las ocho de la mañana mamá, sabes que las pruebas se las empezarán a hacer más tarde."
"Si, lo sé, pero ¿sabes cómo pasó la noche o algo?" inquirió y asentí "Si, vino un enfermero hace una hora más o menos y dijo que estaba estabilizada, que le había bajado el oxígeno en sangre y le pusieron oxígeno, más tarde le harán un análisis de sangre."
"Vale, perfecto, pues como quedamos, cualquier novedad no dudes en llamarme." aseguró y asentí "Lo haré. Por cierto, ¿vas a despertar a los chicos?" cuestioné "No lo sé, creo que es lo mejor." respondió "No los despiertes, más tarde los llamo." afirmé "¿Te vas a ocupar tú de todo? ¿No será demasiado?"
"Si, me voy a ocupar de todo y no, no será demasiado no te preocupes." aseguré "El problema es que no sé con quién dejarlos, tus abuelos se fueron de viaje y no vuelven hasta el viernes." me recordó "No te preocupes por eso, los llamaré cada media hora si es necesario o si intentaré encontrar a alguien que los cuide."
"Está bien, ¿descansaste algo?" preguntó y rodé los ojos "No, pero me sé todas las grietas que hay en esta sala de espera." afirmé, riéndome "Me vas a hacer el favor de intentar descansar ¿vale?" pidió "Vale, ahora vete a desayunar que pronto te tendrás que ir."
"Si, vale, me voy a desayunar. ¿Tienes dinero para desayunar tú ahí?" Y otra cagada más, no traje ni la cartera, pero estoy segura de que en caso de decirle que no, iba a venir al hospital para traerme dinero y la verdad no es que tuviese demasiada hambre, por lo que decidí que era mejor no preocuparla.
"Si, si tengo, no te preocupes." le aseguré "Vale, ahora en serio me voy." dijo "Chao mamá, hablamos más tarde." respondí "Si, chao, Gabriela." Con eso colgué y me senté otra vez. Me puse a pensar quién podría cuidar de mis hermanos, que no es porque fuesen pequeños ni nada, se sabían cuidar ellos solo, la cuestión es que discutían demasiado y a veces llegaban hasta a pelearse, sobre todo si no había nadie que le echase un ojo, por lo que normalmente siempre quedaban con alguien para evitar esas situaciones y se me ocurrió que podían cuidarlos Marcos o Carlota, no es que quisiera molestarlos con eso, pero sabía que ellos me contarían cualquier cosa que hiciesen.
Eran las ocho de la mañana y mi padre aún le faltaría un rato para llegar a Barcelona, por lo que lo llamaría sobre el medio día, a mis hermanos los llamaría sobre las nueve para que se levantasen y a Marcos o Carlota después de que hablase con mis hermanos y consiguiera levantarlos. Con eso en mente empecé a ver cómo empezaban a entrar más médicos, por lo que estoy segura de que dentro de media hora más o menos me vendrían a informar del estado de mi abuela.