GABRIELA
No tardamos nada en llegar a casa y en cuanto lo hicimos me despedí de Marcos. Cuando mis hermanos y yo entramos mi madre le estaba dando de comer a mi abuela. Mis hermanos se van a sus habitaciones para dejar las cosas mientras que yo voy a junto a ellas, porque era raro que le estuviese dando de comer ahora.
"Hola mamá. ¿Quieres que te ayude con la abuela?" pregunté "Hola Gabriela, no, no es necesario que me ayudes." aseguró "Venga mujer, deja que ya se lo doy yo." insistí cogiendo la cuchara que tenía en mano "No hace falta de verdad, debes de tener que hacer otras cosas."
"Pero tengo tiempo para eso." contesté y me puse yo a darle de comer, era lo mínimo que podía hacer para ayudarla. "Oye, ¿qué le haces dando de comer a estas horas a la abuela?" pregunté, porque normalmente, la abuela comía antes para después acostarla "Hoy le tocaba ir al médico y hace poco que llegamos."
"¿Y qué le dijeron?" pregunté sin apartar la mirada de mi abuela "Pues nada, que sigue avanzando y no saben cómo hacer que vaya más lento." respondió "Bueno, seguro que encontrarán la manera de frenarlo un poco al menos." dije a pesar de que no creo que lo fuesen a conseguir "Eso espero, pero ahora voy a ponerme a hacer de comer."
"Mamá, no es necesario, la hago yo cuando acabe de darle de comer." protesté "Debes estar cansada Gabriela, no te voy a dejar hacerla." afirmó y negué "Si que lo vas a hacer, tú también debes estar cansada. Déjame a mi hacerlo por favor." pedí y escuché como suspiró "Está bien, pero solo por esta vez."
No tardé demasiado en acabar de darle de comer y luego de eso me puse a hacer de comer. Mientras el agua se estaba hirviendo mi madre y yo fuimos a cambiar a mi abuela y a meterla en la cama para que se tomara una siesta. Podía ver que mamá estaba cansada y yo la verdad también estaba algo cansada, pero en este momento no me importaba para nada, era lo de menos que yo estuviese cansada.
"Oye mamá, si quieres ir a dormir puedes ir, te llamo cuando la comida esté hecha." dije "No te preocupes por eso Gabriela, estoy bien." aseguró y rodé los ojos, porque después siempre decían que la terca era yo "Se te nota cansada, deberías ir a descansar un rato, aunque sea."
"Lo haré más tarde." dijo "Claro que sí, de eso me encargaré yo." aseguré "Está bien." Acabé de hacer de comer y llamé a mis hermanos para que bajaran a comer. Luego cuando terminamos mis hermanos recogieron la mesa, le dije a mi madre que se fuese a dormir un rato y en cuanto lo conseguí limpie todo para que no tuviese que hacerlo mi madre luego.
En cuanto terminé de limpiar me puse a estudiar un rato hasta que llegó mi padre. Eran las cinco de la tarde y era hora de la merienda de mi abuela, por lo que la fuimos a levantar para darle la merienda y las pastillas que se tenía que tomar.
"Gabriela, déjame esto a mí, sal un rato, te hace falta." dijo mi padre y negué "No es necesario papá, estoy bien." afirmé y ahora fue él el que negó "Lo sé, pero te estoy pidiendo que salgas a dar una vuelta. Seguro que Marcos estará encantado de salir a dar una vuelta."
"Si, puede ser." dije "Venga, sal un rato, te hará bien." aseguró "Pero no quiero dejaros para que hagáis todo en lo que se refiere a la abuela." insistí "Lo sé, pero tú debes salir, esto no es algo que te afecte a ti directamente." respondió y negué, porque sí que lo hacía "Claro que me afecta, mamá está cansada, tú estás cansado de trabajar. Yo puedo ayudar."
"Tus hermanos también pueden." contestó "No es necesario que ellos lo hagan, son muy jóvenes para tener que aguantar esto papá." dije "Tú también eres joven, sal y disfruta del día. Son las seis y media. Tu madre y yo nos encargaremos de esto, no te preocupes." aseguró "Está bien, pero si necesitas cualquier cosa me llamas al móvil sin dudarlo."
"Lo haré, no te preocupes, ahora vete." insistió "Si, por cierto, mamá está durmiendo, le llevaré agua antes de marcharme." dije, cogiendo un vaso de la alacena "Ya se la llevo yo." dijo y rodé los ojos "No es molestia papá."
"Gabriela..." empezó y elevé las manos en el aire "Vale, ya me voy." respondí riéndome "Pásalo bien." dijo sonriendo y asentí "Lo haré." Salí de casa y empecé a andar hacia el parque que había a unos diez minutos de mi casa y le envié a Alex un mensaje diciéndole donde iba a estar. Cuando llegué me senté en las gradas que había y me quedé mirando a la nada. Unos minutos después llegó Alex con una gran sonrisa en la cara, lo que me hizo olvidarme de todo el lío que había en mi casa por lo de mi abuela.
"Hey hermosa, ¿qué tal?" preguntó "Igual que la mañana." aseguré, porque nada había cambiado al menos "¿Sigues pensando en lo que hablasteis tú y Marcos?" inquirió y asentí "En parte, pero me refería a que estaba bien."
"Ah vale, tiene sentido. ¿Pero que eso de lo que hablasteis, que te dejó tan pensativa?" cuestionó "A ver, sabes que Marcos quiere a Clara y bueno este..." empecé, pero se apartó un poco de mí con una cara que hacía gracia he de admitir "Espera, espera, espera, ¿qué acabas de decir? ¿Marcos quiere a Clara?"
"Si, ¿es que no lo sabías?" pregunté con una sonrisa intentando aparecer en mi rostro "No tenía ni idea, pero ¿qué pasa con eso?" preguntó, todavía confundido "Pues que no sabe qué hacer para que Clara lo sepa y está a punto de no poder más con lo que siente."
"Oh, vale. Pero eso es fácil, que se lo diga y ya está." dijo y negué "No es fácil, Alex." respondí "Para mí sí que lo fue en cierta manera, Clara no reaccionará a como tú lo hiciste." aseguró y rodé los ojos "Claro que no, yo tenía mis motivos, pero a lo que Marcos le tiene miedo es a estropear la amistad que hay entre ellos." dije "Pues que no se preocupe por eso, no veo a Clara molestarse por eso, es muy tranquila y todo eso."
"Lo sé, pero a eso iba, tengo que ayudarlo como sea." insistí "¿Y qué piensas hacer?" preguntó "Se me ocurrieron varios planes, pero ¿me podrías ayudar con eso? Marcos no quiere que lo ayude." contesté "¿Por qué?"
"Porque se lo quiere decir él, por eso." respondí "Pero no se lo vas a decir ¿o sí?" preguntó y negué, porque me lo había pedido Marcos, y no rompería dicho que no haría nada "No, eso es algo que tiene que decir él."
"Vale, entonces ¿qué se te ocurrió?" preguntó, pasándome el brazo por los hombros y acercándome a él "Pues haber, podríamos salir todos y de repente no podemos por cualquier motivo dejándolos a ellos solos."
"Eso suena bien, cuéntame todos los planes que se te hayan ocurrido." Me pasé una hora contándole todo lo que se había ocurrido y decidimos que el primero que íbamos a hacer era el primero que mencioné. Si este no funcionaba saldríamos todos, incluyendo a Dani para que Sara se fijase en él.
Cuando terminamos de ordenar el orden de los planes estuvimos hablando de todo y nada a la vez hasta que fue hora de irme para casa, y no porque mi padre llamara ni nada de eso, solo que quería ayudar a mi madre con mi abuela. Fuimos andando hasta mi casa, pero evité que él se acercase de por si salía alguien, no quería darles más motivos a mis hermanos para desconfiar de lo que me pasaba, ya llegaba en la universidad como para que sospecharan algo en casa y se lo fuesen a decir a mis padres.
"Bueno mi reina, ahora que empezaron las vacaciones ¿qué vamos a hacer? ¿Quedaremos alguna vez?" preguntó y asentí "Claro que lo haremos." aseguré. No podía imaginarme no verlo en todas las vacaciones "¿Te parece si mañana hacemos ese maratón que nos prometimos?"
"Me apetece la verdad." admití "Entonces te paso mañana a buscar." aseguró y negué "No te vas a parar en mi casa." dije "Pero quiero venir a buscarte." insistió y negué de nuevo "Y puedes hacerlo, pero no irás a mi casa."
"Vale, te esperaré donde quieras." dijo finalmente "Junto a la parada de bus que hay un poco más abajo de mi casa, en la calle que hay que coger para llegar a tu casa." respondí "Está bien, te esperaré allí, ¿a qué hora quieres que te coja? Si quieres podemos pasar todo el día viendo la tele, no va a haber nadie en mi casa."
"Vale, pero no pienso madrugar." aseguré, lo último que me apetecía era levantarme pronto "No te digo que madrugues, tu solo dime hora y yo estaré allí." afirmó "Está bien, sobre las diez y media ¿te parece?" pregunté y este asintió "Me parece genial mi reina. Hasta ese momento te echaré de menos."
"Y yo, te amo mi vida." dije con una gran sonrisa "Te amo hermosa, más que a nada en esta vida." Nos dimos un beso y me fui para casa. Cuando entré mi madre le estaba dando de cenar a mi abuela, por lo que había llegado justo a tiempo para poder ayudarla.
Mientras le daba de cenar estuve hablando con mi padre y descubrí que se iría dentro de un par de horas que le mandaron a trabajar a Barcelona. Mi padre trabajaba en la construcción y mi madre en un centro comercial, por lo que ahora que teníamos vacaciones ella podría ir a trabajar por la mañana mientras yo cuidaba a la abuela, incluso podía ir todo el día ahora que podría cuidar a la abuela.
Mi madre no tardó mucho más en acabar de darle de cenar y mi abuela ya se estaba quedando dormida por la pastilla para dormir, se la daban más que nada para que durmiese mejor. La llevamos a su habitación, le pusimos el pijama y nos fuimos. Yo por mi parte no tardé nada en irme a dormir, porque sinceramente, tenía sueño, por lo que me despedí de todos y me fui a dormir.