—Bueno, ¿dónde hay un café por aquí cerca? —pregunta Sotoka-san, y es una muy buena pregunta, porque sí, pasamos por aquí a diario, pero yo nunca he visto ningún café.
Aunque Izumi, al parecer, tiene mucho que decir al respecto:
—Por aquí cerca está el Style, pero ya está cerrado; el Horton's, pero no está tan bueno; el Stardom, pero está muy caro; el Echoes, pero siempre está lleno; el Anime Café, pero nos vamos a distraer mucho ahí -deberíamos ir un día de estos-; el Q, pero está muy lejos; el Express-O, pero solo es para llevar. Uh, uh, ¿por qué no vamos al Coffee Bin? Está aquí cerquita, vamos —Izumi toma a Sotoka-san de la mano y empieza a correr.
Sotoka-san comienza a correr detrás de ella.
Y yo tengo que alcanzarlas.
Maldita Izumi, ¿por qué te gusta correr tanto?
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Y por fin llegamos al Coffee Bin ese.
—Vente, Sotoka-chan.
Izumi Sotoka-san están a punto de entrar pero:
—¡NO! —pongo mis manos sobre mis rodillas y grito con el poco aire que me queda—. Déjenme… tomar aire… Maldita, Izumi… te odio… te odio tanto… —y me muero de cansancio.
—Sí, bueno, te esperamos adentro —Izumi va hacia la puerta, pero Sotoka-san la toma del brazo. Izumi se detiene.
—No te apures, Ino-san, aquí te esperamos —dice Sotoka-san.
Y yo se lo agradezco eternamente. Solo necesito un minuto…
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Apenas y puedo respirar…
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Y estoy toda sudada. Qué asco.
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Y todo es tu culpa, Izumi. ¿Cómo puede correr tanto?
—¡Rápido, Ino! —me grita Izumi—. ¡Ya quiero mi café!
Café.
Sí, eso lo explica todo.
En fin, me levanto y me acerco a ellas.
—Creo que ya —digo.
—¿Segura? —pregunta Sotoka-san.
—Sí.
Y entramos al Coffee Bin. Es un local pequeño y poco iluminado, con varios cuadros en blanco y negro y unos cuantos clientes.
—Pide lo que quieras, Sotoka-chan —dice Izumi—; yo te invito.
—Ah, gracias, pues yo solo quiero un americano con crema y dos de azúcar —dice Sotoka-san.
—Ok. Ahorita te lo pido, Sotoka-chan.
Nos acercamos a la caja.
—Hola, Izumi-san —dice la cajera—, ¿lo de siempre?
Vaya, ¿quién hubiera pensado que hay alguien en este mundo aparte de Sotoka-san que pudiera ser amable con Izumi?
Buen trabajo, Izumi, al parecer no todo el mundo te considera un verdadero dolor de cabeza.
O quizá ella solo es amable contigo porque está haciendo su trabajo.
Sí, debe ser eso.
—Hola, Fumiko-chan, sí y también un americano del más grande que tengas para Sotoka-chan.
—Y para mí un chocolate —le digo más que nada para molestar y no porque quiero que me invite algo como a Sotoka-san.
No lo necesito.
Y no podría importarme menos si pasara.
En fin, Izumi se vuelve hacia mí y me mira con todo el desdén del mundo.
—Cómpratelo tú.
Finjo que me rompe el corazón, pero está bien, porque no me importa.
—Ah, sí —dice la cajera—, entonces es un americano y un corto —la cajera presionó unos botones de la caja—. Son ¥510.
Izumi entonces se mete la mano al bolsillo y saca un montón de monedas.
Y comienza a tomar las que necesita.
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Y por fin junta los ¥510 y se los da a la cajera. Ella recibe las monedas y las acomoda dentro de la caja registradora.
—Muy bien, ahorita que estén te hablamos, Izumi-san.
—Gracias, Fumiko-chan.
—Izumi-chan —dice Sotoka-san, e Izumi la mira y sonríe y está a punto de gritar y abrazarla y molestar a todos, pero se contiene.
Pero eso no le quita la sonrisota de la cara.
—♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ —lo dice con una tonadita y mueve ligeramente la cadera.
Bueno, al menos no se puso a gritar su Arigatoshoshaimaster o como se diga.
—Izumi-chan —repite Sotoka-chan—. ¿Puedes apartar una mesa afuera, por favor? Yo aquí espero a Ino-san. Y ¿te puedes llevar los libros de una vez?
—Ok —Izumi recibe los libros se dirige a la puerta— ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan—y abre la puerta y se sale.
—Oye... Oye, ¿vas a ordenar? —pregunta la cajera.
Y me lo pregunta a mí.
—Ah, perdón, va a ser un chocolate caliente.
—¿Extra grande?
—Um… sí.
—¿Chocolate blanco u oscuro?
—Blanco.
—¿Leche entera está bien?
—Sí.
—Muy bien, serían ¥240.
Le doy ¥300, y ella me regresa ¥60.
—Muy bien —me dice—, y ¿a qué nombre lo pongo?
—Ino.
—Ino. Perfecto. En un momento sale —y se da la media vuelta y comienza a preparar los cafés.
Y ahora solo queda esperar.
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¿Sabes qué? Este lugar es bastante agradable.
Quizá podamos venir aquí más seguido a hacer trabajos o algo.
O hasta que me canse del chocolate caliente o de lo que sea que tengan que no sea café. Y ¿por qué a la gente le gusta tanto el café? Sabe horrible y amargo, y sí, ya sé, la gente lo toma para mantenerse despierta, pero ¿por qué quisieras estar tanto tiempo despierto en este mundo tan, tan horrible? Mejor duérmete; dormir es lo mejor del mundo: estás fuera de él, no es algo tan eterno como la muerte y recuperas energía.
Y sí, a veces tienes sueños raros, para casi siempre se te olvidan.
Pero, bueno…
Ah, sí, Sotoka-san está conmigo.
Ella se vuelve hacia mí.
Y nos sonreímos mutuamente.
Y cada una vuelve a mirar lo que sea que estaba mirando antes.
—Y… ¿cómo estás? —le pregunto.
Sotoka-san mira hacia el techo y suspira.
Y se vuelve hacia mí.
—Pues ya cansada por el reporte, pero, bueno…
—Pero ya casi acabamos, ¿no?
—Ay, ojalá —y sonríe un poco.
—Sí…
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—Y ¿por qué afuera? —pregunto.
—¿Qué?
—¿Que por qué le dijiste a Izumi que apartara una mesa de las de afuera?
—Ah, porque afuera no hay nadie, y si Izumi grita o algo, no molesta tanto a los que están aquí dentro.
—Oh… Tiene sentido.
—Sí, ya ves que con Izumi-san una nunca sabe.
—Eso sí, jaja, y oye, aquí entre nos, ¿por qué te justas tanto con ella? ¿Qué no te molesta que te abrazo a cada rato?
—Lo odio. Odio que me toquen.
—Y ¿luego? ¿Por qué te juntas tanto con ella, entonces?
Sotoka-san suspira.
Y sonríe de nuevo.
—Pues sí, es molesta y todo, pero no lo hace con malas intenciones —dice Sotoka-san, y después murmura—: Y eso es cada vez más difícil de encontrar.
Imposible, diría yo.
—Pues yo no sé si tenga buenas intenciones o no pero es muy molesta.
—Entonces, ¿por qué te juntas tanto con ella? —ahora ella me pregunta a mí, pero:
—No, no, no, no, no —la corrijo—. Yo solo estoy aquí por el club, y si me junto con alguien, me junto contigo, pero ella siempre se nos pega y, la verdad, yo solo la tolero, aunque sí es divertido ver cómo fracasa y sufre a cada rato, pero aun así es muy molesto que guite, llore, te abrace a cada rato.
Sotoka-san me sonríe.
Pero no me dice nada.
—¿Por qué me miras así? Me ibas a decir algo, ¿verdad?
Sotoka-san niega con la cabeza.
Pero sigue sonriendo.
—Me ibas a decir algo. Ya dilo.
Sotoka-san niega con la cabeza.
Pero sigue sonriendo.
—¡Ya dilo!
Sotoka-san niega con la cabeza.
Pero sigue sonriendo.
—¡Ya dilo, Sotoka-san! —la agarro del hombro y la agito—. ¡Ya dilo!
Sotoka-san empieza a reír.
—Te cae bien Izumi —miente Sotoka-san.
—¡¿Qué?!—y la agito aún más.
Y Sotoka-san ríe aún más.
—Te cae bien Izumi —miente de nuevo Sotoka-san.
Y por eso la agito cada vez más fuerte.
—¡¿Qué te pasa?! ¡A mí no me cae bien Izumi! ¡¿Qué no me oíste?! ¡Si apenas la tolero, y ¿por qué te ríes?! ¡Eres rara, y mentirosa, y ¿por qué dices eso?; si nos peleamos a cada rato, y solo dice puras cosas raras y palabras en japonés y…
Sotoka-san ríe de una manera tan ruidosa y molesta digna de Izumi.
—¡Ya! —grita sin dejar de reír—. ¡Ya! ¡Ya no puedo! ¡Ya! ¡Ya! ¡Ya!
—Sale un cortado para Izumi-san, un americano extra grande para Sotoka-chan y un chocolate blanco extra grande para Ino-san —dice la cajera/barista lo suficientemente fuerte para que la escuche.
Y suelte a Sotoka-san.
Sotoka-san se ríe cada vez menos.
Y por fin se calla.
—Ay, no, qué risa —Sotoka-san se acerca a la barra y toma las tres tazas que hay ahí.
—Que quede bien claro —le digo—: yo odio a Izumi.
—Sí. Yo también —Sotoka-san me sonríe.
Y se va.
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—¿Ino-san?
—¿Qué?
—Me ayudas a abrir la puerta, es que las tazas…
—No —le digo para que se le quite lo mentirosa.
Sotoka-san me mira condescendientemente.
Y sonríe.
Empuja la puerta con el trasero.
Y sale.
*Suspiro*
Y yo salgo también.
Voy a la mesa que escogió Izumi y me sentamos ahí.
—Pues ya hay que acabar esto —Sotoka-san abre la laptop y se pone a trabajar.
Y nosotras también.
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Y por fin terminamos.
—Bueno, pues ya se los mandé a su correo para que lo modifiquen —dice Sotoka-san porque el reporte es individual.
Entonces ahora solo me queda regresar a casa para modificar el reporte.
Pero, honestamente, prefiero estar aquí: las sillas son cómodas; el clima es agradable; si tengo una duda, Sotoka-san me puede ayudar; aún me queda chocolate caliente (aunque de caliente ya no tiene nada, pero a mí no me molesta tomármelo así), e Izumi no ha gritado ni molestado a nadie por un buen rato.
Ah, ya sé.
—Oye, Sotoka-san —le digo—, ¿me prestas la laptop? De una vez yo cambio el mío.
Sotoka-san me pasa la laptop de Izumi y yo comienzo a modificar el reporte: aumento los márgenes por ¼ de punto para que no se note a simple vista, pero que afecte el texto (o sea, que parezca un poquito más largo de lo que es en realidad); también aumento el interlineado (de 1.5 a 1.7) y el espaciado entre las letras (expandido en 0.3); parafraseo el texto agregando todas las palabras posibles sin que parezca sobrecargado o redundante; agrego, quito y cambio el orden de algunos párrafos; agrego, quito y cambio el orden de la bibliografía; modifico la portada.
Y, mientras hago todo esto, Sotoka-san se recuesta en su silla y cierra los ojos. Qué raro. Hace rato pidió un café y ya se está durmiendo. Se supone que el café es para evitar eso, ¿no?
Pero, bueno, quizá solo tomó un poco o…
Oh, su taza está llena.
Y ni siquiera le puso la crema ni los dos sobres de azúcar, como ella quería.
Quizá estaba tan concentrada en el reporte que se olvidó completamente de su café.
Pobre, pobre Sotoka-san.
Pero descansa; te lo mereces.
Aunque no creo que puedas porque Izumi ya te vio y se abalanza sobre ti y te abraza, y tú gritas, y:
—¡AY, QUÉ PECIOSA, QUÉ PECIOSA, QUÉ PECIOOOOOOSA MI SOTOKA-CHAN! —Izumi le habla a Sotoka-san como a un bebé. Y sí, dice "peciosa" en vez de "preciosa".
—Izumi-san, déjame descansar un ratito —Sotoka-san intenta quitarse a Izumi de encima, pero, considerando que está tan cansada que apenas y la empuja, solo consigue que Izumi la abrace aún más fuerte.
—¡IZUMI-CHAN, IZUMI-CHAN, Y ES QUE TE VES TAN LINDA ASÍ DORMIDITA Y TODO!
—Ya déjame descansar, Izumi-san.
—¡BUENO, PERO SI NO ME DICES IZUMI-CHAN, NO TE SUELTO!
—¡Izumi-chan, Izumi-chan, pero ya déjame!
Izumi suelta a Sotoka-san, y Sotoka-san vuelve a acomodarse en su silla.
En este momento yo le diría a Izumi algo como "¿Qué no entiendes? Que no le gusta que la abraces" o "cómo eres molesta, Izumi" o "ya déjala dormir" o algo así, pero honestamente no quiero discutir con ella porque aún no he acabado de modificar el reporte.
Y porque Sotoka-san no me ha pedido disculpas por ser una mentirosa.
Así que me quedo callada y dejo que Izumi mire a su alrededor, no encuentre nada interesante, mire a Sotoka-san, se muera de ternura, coloque sus brazos cruzados sobre la mesa, descanse la cabeza sobre ellos y se muera de aburrimiento.
Y yo ya debería dejar de mirarla y seguir con mi reporte.
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Y por fin termino.
Guardo el archivo y me lo mando a mi correo. Ya en mi casa solo tengo que imprimirlo.
—Listo, ¿nos quedamos un rato más o… —cierro la laptop, y ellas dos están completamente dormidas.
Bueno, considerando el trabajo duro de Sotoka-san y las características ojeras de Izumi y su facilidad para dormir en clase, no es sorpresa que ambas se hayan quedado dormidas.
Aunque Izumi sí se tomó su café.
Se tomó su cortado ese.
Lo que sea que eso signifique.
Como sea, me levanto y dejó la laptop en frente de ella.
Izumi…
Verte así, tan tranquila y callada, es raro, a decir verdad.
Como si no fueras tú.
Espera, ¿por qué tienes bolitas de papel en el pelo?
Me acerco a ella y se las quito.
También tiene uno que otro pedazo de goma, tapa de pluma, clip, etcétera. Ay, Izumi, ¿qué tanto te hacen?
Pero, bueno, ya tienes que despertar y gritar y llorar y ser tan molesta como siempre.
Una lástima, pero fue bueno mientras duró.
—Izumi, Izumi —poso mi mano sobre su hombro y comienzo a agitarla.
Pero ella no se despierta.
—¡Izumi, Izumi, hazme caso! ¡Ya despiértate! —la agito más fuerte.
Pero ella no se despierta.
Y ya es tarde.
Tengo que regresar a mi casa a imprimir mi reporte.
Y dormir.
Pero ni modo de dejarlas aquí solas, dormidas, de noche, prácticamente en la calle, con sus libros, mochilas y laptop a la vista de todos.
—¡IZUMI! —y le doy un manotazo a la mesa.
Y por fin se despiertan ambas.
—¿Qué pasó, Ino-san? —dice Sotoka-san adormiladamente y bosteza y estira los brazos y el cuerpo.
Izumi levanta la cabeza, me mira y vuelve a recostarse sobre sus brazos.
—Ya es tarde, y yo ya me voy —les digo.
—Ah, sí, yo también —dice Sotoka-san, se levanta y recoge sus cosas—. Vámonos, Izumi-chan —Sotoka-san toma de la mano a Izumi.
Izumi se levanta adormiladamente.
—Toma tus cosas —le dice Sotoka-san, e Izumi toma su mochila y se la lleva al hombro—. Te faltó tu laptop —Izumi deja la mochila en la mesa, la abre, mete su laptop ahí, y se la lleva al hombro—. Vámonos.
Y nos vamos.
Izumi camina lentamente, de la mano de Sotoka-san y con la cabeza apoyada en el hombro de, ¿quién más?, Sotoka-san.
Qué lástima, por fin Sotoka-san le permite a Izumi estar tan cerca de ella por tanto tiempo, pero Izumi está demasiado adormilada para apreciarlo.
Pero aun así Izumi está lo suficientemente despierta para cantar en voz muy baja:
—♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ —seguramente no se va a callar hasta que lleguemos a su casa, pero, ¿sabes qué?, esa canción no es tan molesta, después de todo—. ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Izumi-chan♫ ♫Sotoka-chan me dijo Izumi-chan♫ —retiro lo dicho.