¡GROARRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!
Ay, mi panza, pero bajo las escaleras lo más rápido que puedo y corro al salón y entro y voy a mi lugar y:
—¡¿QUÉ TE DIJE DE ANDAR CORRIENDO Y GRITANDO?! —Nagai-san me agarra del hombro.
—¡DÉJAME COMER, NAGAI-SAN, MIRA: TE DOY UNA MITAD DE MI SANDWICH SI ME DEJAS COMER! —saco de mi mochila un paquete con un sándwich (el último que me queda), lo abro y le doy una rebanada.
—¿De verdad? Bueno, gracias —me dice—, no tenía nada para comer, y pensaba ir a la cafetería a comprar algo. Pero me salvaste. Aunque aun así no puedes gritar ni correr en la escuela, así que ya no lo hagas o TE VA A IR PEOR —Nagai-san me dice amenazadoramente y se va.
Y yo me como la rebanada de sándwich (la última que me queda).
Ahora saco una bolsa de papas y:
—Bueno, chicos, siéntense, y vamos a continuar donde nos quedamos —Horinomi-sensei entra al salón, toma su libro, lo abre y empieza a escribir en el pizarrón. Maldita sea, Horinomi-sensei, solo necesitaba 5 minutos para comerme mis papas. ¡5! O mínimo 2. Sí me puedo acabar una bolsa de papas en 2 minutos—. Entonces, en el año 11 del periodo Edo, Tokugawa Ieyasu… —Horinomi-sensei seguirá así durante quién-sabe-cuántas horas, y yo ¿qué voy a hacer? No me puedo quedar así hasta la salida. Tengo que comer, aunque sea en clase, pero tengo que comer, aunque ya solo me quedan papas, y las papas hacen mucho ruido, y si abro una bolsa Horinomi-sensei me va a oír y me va a regañar y me la va a quitar, y voy a sacar otra bolsa de papas de mi mochila, y las voy a abrir, y Horinomi-sensei me va a oír y me las va a quitar, y así y así por siempre.
Entonces todo lo que tengo que hacer es comer sin que Horinomi-sensei me oiga.
¡GROARRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!
—¡SHHHHHHHHHHHHHH! —grita alguien, y varios ríen en voz baja.
Ay, mi panza hace mucho ruido. ¿Ruido? Oye, quizá esto sea lo que lo que necesito. Sí, sí lo es porque si mi panza hace tanto ruido, entonces solo tengo que tomar una bolsa de papas de mi mochila, esconderla debajo de mi escritorio y esperar…
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Esperar…
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Esperar…
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Panza, tú también eres una molestia. ¡HAZ RUIDO!
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¡GROARRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!
Perfecto y, mientras tú ruges, yo abro la bolsa de papas debajo de mi escritorio.
Miro a mi alrededor, y todos están en sus cosas y no prestándole atención a Horinomi-sensei, y ella sigue anotando en el pizarrón y hablando de quién sabe qué cosas.
Al parecer nadie se dio cuenta que abrí la bolsa de papas. Jaja, el crimen perfecto XD. Creo que había un manga así. No, era un manga sobre unos mangakas que escribieron un manga así. Bueno, como sea, ya abrí mis papas, y ahora solo me falta comérmelas. Pero ¿cómo? Las papas hacen tanto ruido como la bolsa, y a quién se le ocurrió hacer una bolsa tan ruidosa. ¿Será que la hicieron así para que nadie pudiera comérselas en clase o en el trabajo o en donde no deberían? Y a ellos ¿qué les importa? ¿Por qué no la hacen de papel o algo? Aunque el papel también es muy ruidoso, y se llenaría de aceite, pero, bueno, no importa, lo que puedo hacer es meter la mano a la bolsa y tomar todas las papas que pueda.
Pero necesito una distracción.
Ah, ya sé:
¡COF, COF, COF, COF, COF, COF, COF, !
Y meto la mano a la bolsa y agarro todas las papas que puedo mientras finjo toser.
Ahora solo tengo que esperar…
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Esperar…
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Espe¡GROARRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!
Me meto las papas a la boca y apenas las mastico y me las trato de tragar y me estoy ahogando y Kami-sama-chan, tasukete, memueromemueromemueromemuero y bajo la cabeza y me pongo las manos en la boca y:
¡COF, COF, COF, COF, COF, COF, COF, COF, COF, COF, COF, COF, COF, COF!
Lo toso todo.
Maldita sea, esas eran mis papas.
:'(
—Natsumura-san —esa es la voz de Horinomi-sensei—, ¿todo bien? ¿Quieres ir a la enfermería?
¡COF, COF, COF, COF, COF, COF, COOOOOOF!
—¿Natsumura-san?
Levanto la cabeza.
Y todos me miran como siempre me miran cuando digo o hago cualquier cosa.
:'(
—Gracias, Horinomi-sensei, pero estoy bien.
Oh, Kami-sama-chan, debe haber una mejor manera para hacerlo; al fin y al cabo solo tengo que hacer ruido para que nadie me oiga comer. Necesito ruido, ruido, ruido. ¿Cómo puedo hacer ruido aquí sin llamar tanto la atención? ¿Escribiendo? No; eso no hace ruido. ¿Borrando? Quizá, si lo hago muy fuerte.
Ok, lo voy a intentar:
¡COF, COF, COF, COF, COF, COF, COF!
Saco más papas de la bolsa y me las meto a la boca; ahora agarro mi goma y mi cuaderno y me pongo a borrar con todas mis fuerzas:
¡SHIK, SHIK, SHIK, SHIK, SHIK, SHIK!
Hasta arranco las hojas, y mientras lo hago mastico lo más rápido que puedo.
—Uhm, Natsumura-san, no deberías borrar así —esa es la voz de Horinomi-sensei.
Y todos me miran como siempre me miran cuando digo o hago cualquier cosa.
:'(
Bueno, al menos nadie me dice que estaba comiendo en clase, y ya me acabé las papas.
Y ahora quiero jugo. Tengo varios jugos en mi mochila, pero lo malo es que son en lata, y ¿cómo los voy a abrir sin que se oiga el… ¿Cómo suena cuando abres una lata de jugo? ¿CHHHH-CLICK? Sí, dejémoslo en CHHHH-CLICK. ¿Cómo los voy a abrir sin que se oiga el CHHHH-CLICK?
Espera, lo tengo. Es arriesgado, pero a ver qué sucede.
Dejo la bolsa de papas vacía en mi asiento, tomo una lata de jugo de mi mochila y:
—HORINOMI-SENSEI, TENGO UNA PREGUNTA —digo mientras abro la lata debajo de mi escritorio.
Y no se oye el CHHHH-CLICK.
¡Otro crimen perfecto! :P
Horinomi-sensei se vuelve hacia mí.
—¿Sí, Natsumura-san? ¿Cuál es tu pregunta?
—Uhmmmmmm… sí, es que no entendí lo último.
—¿Qué parte?
—Uhmmmmmm… ¿todo?
Horinomi-sensei suspira y me mira con desaprobación.
—Ay, Natsumura-san, me hubieras preguntado antes, pero, bueno… En el año 11 del periodo Edo, Tokugawa Ieyasu… —Horinomi-sensei se vuelve hacia el pizarrón, y yo bajo la cabeza y me tomo mi jugo en tragos pequeños para que no escuchen mis GULPs.
Ahora solo me queda guardar mi basura para tirarla después. Tomo la bolsa de papas y la hago bolita y:
¡SHRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!
—¿Qué fue eso? —Horinomi-sensei se vuelve hacia la clase, y todos me están mirando—. Natsumura-san, ¿estabas comiendo?…
¿Sabes? Ahora que lo pienso pude esconder las papas y el jugo en mis bolsillos y pedirle a Horinomi-sensei que me dejara ir al baño.
—¿Natsumura-san?
O a la enfermería. Horinomi-sensei casi me rogó que fuera. Solo tenía que decir que sí, agarrar mis papas y mi refresco y ya.
—Natsumura-san, contéstame…
Maldita sea, Izumi, ¿por qué no se te ocurrió antes? Eran tan simple, tan simpletansimpletansimpletan
—¡Natsumura-san!
¡GROARRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!