—¡SOTOKA-CHANNNNNNNNNNNNNN! —grito. ¡Hola! Soy Izumi Natsumura, una chica normal de preparatoria que le gusta el anime, el manga, los clubes de anime y manga, las convenciones de anime y manga, las reuniones para ver/leer anime y manga, pero ahora no tengo tiempo para esto.
—¡SOTOKA-CHANNNNNNNNNNNNNN!
Corro lo más rápido que puedo. Bajo las escaleras, corro por los pasillos y choco con gente y más gente y más gente. ¿Qué hacen aquí? ¡Ya se acabaron las clases! ¡Váyanse a sus casas o a sus clubes, pero ya váyanse!
Son una molestia.
Llego a nuestro salón, el 1-1.
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Sotoka-chan no está.
Me voy lo más rápido que puedo.
—¡Natsumura-san, no corras por los pasillos! —me grita Nagai-san. Ella es miembro del comité disciplinario y es una molestia y da mucho miedo.
Porque comienza a correr detrás de mí.
Y corre más rápido que yo.
—¡AHHHHHHHHHHHHH, KAMI-SAMA-CHAN, TASUKETE KUDASAI! —grito.
—¡NO GRITES! —grita ella, y me sigue persiguiendo hasta que se cansa o algo, porque solo me grita—. ¡Y ya arréglate ese uniforme y péinate de una buena vez!
Y ya no escucho persiguiéndome.
Girigirideshita.
:D
En fin, corro por los pasillos, por los casilleros y salgo de la escuela. Sotoka-chan debe ir de camino a casa.
Y yo conozco es camino.
Y, por cierto, podré amar al manga y al anime con todo mi ser, y será mi vida y mi todo, pero eso no significa que sea otaku.
No tengo nada en contra de ellos; solo lo digo para evitar malentendidos.
En fin, corro por las aceras, cruzo las calles, doy vuelta en la esquina, y ¡ahí está!
La abrazo por la espalda, cierro los ojos y empiezo a llorar.
—SOTOKA-CHAN...
Sotoka-chan grita (siempre lo hace) y se vuelve hacia mí.
—Oh, eres tú, Izumi-san—
—¡CHAN! ¡DIME IZUMI-CHAN!
—Bueno, Izumi-chan. Pero ya te dije que no me abraces así.
—¡PERO ES QUE ME QUIERO MORIR, SOTOKA-CHAN, ME QUIERO MORIR, ME QUIERO MORIR, ME QUIERO MORIR, ME...
—Ya cállate —dijo Ino. Ino, en pocas palabras, es la más pequeña y enojona de la clase, y siempre está detrás de Sotoka-Chan. Maldita Ino: ¡Sotoka-chan es mía! ¡Consíguete a alguien más!
Definitivamente es una molestia.
—Izumi-san —dice Sotoka-chan—, ¿no deberías estar en el club de anime?
Ah, sí, el club de anime. Por un segundo me olvidé de él...
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—¡SOTOKA-CHANNNNNNNNNNNNNN!
Ahora, normalmente si lloro de esta manera, Sotoka-chan me consuela al instante (sí, esto ya ha pasado muchas veces. No nos juzgues).
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Qué raro.
Abro los ojos. Aún la estoy abrazando por la espalda.
La suelto.
—Sotoka-chan.
—¿Sí? —Sotoka-chan se vuelve hacia mí. La abrazo y:
—¡SOTOKA-CHANNNNNNNNNNNNNN!
—Ya, ya. Dime qué pasó —Sotoka-chan me da unas palmaditas en la cabeza y me acaricia el cabello. Su mano es muy, muy suave, y me acaricia lentamente. Además, su cabello y su uniforme huelen muy, muy bien, y ella es muy cálida y suave y hermosa, y su pecho choca contra el mío, y es enorme. Sotoka-chan ha de ser copa C. ¿O D? No; D es demasiado, y ella no tiene demasiado. Tiene lo suficiente, pero eso ahora no importa.
—¡ME SACARON DEL CLUB DE ANIME!
Ino ríe.
—¿En serio? ¿Hasta a ellos los hartaste?
Ino ríe cada vez más fuerte.
—¡Ya cállate, Ino! ¡Eres una molestia!
—Ya, ya, Izumi-chan —Sotoka-chan me habla tan cerca de mi oído que se me pone la piel de gallina—. Y ¿por qué te sacaron?
Abrazo a Sotoka-chan aún más fuerte. Cierro los ojos y me acerco lo más que puedo a su oído. Le murmuro:
—Porque me dijeron que tomaba en anime demasiado en serio.
Abro los ojos. El rostro de Ino está justo en frente de nosotras. Ella sonríe.
—Eres demasiado otaku para los otakus —y ríe de una manera aún más ruidosa y molesta. ¿Por qué te metes en lo que no te importa, baka?
—¡QUE NO SOY OTAKU!
—No, eres peor.
—¡Ya cállate, Ino! ¿Por qué siempre me molestas? Te odio, te odio tanto; ojalá te mueras un días de estos y...
—Hey, hey, no se peleen —Sotoka-chan me aleja de ella. Está muy enojada (y se ve súper linda así).
—Perdón.
—Nunca, NUNCA, le digas algo así a nadie. No es amable. Discúlpate con Ino.
—Pero, Sotoka-chan, ella se está burlando de mí.
—Discúlpate.
Ino me mira sonriente y expectante. Maldita hipócrita.
—sfnfsdfoiuygpisdfpujhkgomenknsdfnkdsf.
Sotoka-chan me mira.
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Y suspira.
—Bueno, algo es algo.
—Pero yo no oí ninguna disculpa —se queja Ino cínicamente.
—Bueno, yo tampoco oí la tuya, Ino —y probablemente nunca la oiga.
—Como sea, Izumi-san.
—¡CHAN! ¡CHAN! ¡IZUMI-CHAN!
—Perdón, perdón. Izumi-chan. Si ya no estás en un club, ¿por qué no te vas a tu casa como nosotras?
No puedo creer que Sotoka-chan haya dicho algo así (aunque ella aún no se ha unido a ningún club, por lo que tiene sentido).
—Porque ese es el peor lugar del mundo, Sotoka-chan. Somos jóvenes. Tenemos que aprovechar nuestra juventud. Podemos hacer lo que sea, ir a cualquier parte.
—Y tú te uniste a un club de anime —Ino, como siempre, dice cosas solo para molestarme, pero ¿sabes qué? Yo soy mejor que eso.
—Hasta podemos unirnos a cualquier club —digo.
—Entonces, Izumi-chan. ¿Por qué no te unes a otro?
—¡NUNCA!
—Pero acabas de decir—
—Eso no significa que deba hacerlo.
—¿Por qué no?
—Porque no me gustan los otros clubs. Ni las otras personas. Y creo que a ellos tampoco les caigo muy bien.
—Sí —dice Ino—, todo te odian.
—Entonces —dice Sotoka-chan—, ¿por qué no creas tu propio club, Izumi-san?
¿Mi propio club?
¿Crear mi propio club?
¡Sí! ¡Qué idea tan brillante! No esperaba menos de ti, Sotoka-chan.
Tomo a Sotoka-chan de la mano (su mano es tan suave y delgada y hermosa y perfecta) y la llevo de vuelta a la escuela.
Entramos a un salón, y cierro la puerta.
—¿Qué hacemos aquí, Izumi-sachan. Izumi-chan?
—Tenemos que crear nuestro club.
—¿Qué club?
—Nuestro club, Sotoka-chan. Tú y yo haremos un club y seremos felices por siempre, y—
—Pero, Izumi-san, no puedes hace un club con solo dos miembros.
—Bueno, Ino también puede unirse.
—¿Qué? Yo no quiero estar en tu club. A mí no me gusta el manga ni el anime —por alguna razón, Ino nos siguió hasta aquí.
—Pero el manga y el anime es lo mejor que existe en este mundo.
—No lo es.
—Solo lo dices porque a ti no te gusta nada, Ino.
—¿Por qué lo haría? Todo en esta vida es decepcionante, deprimente o exasperante.
—Ino, ¿estás bien?
—Y lo único que nos salva de esta horrible vida es la muerte, pero la muerte es mucho peor.
—Ino, me asustas.
Sotoka-chan abraza a Ino.
—Ya, ya, Ino-san. No pienses así. La vida es muy bella, y hay que disfrutarla. Así como ahora: nos podemos divertir mucho ayudando a Izumi-san a hacer su club de anime.
—No puede ser de anime —dice Ino mientras trata de quitarse a Sotoka-san de encima.
Qué tonta.
Y qué envidia—digo, que Sotoka-chan te abrace así... cómo quisiera ser Ino en este momento.
Pero, bueno, eso no importa.
—¿QUÉ? ¿POR QUÉ NO? —pregunto.
—Porque ese club ya existe, tonta; te sacaron de ahí.
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Oh.
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—¡KAMI-SAMA-CHAN, TASUKETE; INO TIENE RAZÓN: NO PUEDO HACER UN CLUB DE ANIME; MI JUVENTUD SE ACABÓ, ESTOY MUERTA POR DENTRO; MÁTAME YA!
—Izumi-san, cálmate, por favor —Sotoka-chan dice.
—Ok, pero solo si me abrazas, Sotoka-chan.
—Ya déjala en paz, Izumi —dice Ino—. No es su culpa que andes gritando y pataleando por nada.
¿Qué? Ah, sí, estoy en el suelo. De seguro estuve pataleando y retorciéndome mientras gritaba y lloraba.
Sí, suelo hacer eso (no me juzgues).
—¡ES QUE SUFRO, Y SOTOKA-CHAN NO ME ABRAZA! —grito porque es verdad.
Sotoka-chan suspira, se acerca a mí y me abraza.
No lo hace con muchas ganas, pero un abrazo es un abrazo.
—Ya, ya, Izumi-chan —dice Sotoka-chan, y lo dice tan cerca de mí que se me eriza la piel. La abrazo aún más fuerte—. No me abraces tan fuerte. Y podemos hacer un club de otra cosa. Si ya hay un club de anime, ¿por qué no haces un club de manga?
—Porque el club de anime es de anime y manga —le digo—, pero solo dice anime porque es más simple y se sobreentiende.
—Bueno, entonces puedes hacerlo de cualquier otra cosa. ¿Qué otra cosa te gusta?
—Nada, Sotoka-chan (excepto tú, obviamente). Porque el anime es lo mejor del mundo, lo único que importa, el inicio y el fin de todo porque el anime es vida, es, es... ¡ANIME LIFE!
Sotoka-chan e Ino me miran como todo el mundo me mira cuando digo cualquier cosa.
—¡ANIME LIFE! No solo se trata de ver el anime, sino de vivirlo.
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—¿Qué? —pregunta Ino.
—Como sea —tomo a Sotoka-chan de la mano (su mano es tan suave y delgada y creo que huele a crema de coco) y la llevo por los pasillos y las escaleras.
—Izumi-san. ¿A dónde vamos? —me pregunta.
—Izumi-chan. Y vamos al consejo estudiantil.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Para registrar nuestro club.
—¿Cuál club?
—ANIME LIFE.
—¿Eso es un club?
—No lo sé —dice Ino mientras corre detrás de nosotras—, pero es una mala idea.
—¡Cállate, Ino! No perdemos nada con intentarlo.
—Claro que sí. Perdemos el tiempo, en primer lugar.
Y, antes de que Ino pueda decir algo más, llegamos al consejo estudiantil.
Abro la puerta y:
—Venimos a crear el mejor club de este maldito universo. ¡ANIME LIFE!
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Al parecer yo soy la única entusiasmada con la idea.
—Natsumura-san —la presidenta Fujimoto estada sentada en su escritorio, al fondo de la habitación. Me mira—, ¿qué no estabas en el club de anime?
—Como sea. ANIME LIFE es el futuro. Solo tenemos dos miembros, pero si convences a Ino seremos tres.
—Pero Izumi-san —dice Sotoka-chan.
—¡CHAN! —grito yo.
—Izumi-chan, necesitamos más de tres miembros para crear un club.
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Oh.
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—¡Tasukete, presidenta Fujimoto-sama-chan; yo solo quiero aprovechar mi juventud, y no regresar a casa después de clases; por favor, tasukete; no conozco a nadie más, déjanos crear el club así! ¡Por favor, por favor, por favor, por favor! ¡Onegaidesu!
—¡Natsumura-san! —grita la presidenta Fujimoto—. No tienes que andar gritando y tirándote al suelo; molestas a los demás —ella lo dice porque yo estuve en el suelo rogándole todo este tiempo, y apenas me doy cuenta.
—Gomen'nasai.
—¿Qué?
—Perdón, quería decir perdón.
—Muy bien. Y en segunda, Hamano-san tiene razón —está hablando de Sotoka-chan. Es que su nombre completo es Sotoka Hamano, y es un nombre tan hermoso como ella—: necesitas de al menos cinco integrantes para formar un club.
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Oh.
—Bueno, muchas gracias, y perdón por la molestia. Ya nos vamos —Sotoka-chan me toma de la mano, y salimos del consejo estudiantil.
Cerramos la puerta y:
—¡SOTOKA-CHANNNNNNNNNNNNNN, ¿QUÉ HACEMOS?; NADIE SE VA A UNIR A NUESTRO CLUB, Y SOLO SOMOS NOSOTRAS Y...
Alguien abre la puerta, y ese alguien es la presidenta Fujimoto.
Por supuesto que lo es.
—Natsumura-san, ¿qué te dije sobre andar gritando?
Me seco las lágrimas y trato de calmarme.
—Que no debería hacerlo porque molesto a los demás.
—Y ¿por qué lo sigues haciendo?
—Porque ya no puedo reprimir las emociones.
—Pero molestas a los demás, ¿o no?
—Ay, pobrecitos —dice Ino con mucho sarcasmo—, a Izumi la acaban de correr del club de anime, y es lo único bueno que tenía en su patética vida—
—¡OYE, MI VIDA NO ES PATÉTICA, Y—
Ino me mira fijamente, y se ve muy enojada, así que mejor me callo.
—Pero claramente las víctimas son ellos. Siempre lo son, porque una siempre es la que está mal, ¿verdad? Todos los demás pueden ser unos hijos de perra, pero como yo no soy la que encajo, entonces yo soy la que estoy mal. ¡Malditos hipócritas! —dice Ino. Y sé que lo dice para porque está enojada con todos, pero es amable conmigo, y creo que nadie lo esperaba.
Así que gracias, eso creo.
—¿Tienes algún problema, Yamamoto-san? —Huh. No sabía que el apellido de Ino era Yamamoto. Qué curioso.
—¿Eres tonta o qué? Claro que tengo un problema. Si no lo tuviera, no diría nada. O ¿no me oíste? Aunque no te apures: ya me acostumbré a que nadie me oiga nunca.
—Discúlpanos, Fujimoto-san. Ya nos vamos —Sotoka-chan nos toma a mí y a Ino de la mano y nos aleja de ahí.
—Tú eres la presidenta, tú deberías preocuparte por el bien de todos, pero solo te importan ellos. ¡ERES UNA PINCHE HIPÓCRITA, Y POR ESO ESTA ESCUELA ES UNA MIERDA! ¡TE ODIO, Y LOS ODIO A TODOS! ¡ERES UNA PERRA DEL SISTEMA, PERRA, PERRA, PERRA, PERRA! —grita Ino mientras nosotras huimos lo más rápido posible.
Sotoka-chan nos lleva de vuelta al salón de antes.
—Maldita perra —dice Ino. Espero que se refiera a la presidenta Fujimoto—. Pero no importa. Solo tenemos que conseguir a otras dos personas. No es para tanto. Sotoka-san, ¿a quién conoces que se nos pueda unir?
—¿Qué haces? —le pregunto.
—Le voy a callar la boca a esa perra, y tú deja de llorar por una vez en tu vida y ayúdame. Solo son dos miembros más. Será fácil.
—Ino...
Me le acerco y:
—No me abraces —me dice.
Me detengo y no la abrazo; digo, yo no iba a abrazarla. ¿Por qué la abrazaría? Ella es grosera y pequeña y me quiere robar a Sotoka-chan, y no estoy llorando; estas no son lágrimas, y si lo son no son lágrimas de "gracias, Ino-chan, gracias, gracias, gracias, no sabes cuánto significa esto para mí, y perdón por todo lo que te dije antes. Te amo", son lágrimas de "maldita, Ino: primero dices que no te vas a unir a ANIME LIFE, y después dices que sí. Me lo hubieras dicho desde un principio, pero no, te gusta molestarme porque me odias tanto como yo te odio a ti, pero aun así te uniste al club, y aprecio eso. Tú quieres crear ANIME LIFE tanto como yo, y eso, de verdad, de verdad significa mucho para mí. Y, quién sabe, quizá podríamos ser amigas en el futuro".
Pero no estoy llorando.