Chapter 9 - David

-A ver –calló a todos Mike-, déjenme ver si entendí. Este sujeto de nombre presuntamente ruso y claramente serio es amigo del pájaro más histérico que se podría llegar a conocer desde los quince años, también conoce a Emily por veces que ella acompañó a David.

David asintió sin molestarse en tratar de explicar que en realidad era que Zarif conoció primero a Emily y luego a él. Tarde o temprano lo chicos se darían cuenta por sí mismos y en ese momento quizás lo más oportuno fuese encerrar en alguna jaula a Erik, solo por si acaso.

-Ahora, lo que no entiendo es por qué vino hasta acá solo y no contigo, Dave.

Mike se cruzó de brazos esperando una buena respuesta por parte de David.

-Y a mí me gustaría saber por qué diablos lo amarraron –le preguntó de vuelta David.

-Era un extraño –respondió Erik.

-Y luce extraño –agregó Mike.

-Eso no es motivo para ir y amarrar a alguien –les regañó David.

-¡Oh, por favor! Tampoco es para tanto –siguió Mike-, ni que sea alguien importante como, no sé, el gobernador, el presidente, algún congresista, o peor, un policía.

Mike, Erik y Tom comenzaron a reírse, el primero a carcajadas y los otros dos contagiados por su risa, pero pararon cuando vieron que David, Emily ni Zarif se reían. Erik y Thomas se quedaron en completo silencio y dejaron que Mike se siguiera riendo como el idiota que era. La suerte no estaba de su lado ese día en absoluto.

-¿Qué pasa? –preguntó Mike extrañado.

-A veces tu estupidez supera los límites conocidos –le dijo Tom acariciándose el entrecejo.

Mike turnó su atención en sus dos amigos, luego en David y Emily y por último en Zarif. ¿Por qué decían que era estúpido ahora? Había hecho una buena broma, en especial teniendo en cuenta el problema en que se habían metido cuatro años atrás cuando intentaron hacerle una broma de mal gusto al tío de Emily enviándole cartas de amenaza a él y a todos sus amigos. Y cómo olvidar cuando se burlaron de ese sujeto que se jactaba de ser el mejor investigador del país, a punto estuvieron de hacerlo desaparecer. Claro que se habían metido en más problemas con él por ser policía, dentro de ese oficio un ataque contra uno era un ataque contra todos como si se tratara de una manada.

Era irónico. Según Dave ese sujeto tiene genes de lobo y esos viven en manada, y por lo general son las personas con genes de animales con ese tipo de naturaleza los que trabajan dentro de...

-Espera, ¿eres policía?

-¿Cuánto tardó esta vez? –preguntó Erik al aire.

-Seis minutos y contando –respondió Emily tranquila como si eso fuese lo más común del mundo.

Mike sintió un escalofrío corriéndole por toda la espalda.

-¡Por qué diablos no nos dijiste antes! –le preguntó a Zarif histérico.

-No preguntaron, y tampoco es como si fuese por allí diciéndole a todo el mundo a lo que me dedico.

El celular de Zarif sonó y éste revisó de quién era el mensaje mientras de fondo Mike le rogaba lo perdonara y que si tenía que reportar algo así dijera que todo había sido idea de Thomas. En verdad no quería prestarle mucha atención a la discusión que estaban teniendo esos tres retrasados y la idea de concentrarse en el mensaje que le habían enviado no era para nada mala aunque fuese una estupidez como una broma o una invitación a salir de alguno de sus compañeros del trabajo. Se sorprendió al ver un mensaje de An preguntándole si la estaba pasando bien. "Ese hijo de perra no se rendirá nunca con acabar con mi soltería" pensó con humor y al parecer el trío maravilla se había dado cuenta de su cambio de humor porque cuando estaba a punto de responderle a su amigo los tres estuvieron a nada de apuntarle con un cuchillo para que se detuviera.

Cómo. Diablos. Emily. Los. Soporta.

-¡Qué diablos les pasa ahora!

-¡Deja ese celular donde se pueda ver! –le gritó Erik.

-Ni que los vaya a matar que responda a un maldito mensaje.

-Te sorprendería saber la de cosas que nos han pasado por responder mensajes –le dijo Mike recordando algo-. Ah, qué buenos tiempos.

Emily habría puesto eso en duda de haber sabido a qué se refería exactamente Mike.

-Lamentablemente esta es la relación que tenemos sobre los de tu tipo –comenzó a decirle Thomas ahora más tranquilo a Zarif-: policía que se encuentra con nosotros más un celular significa tener que huir a la Patagonia y considerar cocinar a Mike por su alto porcentaje de grasa.

-Exac... ¡Hey!

-¿Por qué la Patagonia?

-No sé –admitió Tom-, fue por decir algo.

Un cuervo. Los genes de una de las aves más inteligentes de todo el mundo capaces de analizar situaciones complicadas a velocidades inimaginables, además de ser uno de los animales más temidos de la Era Pasada, en uno de los sujetos que a simple vista parecía lo más estúpido posible.

Emily veía todo en silencio desde el fondo, habían pasado muchos años desde la última vez que se había divertido tanto con las ocurrencias de sus amigos. Tenía que admitir que a veces resultaban bastante cargantes, pero así eran ellos y se le hacía imposible no quererlos como eran. Lo que le parecía más divertido era la forma en que sacaban de quicio a Zarif, el pobre debía estar sufriendo un infierno con todo ese caos.

Erik comenzó a decir sin cuidado alguno que lo más probable era que el lobo falso estuviese planeando una venganza contra ellos y no se molestaba en lo más mínimo en hacer énfasis en la decena de motivos que le habían dado a Zarif para hacerlo: desde intentar estrangularlo hasta noquearlo con un paraguas, y eso ni siquiera lo habían hecho ellos sino la esposa de Thomas. Emily no los culpaba por desconfiar de Zarif en lo más mínimo, en realidad le hacía feliz ver que no habían cambiado ni un poco tal y como había dicho David.

Mike había comenzado a crear teorías conspirativas acerca de por qué Zarif se había hecho amigo de David que iban desde la idea de que estaba enamorado de él, ante lo cual tanto Dave como Zar se rieron de lo absurdo que era, hasta la idea de que en realidad todo era parte de un complejo plan que buscaba llevarlos a todos detrás de rejas donde los alimentarían con semillas y agua todos los días de lo que les quedaba de vida. Eso era exagerado pero por la expresión que pusieron Tom y Erik no había duda de que estaban considerando seriamente esa opción. "Eso será un problema".

-Zar –llamó su atención Emily.

-¿Sí?

-¿Aún están buscando un asistente para tu jefe?

Zarif no entendió en un principio pero no tardó mucho en captar a lo que se refería Emily.

-Oh, no. No, no, no...

-No sería tan mala idea –dijo Thomas.

-Pues no –lo siguió Erik.

-¿Qué cosa? –preguntó Mike.

Zar comenzó a proferir decenas de maldiciones en silencio a todo, en especial a las ocurrencias de Emily. Él tan solo quería contestar el maldito celular, ¡no que uno de esos... pajarracos estuviese en el mismo metro cuadrado que él durante el trabajo! Ya tenía suficiente con Anthony insistiéndole que se consiguiera una novia de una buena vez, o un novio que por supuesto él siempre estaría disponible.

No, no, no, no, no. No estaba dispuesto a soportar eso, y Emily sabía perfectamente qué hacer para convencerlo.

Zarif arregló todo con An diciéndole que un viejo amigo era muy capaz para desempeñarse como su asistente y agregó de paso que estaba cesante. Haría que Emily pagara por todo lo que había provocado con su solución a la situación, por su culpa tuvo que prometerle a Anthony que "comenzaría su cacería" desde el momento en que Dave firmara el condenado contrato. An se había salido con la suya. Emily se había salido con la suya. Los pajarracos de Erik, Tom y Mike se habían salido con la suya. ¡Todos se habían salido con la suya y él debía soportarlo!

"Recuérdalo. Lo haces por ella".

David tampoco estaba muy feliz de tener que trabajar con él, no le gustaba la idea de relacionarse con las personas de las que siempre tenía que ocultarse y huir, pero nada se podía hacer a ese punto. Zar ya había hecho el trato con An, Dave ya había aceptado simplemente con haberse quedado callado y ahora debía mostrarle donde trabajaría porque An estaba demasiado ocupado comprándose un maldito café.

-No es necesario que pongas esa cara –le dijo David-. Yo tampoco quiero estar aquí.

-Lo siento.

Zar intentó relajar un poco su rostro a ver si así lograba parecer menos iracundo.

No había mucho que enseñar del lugar en realidad que David no supiese ya de lo que debía hacer. Por lo que le había contado Emily el pobre había tenido que disfrazarse de distintas aves y espiar a la guarda del tío de Emi. Lo único que en verdad tuvo que explicarle fue lo fanático que era An de las bromas de mal gusto.

-Dudo mucho que sea peor que Mike –le dijo resignado.

-Te sorprenderás cuando lo conozcas –le dijo Zar.

Ambos estaban esperando a An apoyados en el escritorio de Zar, uno maldiciendo su existencia y el otro preguntándose cómo sería su jefa.

-¡Así que este es mi nuevo bocadillo! –dijo emocionado alguien desde la entrada del lugar. Zar refunfuñó molesto por lo que tendría que soportar y le indicó a Dave que ese era An.

Cuando lo tuvo en frente no pudo evitar sentir una mezcla de sentimientos. Era gigante como un farol. Por su contextura, las garras, colmillos, pelaje y color de ojos sabía que tenía genes de un oso polar, pero... no se sentía como uno. Las personas que tenían genes de animales cazadores siempre resultaban serias con una mirada sombría como Zar, Erik o Emily en el pasado, pero él era... brillante.

-Dave –trató de llamar su atención Zar-. Hey, ¿qué te pasa?

-¿Eh? Yo. Nada. Pasa.

Zar y An lo miraron extrañados por su comportamiento. No quiso intentar volver a hablar. La última vez que se había comenzado a comportar de esa forma fue la primera vez que se había sentido atraído a alguien hacía veinte años.

"Oh, no, no, no, no. No ahora. No él". Perfecto momento para que le atrajera alguien: fines de otoño, comienzos de invierno y en plena muda de plumas. No había nada más nefasto que un pavo real sin plumas que enseñar a su... ¡en qué diablos estaba pensando!

-Bueno, David –comenzó a decir An-, es un gusto conocerte. Me llamó Anthony, mis amigos me llaman An. Espero que no haberte decepcionado.

-¿Por qué habrías de hacerlo?

Se tentó a decir algo como: con un cuerpo como el tuyo imposible decepcionarse. No, no debía, no sin plumas para impresionar.

-Bueno, normalmente cuando alguien oye ese apodo se imagina a una mujer hermosa y delicada, no a un sujeto que te podría romper un hueso con una mano –le dijo riéndose con ganas. Dave también se rio, más por nervios que por la confusión que él también había tenido con su nombre-. Ahora, por favor pasa a mi oficina para que puedas firmar el contrato.

Sentía que hervía por dentro por la vergüenza. No quería entrar y quedarse solo con semejante... "Cálmate". Miró de reojo a Zarif esperando que se ofreciese a acompañarlo o que dijese algo, cualquier cosa le servía en esa situación. Zar lo agarró del hombro y dijo:

-Hey, An, sé gentil con el pobre.

Lo quería matar. No le importabaque nunca antes hubiese usado un arma contra alguien, Zarif sería el afortunadode ser el primero que matara con sus propias manos. Con un empujón por su parteDavid se dirigió a la oficina de Antonhy y con mucho cuidado procuró que sugabardina ocultase la ausencia de plumas.